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viernes, junio 14, 2013

Artes Plásticas / Suiza: Art Basel, el pico del arte

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Entrada al nuevo pabellón de Art Basel, diseño de los arquitectos Herzog & de Meuron.  (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 12 de junioo de 2013. (RanchoNEWS).-Tan solo dos semanas después de la inauguración de la 55 Bienal de Venecia, una edición marcada por buen sabor de boca dejado por el El Palacio Enciclopédico de Massimiliano Gioni, el mundo del arte vuelve a concentrarse esta vez en la ciudad suiza de Basilea donde, como cada mes de junio, abre sus puertas la feria Art Basel, el mayor escaparate del mercado del arte al que uno puede asomarse. La aparición de nuevas ferias, o la apertura de nuevas sucursales por parte de Art Basel y Frieze en Hong Kong y Nueva York respectivamente, han convertido la primavera en un verdadero tourmalet. Muchos feriantes, sobre todo los del continente americano, que hayan acudido también a Venecia (¿quién no lo ha hecho?) acabarán pasando más de un mes fuera de sus casas en una carrera agotadora. Una nota de Javier Hontoria para El Cultural:

Como venimos repitiendo cada vez que se acerca la feria, en Basilea no entienden la palabra «crisis», o al menos, no sobrevuela titulares y corrillos como ocurre durante ARCO. La osadía de Barceló y su ya célebre escabechina con la que se refirió a la feria madrileña en sus días previos sería impensable en Basilea, donde no se concibe que nada ni nadie cometa la imprudencia de trabar el desarrollo normal de un evento que funciona impecablemente. El martes a primera hora, ya fluían las ventas incluso antes de la inauguración, como viene siendo habitual, con muchos de los mejores y más voraces coleccionistas del mundo ya en los pasillos de la feria.

Una de las principales novedades es la arquitectura que alberga la feria, proyectada por Herzog & de Meuron, el equipo suizo con estudio en Basilea. Se trata de la ampliación del pabellón que tradicionalmente acogía la sección de Art Unlimited, que ahora cierra la plaza creando un gran arco de entrada en el lado opuesto al emblemático Hotel Ramada. El pabellón sigue albergando Art Unlimited, Art Statements y la zona de publicaciones y el auditorio, pero todo ha crecido, sobre todo el Unlimited, un espacio ahora colosal, con casi 80 proyectos de enorme envergadura.

Es, tal vez, la edición de Art Unlimited más opulenta, barroca y excesiva que recuerdo, con piezas gigantescas que obvian cualquier apego a la escala humana. Algunas son estupendas, pero muchas han sido sobredimensionadas pretendidamente, quebrando su naturaleza esencial, para adaptarse a estos formatos innecesariamente grotescos. Todo el mundo habla del vídeo de Pierre Huyghe rodado en su instalación de Documenta. Es un buen trabajo pero no logra igualar la conmovedora experiencia que ofrecía en el parque de la ciudad alemana. También son meritorios los trabajos de Johan Grimonprez, Roni Horn, Wolfgang Laib, Matt Mullican o el de un recuperado Tunga. Pero todo es, en general, ruidoso y apabullante y encarna con nitidez esa espectacularidad efímera que alumbra toda feria de arte.

En su programa general es esta una edición extraordinaria, con un nivel altísimo en las propuestas presentadas. Los stands de la londinense Thomas Danes, la berlinesa Esther Schipper, con buenas piezas de Gabriel Kuri, General Idea y Phillippe Parreno; el de la paulista Luisa Strina, con Fernanda Gomes y Gabriel Sierra; el como siempre excepcional esloveno afincado en Berlín Gregor Podnar, que estuvo en ARCO y dice que repite el año que viene, con Marzena Novak, Attila Csörgo y Tobias Putrih; los noruegos de Standard con un fenomenal espacio con piezas nuevas estupendas de Tauba Auerbach y de Matias Faldbakken; el de Silvia Dauder, con Mullican, Leblon, Weber, Mendizabal y un magnífico Jochen Lempert en el muro exterior; el stand del portugués Pedro Cera, con Ed Templeton y un estupendo Gilberto Zorio de primera época... Muy buen nivel general el de este año. La representación española en la «feria grande» está compuesta por las habituales Juana de Aizpuru, Helga de Alvear, Elvira González, Joan Prats y ProjecteSD mientras que en Art Features participará la madrileña Parra & Romero.

