Viñetas de La muerte de Guernica, de José Pablo García sobre la obra de Paul Preston. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 26 de abril de 2017. (RanchoNEWS).- En el 80.° aniversario de la masacre, el dibujante José Pablo García adapta al cómic el ensayo de Paul Preston sobre los hechos, sus antecedentes y sus consecuencias. Escribe Fernando Díaz de Quijano para El Cultural.
El 26 de abril de 1937, lenta y metódicamente, Guernica se convirtió en la primera población de la historia universal arrasada completamente en un bombardeo aéreo. Era lunes, día de mercado, y por tanto el más concurrido de la semana. «A las 16.30, cuando el mercado estaba lleno y seguían llegando campesinos, la campana de la iglesia anunció la presencia de aviones en las cercanías y la población buscó cobijo en sótanos y refugios preparados tras el bombardeo de Durango el 31 de marzo, que inauguró la ofensiva del general Mola en el norte. Cuentan que el ánimo de la población era bueno. Un sacerdote católico tomó las riendas y se mantuvo un orden impecable. Cinco minutos después apareció un único bombardero alemán, que sobrevoló la ciudad en círculos y a baja altitud y lanzó seis artefactos pesados, al parecer dirigidos a la estación».
Así comenzó la masacre, que duró más de tres interminables horas, según la crónica de George Steer, corresponsal del diario británico The Times que llegó por la noche a la villa y tomó declaración a los supervivientes hasta la mañana siguiente entre llamas y escombros. El informe de Steer, además de ser más completo que el de otros corresponsales extranjeros, anunció el nacimiento de un nuevo tipo de táctica militar: la guerra total, en la que se atacan objetivos civiles sin interés estratégico solo para minar la moral del enemigo. Su testimonio, que encendió la indignación de la comunidad internacional, es una de las fuentes principales empleadas por Paul Preston en La muerte de Guernica. En 2012, con motivo del 75.° aniversario del ataque a la localidad guipuzcoana, el conocido hispanista expuso los hechos, sus antecedentes y sus consecuencias en este breve ensayo en formato digital que ahora ha sido adaptado al cómic por el dibujante José Pablo García por encargo de la editorial Debate, cuando se cumplen, esta vez, 80 años de la matanza.
Este proyecto da continuidad a la colaboración entre Preston y García que comenzó el año pasado con la versión en viñetas de La Guerra Civil española, una obra mucho más extensa que resume los principales acontecimientos de la contienda fratricida y las claves políticas y sociales que la explican. Esta segunda entrega mantiene el tono y estilo de la anterior: el placer estético que provocan el trazo y los tonos azul pastel de la propuesta gráfica -rojizos en el primer libro- y el enfoque analítico propio del ensayo homónimo en el que se basa La muerte en Guernica no restan dramatismo a unos hechos tan terribles que no necesitan subrayados expresionistas.
Estas traslaciones de la obra de Preston al terreno accesible del cómic parecen corroborar la existencia de una brecha entre los grandes hitos de nuestra historia reciente y su desconocimiento por parte de nuevas generaciones de lectores, un hueco que este tipo de cómics pretenden cubrir. «Este episodio de nuestra historia tuvo una importante repercusión internacional y la obra de Picasso contribuyó a universalizarlo, pero a pesar de ser un acontecimiento muy conocido, la mayoría de la gente no conoce los detalles ni los precedentes», opina García. Por ejemplo, que unos días antes, como señalaba la crónica de Steer, hubo otro bombardeo similar en Durango, a pocos kilómetros de Guernica. Según las estimaciones del gobierno vasco, el bombardeo de Guernica dejó más de 1.500 víctimas mortales. Según las de los historiadores profranquistas, no pasaron de 200. Aunque fuera cierto, el de Durango habría sido más sangriento, pero el de Guernica tuvo mayor repercusión, además de por la crónica de Steer, porque era la capital cultural del pueblo vasco y, durante siglos, su capital política. Bajo el llamado árbol de Guernica, los Reyes Católicos y otros monarcas juraron respetar los fueros aprobados allí mismo a cambio de la lealtad del pueblo vasco.
Como señala Preston en La muerte de Guernica, el ataque de la localidad fue el mazazo que el ejército sublevado quiso infligir a las fuerzas vascas como aviso de lo que le ocurriría a Bilbao si no se rendía. Además de la crónica de Steer, el historiador se sirve del testimonio del sacerdote Alberto Onaindía, testigo ocular de los hechos que se salvó de las bombas y las ametralladoras de puro milagro. Su relato de la pesadilla se reproduce en las páginas del cómic, así como la carta que envió al cardenal Gomá para que intercediera ante el bando franquista: «Hay una ley internacional y una ley eterna, la de Dios, que impide matar, asesinar al inocente. Todo eso se pisoteó el lunes en Guernica. ¿Quién será el cruel personaje que en frío y en el gabinete de estudio ha planeado ese crimen espantoso de incendiar y matar a toda una población pacífica?». En su desdeñosa respuesta, el cardenal afirmó que «los pueblos pagan sus pactos con el mal y su protervia en mantenerlos. [...] Me permito responder a su angustiosa carta con un simple consejo: que se rinda Bilbao, que hoy no tiene más solución».
El libro también recoge la relación entre Franco, el general Mola y los responsables de las aviaciones alemana e italiana que colaboraron en el ataque a Guernica y en otros episodios de la guerra, la obsesión de Mola con arrasar todo el País Vasco y Cataluña o el hecho de que Franco fue nombrado hijo predilecto de Guernica en 1945. Dos décadas después, en conmemoración del 600.° aniversario de la villa, se le otorgó la Medalla de Oro y Brillantes de la localidad. El alcalde responsable, Augusto Unceta, fue asesinado por ETA unos años después.
Las adaptaciones de Preston han supuesto un espaldarazo a la carrera de José Pablo García, autor de Las aventuras de Joselito. Fue la lectura de esta novela gráfica la que llevó a la editorial a encargarle el trabajo al dibujante malagueño. «Esta oportunidad ha sido muy importante para mí, sobre todo por el aval que supone trabajar a partir de las obras de un hispanista tan reputado como Preston», explica García, y nos adelanta que en breve se pondrá manos a la obra con otra adaptación de Preston, incluso de mayor envergadura que La guerra civil española.
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