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El escritor brasileño (al centro), con Pablo Neruda y Anna Seghers, en París, en 1949, en imagen incluida en el libro Fotobiografía de Jorge Amado. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 9 de agosto de 2012. (RanchoNEWS).- Brasil celebra este viernes los 100 años del nacimiento de Jorge Amado, su escritor moderno más venerado, cuyas novelas sobre su nativa Bahía exploran los placeres sensuales de la vida y la mezcla de razas en este estado del nordeste poblado en gran parte por afrodescendientes. Una entrega de AFP:
Las obras de Amado, quien murió hace 11 años, han sido traducidas a 49 idiomas y publicadas en más de 50 países –cifra sólo superada en Brasil por el escritor Paulo Coelho– y adaptadas al cine, al teatro, a telenovelas y series de televisión y hasta a enredos de escuelas de samba del carnaval brasileño.
«Fue al mismo tiempo un gran escritor y un gran éxito comercial, lo cual en los años 30 no fue bien aceptado por los críticos literarios», dijo Thyago Nogueira, editor de Amado en el sello paulista Companhia das Letras.
«También ofreció una visión optimista de Brasil con posiciones muy avanzadas sobre el sincretismo religioso y la mezcla racial. Fue un adelantado a su época», añadió.
El Congreso brasileño rindió el lunes un homenaje solemne al popular escritor bahiano, cuyo legado es celebrado este año en varios países con exhibiciones, retrospectivas y charlas.
Retrospectiva en Sao Paulo
Un filme basado en Capitaes de Areia, novela de Jorge Amado, fue elegido mejor película en el Festival de Cine Brasileño de Los Ángeles. el mes pasado. La cinta, dirigida por Cecilia Amado, nieta del escritor, sigue las aventuras de varios niños de la calle en Salvador, la capital del estado de Bahía, en los años 50.
«Para mí es importante mostrar la historia de Bahía y mantener vivo el legado de Jorge Amado. Por eso hago películas, para celebrar su vida», dijo Cecilia Amado a la revista Hollywood Reporter.
En Sao Paulo, el Museo de la Lengua Portuguesa presentó durante cuatro meses la muestra Jorge Amado es universal, una retrospectiva sobre su vida y su universo de ficción, con fotos, manuscritos, audiovisuales y varios objetos.
La exhibición se muda ahora a Salvador, y el viernes abrirá al público en el Museo de Arte Moderno de Bahía.
El viernes, el cantante bahiano Caetano Veloso también ofrecerá un concierto en honor a Amado en la plaza de la Catedral de Salvador.
Las novelas más conocidas de Amado en el extranjero son Gabriela, clavo y canela y Doña Flor y sus dos maridos.
La primera, escrita en 1958, transcurre en Ilheus, la ciudad bahiana donde Amado pasó la mayor parte de su infancia. Es a la vez una novela folclórica, un romance con una protagonista mulata, un thriller político y una crítica social, con historias de pasión, infidelidad, traición y asesinato.
Fue adaptada a la televisión varias veces, la más famosa de ellas en 1975, que lanzó a la actriz Sonia Braga a la fama. Una nueva adaptación del canal Globo es transmitida actualmente.
Doña Flor y sus dos maridos, escrita en 1966, cuenta la extraña vida de una viuda que se casa con un farmacéutico estable, pero aburrido, y es visitada por el fantasma de su ex marido, sexy y mujeriego. Una exitosa adaptación al cine fue realizada en Brasil en 1976, también con la sensual Sonia Braga en el papel estelar.
Otras de sus obras son Tieta do Agreste, Teresa Batista cansada de guerra y A morte e a morte de Quincas Berro d’Agua.
Sus libros relatan en general la vida de los mestizos de clases sociales más bajas de la sociedad bahiana.
«Para él, la mezcla racial fue nuestro mayor tesoro nacional que teníamos que valorar y preservar. Jorge creía que este mestizaje, a todos los niveles, es lo que nos distingue del resto del mundo», dijo recientemente Alberto da Costa e Silva, integrante de la Academia Brasileña de Letras, al diario O Globo.
