Hasta hace 15 años el pintor mexicano Germán Venegas (Puebla, 1959) tenía gran éxito con sus obras hasta que, dice, "algo" sucedió. "En las instituciones culturales inició una tendencia de discriminación a la pintura. Parecía que en los últimos 15 años el trabajo pictórico había desaparecido en México". Venegas no fue el único que padeció esta exclusión provocada por los nuevos soportes en el arte, como la instalación y el video. Pintores como Cisco Jiménez, Juan Kraeppellin, Helio Montiel y Roberto Rébora, entre otros, consideran que tras esa "discriminación" puede ser un buen augurio que el Museo de Arte Carrillo Gil (MACG), espacio dedicado a lo más experimental del arte, convocara a diversos exponentes de la pintura para presentar la exposición Voraz fuego ebrio , que se inaugura hoy, a las 20 horas. Esta exposición, detalla Carlos Ashida, curador y director del MACG, se debe a los acercamientos de diversos artistas que sentían que las instituciones eran indiferentes a su trabajo. "Así que nos dimos a la tarea de plantear en una exposición, ¿qué significa hoy en día la pintura en México? Es una muestra diversa y estridente que asume el exceso como rasgo distintivo. Que asume su falta de corrección dentro de las convenciones curatoriales en vigencia y en la que lo interesante es la reflexión a través de la experiencia sensorial". Voraz fuego ebrio reúne una extensa selección de pinturas realizadas por 15 artistas de diversas generaciones que provienen de tradiciones y contextos muy disímiles, divergentes. Incluso, en un recorrido por el cuarto piso del museo, donde se exhibirá la muestra, se pueden apreciar diversas técnicas pictoricas, así como una variada calidad en las obras. Se encuentran propuestas que forman parte o se derivan de la Escuela Mexicana, del expresionismo, del surrealismo, de la Ruptura o de la posmodernidad, así como temáticas que emanan de la historia, las tradiciones populares, lo marginal o el cómic, por mencionar algunas. Germán Venegas explica que aunque hubiera esperado que esta muestra sucediera cinco años atrás, es un buen momento para que se vuelvan a replantear los valores pictóricos en México. "La gente sigue trabajando a pesar de todo y hay muy buena calidad artística en la pintura, y no veo por qué se deba sustituir una disciplina por otra". Para Ashida, las 100 pinturas que se presentan no intentan establecer un orden. "Más bien pareciera que sólo se proponen documentar una realidad inestable, en permanente transformación, en donde todos sus elementos viven inmersos en continuos procesos de degradación-regeneración, similares a los de la digestión". Voraz fuego ebrio permanecerá en exhibición hasta el 23 de octubre en el Museo de Arte Carrillo Gil, ubicado en avenida Revolución 1608, colonia San Ángel.
