Vitral de Alfred Gérante, 1865. (Foto: deviantart.com)
C iudad Juárez, Chihuahua. 10 de mayo de 2019. (RanchoNEWS).- 1.«Fue como ver morir a una persona», escribe Michael J. Crosbie, doctor en arquitectura, reconocido historiador y crítico en la materia y, como lo demuestra en Houses of God: Religious Architecture for a New Millennium (2006), un pensador fascinado por la relación entre la arquitectura y lo sagrado.
Sí, todos sabemos que eventualmente toda construcción será destruida, pero no es lo mismo entenderlo de manera abstracta que constatarlo. En el caso de la Catedral de Notre-Dame fue particularmente doloroso sentir que con las llamas se consumía la historia, no como un concepto abstracto, sino como la suma de vidas que la construyen. Cientos de manos y voluntades reunidas para embellecerla y hacerla perdurar, objetivadas en la techumbre que su esfuerzo levantó, en la piedra labrada, en los metales que la mano hizo florecer durante años y siglos de anhelo y trabajo que se perdieron en unas cuantas horas.
El texto de Rafael Vargas lo publica el suplemento El Cultural de La Razón
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