Miguel Ángel Moreno López. (Arte: Miguel Ángel Moreno López)
C iudad Juárez, Chihuahua. 9 de mayo de 2022. (RanchoNEWS).-En esta ciudad vivir o sobrevivir del arte es un mérito, crecer una familia y ser fiel a su arte lo magnifica, por no involucrarse en los mitos sobre los artistas de vidas disipadas, sus genialidades y desplantes de artista los plasma en lienzos, murales, en papel, su disciplina para realizar tanto encargos como su expresión le han ganado la reputación de ser cabal y cumplido.
El término maestro en el medio cultural es como darle una insignia o colgar una medalla al artista, maestro es más que tener discípulos es reconocer tanto su calidad de trabajo como su trayectoria y todas las enseñanzas de vida que da. Para la gran mayoría que lo conocemos él es un maestro pero eso a él lo ha tenido siempre sin cuidado.
Su inquietud lo ha hecho ser corredor de larga distancia enfundarse en un traje de lucha libre (pese a su delgada figura), actor, bailarín, escenógrafo, director de teatro, ser el primer artista que habitó aquella famosa Plaza Cervantina antes de fundar junto con su compadre Mario Arnal el Taller Libre de Experimentación Plástica, donde fueron acogidos artistas como Alfredo Téllez «Bandido», Enrique Ramírez, Antonio Ochoa entre otros y convirtieron esa Plaza Cervantina en el centro de actividad cultural de la ciudad.
El pasado 10 de diciembre del 2021 Miguel Ángel Moreno recibió en sesión solemne de cabildo el Premio a la Trayectoria Artística que entrega el IPACULT; en Rancho Las Voces la alegría no se hizo esperar, ese reconocimiento era un pendiente en su largo andar por el arte.
Aquí le rendimos un homenaje por su empeño y su gran aportación al arte en nuestra comunidad.
Jaime Moreno Valenzuela
La siguiente entrevista la realizó Rubén Moreno Valenzuela para la revista Semanario-
Miguel Ángel Moreno: «Va mi pincel en prenda»
Originario de Delicias, Miguel Ángel Moreno concede a Semanario una amplia entrevista en la que nos comparte sus 25 años de experiencia como artista plástico en Juárez: La crónica de una invencible fe en el arte.
Miguel Ángel Moreno tiene apostada la vida a su arte. Es una apuesta sin reservas ni claudicaciones. El todo por el todo. En consecuencia, este pintor juarense ha creado una obra de sólida originalidad, producto de una existencia intensa y en ocasiones amarga. Ha visitado infiernos y a su retorno nos ha entregado luminosas postales del paraíso.
No recuerdo exactamente cuando lo conocí. Pareciera que siempre ha estado por ahí, deambulando con óleos, acuarelas, esculturas, miniaturas y cerámicas en busca de un cliente; o cargando pinceles, pinturas, plumas, papeles, telas, cartones, piedras y toda suerte de inverosímiles materiales que utiliza para plasmar su obra.
Siempre amable, cordial, humilde; su frágil aspecto físico contradice la fortaleza de su espíritu, si fuera un ser ficticio lo hubiera creado Dostoyevski.
Miguel Ángel, en suma, es ya es un personaje que pertenece al paisaje de la ciudad.
Y más todavía en el transcurso de un cuarto de siglo su obra ha quedado dispersa en toda la ciudad; desde la casa de un trabajador, o del propietario de una tortillería, hasta en algún museo; la trayectoria plástica de Miguel Ángel -íntima y subterránea- ha pasado ha formar parte del patrimonio de Juárez.
BOSQUEJO BIOGRÁFICO
Miguel Ángel Moreno nació el 5 de febrero de 1948 en la ciudad de Delicias Chihuahua, hijo de José Moreno obrero y «mil usos», y María Dolores López «Dice mi madre que yo me despertaba a la edad de casi dos años. Eran las cuatro o cinco de la mañana. Salía al patio, en ese entonces todavía estábamos en la ciudad de Delicias, y dice mi madre que me ponía hacer rayas»
Mayor de quince hermanos. Residente de Juárez desde los dos años.