Amado ganó varios premios nacionales e internacionales y fue elegido miembro de ese cuerpo colegiado en 1961.
Su carrera literaria avanzó paralelamente a su incursión en la vida política.
Comunista en un país de gobierno autoritario, pasó varios años escapando de la persecución y alabando sus ideales en sus novelas. Fue encarcelado en 1936 y 1937; vivió exiliado varios años, en Argentina y Uruguay (1941-42), en París (1948-50) y en Praga (1951-52).
En 1945 fue electo diputado federal de Sao Paulo, por el Partido Comunista Brasileño.
Tampoco fue ortodoxo en materia de religión, reconciliando su ateísmo con la simpatía por el candomblé, la religión afrobrasileña. Como legislador comunista, auspició una ley que garantizó la libertad de credos que sigue vigente.
«Jorge Amado manejó el absurdo de ser a la vez un escéptico y un creyente. Sólo Bahía puede producir una persona así», dijo Carlos Heitor Cony, también colegiado de la Academia Brasileña de Letras, a O Globo.
Amado mantuvo durante toda su vida una fuerte amistad con el compositor bahiano Dorival Caymmi, así como con el pintor argentino Héctor Julio Páride Bernabó, conocido como Cary-bé. Los tres, unidos por el amor a Bahía, se influyeron unos a otros en sus respectivas artes.
Secretos del Brasil profundo
Desde aquel 1931 en que publicó su primera novela, El país del carnaval, Jorge Amado no paró ni por un momento de relatar las sensuales historias que se tejían en su Bahía natal; letras pobladas de pieles morenas y arrolladora irreverencia que contaron al mundo los secretos del Brasil más profundo.
«Escribir es transmitir vida, emoción, lo que conozco y sé, mi experiencia y mi forma de ver la vida», resumió el origen de su inspiración.
Y fue exactamente lo que hizo durante sus fructíferos 88, casi 89 años de vida, ese hijo de un estanciero que murió comunista y convencido de que los milagros existen, el 6 de agosto de 2001.
«No soy religioso pero he presenciado mucha magia. Soy supersticioso y creo en los milagros. La vida está hecha de acontecimientos comunes y de milagros», solía afirmar.
Al pregonar que «no se puede dormir con todas las mujeres del mundo, pero al menos hay que intentarlo», Amado señaló la cadencia sensual de las mujeres del noreste brasileño; describió sus cuerpos voluptuosos, de «cabelleras negras» y «muslos ardientes», y se internó en sus pasiones secretas, las carnales y las divinas.
Las mujeres de Amado, fuente de inspiración y columna vertebral de su obra, se debatían sin tregua entre el recato y el deseo. Nada inocente, el autor de Doña Flor y sus dos maridos denunció, con sensual rebeldía, la hipocresía social que condenó, a muchos de sus personajes, a terribles soledades.
El autor de Terras do Sem-Fim desmenuzó asimismo esa «mixtura» religiosa que alimenta el espíritu en las entrañas de su país; las ofrendas paganas que se ofrecen a dioses caprichosos, las danzas exuberantes que se dedican a divinidades africanas que llevan nombres de santos católicos.
El erotismo de sus historias no le impidió ver y contar los grandes dramas que afligen a campesinos, artesanos y pescadores humildes en la región más pobre de Brasil, así como las sequías, el hambre, las pestes, la forzada emigración hacia el sur rico y lejano.
Tal vez ese dolor ajeno, sobre todo el de las desigualdades sociales, que también denunció, lo llevó, entre otros ideales, a afiliarse al Partido Comunista Brasileño poco después de egresar de la Facultad de Derecho, en 1935.
Nacido el 10 de agosto de 1912 en una plantación de cacao en Itabuna (sur de Bahía), Jorge Leal Amado de Faria murió en Salvador, el 6 de agosto de 2001.
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