.
La artista japonesa durante una de sus performance, en Nueva York. (Foto: Carlo Allegri)
C
iudad Juárez, Chihuahua. 13 de marzo de 2014. (RanchoNEWS).- La artista japonesa Yoko Ono rexplicó ayer que de niña quería ser como un guerrero de una oración japonesa que atravesaba siete desgracias y ocho sufrimientos, hasta que las desgracias de la vida le llevaron a decir, «¡basta!», y convertir ese lema en «siete felicidades y ocho tesoros». Una entrega de Efe:
Yoko Ono ha realizado tres perfomances en el auditorio del Museo Guggenheim de Bilbao ante unas 400 personas, con el aforo completo. Ha sido un aperitivo de la inauguración de hoy de la retrospectiva sobre su obra que se expondrá en la pinacoteca bilbaína, una de las más esperadas de los últimos años. Sin presencia de medios gráficos, la esposa del fallecido John Lennon ha realizado dos de sus performances históricas: Pieza cielo para Jesucristo (Sky Piece to Jesus Christ) y Pieza promesa (Promise Piece), así como la reciente Pintura de acción (Action Painting), en una nueva versión creada específicamente para el Guggenheim Bilbao.
En la primera representación, Pieza cielo para Jesucristo, unos voluntarios han envuelto con vendas a los componentes de una orquesta de cámara, mientras ejecutaban varias piezas musicales, de tal manera que, al final, ya no han podido seguir tocando. El público se ha reído, mientras los músicos, convertidos en crisálidas por las vendas, perseveraban y tocaban notas sueltas aprovechando las rendijas que quedaban, en un símbolo de la lucha contra las ataduras
que se visualizan durante esta performance.
Ha continuado con Pintura de acción, ejecutada hace dos años por primera vez. En Bilbao, la obra han contado con un número mayor de lienzos que su anterior versión, concretamente once, de 2 por 1 metros. La artista ha pintado a brochazos con tinta sumi, negra sobre blanco, unos caracteres de caligrafía japonesa. Después, ha tomado la palabra para explicar la acción: «En la escuela elemental, todos los niños japoneses cantaban una oración en la que un guerrero quería atravesar siete desgracias y ocho sufrimientos, para contribuir a mejorar el mundo. Me parecía algo increíble. Yo quería ser así», ha recordado.
«Con el tiempo, me olvidé de esa oración y me ocurrieron muchas desgracias, hasta que en un momento creía que eso era demasiado y dije, '¡basta!'. Convertí esas siete desgracias y ocho sufrimientos en siete felicidades y ocho tesoros, aquí representados» (en los caracteres de la caligrafía japonesa). «Son mi contribución a esta bella ciudad de Euskadi que es Bilbao», ha concluido la artista. La tercera y última performance ha sido un clásico: Pieza promesa,ejecutada por primera vez en Londres en 1966. En aquella ocasión, Yoko Ono rompió un jarrón en el escenario y pidió al público que cogiera trozos, prometiendo volver a reunirse al cabo de diez años para recomponer el jarrón.
En Bilbao, está representación ha incluido dos jarrones, uno de los cuales ha permanecido intacto y el otro en piezas que el público se ha llevado, con la misma promesa expresada por la artista de volver a reunirse dentro de una década. La actuación de la artista, media hora en total, ha sido el preludio para la inauguración mañana de la exposición retrospectiva Yoko Ono. Half-A-Wind Show, que recopila cerca de 200 obras que descubren el poliédrico universo artístico de la artista en sus casi seis décadas de creatividad.
REGRESAR A LA REVISTA