De niño ganó concursos de dibujo y pintura tanto en la Escuela Primaria Federal 21 de Agosto ubicada en la colonia Chaveña -barrio que lo vio crecer- como en la Secundaria Estatal 3, que estuvo situada a un lado del Monumento a Juárez, donde se encuentra ahora la Estatal 4.
A los quince años, en 1963, vendió su primer cuadro, una copia de Las Barcas de Vincent Van Gogh, que lo impulsó a continuar. «Después de allí a juntarme con los camaradas, los pintores; a estar más en el ambiente, visitar exposiciones, galerías, talleres y tener la convivencia con todos. Y realmente empiezo en el Jardín del Arte, del cual soy socio fundador en 1968».
En aquel tiempo conoció a pintores adultos egresados de academias como Hersua -Hernández Suárez-, el maestro Panduro, Carlos Flores, etcétera. Luego también conocería a sus contemporáneos como Mario Arnal, Pano, Chato Reyes, Francisco López, el Maguchi y otros muchos: «Son tantos nombres...pero ya saben que los recuerdo a todos».
En 1969 se casó con Hortensia Trevizo Morales. Tienen 4 hijos: Adalberto Rafael (23 años), Leonardo da Vinci (21 años) «que está pintando, que tiene muy buen trabajo», Miguel Ángel Abraham (19 años) y Laura (11 años), que su padre apoda con cariño Lágrimas y Risas.
EL CAMINO A LA MONTAÑA
«Siempre he sido autodidacta -dice Miguel Ángel Moreno- Creo que las clases que he aprendido son las friegas en los talleres, ¿me entiendes? Los talleres de pintura comercial. Pero también ahí yo renegaba, no estaba muy de acuerdo en estar haciendo pintura de maquila comercial. Siempre me daba mi tiempo para hacer lo mió, para que me sirviera de estudio.
«Recuerdo que en una ocasión se trataba de hacer cinco mil cuadros comerciales, era puro paisaje y la medida era de 11 por 14 pulgadas, un cuadro chico en realidad. Me acuerdo que me di el lujo de hacer 100 de la siguiente manera: al terminar el primero, entré al segundo, en el mismo paisaje, y así seguí caminando a través de ese cuadro hasta llegar a la montaña. Y esa era mi forma de estudio.
«No ganaba como los que se dedicaban a pintar el mismo paisaje por montones o lo que saliera. No yo si me detenía en esos detalles y me decían «Oye, pues estás tonto, se trata de ganar una lana». Sí, pero lo que yo quiero es aprender. Y con eso aprendí muchas cosas. No nada más con esos 100 cuadros, no, sino con infinidad de cuadros. Y siempre tratando de hacer paisaje más bien mental, más bien de recuerdo, no siguiendo el cromo o la copia, sino mental, lo que a mi se me ocurría en ese momento. Incluso llegué a pintar lo que se llama marina sin conocer el mar».
LA DÉCADA DEL APRENDIZAJE
«Hubo una forma de estudio también muy importante para mi. Yo me fijé 10 años como meta de estudio. Había un año en que me dedicaba por ejemplo hacer surrealismo, después hubo otro año en que hacía pura miniatura, tenía mis catálogos, salía con mis catálogos llenos de miniaturas, en fichas, en piedritas, en caracoles en lo que fuera y salía a vender en los cafés y afortunadamente si me compraban y hasta les pichaba el café a los camaradas, de pasada.
«Y después viene otro año donde me dedico por ejemplo a lo que yo le puse «clásico actualizado», donde ya me metía por ejemplo a hacer la pintura de Rafael Sancio con cambios propios míos y poniéndolos a la época cuadros de Bonnard, cuadros de Miguel Ángel, de Leonardo, de Rembrandt, de Van Gogh, en fin, de tantos y tantos.
