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Artículo publicado en El Universal Ilustrado, en donde el artista plástico Carlos Mérida describe a la fotógrafa María Santibañez como «la retratista de la mujer». (Foto: Leo Morales)
C iudad Juárez, Chihuahua, 28 de mayo 2011. (RanchoNEWS).- La historia de la fotografía en México aún está por construirse. La tradición fotográfica indica que Natalia Baquedano es la pionera de este oficio en México, pero antes de ella hubo otras mujeres, hasta ahora poco conocidas, que se abrieron paso desde finales del siglo XIX en una profesión que correspondía más al sexo masculino. Una nota de Abida Ventura para El Universal:
Ésa es la premisa con la que José Antonio Rodríguez, crítico de fotografía, realizó la curaduría de Otras miradas. Fotógrafas en México, 1872-1960, exposición que actualmente se exhibe en el Museo de Arte Moderno.
Mediante un trabajo que implicó dos años de investigación y revisión tanto de archivos y colecciones fotográficas, que a principios de agosto se verá plasmada en un libro que acompaña a la muestra, José Antonio Rodríguez intenta reconstruir el papel que algunas mujeres realizaron en la fotografía a principios de la década 70 del siglo XIX, 30 años después del nacimiento de la fotografía (1839).
Según el editor de la revista Alquimia, es hacia 1872 en que se tiene noticias de las primeras mujeres fotógrafas, algunas de ellas intelectuales que llegaron a México acompañando a sus parejas o como viajeras amantes de la cultura precolombina. A la par de estas extranjeras, en México las primeras mujeres en ejercer el oficio se preparaban en instituciones como el Colegio de Artes y Oficios, en la ciudad de México o la Escuela de Artes y Oficios, en Puebla.
Poco se sabe de ellas, indica el investigador, pero asegura que para ese momento ya existían mujeres que incursionaban en el arte fotográfico por todo el país, de las cuales hasta hoy han sobrevivido sólo algunas imágenes sueltas y dispersas, así como algunas menciones en fuentes de la época.
Una de ellas es María Guadalupe Suárez, de quien, según el crítico, únicamente se conoce una fotografía y fue la primera mujer en instalar un estudio en la ciudad de México.
Lo único que se sabe de esta pionera viene de una fuente: «un directorio comercial de 1880 indica que tenía instalado un taller en la calle de Chiconautla número 3, en la Ciudad de México, en donde edita el Álbum fotográfico de México del que advierte que ella es la editora y propietaria», explica Rodríguez. Relata además que tras consultar en colecciones privadas y buscar en archivos imágenes de ésta fotógrafa, localizó en la Fototeca Nacional la única que hasta ahora se conoce, cuya reproducción se exhibe en la muestra.
«Lo importante de esto es que se consideraba a Natalia Baquedano como la primera fotógrafa mexicana, es un lugar común para los historiadores de la fotografía; pero el descubrimiento de María Guadalupe Suárez indica que hubieron otras antes que Natalia», asegura el especialista, para quien está investigación es un proyecto innovador a nivel visual, ya que en México no se había realizado una reconstrucción tan minuciosa que descubriera una parte de la historia fotográfica de casi un siglo.
Un clavado a los archivos
Así de enigmática pero un poco más conocida es la poblana María M. Alatriste, quien en 1885 comienza a trabajar en los paisajes de Puebla y su gente.
Hasta ahora, indica Rodríguez, lo único que se conoce de María M. Alatriste es a partir de un directorio comercial de Puebla y de cuatro fotografías suyas, tres localizadas en la Fototeca Antica, de Puebla y otra en una colección privada.
Según el crítico, el trabajo de esta pionera mexicana destaca por el uso de la esteroscopia (imágenes dobles que se ven en tercera dimensión).
A partir de la información registrada en las fotografías disponibles, dice Rodríguez, se sabe que primero trabajó junto a su padre, Gustavo Alatriste, durante 1860 y 1870. Para 1880 las fotografías están firmadas sólo con el nombre de María M. Alatriste.
Otra gran artista de la lente es María Santibáñez, de quien ya en 1920 se hablaba sobre su trabajo en los medios impresos. Así lo demuestra un artículo que el artista plástico Carlos Mérida publicó en El Universal Ilustrado, el 21 de octubre de 1920.
En ese artículo, acompañado de retratos realizados por Santibáñez, Mérida se refiere a ella como «la retratista de la mujer»: «María Santibáñez es indiscutiblemente la retratista de la mujer; fácil será comprobarlo observando las reproducciones que acompañan a estas páginas; palpita en cada una de ellas el alma alada y ligera de la mujer».
En el texto titulado «Retratistas Mexicanos», el artista plástico alaba el trabajo de la fotógrafa: «María Santibáñez nos dice que la mujer se presta más que el hombre a especulaciones artísticas en el campo de la fotografía y a ese respecto creemos que ella no tiene toda la razón si consideramos que su labor está supeditada a la necesidad de trabajar determinados modelos... La artista nos dice que su arte está por encima de la vida y ella lo sabe ya que ha conocido dolorosos comienzos llenos de egoísmo y envidia».
El retrato femenino en Satibáñez es fundamental, afirma Rodríguez: «hay en cada retrato una mirada delicada, coloca flores, difumina muy bien la imagen. Lo que hacia ella era bellísimo».
Otro de los atributos del trabajo de María Santibáñez, añade, es que fue la primera mujer en asumir que la fotografía es un oficio femenino. Así como lo demuestran los documentos que el investigador publicará en el libro que acompaña a la exposición, entre ellos una entrevista publicada por la revista Mujer, el 1 de junio de 1927, y otra del Rotográfico. Semanario de Actualidad, publicada el 13 junio 1928.
De esta notable retratista, que según la información que ofrecen estos textos, tenía su estudio en Avenida Juárez 62, se exhiben seis fotografías, pero el investigador dice que a diferencia de las anteriores, de ella se conocen más imágenes (unas 30). Entre las colecciones que resguardan su acervo están Fundación Televisa, la galería López Quiroga y otras colecciones privadas.
Rodríguez asegura que el proyecto es un primer acercamiento a una historia poco conocida, pero espera que a partir de ello surgan investigaciones que permitan reconstruir la historia de las fotógrafas en México.
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