El objetivo de un personaje como este típico pícaro, que sortea las dificultades de la vida, es que el lector mantenga el deseo de libertad pese a las vicisitudes del mundo de hoy, dijo la escritora y profesora universitaria.
Autora de más de 30 libros de narrativa, poesía y ensayos, Muñiz-Huberman explicó que su personaje es un protagonista de la novela picaresca, cuya obsesión es sobrevivir a todas las catástrofes de la vida, como les ocurre siempre a los pícaros, pero ubicado ahora en situaciones del siglo XX.
Es un personaje viajero, vagabundo, un hombre que no se puede estar quieto en un lugar, que aprende todos los oficios para sobrevivir, relató Muñiz-Huberman, quien es autora de libros como Dulcinea encantada, Morada interior, La guerra del unicornio y Areúsa en los conciertos.
Su ficticio Mateo Alemán II es un homenaje al escritor sefardí Mateo Alemán, autor del Guzmán de Alfarache. Como los buenos protagonistas de la picaresca española que quiso revivir MuñizHuberman, es un aventurero, un perpetuo vagabundo, un judío errante.
La ganadora del primer Premio Sor Juana Inés de la Cruz, lleva a su personaje a recorrer el mundo y a ser testigo del surgimiento del fascismo en Italia y del nazismo en Alemania, además de gran rebelde y revolucionario en la Guerra Civil española.
"Quería ponerlo en las guerras, en medio de conflictos armados e ideológicos, quería que fuera al mismo tiempo testigo y protagonista, que fuera recogiendo con su mirada pícara todo su alrededor, que conociera a grandes personajes de la época, con los que puede conversar y retratar", comentó.
Mateo Alemán II traba amistad, seduce y ama a personajes como Stefan Zweig, Walter Benjamin, Josephine Baker, Theodor Adorno, Karl Kraus, Bruno Walter y Ludwig Wittgeinstein, entre otros.
Su personaje toca además un tema que ha desarrollado en diferentes libros, como el exilio español, por eso lo hace salir y volver a España, con la avidez de aprender, adaptarse, ser tolerante, de no sentirse extraño ante las circunstancias, y la capacidad de poner buena cara a todo.
"La novela tiene mucho de verdad no sólo de obra picaresca, los pasajes periodísticos y diarios de Fred, el periodista amigo de Mateo, son resultado de la investigación documental, yo quería esos momentos, personajes, información, historias y acontecimientos reales a los que sobreviviera y de los que dejara constancia mi personaje", abundó la escritora.
Su protagonista es un testigo de la historia del siglo XX, un pícaro que sortea la vida, unas veces con cinismo y otras con azar; que se interroga sobre el destino humano y sus ironías.