« Y ese era estudio para mi. Darme cuenta del color, de la composición, de todo lo que se requiere para hacer una buena obra, que no es fácil hacerla en realidad. Más bien cuando se pone uno a pintar se olvida uno hasta de todo eso. Uno lo hace. Intenta uno encontrarse en ese cuadro…
«Si, fueron diez años de estudio, pero como autodidacta. Después vino una época muy difícil. Empecé a tomar como bandera toda la obra de Van Gogh, entonces toda mi obra en ese tiempo estaba dedicada precisamente a Van Gogh, incluso creo que hasta daba los pincelazos como Van Gogh, y le hice muchos retratos a Van Gogh, hice muchos sobre él; pero tuve que decirle adiós a eso porque sí era en realidad un sufrimiento, era algo pesado.
« Ya después de eso vinieron otros años y me meto de lleno a la cuestión del surrealismo con Salvador Dalí y allí estoy otro rato dándole al surrealismo; y aquí la gente no está preparada para aceptar el surrealismo, ¿me entiendes?. Uno llega con sus cuadros y te tildan de cualquier cosa. Es difícil, es difícil.
«Pero en fin, yo seguí adelante y después vino otra época donde ya no era tanto el estudio, yo ya consideré que había terminado de estar en ese estudio.
EL VITALISMO
«En 1980 decidí tener una firma, fijar mi firma, la que ya se queda para siempre. Entonces es cuando decido ponerle nombre a mi propia escuela, que yo le llamo «vitalismo» nace precisamente por eso, por cuidar nuestra propia naturaleza; externa e interna.
«Este «vitalismo» más que todo lo traigo también por la cuestión del color. Me interesa que el color sea lo más limpio que se pueda. Que ese color pueda llagar a los ojos del espectador, de las personas que pueden apreciar lo que uno hace, a través de ese cuadro, sientan un alivio, no el bombardeo como se hace en los comerciales, en las calles. Ese es para mi el principio del «vitalismo». No he llegado.
«Hace unos cuantos días estuve haciendo un escrito, un tratado, donde me expongo lo que quiero conseguir. Espero que para el año dos mil mi obra sea vital y tenga toda esa luz, toda esa fuerza de luz. Porque lo que me interesa es en realidad la luz. Ya no quiero pintar tanta cuestión de figura, formas definidas, no. quiero llegar precisamente a lo que sea luz. A lo máximo de luz. Lo máximo.
-Dices que es en 1980 cuando te sientes ya maduro como artista y emprendes un trabajo personal ¿con qué empiezas? , ¿qué manejas en un principio?
-Empecé por el tema. No es porque yo lo haya querido así, pero empecé con el tema de las lágrimas. Empecé a pintar puras lágrimas y lágrimas. Toda mi obra eran lágrimas. Me ponía a pintar la torre Eiffel y toda la estructura estaba hecha de lágrimas. El Chac Mool eran lágrimas, el puente de San Francisco eran lágrimas, todo, todo para mi eran lágrimas. Entonces, a través de esas lágrimas, creo que es cuando empiezo ya a definir un poco más también mi técnica, porque estilo en realidad no creo tenerlo.
«Pienso que manejo una serie de estilos, reúno tanto el impresionismo como el cubismo, el surrealismo y el abstraccionismo o las cuestiones modernas. Los junto, junto todo eso. No creo yo tener un estilo propio. Ni creo que vaya a lograrlo. Pero, repito, me interesa llegar a la intensidad de la luz».
DE TORTILLAS Y PIEDRAS
-Recuerdo que siempre fuiste muy libre para experimentar con diferentes materiales, incorporarlos a la obra, te salías mucho del formato tradicional del bastidor y la tela… ¿nos podrías hablar un poco de eso...?
-Si, ¿sabes qué? Vuelve uno a la inquietud. Mira, por ejemplo me acuerdo que se hizo un concurso en la Cámara Nacional de Comercio y participamos muchos pintores. Entonces yo mostré en esa ocasión un cuadro, pero con una tortilla de maíz y sobre la tortilla yo había pintado, incluso preparé óleo con masa de maíz y pigmentos.
«Hice mi propia pintura y colores. Y claro se prestó a risa y a cotorreo. ¿Cómo una tortilla? Y luego el título: Flor de tortilla. Pero no sé. Era mi forma de expresarme. A lo mejor por el hambre y luego en la Cámara Nacional de Comercio, pues ¿qué pasó?»
