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Aspecto de la presentación. (Foto: El Sol de México)
C iudad Juárez, Chihuahua. 31 de marzo de 2014. (RanchoNEWS).- Trajes holgados de colores llamativos, elegantes pantalones de pliegues en la cintura y valencianas estrechas, de tubo. Los sacos largos, casi a las rodillas con solapas amplias, cruzadas y grandes hombreras, de corbatas anchas y sombreros de fieltro con alguna pluma, una larga leontina o cadena complementan la vestimenta del pachuco, informa Fernando Ríos para El Sol de México desde la capital del país.
Con este tipo de atuendo, integrantes del grupo de Baile Pachucos y Califas encabezado por Javier Gómez, rindió ayer homenaje a representantes del pachuquismo como Germán Genaro Cipriano Gómez-Valdés Castillo mejor conocido como Tin Tan; David Silva, en la película Campeón sin Corona, y Rodolfo Acosta, en la película Víctimas de la Pobreza y Salón México y hasta Gaspar Henaine, antes de ser «Capulina», para evocar con su baile, raspando la suela de sus zapatos bicolores negro y blanco, de charol, en el patio central del Museo de San Carlos en la década de los 40s.
El maestro de baile aseguró que ser pachuco es un modo de vida en el que se mantiene la cabeza en alto y que implica invertirle recursos para comprar accesorios y artículos relacionados con esa moda, incluso carteles comerciales de la época.
Explicó que la moda del vestir del pachuco, en su momento, en la sociedad estadunidense fue de burla, aunque hoy es un traje heroico y emblemático que se porta en los bailes de tap-tap, mambo, danzón, rock and roll, rumba, swing, boogie o salsa.
Recordó que en el país, también se conocieron pachucos como Víctor Parra, «El Suavecito», antes que Tin Tan, «Resortes, Resortín de la Resortera», fue el primero en vestirse de pachuco, aunque también se recuerda al Panzón Soto y el Kid Terranova.
Recordó que el pachuco tuvo su propio lenguaje, el «espanglés», o combinación de español e inglés. Agregó, que se trató de un fenómeno contracultural de gente joven que propuso un atuendo, música y baile que los identificaba. De repudio a la autoridad que a su vez los rechazaba. En México, dijo, no se trataba de pandillas de jóvenes, solo de hombres que buscaban divertirse en los salones de baile para sacarle brillo a los pisos.
De esta forma, Javier Gómez, con un traje naranja, acompañado de Edgar Jiménez de color beige y otros integrantes del grupo de pachucos y califas, de vistosos trajes azules, verde, blanco y negro, arrancaron los aplausos del público presente con bailes como el tap tap «Cantando en el Baño» y el danzón «Nereidas», entre otros.
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