El fotógrafo murió a los 73 años en una clínica local a la que había ingresado con un diagnóstico de neumonía que le provocó el paro cardíaco, informó su hijo Jorge Alborta.
La fotografía que le hizo famoso en todo el mundo es una impactante imagen del guerrillero cubano-argentino muerto pero con los ojos abiertos como si aún tuviera vida, tendido en la lavandería de un hospital de la población boliviana de Vallegrande, situada en el sureste del país, en 1967.
El ejército boliviano ejecutó al combatiente argentino cubano el 9 de octubre de 1967 en la localidad de La Higuera y luego exhibió sus restos en la vecina Vallegrande ante la prensa y los habitantes del lugar.
La instantánea de Guevara sin vida pero como si estuviera mirando a su alrededor fue posible "gracias a la sensibilidad de mi padre que se esforzaba por tener siempre imágenes especiales", apuntó Jorge Alborta.
"Me contaba que cuando era joven, más que buscar dinero, él quería hacerse famoso con alguna fotografía y lo logró con las del Che", agregó.
Alborta, cuyos restos serán enterrados mañana, viernes, trabajó para la agencia de noticias internacional UPI y los diarios bolivianos Presencia y Ultima Hora, actualmente desaparecidos, además de Jornada, todavía en circulación.
Además de sus fotos famosas del Che y de su trayectoria como fotógrafo de prensa, Alborta abordó también como temas de su obra el paisaje y las costumbres de la población andina boliviana.
