C iudad Juárez, Chihuahua. 19 de agosto de 2016. (RanchoNEWS).- Tres jóvenes se reúnen un domingo por la mañana en una tienda en el centro de Madrid, se sientan frente a una pequeña pizarra y sacan papel y bolígrafo para apuntar. Mientras tanto, un cuarto improvisa un aula: «¿Alguna vez habéis revelado?». La persona que habla es Cristóbal Benavente copropietario de Sales de Plata, uno de los pocos negocios de la capital dedicados al revelado analógico que, además, imparte cursos. El eventual profesor abrió un blog de fotografía hace siete años. «Cubría un nicho de mercado que demandaba este tipo de servicio», afirma. Ahora, junto a su socia, Marta Arquero, regenta una tienda en la que vende cámaras y material fotográfico además de dar cursos de revelado y positivado. Arquero considera que la tienda ha aumentado gracias a un incremento de las ventas. Su establecimiento es un ejemplo de negocio que crece y vive gracias a esta alternativa al mundo digital, escribe Pablo Ramiro Carrera para El País desde Madrid.
«La fotografía analógica no va a desaparecer». Éste es el mantra que repiten los amantes de la imagen fija: los números de ventas en los últimos años parecen cumplir sus expectativas. Dugopa, una empresa abierta en 1940, se dedica entre otras cosas a la importación de productos fotográficos. Jorge Caballero es el director comercial de la sociedad. Cuenta que la venta de material analógico de ILFORD -la firma que ellos distribuyen- sufrió una gran caída con la llegada del digital a finales de los 90. Caballero afirma, sin embargo, que durante los seis primeros meses de 2016 han visto un aumento de ventas del 30% respecto a la misma etapa del año anterior. «El crecimiento de la venta de película ha sido mayor que el de papel», explica.
El interés por la fotografía tradicional no sólo se nota en la demanda de película. El festival Revela-T, en Vilassar da Dalt (Barcelona) ha visto un aumento de 8.000 a cerca de 14.000 asistentes este año. Su director, Pep Mínguez, coincide con Caballero en las cifras. Según Mínguez sus patrocinadores hablan de un aumento de ventas entre el 30 y el 40%. «Estamos ante un resurgir de la fotografía analógica, nunca volverá a tener el mismo mercado, evidentemente, pero hay público para todo y para el analógico cada vez hay más»
Mina Prodanova regenta junto a Alan, su padre, Alan Photoestudio, en Madrid. Afirma que en un año se han duplicado las solicitudes de revelado de película «Hace un par de años venía un carrete cada muchas semanas, ahora en una semana tenemos 5 o diez carretes», explica.
Prodanova no es la única propietaria optimista con el futuro de la fotografía analógica. José Luis Mur Vidaller es fotógrafo, coleccionista y empresario, dueño de la tienda madrileña Fotocasión. Allí, rodeado de cámaras de todos los tipos y modelos imaginables, Mur explica la situación actual de la fotografía tradicional. Considera que aunque la fotografía analógica ha quedado para unos pocos, ha vivido un repunte en el último año. «En digital tiramos todas las fotos que queramos, pero no se piensa. Con un carrete miramos, pensamos, y el 90 % de las fotos sale bien», explica. Mur repite el mantra: «La fotografía analógica nunca va a desaparecer, sobre todo la de blanco y negro». El fotógrafo considera que para los estudiantes de arte e imagen «la historia siempre va a estar en la fotografía».
Toño Cañadas no se olvidó de la historia de la fotografía. Fundó Nopo, una empresa de cámaras estenopeicas –sin lente– fabricadas de forma artesanal, en 2014. «Al principio estaba muy asustado, llevaba tiempo sin hacer fotos y no sabía qué iba a pasar con la fotografía analógica», afirma. Cañadas piensa ahora, sin embargo, que este tipo de fotografía está volviendo muy rápido y que aparecen nuevos proyectos.
Sin embargo, no todo es crecimiento en el mercado de la fotografía analógica. Como explica Mark Ostrowski, propietario de la distribuidora FotoR3, las grandes empresas –las que proporcionan el material– están sujetas a un caudal de producción: «Para seguir fabricando, la industria tiene que remodelarse en lo que a escala se refiere. El problema es que las máquinas de los grandes no se pueden remodelar, tienen que seguir fabricando volúmenes importantes». La demanda de producto analógico deberá mantener a estos productores. Ostrowski considera que si cae la venta de película para cine, la fotografía analógica no tendrá alternativa. Por esta razón, la empresa FILM Ferrania, en el norte de Italia, empezó un proyecto para la construcción de una nueva fábrica de película en Europa, pretenden fabricar película durante los próximos cien años. Como ellos mismos explican en la página web donde recaudan fondos, se trata de «hacer algo nuevo de lo viejo».
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