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Negri y Correa encabezan una iniciativa que se forjó con un fuerte trabajo comunitario. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 5 de octubre de 2015. (RanchoNEWS).- «Hoy la poesía ya es un discurso más». Así define Marisa Negri el espíritu del encuentro que generaron junto a Alejandra Correa y que concentrará cerca de sesenta actividades en establecimientos educativos de todo el territorio. «Cada vez que vamos a esa escuela es una fiesta», dicen las poetas. Una nota de Silvina Friera para Página/12.
«Un grito en la noche» es el título de un poema de Aylén Mansilla, una adolescente de 12 años de la Escuela de Educación Técnica 1 del Delta San Fernando. Aylén toma dos versos de Susana Thénon –«¿por qué grita esa mujer?/ andá a saber»–, a modo de envión y epígrafe, para componer con su propia voz: «Miro a los costados/ tu grito/ parte la noche// Es/ una sombra negra/ quisiera creer/ que todos lo oyen// pero no hay nadie alrededor/ ¿Por qué llora esa mujer?/ me pregunto por dentro/ pero me quedo callada./ ¿quién se acerca?// los sueños acaban/ cuando empieza el día/ la mujer/ ya no grita». Este es uno de los poemas urgentes que leerán los propios alumnos poetas en el marco de la Jornada contra la Violencia de Género que se realizará en el VII Festival de Poesía en la Escuela, que empieza hoy en escuelas de Tapiales, ciudad de Buenos Aires, La Plata y Coronel Dorrego y que se extenderá en varias provincias –Córdoba, Tucumán, San Luis, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones, Río Negro, Mendoza, Neuquén y Jujuy– hasta el viernes 16. Cada vez son más los poetas y los docentes que se unen a la trama de actividades que se desplegarán con diversos talleres y chicos escribiendo, leyendo, pintando. La movida –en números– se podría condensar en unas 60 actividades, 60 organizadores voluntarios de cada jornada en cada lugar; 200 poetas, artistas visuales y músicos, entre los que se destacan Selva Almada, Iosi Havilio, Roberta Iannamico, Osvaldo Bossi, Osvaldo Muñoz, Javier Cófreces, Gabriela Franco y Romina Freschi; alrededor de 6000 chicos, jóvenes y docentes.
Las poetas Alejandra Correa y Marisa Negri son las creadoras de Poesía en la Escuela, que en esta edición se financió a través de la plataforma Panal de Ideas. «El festival empieza en una escuela de educación especial con arte, con chicos con problemas neurológicos y síndrome de Down, a la que estamos yendo hace varios años en Tapiales», cuenta Correa a Página/12. «Cada vez que vamos a esa escuela es una fiesta: los chicos se reúnen en el patio, muchos participan y leen poemas». Este año van a trabajar sobre surrealismo con Pablo Ramírez Arnol, un artista plástico muralista que es profesor de plástica de la escuela Portal del Sol. La poeta Natalia Molina, de Sierra de la Ventana, que participa desde la primera edición, estará el viernes 9 a partir de las 9 de la mañana en el Instituto Fortín Pavón de Saldungaray (Tornquist, provincia de Buenos Aires) con un Taller de Susurradores. En la Escuela Primaria N 2 de Saldungaray, a partir de las 14, llegará Poesía del Rap con la presentación de las bandas de rap M y E Records, integrada por Nicolás Jorge Etcheverry, Gabriel Luna y Luciano Etcheverry; y Punch-line, con Benjamín Torres y Jano Esquivel. Gabriel Luna escribió un rap que dice: «Ahora puedo ser alguien gracias a la poesía». Y habrá también una lectura de Roberta Iannamico.
