William Henry Fox Talbot y Nicolaas Henneman en el Reading Establishment, la primera empresa editorial fotográfica, 1846 (Foto: William Henry Fox Talbot © National Media Museum, Bradford / Science & Society Picture Library.)
C iudad Juárez, Chihuahua. 19 de mayo de 2016. (RanchoNEWS).- La imagen desdibujada y tendente a desaparecer que ofrecía el calotipo, nombre dado al proceso fotográfico inventado por William Henry Fox Talbot, (1800-1877, Reino Unido), tenía poco que hacer frente a la brillante, enfocada, y sobre todo bien fijada que obtenía el daguerrotipo. Transcurría 1840 y la «daguerromanía», ese deseo irrefrenable de ser retratado mediante este método, se había instalado en la sociedad europea. Sin embargo, Fox Talbot se había anticipado a este procedimiento en 1833; aquel buen día, durante su viaje de novios, cuando sentado frente al Lago de Como, Suiza, su incapacidad para el dibujo le hizo soñar con «la posibilidad de imprimir de forma perdurable, aquellas imágenes naturales, y que permaneciesen fijadas al papel». De regreso a Inglaterra, comenzó a trabajar en «el arte de fijar una sombra». Gloria Crespo Maclennan escribe para El País.
Fue en la mansión familiar de Lacock Abbey, Wiltshire, donde desarrolló un método en el cual al poner plantas en contacto directo con un papel previamente emulsionado en una solución de cloruro de plata, sensible a la luz, lograba captar la silueta de los vegetales. El resultado, conocido como esquigrafía, o dibujo fotogénico, sentó las bases del calotipo que generó el primer negativo fotográfico; aquello que ha formado la base de la fotografía durante más de 150 años, hasta la llegada de la fotografía digital. Hecho que inmortalizó al fotógrafo británico.
La vid inglesa (Bryonia Dioica), probablemente 1839, William Henry Fox Talbot © National Media Museum, Bradford / Science & Society Picture Library
El Science Museum de Londres expone Fox Talbot: Dawn of the Photograph (Fox Talbot: Los Inicios de la Fotografía), que explora los experimentos de este británico, mascarón de proa del entonces nuevo e influyente medio artístico que cambiaría la mirada del mundo. «La mejor forma de contar la historia del singular papel que desempeñó William Henry Fox Talbot en el descubrimiento de la fotografía, es quizás a través de las innovaciones tecnológicas de su tiempo. Dawn of the Photograph ofrece una extraordinaria oportunidad de ver la imágenes que creó Talbot junto a los instrumentos que lo hicieron posible, demostrando e investigando las ambiciones empresariales en lo referente a las aplicaciones de la fotografía», dice Greg Hobson, comisario de la exposición.
Graduado por el Trinity College de Cambridge en matemáticas y estudios clásicos, su curiosidad intelectual le mantuvo cercano a los círculos científicos. Fox Talbot fue autor de más de cien publicaciones y cuatro libros sobre temas tan diversos como la astronomía, la botánica, la etimología, la filología, la egiptología, y la fotografía entre otros. A esto se sumaba un talante emprendedor, característico de las clases pudientes de la revolución industrial en el Reino Unido, que le llevó a buscar el reconocimiento y la recompensa económica en cualquiera de estas disciplinas que compaginaría con la fotografía. También fue parlamentario en representación del partido Liberal.
La escalera, abril, 1944 William Henry Fox Talbot © National Media Museum, Bradford / Science & Society Picture Library
Sus experimentos sobre la fotografía surgieron de su interés por la luz, el color y la polarización. Compartía sus resultados solo con sus más íntimos o sus familiares, con la intención de perfeccionar su proceso y proteger sus intereses. Pero enero de 1839 la prensa hacía pública la invención del francés Louis-Jacques-Mandé Daguerre: el daguerrotipo. Fue considerado entonces el único proceso fotográfico capaz de producir una imagen. Para ello se valía de una cámara oscura portátil y una placa de cobre cubierta de plata pulida.
Fox Talbot se vio entonces presionado por las circunstancias a hacer público su descubrimiento del calotipo. Partiendo de la esquigrafía, incorporaba el uso de la cámara oscura, y resultaba en que el papel emulsionado en nitrato de plata, tras ser expuesto a la luz y revelado, generaba una imagen en negativo. Su problema estaba en la perdurabilidad de la imagen: podía incluso desaparecer por completo. A esto también se unía que el proceso no resultaba tampoco lo suficientemente económico como para competir con el daguerrotipo. El calotipo parecía, en principio, completamente deslucido por el invento francés.
El Pajar, finales de abril, 1944. William Henry Fox Talbot © National Media Museum, Bradford / Science & Society Picture Library
Sin embargo, existía una diferencia crucial que situaba a Fox Talbot en el lugar que se merecía en la historia: mientras el daguerrotipo producía una imagen única, como una Polaroid, el método de Fox Talbot, basado en el proceso negativo-positivo, daba pie a una ilimitada cantidad de copias, estableciéndolo como el método adecuado para el creciente mercado editorial de mediados del siglo XIX y la futura distribución en masa. En 1860 el daguerrotipo quedaba ya totalmente desplazado por una técnica mejorada, basada en las ideas de Talbot
The Pencil of Nature (El Lápiz de la Naturaleza), fue una aventura editorial puesta en marcha por el fotógrafo británico con la cual trató de demostrar el poder de la fotografía en el mundo editorial, a la vez que confirmaba la viabilidad de sus propios inventos. Considerado como el primer libro ilustrado con fotografías, sus seis volúmenes pusieron de manifiesto el potencial de la fotografía como documento y refuerzo tanto para la ciencia como para la industria.
«La fotografía fue sin duda alguna, una de las invenciones más profundas del siglo XIX. Talbot no solo introdujo una nueva forma de ver, a través de sus escritos y experimentos, sino que supo ver la peculiaridad de la fotografía al funcionar tanto como arte, ciencia e industria», señala Rusell Roberts, otro de los comisarios de la exposición. Aun así es necesario destacar que las imágenes de Fox Talbot no solo evidencian su talento en el campo de los avances científicos, sino que también hacen referencia a unos planteamientos estéticos muy particulares que trascienden la época.
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