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El funcionario, quien se confrontó con parte de sus colaboradores por presunta censura y acoso laboral, prepara su salida de la televisora pública, a donde llegó en enero de 2013. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 2 de octubre de 2015. (RanchoNEWS).- El enfrentamiento de Raúl Cremoux con buena parte de sus colaboradores en Canal 22 parece haber llegado al final. El funcionario, acusado de censurar y «acosar» editorialmente a los trabajadores, prepara su salida de la televisora pública, a donde llegó en enero de 2013. Reporta desde la ciudad de México Luis Carlos Sánchez para Excélsior.
De acuerdo con fuentes cercanas a Televisión Metropolitana, el anunció de la salida de Cremoux se dará a conocer en los próximos días. El también periodista y presentador de televisión se va envuelto en la polémica después de tomar una serie de decisiones que incluyeron el despido «injustificado» de una veintena de colaboradores y deja al canal público sumido en una de sus mayores crisis desde su fundación hace 22 años.
Raúl Cremoux empezó con el pie izquierdo su dirección al frente de la televisora. Una de las primeras decisiones que tomó fue la de recortar el característico noticiero cultural a sólo media hora en horario estelar y realizar otra emisión de 30 minutos por la madrugada. El argumento que esgrimió fue que, con la medida, se daría «mejor cobertura al acontecer cultural de México y el mundo».
La decisión fue comunicada a través de un breve boletín en el que se afirmó que Noticias 22: se «desdobla en dos emisiones de media hora cada una, ambas en vivo». La primera de 19:00 a 19:30 horas y sería conducida por Laura Barrera, mientras que la segunda a la medianoche, de las 00:00 a las 00:30, a cargo de la periodista Alejandra Flores (Excélsior 5/07/2013).
Ante las protestas de la comunidad cultural, Cremoux debió revirar. El 2 de septiembre de ese mismo año, el noticiario cultural de Canal 22 regresó a su formato habitual de una hora. El funcionario justificó que la decisión había ocurrido luego de establecer conversaciones con artistas e intelectuales y de atender encuestas realizadas entre el público, quienes solicitaron volver al formato anterior.
La decisión fue el inicio de una serie de tropiezos. Uno de los mayores desencuentros sucedió este año cuando, el 19 de junio, se dio a conocer la salida del director de noticias Juan Jacinto Silva, quien llevaba 15 años en la televisora. El periodista argumentó censura.
Apenas dos días después de la salida de Silva, 12 colaboradores del canal firmaron una carta pública en la que denunciaron acoso laboral y hostigamiento por parte de la dirección.
El equipo editorial de la Dirección de Noticias afirmó que tras la salida de su director comenzó una «práctica censora sistemática de revisión, mutilación y no emisión de programas», principalmente los relacionados con temas de violencia y transgresión de derechos humanos. El silenciamiento, argumentaron, alcanzó a los programas El Observador y Global 22, caracterizados por su enfoque crítico. Ante la situación, los trabajadores exigieron a su director dialogo público para discutir la situación de los medios estatales. Cremoux fue enfático y declaró que estaba cancelada esa posibilidad.
Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Conaculta, intentó ser intermediario de la situación y declaró que garantizaría el diálogo con el personal de la televisora pública. «Yo creo que Canal 22 nació precisamente como un espacio televisivo que complementara, que enriqueciera la vocación cultural del país, esa es la vocación que tiene hasta este momento, nunca la ha desviado y dentro de esta misma vocación se encuentra la de la libertad de expresión, de tal manera que yo, como presidente del Conaculta, pues (sostengo que) garantizamos la libertad de expresión en el canal», dijo. (Excélsior 01/07/2015).
Un mes después, a través de un boletín emitido por el propio canal se informó que la programación de la televisora sufriría un recorte de casi el 50 por ciento en el número de sus programas producidos y adquiridos, debido a un severo recorte de su presupuesto. La Subdirección General de Producción y Programación afirmó que de contar con 232 millones de pesos en 2013, durante el año que transcurre sólo recibiría 166 millones de pesos para cubrir todos sus gastos.
De los 824 programas producidos el año pasado, en éste sólo se llevarían a cabo 402 por lo que una gran cantidad de emisiones televisivas reducirían el número de episodios programados. De acuerdo con la información difundida, se dejaron de producir documentales, programas de opinión, presentaciones para películas y series, así como un programa en coproducción con la Cineteca Nacional y cápsulas animadas para la barra de niños.
Esos mismos argumentos de austeridad fueron después la justificación para anunciar el despido de una veintena de periodistas, cuatro de ellos habían firmado las dos cartas públicas en las que se denunciaba censura y hostigamiento por parte de Cremoux. En la lista de despidos estaban incluidos los periodistas Alejandra Flores, Marco Daniel Aguilar, editor de la Agencia 22, y Guadalupe Pereyra y estaba en proceso la salida del conductor y reportero Huemanzin Rodríguez e Irma Gallo.
Como respuesta a la decisión, los trabajadores de la televisora iniciaron una campaña de información que incluyó una conferencia de prensa en las instalaciones de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), a donde acudieron para solicitar medidas de protección para los periodistas que eran acosados que fueron despedidos y para quienes estaban a punto de ser expulsados.
Juan Jacinto Silva, señaló entonces que el argumento presupuestal para el despido no tenía justificación: «el recorte presupuestal es desde el año pasado y no tiene que ver con esto; el recorte sólo afectará a los inconformes», (Excélsior 1/09/2015).
La fracturada relación con el equipo de noticias de la televisora destapó otras supuestas irregularidades cometidas por Cremoux: entre ellas se encuentran acusaciones de nepotismo y corrupción al interior del canal. Entre los nombres que han comenzado a figurar para sustituirlo está el de Ernesto Velázquez, actual director de TV UNAM.
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