Imagen de archivo con el productor Rick Hall, a la izquierda, charlando con el músico de soul Clarence Carter en los estudios FAME, en Alabama. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 3 de enero de 2018. (RanchoNEWS).-No fue ninguna estrella ni su nombre ni su rostro eran conocidos por el público, pero Rick Hall fue uno de los mayores contribuidores al desarrollo de la música popular gracias a su papel esencial en el soul, ese género que, a través de la casa de grabación que fundó a finales de los cincuenta, alcanzó su mejor representación. Fundador de los estudios FAME e imprescindible productor de voces como Etta James, Wilson Pickett o Arthur Alexander, Hall ha muerto a los 85 años a causa de un cáncer. Fernando Navarro reporta para El País.
Nacido en un pueblo de Mississippi, aunque criado en un condado pobre de Alabama, Hall nunca tuvo una vida fácil hasta llegar a moldear con su visión artística un estilo, el soul, que adquirió todo su significado espiritual y su poder de documentación social. Hijo de un matrimonio campesino sin apenas recursos, su madre se esfumó de casa cuando era un niño. Se quedó a cargo de su padre, un hombre del campo, sin estudios, que apenas pudo darle casi nada en vida, pero que siempre apoyó las aventuras musicales de su hijo. Tocó en formaciones locales sin éxito, pero cayó en una grave crisis existencial al morir su mujer en un accidente de coche mientras él conducía. Durante cinco años se hizo alcohólico y vagabundo. Sólo la música le ayudó a salir del pozo. Los discos que escuchaba y a los que intentaba aportar algo cuando componía o tocaba con gente le salvaron la vida. Poco a poco fue adquiriendo dinero y, de su obsesión por la música, nacieron unos estudios de grabación, a la postre, legendarios.
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