C iudad Juárez, Chihuahua. 17 de agosto
de 2016. (RanchoNEWS).- Los libros Incunables, impresos a partir de la invención de la imprenta de tipos móviles de Johann Gutenberg, hacia 1450 y hasta 1500, son los objetos más especiales que se pueden encontrar en una subasta, afirma Jesús Cruz, escribe Virginia Bautista para Excélsior desde la Ciudad de México.
El gerente del Departamento de Libros y Documentos Antiguos de Morton Subastas comenta que, aunque estos ejemplares son «limitadísimos», últimamente son más frecuentes de hallar en los remates de esta casa.
«Esto nos llena de orgullo, por eso queremos que la gente comprenda su valor cultural. Son tan escasos, sobre todo los europeos, que en los 20 años que llevo trabajando en Morton sólo se han subastado 15 de estas piezas», agrega.
El promotor describe que la palabra «Incunable» proviene del vocablo de origen latino Incunabulae, que significa «en la cuna». Por esta razón, dice, pueden considerarse Incunables a los primeros libros impresos en cada país, aunque para algunos autores sólo son Incunables los impresos en Europa.
«En el caso de México, son los publicados desde la llegada de la imprenta a la Nueva España, de 1539 hasta 1600», agrega.
En cuanto a sus características, Cruz detalla que son libros impresos en tipos góticos y usualmente de contenido religioso que marcan los primeros pasos de la imprenta.
«De carácter artesanal, estos ejemplares se realizaron en una época cuando aún no se establecían estándares editoriales. No contenían reclamos, paginación ni registro y carecían de signos de puntuación y acentos», indica.
Destaca que hasta 1470, los textos se presentaban de manera continua, sin intervalos como capítulos o apartados. «Usualmente carecían de título o frontispicio o éste se encontraba al principio del texto, elemento conocido como ‘incipit’ (aquí comienza). Fue hasta 1476-1478 que se imprimieron los títulos en hojas separadas».
Jesús Cruz señala que el valor de los libros Incunables se determinan tanto por su antigüedad como por su origen. «Considero a todos los Incunables importantes, cada uno tiene características que los hace únicos: autor, tema, ilustrados, lugar, impresor y estado físico. Su importancia radica principalmente en su antigüedad y que aún los podamos apreciar después de 566 años de impresos».
Asegura que los Incunables que se consideran más raros son los que están ilustrados o coloreados y los que tratan una temática no religiosa.
«Actualmente, el libro impreso más caro es The Whole Booke of Psalmes, de 1640, considerado el primero de Estados Unidos; después La Biblia, de Gutenberg, impresa en 1455. No necesariamente el libro más antiguo es el más caro, en su valor influyen sus características, su singularidad», añade.
Entre los Incunables que se han vendido en Morton Subastas, el gerente destaca a Incipit Liber qui Dicitur Supplemetu, de Nicolaus Ausmo, impreso en Venetiis: Leonardi Wild de Ratifbona, en 1489; Fafciculus Temporum Omnes Antiquorum Hyftorias Complectens, de Werner Rolewink, impreso en Strasburg: Johan Prus, en 1490; y De Imitatione Chrfti et de contenptu oim vanitatum mundi, de Johannis Gerfon, impreso en Parifii: Per Philippum Pygouchet, en 1491.
Y menciona además que han rematado dos Incunables impresos en México: Vocabvlario en Lengva Castellana y Mexicana, de Alonso de Molina, en Cafa de Antonio de Spinofa, en 1571; y Advertencias para los Confesores de los Naturales, de Fr. Joan Baptista (Fray Juan Bautista), impreso en el Convento de Sanctiago Tlatilulco, por M. Ocharte. en 1600.
Jesús Cruz menciona, por ejemplo, que el Incunable de Antonio de Molina se ha rematado en tres ocasiones: la primera vez, un ejemplar completo, se vendió en más de 250 mil pesos; la segunda ocasión, una pieza impecable, se subastó en 350 mil pesos; y la tercera vez, el libro estaba un poco defectuoso y faltante de hojas, se cotizó en 60 mil pesos. «No siempre tienen el mismo precio».
La siguiente subasta de Morton, el próximo 30 de agosto, no incluye ningún incunable, pero el experto espera que este año puedan ofrecer uno y en eso están trabajando. «Tratamos de conseguirlos, investigamos, los rastreamos, para que podamos tener esta oferta tan rica».
Por lo pronto, combinan en los remates tanto obras de arte como documentos antiguos, como la Real Cédula Dirigida al Obispo de Guadalajara para Censo y Envío de Religiosos, un edicto para censar y enviar a religiosos que fueran a evangelizar, firmada en Madrid en 1652; y Vistas Mexicanas, una de las primeras series fotográficas que publica Abel Briquet tras establecer su estudio en la Ciudad de México hacia 1880.
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