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Sergio Chejfec vive en Nueva York y vendrá especialmente para la inauguración del Filba. (Foto: Pablo Piovano)
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iudad Juárez, Chihuahua. 14 de enero de 2014. (RanchoNEWS).- La localidad bonaerense que recibirá al Filba fue declarada Ciudad Cervantina en 2007 por disponer de una de las colecciones más completas de ediciones antiguas de Don Quijote en el mundo. El encuentro lo abrirá el escritor Sergio Chejfec. Una nota de Silvina Friera para Página/12:
En el principio fue un sonido, un vocablo indígena pampa que rebota en el trampolín de la imaginación. Dicen que los pobladores originarios la llamaban callvú mapú (el país azul= por el arroyo que corre por estas tierras), callvú leovú (arroyo azul), expresión que según algunos historiadores podría significar «aguas rumiantes». En el fértil terreno de las interpretaciones, otros plantean que refiere al color borraja de las flores –entre azulado y rosado– que crecen en la ribera. Aunque la etimología a veces se esfuma en los pliegues del tiempo, Azul preserva los ecos y vibraciones del nombre. Para orgullo de sus habitantes, ha incorporado otro título. En 2007 fue declarada Ciudad Cervantina por disponer de una de las colecciones más completas de ediciones antiguas de Don Quijote, que incluye además láminas, ilustraciones, periódicos, revistas y esculturas alusivas a uno de los libros más leídos del mundo. La ciudad más «quijotesca» de la Argentina es la sede del III Filba, el Festival Nacional de Literatura itinerante que se realizará del 10 al 13 de abril. El escritor Sergio Chejfec inaugurará esta edición, incorporándose a una tradición que empezó la poeta Diana Bellessi en Bahía Blanca y continuó Hebe Uhart el año pasado, en Santa Fe.
A pesar del receso estival, la Fundación Filba y la Secretaría de Cultura de Azul están trabajando «a cuatro manos» en la organización de esta edición. Entre los invitados confirmados están la narradora tandilense Patricia Ratto, autora de las novelas Pequeños hombres blancos, Nudos y Trasfondo; el bahiense Luis Sagasti, que ha publicado, entre otros títulos, El canon de Leipzig, Los mares de la Luna y Bellas artes; Jorge Consiglio, autor de El bien, El otro lado y Pequeñas intenciones; Sergio Olguín, autor de Lanús, Oscura monótona sangre y La fragilidad de los cuerpos; y varios narradores y poetas jóvenes como Ariel Idez, con su primera novela publicada La última de César Aira; Roque Larroquy, autor de La comemadre; y Oscar Fariña, que ha publicado Pintó el arrebato y El guacho Martín Fierro. Hay más nombres que aún quedan por confirmar: varios escritores y poetas, además de una destacadísima directora teatral que podría capitalizar las historias de vida de una ciudad movilizada por la cultura; y una cantante ideal para transitar como pez por las aguas de la poesía y la música. «Nuestra intención, como todos los años, es que haya cruces entre la literatura, la música y el teatro –explica Patricio Zunini, coordinador general del Filba, a Página/12–. La característica de este festival es buscar que las otras disciplinas artísticas se relacionen. En esta edición, con las clases ya empezadas, los invitados van a ir a las escuelas de Azul para charlar con los alumnos y leer.»
El programa está en marcha. Una de las sedes de esta edición es el bellísimo Teatro Español,inaugurado en 1897, uno de los más antiguos del país. En el mismo escenario por donde pasaron Pablo Podestá, Carlos Gardel, Agustín Magaldi y Tita Merello, entre tantos otros, Sergio Chejfec tendrá a cargo las palabras de apertura del Filba. «Para mí es una gran alegría que lo inaugure Chejfec, que vive en Nueva York y viene especialmente al país para participar del festival», subraya Zunini. Otra de las sedes es la Casa Ronco, espacio que alberga la mayor colección de Cervantes fuera de España, el lugar donde vivió Bartolomé Ronco (1881-1952), abogado, poeta y coleccionista que, en su afán por atesorar ediciones antiquísimas, llegó a juntar 315 ediciones de Don Quijote. «Azul tiene una gran tradición cultural, tiene su Festival Cervantino, pero también hay festivales de rock, de poesía, de títeres. Y tiene una movida de narrativa oral muy interesante, una editorial, tres librerías (una se llama La Tienda), y varios narradores y poetas que ya están publicando. El Filba no es un plato volador que cae en la ciudad sin previo aviso sino que programamos actividades, articulando con el trabajo que se está haciendo en cada ciudad», explica el coordinador general del festival. «Vamos a desarrollar muchas intervenciones en la vía pública y en el Parque Sarmiento –anticipa–. Queremos que Azul esté tomada por la literatura.»
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