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Bowie cumpliendo 69 años. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 12 de enero de 2016. (RanchoNEWS).- Poco a poco, aunque con cuentagotas, como el propio personaje administraba todo lo que tenía que ver con su vida privada (y hasta artística), empiezan a conocerse algunos detalles sobre la recta final de David Bowie antes de sucumbir al cáncer que acabó con su vida el domingo a los 69 años. Una nota de la redacción de El País.
Un día durante la preparación del musical Lazarus, estrenado el pasado 7 de diciembre en Broadway, David Bowie apartó al director del montaje, Ivo van Hove, y le reveló un secreto que prácticamente nadie supo hasta el pasado domingo. «Me dijo que no siempre podría estar presente en el proyecto ya que estaba enfermo. Dijo que tenía cáncer de hígado», ha relatado Van Hove, según la web especializada NME. De ahí que el director del musical entrara hace un año en el minúsculo club de cuantos conocían el drama de Bowie. «El reparto no lo sabía y sospecho que los músicos con los que grabó Blackstar [su último disco], tampoco», añade Van Hove. Parece cada vez más evidente que el autor de Ashes to Ashes cubrió todo lo referente a su estado de salud con el mismo manto de misterio que puso en pie durante la génesis y elaboración de sus últimos discos, The Next Day en 2013 y Blackstar, publicado el pasado 8 de enero, el día de su 69º cumpleaños.
Solo su círculo más íntimo conocía el proceso cancerígeno de Bowie. Wendy Leigh, autora de una biografía sobre el artista publicada en 2014, ha contado a la BBC que antes de perder la batalla final contra el tumor Bowie fue capaz de superar hasta seis ataques al corazón que sufrió en los últimos años, según aprendió de una «fuente muy cercana» al creador. Como se recordará, el primer problema cardiaco del músico llegó en 2004, tras un concierto en Alemania dentro de la gira Reality, a la postre la última protagonizada por el astro de Brixton.
«Se podría decir que todavía seguía escribiendo en su lecho de muerte. Luchó y continuó trabajando como un león durante todo este periodo. Tengo un respeto tremendo por ello», ha agregado Van Hove, según medios holandeses. El director asegura que Bowie hizo un esfuerzo extraordinario para lograr acabar a tiempo tanto Blackstar como Lazarus, que se representa en el New York Theatre Workshop hasta el próximo 20 de enero y cuyas entradas ya están agotadas, salvo las pocas que el teatro asigna a través de una lotería.
Van Hove estuvo con Bowie por última vez el pasado 7 de diciembre, en el estreno de Lazarus. «Los periódicos escribieron que se le veía muy bien de salud. Pero en cuando nos fuimos, se desplomó al suelo. Fue entonces cuando entendí que quizá era la última vez que le veía», ha contado el director del musical.
También el músico Brian Eno, antiguo miembro de Roxy Music, tuvo una sensación de despedida, aunque a posteriori, a raíz de un correo electrónico que Bowie le envió días antes de morir. El email terminaba con las siguientes frases: «Gracias por nuestros buenos momentos, Brian. Nunca se pudrirán». El mensaje iba firmado con el pseudónimo Dawn (amanecer, en inglés). «Ahora me doy cuenta que estaba diciendo adiós», dice Eno.
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