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Algunas de las ilustraciones creadas para compartir palabras olvidadas. (Foto: Proximity)
C iudad Juárez, Chihuahua. 3 de febrero de 2016. (RanchoNEWS).- Adefesio, pamplina, melifluo, primor, taciturno, triquiñuela, truhan, plumier.... Estas son sólo algunas de las decenas de palabras que La tienda de las palabras olvidadas ha elegido sacar del baúl de los recuerdos (en realidad, del diccionario), vestir con una bonita ilustración y lanzar a la inmensidad de las redes sociales acompañadas de una #almohadilla para que por la vía de retuits, me gusta, y mensajes compartidos se recupere su uso. Y parece que lo está consiguiendo. En una semana este nuevo portal de internet ha conseguido 26.191 visitas, ha hecho que se compartan más de 2.000 palabras, y que términos como entelequia, que hace tiempo que apenas se escucha en las conversaciones cotidianas, se haya contabilizado 208 veces en las redes sociales fruto de esta campaña. Mayte Rius reporta desde Barcelona para La Vanguardia.
La tienda de las palabras olvidadas es una iniciativa social impulsada por la agencia de comunicación Proximity después de conocer el abandono a que están sometidos la mayor parte de los términos que existen en castellano. La Real Academia Española (RAE) estima que sólo se utilizan unas 2.000 de las 94.000 palabras que figuran en el diccionario de la lengua española, y aunque hay personas que emplean más, la realidad es que son muchos los términos que han caído en desuso. «Viendo esos datos, pensamos que podíamos dedicar nuestra campaña social anual a difundir esas palabras, insuflarles vida, que por otra parte es algo que está en la esencia de nuestro trabajo como comunicadores», explica Ferran Lafuente, director creativo de la agencia.
Lo que no esperaban, admite, es que su campaña tuviera tanto éxito, que las palabras propuestas se compraran –simbólicamente, porque se adquieren con tan sólo compartirlas–, ni tampoco el aluvión de términos para rescatar del olvido que les está llegando tanto desde España como desde Argentina, México, Estados Unidos, Colombia, Chile, Bolivia, Inglaterra, Francia, Alemania... Tantos, que los diseñadores no dan abasto para ilustrar de manera original las palabras y exponerlas en la tienda acompañadas de su definición, su composición (porcentaje de vocales y consonantes, entre otros datos) y sus consejos de uso para utilizarlas de forma apropiada y para que puedan ser compartidas.
«Hoy mismo acabamos de incorporar cinco nuevos términos – a– a la treintena de palabras con que arrancamos la semana pasada, y la idea es añadir cinco o seis más cada semana durante el año que, como mínimo, durará el proyecto», detallaba ayer Lafuente. Claro que la iniciativa –que no tiene ánimo de lucro– puede crecer y adquirir nuevas dimensiones en las próximas semanas si prosperan las ofertas de colaboración que están teniendo y los contactos con el Instituto Cervantes, entre otras entidades.
Lafuente cree que el interés y la repercusión que ha logrado la propuesta de rescatar términos olvidados tiene que ver con que es una iniciativa sencilla pero que conecta con las emociones y la nostalgia de las personas, que recuerdan palabras que usaban sus seres queridos o que tenían un significado especial en su entorno familiar. «Recibimos mensajes con historias muy bonitas para justificar por qué deberíamos incorporar tal o cual palabra, como por ejemplo una madre que quiere rescatar allende–más allá de– porque ese es el nombre de su hija y está cansada de justificar que no se llama así por el político, sino por lo sugerente que resulta la expresión ‘ allende los mares’», relata el director creativo de Proximity.
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