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Claudio Ordaz es teórico de la ejecución musical historicista. (Foto: Cortesía del entrevistado)
C iudad Juárez, Chihuahua. 1° de febrero de 2016. (RanchoNEWS).- Con más de 25 años de trayectoria musical, Claudio Ordaz (Chihuahua, 1972) ) es el primer director mexicano en fundar y dirigir una orquesta en Finlandia, la Camerata de Savonlinna, lo que le ha válido el reconocimiento de ese país y de la prensa, que lo describe como un director de orquesta dinámico y versátil, de gran elegancia y energía. Reporta desde la Ciudad de México para La Jornada Carlos Paul.
En charla con La Jornada vía correo electrónico, el también violinista comparte su trayectoria, experiencia e interés por desarrollar también en México sus conocimientos sobre lo que se ha denominado «ejecución musical historicista».
Ordaz empezó sus estudios de violín a los cinco años con su padre, Moisés Ordaz, quien fundó la Orquesta Sinfónica de Chihuahua, a la cual se integró a los 14 años.
«Desde niño hasta el día de hoy tuve gran afinidad por el estudio; combinaba mi trabajo en la orquesta con mis viajes a El Paso, Texas, donde tomaba lecciones particulares de violín con el maestro James Angerstein. Por varios años viajé constantemente de Chihuahua a esa ciudad. Mi autobús salía a las tres de la mañana, mi lección de violín era de las 10 a las 12 del día; después regresaba a Chihuahua, para estar al día siguiente en los ensayos de la orquesta», apuntó el músico.
«Durante mis estudios en la Universidad de Texas en El Paso, (UTEP) tuve la gran fortuna de ser violín concertino de su orquesta sinfónica, y violinista en la de El Paso, donde músicos de la talla de Midori, Yo Yo Ma o Aaron Rosand se presentaban como solistas y nos ilustraban con sus clases magistrales.
«Al graduarme de la UTEP me trasladé a estudiar a la República Checa, donde obtuve un doble posgrado, en dirección de orquesta y en ejecución de violín, en el conservatorio de música de la bellísima ciudad de Praga».
Eso sería el principio del periplo que llevó a Ordaz a otros países como España y Estonia, donde obtuvo su doctorado en dirección orquestal y donde conoció a su esposa, la clavecinista y pianista sueco-finlandesa Anna Lindholm, para, más tarde, decidir radicar en Finlandia.
A lo largo de más de 23 años, mismos que ha vivido fuera de México, Ordaz también ha trabajado como director de diversas orquestas juveniles europeas.
«Es algo que me apasiona y me llena de energía. Los jóvenes por naturaleza están abiertos al aprendizaje, a experimentar lo nuevo, algo que muchas veces nos gustaría descubrir en las orquestas profesionales. Son increíbles los resultados que se pueden obtener cuando las orquestas jóvenes tienen actitud positiva y abierta. Es triste ver cuando un músico profesional ha perdido el entusiasmo. Por ello, nunca debemos olvidar la razón por la cual queríamos ser músicos».
En más de dos décadas, relata Ordaz, «he tenido la gran fortuna de vivir en diferentes países y conocer grandes músicos de varios continentes, con quienes he compartido bellísimas experiencias y de quienes he recibido valiosísima información. En especial, conocer el sistema de Estados Unidos, la tradición de ejecución en la República Checa, parecida a la germánica; la tradición en Estonia, país demográficamente pequeño, pero con un alma musical gigante que se asemeja a la cultura musical rusa. Y, desde luego, conocer muy de cerca el alma musical nórdica.
«Un modelo ejemplar desde México»
En 2013, Ordaz fundó la Camerata de Savonlinna. «Empezamos con 12 miembros. Actualmente la integran 34 atrilistas. Ese trabajo ha generado confianza y entusiasmo entre la comunidad. Nuestra orquesta es pionera en Finlandia, se sustenta económicamente del sector privado. Actualmente tenemos más de 10 empresas que financian la agrupación».
Finlandia es un país muy especial, pues mucha gente se refiere a su cultura como impenetrable, expresa el artista mexicano. «Aquí se apoya lo finés antes y después de todo. Al llegar a la ciudad de Savonlinna, con gran entusiasmo y una idea clara de lo que quería iniciar y, a pesar de saber a lo que me enfrentaba, comenzamos nuestro trabajo y al día de hoy hemos tenido grandes resultados, al punto de que el año pasado nuestra orquesta fue galardonada por la Fundación Cultural Finlandesa por excelencia artística e innovación, lo que, además de ser una importante distinción, fue una gran noticia en Finlandia, pues un periódico de la región lo publicó en primera plana como su nota principal, con la cabeza: ‘Un modelo ejemplar desde México’».
Respecto de su interés por compartir su conocimiento sobre la ejecución historicista, explica: «Nada ha cambiado más la forma en que interpretamos y escuchamos la música clásica hoy día como el movimiento ‘historicista’ (HIP: Historically Informed Performance)».
Ese movimiento, añade, «ha influido de gran manera y a la vez ha sido controversial desde principios de la segunda mitad del siglo XX. Cambió el enfoque interpretativo tradicional del repertorio de la música clásica.
«Actualmente no se interpreta a Vivaldi de la misma manera que a Mahler o Haydn. Cambió el sonido de las orquestas más prestigiadas y generó a la vez gran impacto en el tratado de las prácticas de ejecución de algunos de los directores más notables de nuestros tiempos, a pesar de que no son identificados con este movimiento. Entre ellos podríamos mencionar a Claudio Abbado, Simon Rattle o Riccardo Chailly.
«El enfoque en el uso de los aspectos relacionados con las prácticas de ejecución como el vibrato, el rubato, el portamento, el glissando, la flexibilidad del tempo y el portato, generaron interpretaciones con un sonido nuevo y fresco, y fueron relativa y rápidamente aceptadas por gran parte del público. Actualmente, el movimiento histórico es una parte muy importante de la oferta musical tanto en las grandes salas de concierto como en las grandes compañías disqueras.
«Mi trabajo doctoral se centra en las prácticas musicales a partir de la segunda mitad del siglo XIX; hago un análisis comparativo de las prácticas de ejecución durante los siglos XX y XXI, y las llamadas interpretaciones historicistas».
Para Claudio Ordaz, «el movimiento historicista ha brindado muchísima y valiosa información acerca de las tradiciones interpretativas durante diferentes épocas, y nos recuerda que ser músico intuitivo en la actualidad no es suficiente. El estudio a fondo de las prácticas de ejecución y de todos los aspectos relacionados con la música reafirma nuestro entendimiento de la misma y nos ayuda a ofrecer interpretaciones más convincentes y significativas para nuestro público.
«Estoy seguro de que mi experiencia como violinista y director con diversas orquestas, y haber tenido grandes maestros de música de cámara, haría alguna diferencia en nuestro país, sobre todo con las orquestas juveniles, ya que sigo siendo incansable promotor del poder de la música clásica, la cual se adentra en el ámbito de las emociones más profundas del ser humano».
Poner eso en práctica, concluye el músico mexicano, «nos ayuda a alcanzar paz personal, lo cual facilita la paz colectiva. Escuchen el Ave verum corpus K. 618, compuesto por Mozart, y estoy seguro de que coincidirán conmigo. Recordando a Platón: ‘La música da alma al universo, alas a la imaginación y vida a todo’».
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