Mina El Edén
Hazeel T. Zárate
Hace una semana fue inaugurado en la Mina El Edén, en Zacatecas, el primer museo bajo tierra; en el interior del Cerro del Grillo, a 180 metros bajo tierra, se exhiben alrededor de 300 piedras preciosas y semipreciosas extraídas de diversas partes del mundo.
Este atractivo turístico de la capital, destacado ahora cuenta con un espacio cultural que busca mostrar la riqueza que la naturaleza ha formado en distintas partes del universo.
El proyecto museográfico fue posible gracias a la inversión de la iniciativa privada, sobre todo de la empresa Cofre de Fresnillo, que dio recursos para la restauración de toda la Mina de El Edén
Las piezas donadas por el coleccionista Juan Manuel Navarro son procedentes de Brasil, Estados Unidos, Irlanda del Norte, Marruecos, Perú, India, España, Australia, China, Canadá, Italia, Chile, Bolivia, Madagascar, Inglaterra, Escocia, Malasia, Rusia, Sudáfrica y Pakistán. Destacan las piedras preciosas de México representado con ejemplares de Zacatecas, San Luis Potosí, Nuevo León, Guanajuato, Oaxaca y Nayarit.
tinanitas y fluoritas. La muestra abarca desde cuarzos, plata, jacintos y meteoritos, hasta fluoritas, titanitas, calcitas, melanitas, vanadinitas, giloritas, grosularitas, analamas y yeso. La gama de colores destellan en medio de la semioscuridad que alberga la mina, las cuales fascinan al visitante, quien queda embelesado por la distribución que hay entre el museo y la mina.
El proyecto contó con la asesoría de mineros e ingenieros quienes para su construcción tuvieron que hacer trabajos de excavación que duraron aproximadamente dos años, debido a que buscaban no dañar la estructura natural de la mina.
Los explosivos fueron colocados estratégicamente para ampliar más los túneles y crear los nichos de exhibición. Una de las ventajas de este acervo es que no requiere de cuidados especiales en cuanto a su conservación, porque se encuentran en su ambiente natural. Debido a la temperatura existente no se incluyeron las piedras salinas, cuyo material podía correr riesgo en ese lugar.
El museo fue instalado a un costado donde comienza el recorrido hacia los socavones de la mina. Para llegar a este lugar, la gente tiene que recorrer en un carrito 520 metros hacia el interior del cerro. De esta manera, antes de que las personas caminen por los túneles rocosos, tienen que pasar forzosamente por esta exhibición.
El museo resguardará diversos proyectos como el montaje de seis fotografías antiguas donde se muestran aspectos de la minería: hombres trabajando en los molinos y en los socavones, así como los sistemas de transportación de los productos.
También se exhibe un mapa donde se observa la gran cantidad de túneles que había para ingresar a la mina y próximamente se convocará a los artistas zacatecanos para que expongan su obra plástica en la discoteca que se encuentra en el interior.
“Es un proyecto completamente cultural y didáctico, porque buscamos que nuestros visitantes conozcan más de cerca lo que nos brinda la tierra y que hagan conciencia ecológica sobre el valor de cuidar nuestro ambiente, reflexionó el arquitecto Alfonso Monreal, responsable de este proyecto.
Hace una semana fue inaugurado en la Mina El Edén, en Zacatecas, el primer museo bajo tierra; en el interior del Cerro del Grillo, a 180 metros bajo tierra, se exhiben alrededor de 300 piedras preciosas y semipreciosas extraídas de diversas partes del mundo.
Este atractivo turístico de la capital, destacado ahora cuenta con un espacio cultural que busca mostrar la riqueza que la naturaleza ha formado en distintas partes del universo.
El proyecto museográfico fue posible gracias a la inversión de la iniciativa privada, sobre todo de la empresa Cofre de Fresnillo, que dio recursos para la restauración de toda la Mina de El Edén
Las piezas donadas por el coleccionista Juan Manuel Navarro son procedentes de Brasil, Estados Unidos, Irlanda del Norte, Marruecos, Perú, India, España, Australia, China, Canadá, Italia, Chile, Bolivia, Madagascar, Inglaterra, Escocia, Malasia, Rusia, Sudáfrica y Pakistán. Destacan las piedras preciosas de México representado con ejemplares de Zacatecas, San Luis Potosí, Nuevo León, Guanajuato, Oaxaca y Nayarit.
tinanitas y fluoritas. La muestra abarca desde cuarzos, plata, jacintos y meteoritos, hasta fluoritas, titanitas, calcitas, melanitas, vanadinitas, giloritas, grosularitas, analamas y yeso. La gama de colores destellan en medio de la semioscuridad que alberga la mina, las cuales fascinan al visitante, quien queda embelesado por la distribución que hay entre el museo y la mina.
El proyecto contó con la asesoría de mineros e ingenieros quienes para su construcción tuvieron que hacer trabajos de excavación que duraron aproximadamente dos años, debido a que buscaban no dañar la estructura natural de la mina.
Los explosivos fueron colocados estratégicamente para ampliar más los túneles y crear los nichos de exhibición. Una de las ventajas de este acervo es que no requiere de cuidados especiales en cuanto a su conservación, porque se encuentran en su ambiente natural. Debido a la temperatura existente no se incluyeron las piedras salinas, cuyo material podía correr riesgo en ese lugar.
El museo fue instalado a un costado donde comienza el recorrido hacia los socavones de la mina. Para llegar a este lugar, la gente tiene que recorrer en un carrito 520 metros hacia el interior del cerro. De esta manera, antes de que las personas caminen por los túneles rocosos, tienen que pasar forzosamente por esta exhibición.
El museo resguardará diversos proyectos como el montaje de seis fotografías antiguas donde se muestran aspectos de la minería: hombres trabajando en los molinos y en los socavones, así como los sistemas de transportación de los productos.
También se exhibe un mapa donde se observa la gran cantidad de túneles que había para ingresar a la mina y próximamente se convocará a los artistas zacatecanos para que expongan su obra plástica en la discoteca que se encuentra en el interior.
“Es un proyecto completamente cultural y didáctico, porque buscamos que nuestros visitantes conozcan más de cerca lo que nos brinda la tierra y que hagan conciencia ecológica sobre el valor de cuidar nuestro ambiente, reflexionó el arquitecto Alfonso Monreal, responsable de este proyecto.