«En La Plata el grupo Papermusa, doce docentes del área de Lengua, se reunieron en noviembre de 2014, inspirados por Poesía en la Escuela, a armar una movida en las escuelas donde ellos dan clases», recuerda Correa. «Hicieron como un mini festival a fines del año pasado, se contactaron con los poetas de La Plata, los llevaron a las escuelas, se movieron como locos. Ahora se sumaron al festival y tienen varias actividades, entre ellas van a una escuela cárcel de mujeres de Los Hornos a hacer un taller». En Tucumán, Candelaria Rojas Paz, poeta y docente; y Gloria Olivera, docente que trabaja el tema de la copla, organizaron varias jornadas. «Esta es una de las claves del festival. Al hacerlo en esta modalidad, que cada persona se incorpora con lo que tiene a mano, lo que se nota es que ingresó fuertemente la comunidad», explica Correa. «La escuela tracciona a la gente y los vínculos están construidos. En Villa Mercedes, San Luis, el grupo de producción de textos que coordina el poeta Patricio Torne va a hacer una jornada el sábado 10 en el Almacén de Darío Miranda, una merienda poética con los chicos del barrio de la Rivera».
En la escuela 243 Manuel Estrada (Rosario, Santa Fe), el viernes 16 Caro Musa leerá poemas de Jacques Prévert, Elizabeth Bishop y Nicanor Parra; y Rocío Muñoz Vergara leerá poemas de Laura Casielles, Alejandra Pizarnik, Jesús Lizano, Raymond Carver, Miguel Hernández y Wislawa Szymborska. El eclecticismo de tradiciones tiene una explicación. «Cada poeta lee a otro que le haya impactado como una manera de salvar el hueco que hubo tantos años sin poesía en la escuela. La idea es llevar a poetas de los que los chicos no tienen ni noticias para poder construir el puente de la tradición. Que no quede que una poeta fue Alfonsina Storni y después vengo yo a leer, y en el medio no pasó nada. Cuando en el medio pasó y sigue pasando, porque hay muchos poetas contemporáneos de otros países y nunca sabés cuál va a ser el poema para ese chico que está escuchando. Tenés que darle muchas posibilidades», plantea Correa. El martes 13 en Córdoba se hará un homenaje al joven editor y poeta Diego Cortés de Llanto de Mudo, que murió en agosto pasado. Ese día, en la CAJ del IPEM 201 Leopoldo Marechal, los chicos leerán «Poema estúpido» de Cortés, lo interpretarán con la voz y el cuerpo junto al profesor de teatro; mientras los chicos que participan en el taller de fotografía los filmarán en el momento de la lectura. Después subirán a la terraza del colegio y lanzarán globos con el poema, para que vuelen por las calles cordobesas.
¿Cómo explicar el crecimiento de este festival luego de siete años? «A todos los poetas nos parecía urgente y necesario llevar la poesía a la escuela. Esta impronta que sostuvimos a través de los años es lo que prendió», reflexiona Correa. «También fueron muy importantes las jornadas con el Ministerio de Educación de la Nación, una en 2013, donde vinieron 50 docentes de todo el país. Y otra en marzo de este año, en el Festival Federal de Poesía. Nos empezaron a escribir de escuelas de todo el país para preguntarnos ‘¿cómo hago?’. Era muy difícil, en ese momento, ir a todos los lugares y explicar cómo hacer. Esto se fue potenciando mucho, los docentes fueron conociendo cómo se trabajaba y se pusieron a pensar cómo hacer para llevar el festival a cada una de sus localidades. El efecto contagio va generando una especie de bola de nieve que está buenísima. Ojalá se sostenga en el tiempo. Es bueno ser puntapié inicial de algo que ya no controlás porque uno no es dueño de nada».
Marisa Negri coincide en la necesidad de llevar la poesía a la escuela. «Los poetas estábamos funcionando en círculos muy cerrados, leyéndonos entre nosotros, con un público muy pequeño, endogámico. Yo enseño en la escuela del Delta donde hace cinco años hacemos el festival y chicos que pasaron en la escuela primaria ahora son alumnos míos. Y es la primera vez que puedo medir el impacto de la poesía; es increíble, como se puede ver en el poema de Aylén. Son chicos que tienen una naturalidad con la poesía y los poetas. La Jornada contra la Violencia de Género es un trabajo que hacemos en la escuela todo el año. No es el circo que viene con los locos de los poetas a decir sus cosas, está integrado a lo que pasa en las escuelas. La poesía se incorporó como un discurso más del que la escuela se puede apropiar. El niño creció y lo hemos soltado por los caminos».
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