La escritora en la Ciudad de México. (Foto: UNAM)
C
iudad Juárez, Chihuahua. 5 de marzo de 2024. (RanchoNEWS).- Desde su publicación en España, en septiembre de 2019, el ensayo «El infinito en un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo» (Ediciones Siruela), de la zaragozana Irene Vallejo (1979), la historia del periplo de 30 siglos de la palabra escrita, tan épico como solamente puede narrar la mitología, donde el libro, los libros, esa concepción de un material capaz de contener el conocimiento y de alojar aquello que solamente la imaginación es capaz de construir, estaba destinado a convertirse en un efervescente fenómeno literario, escribe Ricardo Quiroga en El Economista.
El valor con el que la filóloga egresada de la Universidad de Zaragoza dotó a ese ensayo de más de 450 páginas se debe a que no sólo desmenuza la historia de los libros a través de sus materiales, desde los libros de humo, de piedra y piel, hasta los de papel y los digitales; también dibuja el trajín de los oficios alrededor de ellos y hace inmersión en los campos de batalla, donde los libros se vieron comprometidos, o en aquellos pasajes fatales de la historia de la humanidad en cuyas hogueras ardieron miles de textos «prohibidos».
Pero no sólo eso. Vallejo rescató de la historia marginada los nombres y proezas de aquellas mujeres que resultaron fundamentales para el periplo de los libros, y para ello se remonta lo más atrás que permiten los registros, al siglo XXIII a.C., a los tiempos de Enheduanna, la primera mujer poeta conocida o al menos de la que se ha documentado.