Rancho Las Voces: Fotografía / México: Tunick convoca a 105 «fridas» en la Casa Azul
Para Cultura, el presupuesto federal más bajo desde su creación / 19

martes, mayo 08, 2007

Fotografía / México: Tunick convoca a 105 «fridas» en la Casa Azul

.
Por la mañana, las convocadas llegaron a Coyoacán. (Foto: Sandra Perdómo)

M éxico, 7 de mayo, 2007. (Leticia Sánchez / Milenio).-
Tener el pelo largo y negro era la primera condición para ser fotografiada por Spencer Tunick en un encuentro más cercano; la segunda y más difícil era que si tenían el cabello rizado se lo alaciaran o compraran una peluca. Eso sí, antes de las 5:30 horas de este lunes.


Parte de las féminas fueron seleccionadas el pasado domingo tras participar en el desnudo masivo en el Zócalo de la Ciudad de México, que reunió a más de 18 mil personas, aun cuando buena parte de las mujeres terminaron muy molestas por lo sucedido al final de las sesión dominical cuando los hombres ya vestidos comenzaron a tomarles fotografías con cámara y teléfonos celulares.

Pese a las molestias, al finalizar este encuentro multitudinario en la Plaza de la Constitución, según lo revela a MILENIO una de las participantes, a algunas seleccionadas las llevaron al segundo piso del Hotel Majestic, donde se les informó que serían parte de otra instalación fotográfica y las citaron, sin darles más detalles, en el centro de Coyoacán.

Las elegidas fueron alrededor de 80, pero llegaron 105 a la cita, aunque sin conocer el lugar exacto de la sesión. A todas, los organizadores les dijeron que las llevaría un lugar localizado a una hora de distancia, cuando en realidad no les llevó más de cinco minutos llegar al Museo Casa Frida Kahlo «La Casa Azul».

Ya en su destino, les pidieron que se formaran, les repartieron pedazos de estambre que añadieron a su cabello para que se viera más abundante. Se hicieron dos “colitas”, se trenzaron el cabello y se hicieron un rodete en la cabeza, tal y como se peinaba la artista plástica, de quien en este 2007 se conmemora el centenario de su natalicio.

El equipo de producción contrató a un par de maquillistas que les indicó la forma en que se tenían que pintar las cejas para parecerse a la esposa de Diego Rivera, si bien entre quienes acudieron hubo algunas que no cumplían con los requisitos, como una señora de la tercera edad de cabello cano.

El deseo del fotógrafo Spencer Tunick era rendir un homenaje a Frida Kahlo, la artista mexicana mejor cotizada en el mercado del arte a nivel mundial.

De acuerdo con Hilda Trujillo, directora adjunta del recinto, el artista le hizo esa petición la noche del domingo; ella realizó las gestiones correspondientes y dice que obtuvo el permiso de Carlos Phillips Olmedo, como responsable del Fideicomiso Frida Kahlo y Diego Rivera.

Incluso, se le extendió una invitación al escritor Carlos Monsiváis para que acudiera a esta sesión que se suponía privada y ultrasecreta. Ya en el lugar, el ensayista mexicano intercambió algunos comentarios con el fotógrafo neoyorquino.

Spencer Tunick cumplió su cometido. No sólo le abrieron las puertas del recinto en lunes, día en que permanece cerrado, también pudo concretar su proyecto fotográfico con la colaboración de un centenar de mujeres desnudas a las que colocó en diferentes posiciones, tanto paradas como sentadas, en el jardín y en la pirámide hechiza del recinto.

Para una sesión con imágenes especiales, Tunick seleccionó a 15 mujeres, mismas que fotografió en la intimidad de la Casa Azul de Frida Kahlo. De entre ellas eligió a una mujer muy bonita para tener otras imágenes..

Sin embargo, el artista visual no pudo realizar la toma que pretendía con las convocadas rodeando el museo, debido a la presencia inesperada de los representantes de los medios de comunicación.

Como cada una de las desinhibidas modelos, la Casa Azul también recibirá su fotografía. Para celebrar este acontecimiento, Spencer las invitó a una fiesta al Hotel Condesa (celebrada ayer por la noche), aunque el personal de seguridad les advirtió que no dijeran nada, que todo era un secreto. Si al llegar disfrazadas al lugar alguien les llegaba a preguntar tendrían que contestar: «Todas somos Fridas». Así lo hicieron.

Como ha sucedido con la mayoría de las instalaciones realizadas en otros países, el fotógrafo estadunidense suele desarrollar un trabajo más íntimo, más allá de los tumultos de las imágenes masivas, que son las que llegan a provocar mayores expectativas.

Lo único que reveló Marco Antonio Hernández Murrieta, representante de la Fundación que lo patrocinó, fue que ya concluida la sesión y en plena retirada, Spencer Tunick recibió la petición de autógrafo de una señora que viajaba en su camioneta. De buen humor, el artista no sólo le firmó su periódico, sino más tarde buscó tomarse una fotografía rodeado de los cuerpos desnudos plasmados en las primeras planas de los diarios exhibidos en un puesto de periódicos.

REGRESAR A LA REVISTA