Portada de la novela gráfica Fellini en Roma. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 29 de diciembre de 2017. (RanchoNEWS).- «No me siento preparado para eso que llaman la existencia normal», confesaba el director italiano Federico Fellini en el documental Fellini, soy un gran mentiroso (2003). El genio jamás vivió en el mismo mundo que sus congéneres. Su «natural inclinación» hacia la invención, como solía repetir entrevista tras entrevista, no se lo permitía. La necesidad de proyectar sus fantasías era tal que los acontecimientos nacidos en su imaginación tenían para él más veracidad que los que ocurrían. Esa realidad tan peculiar y personal, en la que se mezclaban tanto sus recuerdos cómo sus deseos y sueños, es la que el dibujante Tyto Alba (Badalona, 1975) ha conseguido plasmar fielmente en su última novela gráfica, Fellini en Roma (Astiberri). Carlos Mascia reporta para El País.
Alba ha decidido adentrarse en el universo del monstruo del cine atraído por ese mundo tan suyo, hecho de personajes a la vez sutiles y caricaturescos, «que se mueven dentro de los sueños con un toque profundo, lírico, poético y a veces melancólico». Y así aparece Fellini en la obra del dibujante. Un director ya muy mayor, aquejado de insomnio, que deambula cada noche por las calles de Roma. «Me gustaba la imagen de ese personaje que tenemos asociado a las multitudes, al ruido, al circo, de repente caminando solo en silencio con sus pensamientos», explica Alba.
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