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Richard Ford. (Foto: Antonio Moreno)
C iudad Juárez, Chihuahua. 15 de junio de 2016. (RanchoNEWS).- El escritor estadounidense Richard Ford (Jackson, 1944), autor de la célebre trilogía protagonizada por Frank Bascombe (El periodista deportivo, El Día de la Independencia y Acción de gracias, a las que se unieron, en 2015, los relatos de Francamente, Frank), ha sido galardonado este miércoles con el Premio Princesa de Asturias de las Letras. El de Misisipi, propuesto al galardón por Antonio Muñoz Molina, John Banville y la editora y filántropa Sigrid Rausing, se ha impuesto al poeta polaco Adam Zagajewski, el otro finalista. Consigue así Ford los 50.000 euros y la escultura de Joan Miró con que está dotado el premio, que recogerá el próximo otoño. Una nota de la redacción de El Cultural.
Según el jurado, «el cuidado detallismo en las descripciones, la mirada sombría y densa sobre la vida cotidiana de seres anónimos e invisibles, conjugan la desolación y la emoción» de los relatos de Ford. «Todo ello convierte a Ford en un narrador profundamente contemporáneo y, al tiempo, en el gran cronista del mosaico de historias cruzadas que es la sociedad norteamericana».
Ford viene desde hace décadas haciendo en sus ficciones la crónica de Norteamérica, y aunque se tiende a confundir con su más célebre criatura, el desencantado Frank Bascombe (él también trabajó como periodista deportivo en los años ochenta, en el diario Inside Sports), es autor de una decena de obras más, entre novelas, ensayos y colecciones de relatos. De hecho, en su último libro Ford hacia una curiosa mixtura de géneros, dando lugar a una novela de relatos contada en primera persona por Bascombe.
El título de este libro en inglés (Let me be Frank with you) hacía referencia a esa fusión entre autor y protagonista, entre el novelista Ford y el personaje Bascombe. Este libro es también una muestra de su compromiso con el relato de su país: lo que le impulsó a escribir, y a recuperar a su personaje favorito cuando ya estaba convencido de que nunca más lo haría, fue la tragedia del huracán Sandy: «Pensé que, dado que Frank conocía bien Nueva Jersey, podría ser un buen narrador para la historia».
Ford ha anunciado que ya no escribirá ninguna otra novela larga, al estilo de El día de la independencia, con la que ganó el Pulitzer y el PEN/Faulkner. Su última novela de estas características, Canadá (2013), ciertamente ambiciosa, era en realidad un manuscrito que tenía guardado desde los ochenta, y que rehizo treinta años después. La idea nació de una apuesta que hizo con Carver, con quien se fue a cazar patos a Canadá. Ambos apostaron quién utilizaría el nombre de «Canadá» en un relato.
Fue Carver quien dijo que Ford, cuyas obras ha publicado en España la editorial Anagrama, era el mejor escritor en activo de EE.UU, y a Carver, amigo suyo, se refirió Ford en su última entrevista con El Cultural. Lo hizo para negar su adscripción, ya tópica, al realismo sucio: «Solía reírme con Carver de nuestro supuesto realismo sucio. Fue muy divertido, en realidad. Fue cosa de la revista Granta. Cuando nos juntábamos decíamos: '¿Qué tienen de sucias nuestras historias? No hay sexo, no hay violencia, ¿qué es lo que les parece sucio?'. En cualquier caso, sirvió de algo. Hoy en día aún se habla de Carver». Ford ha admitido alguna vez que la etiqueta le ha servido para darse a conocer en Europa, sobre todo en países como España y Francia.
Pero, como dijo en esa misma entrevista, no cree ni siquiera que exista el realismo, o al menos no tiene claro que el realismo cuente mejor la verdad, lo que descubrió, aseguró, leyendo a autores como Donald Barthelme y William Gass: «El realismo no existe. La novela es artificio y hay muchas maneras de ser verosímil. Una historia crea la ilusión de realidad, pero es sólo eso, ilusión. No hay más verdad en mis historias que en las historias de Barthelme».
En cualquier caso Ford sí está considerado por muchos un heredero legítimo, coherente, de la tradición americana de Steinbeck, Faulkner o Hemingway. Su obra habla de esa América que se levanta cada día a trabajar y vive vidas convencionales, de sus aspiraciones y desgracias. La literatura de Ford ha sido calificada a veces de pesimista o fría, aunque en un artículo reciente Rafael Narbona escribía que «Ford es demasiado inteligente para caer por completo en el pesimismo». Lo cual no quiere decir, añadía el crítico, que no apunte a que «EE.UU exporta infelicidad».
Ford ha publicado, además de las obras ya citadas, las novelas La última oportunidad (1993) e Incendios (1991), y las colecciones de relatos Rock Springs (1990), De mujeres con hombres (1999) o Pecados sin cuento (2003). Ford es además licenciado en literatura por la Universidad Estatal de Michigan y ha desempeñado una notable labor como antólogo (aquellos Cuentos imprescindibles de Chéjov (Random House) o la obra completa de Eudora Welty, que fue, por cierto, su vecina en Jackson, y una vez dijo de él: «Es un chico inteligente pero un poco salvaje» y como ensayista, con libros como Flores en las grietas (2012).
En ese ensayo habló de cómo era su proceso de escritura: «Las cosas entran en mi mente más bien caótica -fragmentos de lenguaje, conciencia de mí mismo- y allí se ocultan, girando, chocando y separándose al azar como electrones, y vuelven si acaso, a la conciencia o a la página, a veces profundamente reconstruidas». Ford ha reivindicado a menudo su condición de escritor lento. «Hoy en día se escribe demasiado», dijo en otra entrevista con El Cultural. «Si hubiera escrito más y hubiera hecho menos pausas no solo me habría vuelto completamente loco sino que, casi con toda seguridad, habría demostrado ser peor narrador de lo que soy».
El jurado de este Premio -convocado por la Fundación Princesa de Asturias- estuvo presidido por Darío Villanueva Prieto e integrado por Xuan Bello Fernández, Blanca Berasátegui Garaizábal, Luis Alberto de Cuenca y Prado, José Luis García Martín, Álex Grijelmo García, Manuel Llorente Manchado, Carmen Millán, Rosa Navarro Durán, Carme Riera i Guilera, Fernando Rodríguez Lafuente, Fernando Sánchez Dragó, Ana Santos Aramburo, Sergio Vila-Sanjuán Robert y José Luis García Delgado (secretario).
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