Hoy se conmemora el 125 aniversario del natalicio del autor de El Hobbit y El Señor de los Anillos. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 3 de enero de 2017. (RanchoNEWS).-John Ronald Reuel (J.R.R.) Tolkien era un genio de la lingüística y un apasionado de los idiomas: aprendió latín, francés y alemán, pero también babilonio, finlandés y nórdico antiguo, y reconstruyó dialectos extinguidos como el galés medieval. Virginia Bautista reporta para Excélsior.
Graduado con honores de la licenciatura de Lengua y Literatura Inglesas en la Universidad de Oxford en 1915, este bagaje permitió al escritor nacido en Bloemfontein, Sudáfrica, el 3 de enero de 1892 –hoy hace 125 años–, dar vida al universo mítico de obras como El Hobbit y El Señor de los Anillos.
Quien más tarde sería conocido como el creador de la Tierra Media quedó huérfano de padre y regresó, junto con su hermano menor y su madre, a Inglaterra. El paisaje de Birmingham y sus alrededores perfilaron la imagen que plasmaría en su mundo de ficción.
Desde joven comenzó a inventarse el oerston o lengua común de la Tierra Media, las lenguas élficas, la lengua de los orcos o la lengua negra de Mordor. «Las historias surgen para crear un mundo en el que encajen las lenguas, más que al revés», escribió en una de sus cartas. «Para mí, los nombres vienen primero, y luego nace la historia».
Durante 1917 escribió el Libro de las historias perdidas, que contiene las narraciones de los primeros días de la Tierra Media. Su interés en las lenguas, los mitos y las historias de héroes marcaron su obra. Todavía no había terminado la Primera Guerra mundial cuando Tolkien comenzó a escribir El Silmarillion, la biblia de la Tierra Media, que, sin embargo, fue publicada hasta años después de su muerte, ocurrida en 1973.
El Hobbit se editó en 1937. La editorial estaba entusiasmada con la novela y le pidió que escribiera una segunda parte. Tolkien necesitó 14 años para completar El Señor de los Anillos, en 1948; cuyos primeros dos volúmenes salieron a la luz en 1954, y el tercero en 1955.
El narrador tenía fama de manso, crédulo y ligeramente pedante. Le gustaban la naturaleza, el tweed y fumar pipa, y se movía en su vieja bicicleta hasta que los réditos de los derechos de autor le permitieron comprarse un coche.
En los años 60, Tolkien se convirtió en autor de culto. De sus novelas se han vendido más de 250 millones de ejemplares. No en vano, en la lista Forbes de autores fallecidos con más ingresos, Tolkien está en el quinto puesto.
El éxito de sus obras cuando fueron llevadas al cine no agradó a su familia. «Tolkien se convirtió en un monstruo, engullido por su propia popularidad», dijo su hijo Christopher al diario Le Monde 40 años después de la muerte de su padre. «La comercialización redujo a la nada el efecto estético y filosófico de su creación».
Sin embargo, la familia autorizó una película más, que se llamará Middle Earth, (La Tierra Media), que dirigirá el británico James Strong.
Además, en mayo próximo, un siglo después de que fuera escrita, saldrá a la venta Beren and Lúthien, la historia de amor entre un hombre mortal y una elfa inmortal.
Y, para conmemorar el 125 aniversario de su nacimiento, DarkSide® Books publica la edición conmemorativa J.R.R Tolkien o El señor de la fantasía, dedicada a su vida.
Este autor capturó los corazones aventureros de todo el mundo. En diversos países se integraron agrupaciones que difunden su obra. La Sociedad Tolkiendili de México, AC, se constituyó el 20 de diciembre de 2001.
«Tiene como fines estudiar y difundir la obra de Tolkien, así como crear espacios y oportunidades para su disfrute colectivo. Buscamos alentar la creación artística y la reflexión sobre diversos temas, a partir de las creaciones de dicho escritor inglés, a quien consideramos cumbre de la cultura universal». (Con información de DPA)
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