La docente pugnaba por que se dejara de escuchar el drenaje de la música. (Foto: Cristina Rodríguez)
C iudad Juárez, Chihuahua. 13 de enero de 2017. (RanchoNEWS).- Figura referencial de la educación musical en México e incansable promotora del talento nacional, la pianista y pedagoga María Antonieta Lozano Glockner falleció la noche del miércoles en la capital de la República Mexicana a los 83 años, a consecuencia de una neumonía, confirmó ayer a La Jornada su hija Coral Zayas Lozano. Reporta Ángel Vargas.
El velorio se realizó este jueves en la sede del Centro de Investigación y Estudios de la Música (CIEM), institución fundada en 1970 por la connotada promotora cultural, la cual dirigió hasta su muerte. Las exequias continuarán este viernes en ese lugar hasta las 15 horas; posteriormente, los restos de la maestra serán cremados.
Ampliamente reconocida y querida en el medio musical mexicano, María Antonieta Lozano nació en la Ciudad de México el 11 de julio de 1933. Realizó estudios en música y pedagogía en las escuelas Nacional de Música (hoy Facultad de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México) y la Normal de Maestros, así como en la Escuela de Música Sacra y la Universidad Estergom de Hungría.
Aporte a la enseñanza
Esposa del también fallecido director de orquesta Armando Zayas, el principal legado de la docente fue su trabajo al frente del CIEM, desde donde desarrolló técnicas y programas educativos reconocidos y avalados por instituciones extranjeras como el Trinity College London, la Universidad de West London y la Associated Board of the Royal Schools of Music.
Desde ese centro se caracterizó por su tenacidad para reivindicar la figura social del músico y del maestro de la especialidad, así como por buscar que se replantearan los modelos de enseñanza tradicionales de la disciplina para evitar el alto grado de deserción y estimular la profesionalización del alumnado.
Se distinguió asimismo por formar a algunos de los más importantes compositores nacionales de lustros recientes, entre ellos Gabriela Ortiz, Víctor Rasgado, Marcela Rodríguez y Gerardo Tamez, y muchos de sus ex alumnos más jóvenes destacan ya en Europa, Estados Unidos y Asia.
El eje rector de su quehacer, según contó en entrevista con este diario, fue siempre ayudar a formar una conciencia sobre la importancia de la enseñanza musical para el desarrollo integral de la persona.
«También que se aproveche el vasto acervo musical del país, que se deje de escuchar el drenaje de la música y se comience a valorar la buena música que existe dentro del folclor, lo comercial y lo académico,» agregó en esa conversación.
«Es necesario que esa buena música salga de donde está guardada. Se le trata como si fuera un virus que puede contaminar a la gente de identidad nacional; sin duda ése es un factor de preocupación para quienes nos gobiernan».
Comprometida impulsora del talento mexicano, María Antonieta Lozano apoyó de forma permanente a compositores e intérpretes jóvenes cuyos logros han acumulado más de 20 premios internacionales y un posicionamiento profesional de alumnos con posgrados en diversas partes del mundo.
Como pianista, trabajó en cine, televisión, teatro y obras dancísticas; realizó conciertos en diferentes ciudades de la República Mexicana, Estados Unidos, Sudamérica y Europa.
Entre otros aspectos, fue fundadora y directora, de 2000 a 2006, de la Escuela de Música del Estado de Hidalgo y compartió sus conocimientos pedagógicos en infinidad de encuentros y congresos en México, Europa y Asia.
En el transcurso de su ardua labor docente, recibió diversos premios y reconocimientos nacionales e internacionales por sus conocimientos, aportación y calidad educativa en la música.
María Antonieta Lozano fue una profesional firmemente comprometida con el país y la educación artística, en específico la musical. En otra charla sostenida con este diario denunció que la cultura musical de México «es de drenaje», en términos de oferta, consumo y enseñanza.
Situación que no le resultaba nada extraña, según aclaró, si se considera el gran desdén que la clase gobernante ha mostrado hacia la cultura en general, a pesar de que es uno de los grandes patrimonios y pilares para la integración del país.
«No hay mucho interés de las autoridades en resolver esta problemática. Quizá se deba a la mentalidad tecnócrata que antepone las cifras a las cuestiones del alma. La cultura es una de las grandes infraestructuras del país y está totalmente descuidada».
Consideraba que la docencia musical en México ha tenido deficiencias enormes desde siempre: «Lázaro Cárdenas trató de resolverlas al final de su gestión en la Presidencia con un decreto en el que se establece que nadie puede ejercer como maestro de música sin antes haber terminado su formación profesional y sin carrera pedagógica.
«Fue infructuoso. La falta de regulación en la enseñanza de la música es un problema muy grave, cualquier persona que ha estudiado un año o dos de conservatorio pone un letrero en la puerta de su casa y comienza dizque a dar clases».
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