El fotógrafo de guerra obtiene el galardón por cubrir una treintena de conflictos y crisis humanitarias «sin abdicar de los principios éticos del informador ni maquillar el dictamen de la cámara». (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 19 de mayo de 2016. (RanchoNEWS).- James Nachtwey lleva cuatro décadas mirando de frente al horror y obligándonos al resto del mundo a mirar. A contemplar desde nuestra confortable seguridad unas fotografías que nos avergüenzan como especie. El polvo es el escenario casi perenne de su trabajo, que protagonizan hombres, mujeres y niños desgarrados por el dolor: el polvo por el que se arrastra un esqueleto viviente sentenciado por la hambruna de Sudán; el que mancha el burka de una mujer afgana postrada ante la lápida de su hermano, asesinado por un proyectil talibán; el que desprende la nube de fuego y cascotes de la torre sur del World Trade Center al derrumbarse. También el óxido es una constante: en las sillas de ruedas de los mutilados de guerra, en los camastros donde esperan a ser atendidos los heridos, los enfermos y los hambrientos. Una nota de la redacción de El Cultural.
«He sido un testigo, y estas fotografías son mi testimonio. Los eventos que he registrado no deberían ser olvidados y no deben repetirse», dice este fotógrafo estadounidense nacido en 1948, criado en Massachusetts y residente desde los años 80 en Nueva York durante los cortos períodos en los que no está de viaje. Nacthwey ha ganado el World Press Photo en dos ocasiones (1992 y 1994), así como la medalla de oro Robert Capa cinco veces, entre otros muchos galardones. Hoy suma un importante reconocimiento más: el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.
Ruanda, 1994. Superviviente del campo de exterminio Hutu. Foto: James Nacthwey
«Considerado uno de los mejores reporteros gráficos de guerra de las últimas décadas, su compromiso profesional le ha llevado a cubrir una treintena de conflictos bélicos y crisis humanitarias sin abdicar de los principios éticos del informador ni maquillar el dictamen de la cámara. Como lúcido testigo del sufrimiento humano, su magisterio se prolonga a generaciones de fotoperiodistas de todo el mundo», reza el fallo del jurado, formado por Helen Aguirre Ferré, José Antonio Álvarez Gundín, Luis María Anson Oliart, Juan Barja de Quiroga Losada, Adela Cortina Orts, Silvia Elena Giorguli Saucedo, Javier González Ferrari, Miguel Ángel Liso Tejada, Ramón López Vilas, Patricio Lorente, Emilio Morenatti Fernández, Beatriz de Moura Gurgel, Benigno Pendás García, Diana Sorensen, José Antonio Vera Gil, Enrique de Ybarra e Ybarra, presidido por Víctor García de la Concha, y actuando como secretario Alberto Anaut González. La candidatura de Nachtwey ha sido propuesta por Jordi Rodríguez Virgili, vicedecano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra.
Nacthway ha retratado la guerra en Afganistán, en Guatemala, Nicaragua y El Salvador, en Yugoslavia y en Ruanda, los intocables de la India, los incurables de Rumanía, la hambruna en Sudán, los estragos del SIDA en Zimbabwe y de la heroína en Pakistán, entre otros muchos conflictos y catástrofes. Antes de eso, el premiado estudió Historia del Arte y Ciencias Políticas, pero el impacto de las imágenes de la guerra de Vietnam y del movimiento por los derechos civiles de su país fue determinante en su decisión de convertirse en fotógrafo. Después de trabajar en la marina mercante, aprendió fotografía de forma autodidacta mientras trabajaba como aprendiz de montador de videonoticias y como camionero.
Su carrera como fotógrafo comenzó en 1976 en un periódico de Nuevo México y en los 80 se trasladó a Nueva York, donde empezó a trabajar como fotógrafo freelance. También ha trabajado como miembro del equipo de la revista Time y en la prestigiosa agencia Magnum, antes de fundar él mismo la agencia VII junto a otros compañeros en 2001. Su trabajo ha podido verse en exposiciones individuales en el International Center of Photography de Nueva York, la Bibliotheque Nationale de Francia, el Palazzo Esposizione de Roma, el Museum of Photographic Arts de San Diego y e Círculo de Bellas Artes de Madrid, entre otros lugares.
Nueva York, 2001. Zona Cero. Foto: James Nacthwey
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