Las pirámides de Giza, con el desierto al fondo. (Foto: ARCHIVO)
C iudad Juárez, Chihuahua. 7 de septiembre de 2016. (RanchoNEWS).- Sitiada por las viviendas cercanas y huérfana de turistas extranjeros, la meseta que alberga las majestuosas Pirámides de Giza se somete al enésimo remozado. El Gobierno egipcio ha optado por dejar en manos privadas la gestión, limpieza y seguridad del deteriorado complejo monumental, la última de las siete maravillas del mundo antiguo en pie. Reporta desde El Cairo Francisco Carrión para El Mundo.
Según la agencia de noticias estatal Mena, el proyecto que devolverá el lustre a la necrópolis se cerró este martes en un encuentro del primer ministro Sherif Ismail con los titulares de Vivienda, Turismo y Antigüedades. Tres empresas privadas se harán cargo de la faraónica tarea de reorganizar un espacio ocupado hoy por una legión de vendedores, camelleros, policías y turistas locales.
En busca de una rápida rehabilitación, las autoridades han contratado ya a una compañía que por cinco millones de libras egipcias (unos 500.000 euros) tratará de mantener limpias las arenas del recinto. Fuentes del Ministerio de Antigüedades han asegurado a EL MUNDO que desconocen el nombre de la firma agraciada con la labor y han rehusado proporcionar más detalles. La seguridad, por su parte, ha sido adjudicada a otra compañía mientras que la gestión de la meseta -la tercera parte en liza de la privatización- están aún por otorgar.
El régimen egipcio también ha prometido incrementar el despliegue de policía turística en el área y construir una comisaría y un hospital cerca de las pirámides. Este nuevo intento de ordenar el caos que reina en la necrópolis se produce después de que el pasado febrero las autoridades arrestaran a tres personas acusadas de robar fragmentos de las pirámides y venderlas a unos 28 euros en las inmediaciones del monumento.
En los días previos a su detención un vídeo sobre el negocio, grabado con cámara oculta, corrió como la pólvora por internet desatando la indignación y las llamadas de los internautas a «salvar las pirámides», uno de los principales reclamos turísticos de un sector arrasado por la agitación política del último lustro y las tragedias aéreas recientes. A pesar de los esfuerzos de las autoridades, el turismo se halla en caída libre: el número de visitantes se desplomó un 41,9% el pasado julio en comparación con el año anterior.
El robo de piedras en las Pirámides dejó al descubierto la laxitud e incapacidad de las fuerzas de seguridad para controlar el vasto patrimonio egipcio. No fue, sin embargo, el primer caso que se registra en los últimos años en la tierra de los faraones. A menudo los funcionarios encargados de proteger los monumentos ofrecen a los visitantes abrir áreas cerradas al público a cambio de un soborno.
En 2013 aparecieron pozos excavados ilegalmente en los alrededores de Dashur, que alberga las pirámides romboidal -con su doble inclinación causada por las modificaciones sufridas a mitad de obra- y la imponente roja, la primera de caras lisas que allanó el camino para que la técnica acariciara la perfección en los poliedros de la meseta de Giza. En una visita al pueblo cercano, EL MUNDO constató entonces que sus habitantes no ocultaban el expolio. «Hay quien encuentra pequeñas estatuas, momias y vasijas. Un golpe de suerte así te puede hacer millonario», admitió un vecino.
El lavado de cara de las Pirámides, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y situada a unos veinte kilómetros de El Cairo, no es una novedad. En el pasado otros proyectos han tratado de renovar la geografía del recinto. En 2010, el entonces secretario general del Consejo Superior de Antigüedades, el mediático Zahi Hawass, trató de expulsar a los caballos y carros de las cercanías de las pirámides bajo el pretexto de «salvar» el monumento y evitar el acoso a los turistas. El proyecto, sepultado por la burocracia y las revueltas, también prometía la implantación de coches eléctricos, una competencia que despertó la ira de los propietarios de camellos y caballos.
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