Imagen de la exposición. (Foto: Cortesía Foto Museo Cuatro Caminos )
C iudad Juárez, Chihuahua. 19 de julio de 2016. (RanchoNEWS).- Cuando Roger Ballen (Nueva York, 1950) presentó en Sudáfrica las primeras fotografías de su serie Outland, el apartheid lo encarceló. El gobierno juzgó que eran demasiado fuertes y que incluían una imagen del hombre blanco que no querían mostrar. Ballen había vagado con su cámara en mano por los dorps o pequeñas poblaciones sudafricanas, buscando a los personajes que el sistema había llevado más al límite. Luis Carlos Sánchez reporta para Excélsior.
El artista estadunidense no sólo retrató hombres de raza negra sino que se compenetró con exconvictos, dementes y gente en la pobreza más extrema, sin diferenciar su color. En una suerte de convicción documentalista, trató de reflejar los mundos síquicos de cada uno de sus personajes y creó todo un universo subalterno que, a la distancia, se observa como una trinchera de la zona más oscura del hombre.
«La fijación de Roger Ballen hacia estos personajes viene de lo cruda y atractiva que puede parecerle una personalidad. Sus imágenes son totalmente desinhibidas, son exconvictos, personas que se escaparon de hospitales mentales, gente en extrema pobreza. El interés de Ballen por revelar el lado oculto del ser está ligado a revelar el lado oculto de la sociedad, situaciones que muchas veces la sociedad no quiere voltear a ver o no quiere llegar a aceptar», explica Rodrigo Campuzano, curador de Instrospective, la exposición más completa de Ballen que hasta ahora se ha presentado en México.
Integrada por un centenar de imágenes, la muestra celebra al mismo tiempo el primer año de vida del Foto Museo Cuatro Caminos y presenta a través de siete series diferentes, más de cinco décadas de trabajo del fotógrafo.
De Roger Ballen es muy conocida la imagen Dresie and Casie, Twins (1993), que muestra unos gemelos de cuello grueso y orejas largas, pero su fama realmente cobró fuerza después de dirigir el video de I Fink You Freeky, del grupo de rap sudafricano Die Antwoord, plagado de simbolismos.
Geólogo y sicólogo
Pero Ballen jamás estudió fotografía de manera formal, su formación fue como geólogo y después como sicólogo, aunque toda su vida estuvo rodeado de fotógrafos. Su madre, Adrienne Ballen, trabajó como editora en la agencia Magnum, y abrió en Estados Unidos una de las primeras galerías dedicadas a la imagen. Ahí conoció al fotógrafo mexicano Manuel Álvarez Bravo y por eso, cuando Campuzano le propuso armar una exposición para México, accedió inmediatamente.
En la década de los setenta del siglo pasado, cuando su madre murió, Roger Ballen decidió recorrer el mundo. Después de recorrer el oriente llegó a Sudáfrica, donde se instaló de manera definitiva y comenzó a trabajar. Su visión de la fotografía fue modificándose hasta convertirse en una suerte de sicoanálisis de sus retratados. «La sicología es lo que más ha estudiado y a través de la interacción con sus personajes, la ejerce», señala el curador.
«Mucha gente piensa que se aprovecha de las personas, pero lo que no sabe es que Roger pasa meses desarrollando una relación con ellas para que lo dejen entrar a sus casas y el retrato sea muy natural. A lo largo de su trayectoria se puede distinguir como antes no intervenía tanto el entorno, en los años recientes ha cambiado y ha incorporado su propia pintura y con la utilería crea instalaciones que enriquecen la composición. Por eso él se define más como artista, su técnica es una combinación de foto, con dibujo e instalación», explica Campuzano.
Además de algunas imágenes, más cercanas al documentalismo, que Ballen hizo en uno de sus primeros viajes a México, Instrospective incluye una muestra del trabajo que realizó junto con el danés Albert Asgner. En todas sus series, sin embargo, hay elementos oscuros, sórdidos, casi bucólicos.
«En sus composiciones siempre abunda tanto la metáfora como el simbolismo, pero es un simbolismo que está muy posicionado de manera sicoanalítica. Los mundos que él crea vienen totalmente del individuo que está retratando, la manera en que Roger Ballen interactúa con ellos no es diciéndoles qué hacer sino conociéndolos, entrando a su mundo como un invitado, muchas veces como un espectro que va capturar la vida de esas personas y la mayoría de las veces sin realizar alteración alguna», concluye.
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