viernes, agosto 26, 2005
Develan secreto de la sonrisa de la Gioconda
La enigmática sonrisa de la Mona Lisa, de Leonardo da Vinci, es “una ilusión que aparece y desaparece debido a la peculiar manera en que el ojo humano procesa las imágenes”, según una investigación sobre los mecanismos de la visión de la neurobióloga Margaret Livingstone.
Dentro del Congreso Europeo de Percepción Visual (ECVP 2005) que se celebra esta semana en la ciudad de La Coruña, en el noroeste de España, la investigadora argumentó que cuando en el siglo XVI Leonardo da Vinci pintó La Gioconda logró un efecto según el cual la sonrisa desaparece al mirarla directamente y sólo reaparece cuando la vista se fija en otras partes del cuadro.
Según esta profesora, de la Universidad de Harvard, el artista creó esa ilusión usando “de manera intuitiva” unos trucos que ahora comienzan a tener base científica.
La teoría de Livingstone se apoya en el hecho de que el ojo humano tiene una visión central, muy buena para reconocer los detalles, y otra periférica, mucho menos precisa, pero más adecuada para percibir las sombras.
“Da Vinci pintó la sonrisa de la Mona Lisa usando unas sombras que vemos mucho mejor con nuestra visión periférica”, afirmó.
Por eso, para ver sonreír a la Mona Lisa, hay que mirar a los ojos de la mujer o a cualquier otra parte del cuadro, de modo que sus labios queden en el campo de visión periférica.
Tras publicar su teoría de que la expresión se debe a que la visión central tiene más alta resolución que la periférica, ahora estudia por qué tantos genios de la pintura tenían alguna deficiencia visual.
La investigadora tomó el ejemplo de Rembrandt, cuyo estrabismo reducía su capacidad para ver en tres dimensiones, lo que, en su opinión, fue beneficioso porque “tener una pobre percepción de la profundidad puede ser una ventaja en una profesión en la que el objetivo es plasmar el mundo tridimensional en un lienzo plano”.
Livingstone precisó que no trata de “desmitificar el arte”, sino de explicar científicamente unas técnicas que los artistas han venido usando de manera intuitiva desde hace mucho tiempo.
“Los artistas llevan mucho más tiempo que nosotros, los neurobiólogos, estudiando los procesos visuales”, reconoció.