Rancho Las Voces: Textos / «La máquina de escribir» por J.J. Armas Marcelo
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jueves, octubre 14, 2021

Textos / «La máquina de escribir» por J.J. Armas Marcelo

Las Olimpias que utilicé en mis primeros años de escritura están ahí, en mi casa de la sierra de Madrid, durmiendo el sueño de la memoria en su lugar de honor. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 13 de octubre de 2021. (RanchoNEWS).- Para la inmensa mayoría de los escritores la máquina de escribir era hace algunos años un imprescindible artefacto de trabajo. Salvo para aquellos, como los poetas, a los que la tracción directa -el lápiz frente al papel en blanco, a la búsqueda de las cuatro palabras mágicas- les era necesaria para su escritura literaria, los demás trabajamos siempre con la máquina de escribir. Ese mecanismo magnífico se convertía en sujeto sagrado al que nos encomendábamos antes de ponernos a escribir. Según la pulsión del cerebro, sabíamos si teníamos que seguir o detenernos. Era esa música imaginaria de piano las que nos transformaba en pianistas en el momento de escribir y, los fanáticos de la escritura literaria, no podíamos dejar de tocar las teclas del piano y observar el resultado de lo que los románticos llamaban inspiración, que es un método de trabajo mental como otro cualquiera.

«Papá, hemos crecido oyendo tu máquina de escribir», me dicen mis hijos de vez en cuando, en alguna comida o celebración familiar, o en las frecuentes veces en las que nos vemos a lo largo de los meses. Para mí es un orgullo extraño y muy gratificante escuchar de la boca de mis hijos lo que yo considero uno de los mejores elogios que me pueden dedicar como escritor. Quiere decir que saben que he trabajado lo mío hasta llegar a la edad que tengo, que ya empieza a ser provecta. Pero ni siquiera con los años, me olvido de las máquinas de escribir que me han ayudado en mi vida a ser el escritor que soy. Guardo algunas de ellas como reliquias sagradas y de vez en cuando les echo un vistazo e incluso me atrevo a limpiarlas, como sujetos de un museo personal que me recuerda otras épocas.

El texto de J.J. Armas Marcelo es publicado por El Cultural