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jueves, junio 27, 2013

Noticias / México: El arte del rebozo se nos va de las manos, alerta Marta Turok

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La antropóloga, ayer, en el Museo Franz Mayer (Foto: Roberto García Ortiz)

C iudad Juárez, Chihuahua. 27 de junio de 2013. (RanchoNEWS).- «¡Hey, México! ¡Se nos está yendo de las manos la técnica del jaspe y el arte del rebozo!,» es la advertencia que lanzó la antropóloga Marta Turok al anunciar una serie de actividades para luchar contra la desaparición de esta pieza textil mexicana. Una nota de Alondra Flores para La Jornada:

Del 3 al 7 de julio, en el Museo Franz Mayer, se reunirán tejedores, empuntadoras, proveedores de materia prima, diseñadores, investigadores, coleccionistas y todo público durante la cita titulada «El arte del jaspe y el rebozo: pautas para la conservación de una tradición», técnica compleja y laboriosa, «que no hemos llegado a valorar», afirmó la especialista, quien encabeza la organización del encuentro.

«Se llega a pensar que es un estampado, y precisó que se trata de trabajar con hilos, dibujar, teñir, amarrar, tejer y hacer las barbillas que cuelgan en los extremos del textil, que son conocidas como puntas. Hay de 14 a 17 pasos y cinco diferentes personas involucradas en un rebozo del telar de pedal.»

Al invitar a participar en el encuentro que busca hacer conciencia y analizar las zonas donde el rebozo todavía tiene esperanza de supervivencia, así como crear vínculos entre los creadores, Turok ofreció un diagnóstico sobre el grave riesgo de desaparecer de este arte. En algunos lugares los propios artesanos comienzan a decir que ya no hay forma de rescatarlo, como en Chilapa, Guerrero, y en Zamora, Michoacán.

Por ejemplo, detalló, en Tenancingo, estado de México, hay aproximadamente 40 talleres de telar de pedal, de los cuales en sólo cuatro trabajan nuevas generaciones. En Moroleón y Uriangato, Guanajuato, los tejedores tienen casi 80 años de edad y, expresan, «en cinco años, esto se acaba». En Zamora ya sólo queda un taller, que desde hace cinco años se le pide que transmita la parte medular, que es el dibujo y el amarre.

«Esto es algo muy nuestro, que tiene un valor insustituible. Con lo que nos queda en las otras tres entidades. Yo no le veo un futuro promisorio», alerta Turok. «El hilo se rompe por lo más delgado.»

Convertirlo en mascada o chal

Las causas de la desaparición son diversas. La falta de transmisión generacional y la falta de trabajadores de la técnica y la llegada de otras industrias son algunas de ellas.

En opinión de Marta Turok, «el más alto riesgo del rebozo es que le tomen una foto, lo metan a una computadora, lo manden a imprimir fuera de México y lo conviertan en una mascada o un chal de seda. La mayoría de la gente no va a saber distinguir cuándo es un jaspe verdadero. No hay un mecanismo legal para que paguen derechos. Sería la muerte del rebozo, tú imprimes un metro y acabas con él.»

A partir de la segunda mitad del siglo XX comenzó a languidecer la tradición y a existir una gran crisis de los centros productores, que han sido visitados por Turok durante los 10 años recientes, donde encontró el testimonio de que en la década de los 70 el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) exigió afiliar a todos los trabajadores, «por más que trataron de explicar que se trataba de un arte y un oficio». Entonces, varias de las comunidades decidieron cerrar. «Esa fue una de las primeras estocadas.»

Expuso que donde parece haber mejor salud es en la técnica del telar de cintura en Santa María del Río, San Luis Potosí, proclamada la cuna de esta pieza mestiza, de la que no se sabe con certeza su origen. Aquí, es gracias a una escuela que se ha preservado la tradición. «Pero el resto del país necesita oxígeno, aunque sean menos los que queden, pero si queremos rebozos jaspeados a futuro, vamos a tener que hacer una acción concertada.»

Y es por eso que surge el llamado a las actividades en el Museo Franz Mayer, ubicado en Hildalgo 45, Centro Histórico. Se ofrecerá una parte académica con un seminario con ponencias de investigadores, el 3 y 4 de julio, con entrada libre para todo público. Además, habrá un panel con testimonios de los productores. «Estoy invitando a la gente grande, y a sus hijos cuando están interesados en la técnica. A ellos los tenemos que arropar. Agradecer a los mayores, pero a este puñado de jóvenes decirles ‘¡sigue, te valoramos! Vamos a trabajar junto a ti para que se pueda hacer del rebozo una vida digna».

Esos mismos días, por las tardes se impartirán talleres exclusivos para los artesanos, donde podrán analizar de cerca cinco rebozos históricos de la colección del Museo Franz Mayer, y otros cinco del siglo XX que pertenecen a la de Ruth Lechuga. «De tal manera que el pasado les sirva como inspiración del presente y el futuro», además de otros talleres de historia y nuevos formas de diseñar que incorporen innovaciones para un nuevo mercado urbano, joven y cosmopolita.

«Quiero juntarlos, que hablen entre sí, que no se vean como competencia, sino como parte de una selecta familia que tiene mucho que aportar a la cultura mexicana,» señaló.

El programa de fin de semana está dirigido para la sociedad en general, en el que habrá una exposición y venta, además de conferencias, pasarelas, la proyección de seis videos con historias de vida de los creadores y un concierto de música oaxaqueña el domingo, a las 13 horas.

Marta Turok presentará al medio día del sábado el panel «¿Cómo leer un rebozo?,» donde explicará todas las partes que componen este trabajo textil, «para que cada persona vea que hay 30 elementos que puedes ir dominando poco a poco, para ir entendiendo la pieza,» ante la necesidad de aprender más sobre la técnica y así poder apreciar y pagar un precio justo. «Si no entendemos la técnica, cómo vamos a apreciar la laboriosidad, el número de horas que esto invirtió. ¡El destino ya está alcanzando al rebozo!»



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