Los pretorianos del Louvre. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 5 de enero de 2018. (RanchoNEWS).- Pocas unidades militares arrastran tan mala fama como los pretorianos, la guardia de los emperadores de Roma, su privilegiada (cobraban mucho más que los legionarios y servían menos tiempo) y a menudo petulante escolta. El cuerpo, que también acompañaba en campaña al emperador, entrando en combate como soldados, tuvo múltiples funciones incluyendo las de policía secreta, espionaje y operaciones clandestinas (como asesinar a enemigos del Estado). Fue precursor de las unidades de élite y de los guardaespaldas de los líderes modernos, influyó en contingentes como la Guardia Suiza, la Guardia Imperial de Napoleón o las SS, y su eco llega hasta La Guerra de las Galaxias, en cuya nueva entrega, Los últimos Jedi, el malvado líder supremo cuenta con una guardia personal inspirada directamente en ellos (aunque armada con espadas y lanzas láser en lugar de gladios y pilums). Reseña Jacinto Antón para El País.
A los pretorianos originales, a los que hemos podido ver haciendo de malos malísimos en decenas de películas de toga y sandalia, entre ellas Quo Vadis, La caída del imperio romano o Gladiator, sin olvidar la serie Yo, Claudio, se los denostó ya en la antigüedad por convertirse a menudo en el poder detrás del trono y por su fea costumbre de poner y quitar (matándolos, claro) césares a su antojo. Se los habituó a recibir una paga extra cada vez que había un relevo de emperador, lo que fomentó su deseo de cambio. Uno de sus emblemas era el escorpión, que les iba como anillo al dedo aunque en realidad lo tomaron del signo zodiacal del emperador Tiberio.
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