Tláloc,1960
Mauricio Marcin
Tras 62 años de dedicarse a retratar la luz y las imágenes que brotan de la calle, el fotógrafo mexicano Héctor García obtendrá hoy su ingreso como Miembro de Número a la Academia de las Artes e inaugura una muestra retrospectiva en el Museo Nacional de San Carlos.
Héctor García festeja hoy por partida doble pues además de su ingreso cumple 82 años de vida. El también llamado “fotógrafo de la calle” ha transitado por todos los campos imaginables; desde la colaboración para diversos diarios hasta la exposición de imágenes en las más afamadas galerías.
Y es que además de poseer un talento innato envidiable, el mexicano tuvo de maestros a los mejores artistas de la lente como Manuel Álvarez Bravo y el cinefotógrafo Gabriel Figueroa. Tal vez por ello el artista haya titulado Mis Maestros a su discurso de ingreso para la Academia, el cual será respondido hoy a las siete de la noche por Arturo García Bustos, miembro de la institución.
Al término de la ceremonia de esta noche, el decano de la fotografía inaugurará la muestra retrospectiva En el blanco compuesta por 35 fotografías que representan las diversas etapas de su amplia producción.
A pesar de la importancia que Héctor García ha tenido en la documentación de los sucesos cotidianos de México y de sus innumerables reconocimientos —fue galardonado con el Premio Nacional de las Artes en 2002— su casi infinito archivo aún no ha sido lo suficientemente explorado.
Para Héctor García con la fotografía nació un testigo irrefutable de la realidad y por ello sostiene que “es un compromiso muy grande que debemos cumplir. El artista es un creador pero no puede prescindir de la ética, de la responsabilidad que impone al fotoperiodista una obligación sobre todas las demás: buscar la verdad”, en sus palabras.
Su lente inmortalizó a diversas personalidades que definieron el rumbo del pasado siglo, entre ellas el iniciador del surrealismo André Bretón, Luis Buñuel, el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros con quien sostuvo una larga amistad, además de Pablo Picasso y Frida Kahlo.
Por su inigualable calidad, sus imágenes de campesinos y mujeres, artistas y braceros se encuentran resguardadas en las más importantes instituciones entre las que se encuentran la Biblioteca Nacional de París, La librería del Congreso de los Estados Unidos, el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México y el Museo del Vaticano.
Tras 62 años de dedicarse a retratar la luz y las imágenes que brotan de la calle, el fotógrafo mexicano Héctor García obtendrá hoy su ingreso como Miembro de Número a la Academia de las Artes e inaugura una muestra retrospectiva en el Museo Nacional de San Carlos.
Héctor García festeja hoy por partida doble pues además de su ingreso cumple 82 años de vida. El también llamado “fotógrafo de la calle” ha transitado por todos los campos imaginables; desde la colaboración para diversos diarios hasta la exposición de imágenes en las más afamadas galerías.
Y es que además de poseer un talento innato envidiable, el mexicano tuvo de maestros a los mejores artistas de la lente como Manuel Álvarez Bravo y el cinefotógrafo Gabriel Figueroa. Tal vez por ello el artista haya titulado Mis Maestros a su discurso de ingreso para la Academia, el cual será respondido hoy a las siete de la noche por Arturo García Bustos, miembro de la institución.
Al término de la ceremonia de esta noche, el decano de la fotografía inaugurará la muestra retrospectiva En el blanco compuesta por 35 fotografías que representan las diversas etapas de su amplia producción.
A pesar de la importancia que Héctor García ha tenido en la documentación de los sucesos cotidianos de México y de sus innumerables reconocimientos —fue galardonado con el Premio Nacional de las Artes en 2002— su casi infinito archivo aún no ha sido lo suficientemente explorado.
Para Héctor García con la fotografía nació un testigo irrefutable de la realidad y por ello sostiene que “es un compromiso muy grande que debemos cumplir. El artista es un creador pero no puede prescindir de la ética, de la responsabilidad que impone al fotoperiodista una obligación sobre todas las demás: buscar la verdad”, en sus palabras.
Su lente inmortalizó a diversas personalidades que definieron el rumbo del pasado siglo, entre ellas el iniciador del surrealismo André Bretón, Luis Buñuel, el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros con quien sostuvo una larga amistad, además de Pablo Picasso y Frida Kahlo.
Por su inigualable calidad, sus imágenes de campesinos y mujeres, artistas y braceros se encuentran resguardadas en las más importantes instituciones entre las que se encuentran la Biblioteca Nacional de París, La librería del Congreso de los Estados Unidos, el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México y el Museo del Vaticano.