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El escritor francés presenta en España Ella y él, un homenaje a las comedías del cine clásico de Hollywood. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 31 de mayo de 2016. (RanchoNEWS).- El escritor francés afincado en Nueva York Marc Lévy (Boulogne-Billancourt, Francia, 1961), a su paso por la Feria del Libro de Madrid, este año dedicada a la literatura francesa, atiende a El Cultural en el Instituto Francés para hablarnos de la novela que presenta ahora en España, Ella y él (Planeta), un spin-off de su primer libro, Ojalá fuera cierto, que fue un enorme éxito de ventas en todo el mundo. La conexión entre aquella y esta es Paul, un escritor profundamente pudoroso que establece una relación con una actriz llamada Mia a través de una web de contactos. Lévy homenajea a las comedias del cine clásico de Hollywood y añade una muesca más a una prolífica carrera que se contabiliza a libro por año. Javier Yuste lo entrevista para El Cultural.
¿Qué le ha parecido la Feria del Libro de Madrid en su primera visita?
La adoro. Me encanta que sea al aire libre y me encanta la distribución de las casetas, como si fueran pequeños pueblos de un inmenso país. La afluencia de público es impresionante, la Feria está llena de vida y tengo unas ganas inmensas ya de volver. En Madrid además se come muy bien y la gente es muy simpática así que puedes ir diciéndome las fechas de la Feria del año que viene...
Presenta ahora en España Ella y él mientras está promocionando otro libro ya en Francia... ¿Cómo se vive esta circunstancia?
Es difícil. A veces me cuesta entender de qué libro me están preguntando cuando voy de promoción a un determinado país, experimento esa especie de decalaje. Pero también tiene su lado bueno ya que me permite volver a encontrarme con personajes tan queridos como Paul y Mia. Cuando se habla de un libro, se habla de personajes y ellos son mis amigos. Incluso estoy empezando a pergeñar estos días una segunda parte para ellos.
¿Cuál fue el origen de Ella y él?
El origen es múltiple. Por un lado tenía ganas de escribir una comedia elegante, con ese humor tan característico de las comedias americanas de los años 50, con Cary Grant o Audrey Hepburn, gente normal que destila una gran elegancia en el alma. Son personajes que intentan demostrar por todos los medios que son personas muy fuertes y seguras de sí mismas, pero en realidad son súper frágiles. Después el origen está también relacionado con mi primer libro, Ojala fuera cierto, en el que aparecía Paul. Era un personaje secundario, pero se me había quedado en la cabeza y tenía la certeza de que no se había dicho todo sobre él. Era proactivo tanto en aquel libro como en la continuación del mismo Volver a verte, pero siempre en un segundo plano. No destaca por la valentía y por eso me parecía que era interesante darle el protagonismo. Cuando alguien menciona una frase de alguno de sus libros, ya que es escritor, él siempre dice que es de otro. Es esa clase de persona.
¿Cuál es el principal conflicto para Paul en este libro?
Duda de su legitimidad. Es un personaje que escribe para cubrir su pudor enfermizo y piensa que si alguien lo descubre, quedará como un impostor.
¿Comparte con este personaje más rasgos que con otros que ha creado por el hecho de dedicarse ambos a lo mismo?
Si, claro, sobre todo compartimos lo que te comentaba antes: el pudor.
Escribe una novela prácticamente cada año. ¿Dónde está el secreto?
En el trabajo. Me gustaría decir que es una forma de inteligencia particular pero en realidad no es más que el trabajo.
¿Cómo es el proceso?
Escribir es muy difícil porque hay que pasar mucho tiempo soñando. Hay que soñar teniendo el espíritu muy abierto e imaginando aquello que puede ser posible. En la vida siempre hay que estar atento a los pequeños detalles y escuchar detenidamente. Por ejemplo, es curioso que en los intercambios cotidianos de palabras siempre seamos hipócritas. Si le preguntas a alguien '¿cómo estás?' realmente te da igual la respuesta. Además si fueras sincero y le contarás a alguien la verdad, probablemente que tu vida es un desastre, no sé cómo reaccionaría tu interlocutor. Pero lo interesante para un escritor es que se produzca un diálogo. La relación de un escritor con sus personajes es similar, tiene que estar atento a todo, a cada detalle y mentira.
Pese a poner énfasis en lo cotidiano casi todas sus novelas dejan margen para lo imposible y lo inesperado...
Muchas veces uno va en el tren y piensa que estaría genial que pasara cualquier cosa. Ahí entra en juego la imaginación, que está muy relacionada con el aburrimiento. Un día iba en el metro con dos personas sentadas justo enfrente y teníamos por delante un viaje de media hora. Empecé a imaginar que ella se giraba y le decía a la persona que estaba sentada a su lado que se acababa de enamorar locamente de él. Empiezas a imaginar y se acaba el aburrimiento. En este desequilibrio puede entrar lo imposible siempre y cuando retengas solo aquello que pueda aportar algo a la historia.
Ha cambiado mucho de registro en sus novelas...
Sí, nunca quise encerrarme en un único género. Tengo mucha suerte y pienso que para mantenerla tengo que trabajar muchísimo. Por respeto a todos mis lectores no quería escribir siempre la misma historia. Por eso tomo riesgos, porque nada me hace más feliz que cuando viene un lector y me pregunta a dónde lo voy a llevar este año. A mí es lo que me gusta de directores de cine como Woody Allen o Pedro Almodóvar. Me encanta explorar géneros.
¿Qué se siente al contar con el favor de los lectores?
Solamente felicidad. Soy consciente de que no he inventado ninguna cura de nada, pero la alegría de escribir algo reside en poder compartirlo con mucha gente. Sin embargo, estarías falseando la historia si piensas en esto mientras escribes. El momento de escribir es el momento de estar conectado con los personajes, igual que un director de una película está concentrado con la historia y no está filmando al público. El resto del año es una felicidad inmensa.
¿Cómo cree que será la novela del futuro?
Hay que pensar un poco en el momento en el que vivimos: internet, contenidos gratis, videos, series... En la época de mis padres veían una película y el resto del tiempo se aburrían a morir y la lectura era la única escapatoria para muchos. Ahora estamos conectados todo el tiempo, incluso por la noche. Mucha gente vaticinó que esto acabaría con la lectura pero viendo por ejemplo la Feria del Libro llena a rebosar, está claro que la lectura mantiene esa magia. Dentro de 200, 300 o 500 años se seguirá leyendo. No importa el soporte, al final solo cuentan las historias.
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