C iudad Juárez, Chihuahua. 22 de octubre de 2015. (RanchoNEWS).- Gabriel García Márquez (1927-2014) observa con detenimiento las cinco cacerolas instaladas en una mesa y señala sonriente uno de los platillos. Está en una de las chinampas de Xochimilco, acompañado por su amigo Carlos Fuentes y la esposa de éste, la periodista Silvia Lemus, entre otras personalidades. Luego, los escritores comieron al aire libre y disfrutaron de las canciones que entonaron cinco músicos. Reporta Virginia Bautista para Excélsior con información de EFE y DPA.
Las cuatro fotografías en blanco y negro que captaron esa convivencia, tomadas por Fabrizio León, sin fecha, pertenecen al álbum titulado Un viaje de Xochimilco, que ahora forma parte del archivo del escritor colombiano que la Universidad de Texas en Austin adquirió en noviembre pasado por 2.2 millones de dólares y que ayer abrió a los investigadores tras un año de catalogación y limpieza.
El acervo del Nobel de Literatura 1982, quien vivió en México desde principios de los años 60, país donde escribió la mayor parte de su obra, incluye borradores originales de obras publicadas e inéditas, material de investigación, álbumes de fotografías, libros de recortes, correspondencia, recortes, cuadernos, guiones, material impreso y diversos recuerdos, precisó en un comunicado el Centro Harry Ransom, donde puede ser consultado.
«Como personaje de una de sus novelas (García Márquez) ha entrado ahora a un lugar sin tiempo. Un archivo no tiene tiempo y, en los años venideros, los materiales aquí coleccionados ofrecerán revelaciones sobre el autor», dijo ayer Stephen Enniss, director del Centro Harry Ransom, durante la inauguración del acervo contenido en 78 cajas.
Entre los objetos más valiosos se encuentra el texto mecanografiado con tinta de carbón de la novela Cien años de soledad, que se entregó a la imprenta en 1966, y las cinco versiones mecanografiadas de su novela inédita En agosto nos vemos.
El archivo contiene además un extenso material de la relación de García Márquez con el expresidente cubano Fidel Castro, así como correspondencia con el exmandatario estadunidense Bill Clinton y con otros escritores como Carlos Fuentes y Julio Cortázar, o con su editora, la recién fallecida Carmen Balcells.
Las fotografías, en particular, revelan la personalidad siempre alegre de Gabo, como lo llamaban sus amigos y lectores. Destaca una gráfica, tomada por Rodrigo García el 10 de octubre de 1982, donde aparecen García Márquez y su esposa, Mercedes, dándole un beso, la mañana en que se anunció que había ganado el Nobel de Literatura.
Gabo sonriendo orgulloso ante la cámara, franqueado por el expresidente Castro, quien tiene una bebida en una mano, y un habano en la otra, y su agente literaria Carmen Balcells, en La Habana. O paseando con su esposa Mercedes en Bogotá en 1967. Siempre parece feliz.
El acervo, que contiene documentos fechados desde 1930 hasta el 2014, aunque predominan los escritos entre 1966 y el 2006, custodia también los manuscritos originales de las novelas Cien años de soledad, El otoño del patriarca, Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera, El general en su laberinto, Del amor y otros demonios, Memoria de mis putas tristes, Noticia de un secuestro y Vivir para contarla.
Destaca el intercambio epistolar que el cuentista sostuvo con su amigo Plinio Apuleyo Mendoza, unas 48 cartas en total; además de la misiva que le envía a Salman Rushdie, el 3 de agosto de 2003, en la cual lamenta que no asistirá a una recepción de PEN en donde los dos se habrían conocido por primera vez.
Y, como ejemplo de la solidaridad y capacidad de convencimiento de Gabo, está la carta al presidente estadunidense Jimmy Carter, de octubre de 1977, pidiéndole que considere la situación del puertorriqueño Andrés Figueroa Cordero, encarcelado en EU por 23 años y en esa época con una enfermedad incurable. Figueroa Cordero fue indultado por Carter y puesto en libertad en 1978.
Los Papeles de Gabriel García Márquez echan luz sobre su proceso creativo, ya que se pueden consultar lo mismo borradores mecanografiados y con correcciones del primer capítulo de El amor en los tiempos del cólera y del epílogo de Crónica de una muerte anunciada, que 18 fichas mecanografiadas para El general en su laberinto o las galeras con apuntes de El otoño del patriarca.
Hasta las máquinas de escribir Smith-Corona, modelos 250 y 2200, en las que el narrador creó su obra, se pueden conocer al entrar al universo que representa este archivo, que ya se encuentra abierto al estudio de los interesados.
El Centro Harry Ransom ha digitalizado parte de la colección, y del 28 al 30 de octubre próximos habrá un simposio sobre la vida y obra del escritor, en el que estarán, entre otros, el autor británico Salman Rushdie y la mexicana Elena Poniatowska.
El acervo de Gabo está resguardado al lado de material de clásicos como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Ernest Hemingway, Virginia Woolf o William Faulkner.
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