Mel Brooks como presidente Skroob en «Spaceballs» (1987). (Foto: Cortesía de MGM Media Licensing)
C
iudad Juárez, Chihuahua. 30 de abril de 2023. (RanchoNEWS).- Decía Enrique Jardiel Poncela en una vieja entrevista que donde hay risa palpita la vida y que cuando esta acaba solo quedan las tinieblas. Un aforismo que bien podría ejercer de pórtico de entrada para este ¡Todo sobre mí! en el que, pasada la barrera de los noventa y cinco años, Mel Brooks ha decidido plasmar sus memorias. O, como afina desde su propio título, sus memorables gestas en el mundo del espectáculo, escribe Felipe Cabrerizo en El Cultural.
Porque pocas dudas caben de que, en efecto, memorables lo son. Y es que es posible que la vocación por la comedia más desbocada haya terminado distorsionando la valoración de una carrera que podría servir por sí sola como completo manual del show business norteamericano. No conviene olvidar que estamos ante una de las pocas personas que pertenece al selecto club de los EGOT, léase los artistas que han alzado un Emmy, un Grammy, un Óscar y un Tony.
Un personaje que fue pionero de la televisión estadounidense, que alcanzó el éxito internacional gracias a un puñado de películas descacharrantes, que superó la mágica cifra del millón de discos despachados con la grabación de uno de sus «shows» y que, como en una historia ejemplar, terminaría consiguiendo su auténtica ambición desde que con solo nueve años se acercara a Manhattan para ver un musical: pisar ese irreal escenario de los sueños que es Broadway.