En Liste y en Volta, las otras citas que completan la nómina de ferias relevantes en Basilea, tienen, también, participación española. En Liste pueden verse los stands de Nogueras Blanchard y de MaisterraValbuena, dos galerías habituales en la feria que tiene lugar en la antigua cervecera a la orilla del Rhin. NoguerasBlanchard presenta la obra de Ignacio Uriarte, Anne-Lise Coste y Wilfredo Prieto mientras MaisterraValbuena apuesta por Regina de Miguel, A Kassen y Maria Loboda. En Volta la participación es más cuantiosa con la presencia de Espacio Mínimo, ADN, Alarcón Criado, Arana Poveda, Espai Visor y PRO Gallery que, aunque no ha arrancado todavía en Madrid, ya participa en feria internacionales.

Pero el interés de estos días del arte suizos no reside exclusivamente en las ferias y en lo estrictamente comercial. Los grandes museos de la ciudad se vuelcan con Art Basel y programan sus mejores exposiciones para hacerlas coincidir con la feria sabedores de la categoría de la audiencia que se concentra en Basilea durante estos días. Un buen equilibrio entre el arte moderno y el contemporáneo define la oferta de este año, cuyos estandartes son Max Ernst y Steve McQueen.

La exposición de Max Ernst puede verse en la siempre cautivadora Fundación Beyeler en Riehen, camino de Alemania, a apenas 10 kilómetros del centro de Basilea. Es una muestra que ha sido coproducida con la Fundación Albertina de Viena, una institución que lleva ya un par de años estudiando en profundidad algunas de las figuras claves de la vanguardia en general y del surrealismo en particular (¿recuerdan la muestra, aquí reseñada, dedicada a Magritte el pasado año?). Es una de las exposiciones más grandes dedicadas al artista alemán, amigo de Duchamp y de Picabia, concienzudo investigador de las posibilidades expresivas de la pintura, del collage, del frottage... Ernst es autor de algunos de los cuadros más representativos del periodo de entreguerras y esta estupenda exposición da buena fe de la dimensión real del artista.

En Schaulager, el centro construido por Herzog & de Meuron en el barrio de St. Jakob, puede verse la esperada retrospectiva de Steve McQueen,  que procede del Art Institute de Chicago. Es esperada por la calidad de la obra, por supuesto, pero también por las extraordinarias condiciones de montaje con que se ha definido la muestra, algo habitual, por otro lado, en este centro. No se lo pueden perder. Hay películas realizadas en los últimos veinte años entre las que destaca Giardini, con la que participó en el Pabellón británico de la Bienal de Venecia, Static, su aclamado y tenso retrato de la Estatua de la Libertad de Nueva York, además de sus conocidas películas Hunger y Shame, también aplaudidas desde el ámbito del cine comercial. Es, sin duda, una exposición extraordinaria.

En la Kunsthalle de Basilea puede verse una interesantísima exposición del francés Michel Auder, cineasta de las pequeñas cosas cotidianas. Con metraje propio y con otros que toma prestados de diferentes archivos, Auder viene construyendo un universo muy personal basado en las diferentes maneras de mirar, de observar la vida a nuestro alrededor. Además de Auder, proyectos de Paulina Olowska, con quien el director de la institución, Adam Szymczyk, ya ha trabajado en diferentes ocasiones, y el colectivo mexicano Tercerunquinto completan el estupendo programa de la mítica Kunstalle para esta primavera.

En el Museo Tingueley puede verse una exposición del artista lituano Zelvinas Kempinas, que trabaja con el legado del arte cinético. Sus instalaciones, de fuerte aire minimalista y activadoras de los mecanismos sensoriales del espectador, se relacionarán entre ellas y también lo harán con los trabajos de la colección de Tingueley que custodia el museo. Y en los dos museos que comprenden el Kunstmuseum Basel, el clásico y el contemporáneo, este último junto al río, pueden verse también interesantes exposiciones. El Kunstmuseum se detiene ante Picasso y Ed Ruscha mientras que el Gegenwartkunst Museum propone una muestra colectiva, Some end of things, organizada por Nikola Dietrich y Scott C. Weaver.

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