Una de las obras de la Feria Internacional de Arte de Bogotá (ARTBO). (Foto: Mauricio Dueñas Castañeda)
C iudad Juárez, Chihuahua. 3 de octubre de 2015. (RanchoNEWS).- De reojo o de frente, desde la política hasta la economía pasando por el deporte, todas las miradas de América Latina apuntan a Colombia. En lo cultural, el país andino se consolida como plaza fija para los artistas en ese abismo que separa Brasil y Argentina de México, hasta ahora vertebradores de la región. Con São Paulo de capa caída y el sí pero no continuo del D.F., y pese a la pujanza de Buenos Aires, Bogotá ha consolidado su feria, ArtBo, como la gran galería de arte contemporáneo de América Latina, abierta hasta el domingo. Reporta desde Bogotá Javier Lafuente para El País.
De aquella feria que surgió en 2005 como un proyecto de la Cámara de Comercio de Bogotá para tratar de posicionar a la capital colombiana como destino cultural y de negocios relacionados con el arte contemporáneo apenas queda el nombre. Entonces, en una Colombia lastrada y cubierta ya por décadas de sangre, nacía una feria modesta, con apenas 29 galerías, la mayoría de ellas locales y con siete países invitados. Once años después, el país andino vislumbra el final del conflicto armado más longevo de América Latina y celebra los beneficios que traerá la paz.
El cambio sociocultural y económico de la última década ha propiciado un viraje que se ve reflejado también en el arte. En el inmenso recinto de Corferias se han instalado 84 galerías procedentes de 33 ciudades de todo el mundo. De las 84, 69 están en la sección principal y 19 son debutantes. Bogotá da por primera vez la bienvenida a espacios de Guatemala y Uruguay, que completan la selección de las 45 galerías latinoamericanas, entre las que destacan 15 colombianas. Después, Argentina, Brasil, España, Estados Unidos y Perú son los países con más representación en una feria que aspira a recibir a 50.000 personas.
La opulencia que deslizan los datos no corresponde necesariamente con lo que se encuentra el visitante. ArtBo se ha ganado el reconocimiento internacional en los últimos años porque decidió apostar por lo selectivo. “Hemos tratado de enfocarlo más en un modelo boutique, queremos crecer en propuestas más que en tamaño”, explica la directora de la feria, María Paz Gaviria, para quien la importancia de ArtBo radica en que nació “como un proyecto de ciudad, con actividades paralelas; se podría decir que este es el mes del arte en Bogotá, incluso cuando nos invitan a otros países nos tomamos las ciudades”, bromea Gaviria en referencia a la experiencia de este año en Arco, donde Colombia fue el país invitado e inundó Madrid de exposiciones paralelas en diferentes galerías de la ciudad.
Algunas de las obras que se muestran en ArtBo (Foto: Camilo Rozo)
Más allá de la sección principal, ArtBo hace especial énfasis en desarrollar los contenidos adicionales, esos que han ido posicionando la feria como referente en la región. En el apartado de Proyectos, han apostado por dos de las curadoras más prominentes de la escena latinoamericana, Manuela Moscoso y Catalina Lozano, para seleccionar 15 proyectos de artistas, representados comercialmente por una galería. Entre las obras, pinturas que terminan por convertirse en piezas escultóricas, vídeos que rebaten la mirada que desde Estados Unidos o Europa se tiene de América Latina u objetos que retan los límites del espacio.
Otro de los grandes pilares de la feria ha sido Arte Cámara, la sección dedicada a difundir y visibilizar el trabajo de artistas menores de 40 años, en este caso 33 obras de jóvenes promesas. Como complemento, fuera del recinto se inaugura hoy la tercera edición de Feria del Millón, una apuesta por el trabajo de artistas emergentes donde las obras no superan el millón de pesos (300 euros). Otra gota en la lluvia de arte que inunda el perpetuo otoño bogotano.
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