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El tenor cumple 75 años. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 21 de enero de 2016. (RanchoNEWS).- Discípulos del distinguido tenor español lo califican como el Rey Midas de la voz y aseguran que, arriba o abajo del escenario, es una estrella que jamás abandonó la humildad. Una nota de Juan Carlos Talavera para Excélsior.
El tenor Plácido Domingo (Madrid, 1941) no sólo ha sido la inspiración de muchas voces mexicanas, sino el mentor y amigo que ha ayudado a generaciones de cantantes líricos a crecer y tomar decisiones en su carrera.
Así lo expresan la mezzosoprano Cassandra Zoé Velasco y los tenores Arturo Chacón-Cruz y David Lomelí, quienes vivieron de cerca la pedagogía y el encanto de un hombre que tras el telón es conocido como el Supermán de la lírica, el Rey Midas de la voz, un personaje que no abandonó la humildad, que trata a los cantantes como su familia y que parece incansable con numerosos conciertos en puerta.
Hoy celebra sus 75 años de edad y recibirá un video con un mensaje que han preparado al menos 30 de sus discípulos – «hijos artísticos», como él los llama—, quienes le envían una felicitación sorpresa en distintos idiomas para recordar al maestro cuya actividad artística no cesa.
Tan sólo ayer el tenor llegó al Palau de Les Arts Reina Sofía, como codirector musical, junto a Roberto Abbado, y en próximos días tiene compromisos agendados en el Americanairlines Arena de Miami (28 de enero), el Estadio Centenario de Montevideo (1 de febrero) y en la gala Shakespeare en el Hungarian State Opera.
Tres de sus pupilos mexicanos más destacados charlan con Excélsior sobre el amor de Domingo por la música, pero también su gusto por las playas de Acapulco, su afecto por el Real Madrid de Cristiano Ronaldo, su mesura por el café, el vino y el pastel.
Ángel de la guarda
El primero en evocarlo es Chacón-Cruz (Sonora, 1977), quien lo conoció en el año 2000. «De aquella ocasión recuerdo cómo desde el primer momento habló conmigo y me quitó toda la ansiedad y el nervio al estar frente a una leyenda. Me trató como familia desde el principio y eso habla de una persona humilde, buena y muy difícil de describir».
Con los años de esa relación artística nació la amistad, pero Chacón no deja de recordar al maestro que dejó huella en su vida y en su manera de cantar, no sólo por ser el gran tenor dramático, sino porque su trayectoria lo ha convertido en superhéroe de la ópera, un intérprete con cuya mayor virtud ha sido la flexibilidad en su voz, explica.
«No en vano ha cantado papeles ligeros, románticos y muchos dramáticos. Esto hace de él un fenómeno de la naturaleza, a quien llamamos Supermán, porque tiene una fuerza vocal y una flexibilidad fuera de lo común».
¿Le gustaría una carrera como la de Plácido Domingo?, se le pregunta al tenor que ha consolidado su carrera en Europa y próximamente se presentará en Zúrich. “Sí me gustaría, siempre que pueda mantener el equilibrio entre mi carrera, la familia y la salud. No sé si sea posible, porque a sus 75 años él está muy activo. Por suerte, este año cantaré dos veces con él, una en la ópera Macbeth, en Viena, y otra que aún no puedo anunciar”.
¿Qué destacar de Domingo? «Cuando estás con él se transforma en el más fuerte y el más entusiasta de los cantantes, en un líder de la música, del canto y la expresividad… es un gigante en el escenario. Él se considera mexicano y nos ha apoyado mucho. Para nosotros ha sido un ángel de la guarda y un gran mentor».
Repertorio imbatible
Para David Lomelí (Ciudad de México, 1981) Plácido Domingo es un milagro. «Es un tipo tocado por Dios, con una inteligencia emocional, musical y espiritual tremenda. Como artista es una especie de Rey Midas, para mí, un tenor con una voz impresionante, con un repertorio imbatible y una musicalidad increíble».
Además de eso, es un artista que domina muchos idiomas, detalla, «un excelente actor, director de orquesta, empresario y mentor… y como persona es indescriptible, porque no sólo ayuda a una gran cantidad de personas, sino que al mismo tiempo uno puede verlo feliz al lado de sus nietos. ¡Su agenda es increíble!»
Lomelí, quien actualmente es administrador artístico en el Teatro de la Ópera de Dallas, recuerda que conoció a Plácido Domingo en 2006, tras una audición organizada por Pepita Serrano y otros integrantes de la Sociedad Internacional de Valores de Arte Mexicano (SIVAM), en Nueva York, donde también asistió Eleazar Rodríguez.
¿Qué quedará después de Domingo? «Al final del día ahí está el récord de sus alumnos y de la gente que ha tocado. Dios dirá cómo serán las carreras de todos nosotros. Quizá no seremos la gran figura, pero observa la carrera de artistas con los que él ha estado involucrado, como Rolando Villazón, Arturo Chacón, Diego Torre y yo mismo».
Perfección vocal
Por último habla Cassandra Zoé (Ciudad de México, 1989), quien lo conoció en la semifinal de Operalia 2012, en Pekín. Aún recuerda que al final de aquella audición el tenor se acercó a ella y le preguntó por el futuro de su carrera. «Él supo que era mexicana y me preguntó en qué trabajaba. Le dije que cantaba lo más posible en México y que ya tenía un debut internacional. Entonces me preguntó si pensaba en un perfeccionamiento vocal y me sugirió viajar a Valencia o a Los Ángeles».
A partir de ese momento ya nada fue igual, apunta, no sólo porque le dio seguridad y le garantizó educación de alto nivel, sino porque se convirtió en su apoyo más importante para salir de México e iniciar formalmente su carrera en el extranjero.
«Domingo es un ser humano dadivoso con quienes lo rodean, siempre amable, respetuoso y comprometido con sus alumnos; siempre se toma el tiempo para compartir su experiencia», asegura la mezzo que este año retornará al MET Opera de Nueva York en Madama Butterfly y Simón Boccanegra; en esta última trabajará con Plácido Domingo.
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