-¿Qué fue de ese cuadro?
-El cuadro se destruyó porque no estaba preparado adecuadamente, ¿me entiendes? Ni siquiera pensaba yo que fueran cosas efímeras.
-¿Con qué otros materiales has experimentado?
-Pues con piedras traídas allá de los arroyos. En una ocasión fuí expresamente a buscar unas piedritas adecuadas por allá por el Cerro Bola y me hallé cuatro muy bonitas. Una de ellas parecía como un pan ranchero. Me acuerdo que la pinté y la decoré; por cierto a esa le puse por título Pastel Francés. No sé por qué, creo que se me hizo muy bonito el título y total le puse el Pastel Francés. Me hallé otra piedra cuadrada, bastante pesada, si hasta para traerlas en los costales de por allá estaba pesado; pero esa piedra era más o menos rectangular y con muchas grietas. En las grietas, me acuerdo con el tubo de color bermellón, presionaba y metía el color, después dejaba que secara un poco y luego recubrí de blanco la piedra; entonces en cada grieta nomás le pinchaba y le echaba algún solvente para que empezará a escurrir la pintura como si fuera sangre, ¿me entiendes?. A esa piedra le puse Tlatelolco 68. Por cierto que no querían que la expusiera, el tema estaba serio ¿verdad? pero bueno, pues esa es mi forma de expresión y creo que es lo importante.
-¿Qué fue de esa piedra?
-Esa piedra se quedó en el Museo de Arte e Historia aquí en Juárez. Más no sé qué fin tendría.
LAS ANTI EXPOSICIONES
-¿Podrías hablarnos un poco de tus exposiciones? ¿Cuál fue la primera?
-Mi primera exposición fue en el Auditorio Benito Juárez en 1968. Fue una exposición colectiva. Esa fue la primera. Allí tenía una serie de cuadros muy interesantes.
«Había un cuadro en especial que yo le hice a la familia Kennedy, a Robert y a John Kennedy. Los junté en una sola cabeza, separados por las torres de San Patricio,donde fueron velados y por título me acuerdo le puse Réquiem. En la parte de arriba se ve una mira telescópica donde lanza un disparo y acaba con los dos a la vez. Pues realmente ese cuadro lo logré. Pero realmente no sé por qué. La mera verdad. Simplemente lo hice. Por cierto que ese cuadro me lo compró un norteamericano, me lo pago muy bien y no sé a dónde fue a parar. Ojalá que esté por ahí en alguno de los museos gringos. Creo que fue vendido en 200 mil dólares, algo así. Según esto, no sé, ¿verdad?
-¿Dónde obtuviste esa información?
-Hace años vinieron unas familias acá de El Paso y me dijeron que en uno de los diarios, creo que en el Washington Post, habían visto una noticia. Que un turista había comprado aquí en Juárez y que ese cuadro había sido vendido en 200 mil dólares a uno de los museos de Estados Unidos. Y esas personas aseguran que era mi cuadro. Y decía yo; gracias por darme la noticia. Que suave, me siento contento de saber que una de mis obras fue vendida en tanto, si quiera ya tengo con qué comer (se ríe).
-¿Luego qué otras exposiciones hubo?
-Luego hubo una serie de exposiciones, mira, la forma en que yo más he expuesto en los barrios. Como nunca he tenido una casa fija, entonces en cada barrio que fui a parar, pues allí expongo, salgo invitó a la gente. Despejo la casa de muebles y cosas y órale. Hay una exposición. Una exposición de barrio. Con el único fin de verme a mi mismo y ver a las personas que asisten, ver qué les parece lo que estoy haciendo, qué reacciones hay, ¿me entiendes? Incluso les pongo hasta cuadernos nomás ahí para que escriban su opiniónY pues hay opiniones de todas; pero es un aprendizaje también, estar cerca…
«Como la exposición que se hizo en La Plaza de Armas en 1970. Ahí fue la maratón porque estuvo una semana. Fue una semana muy interesante. Por cierto que en esa exposición yo regale mi obra. Salió publicado que yo iba a regalar mi obra. Entonces se acercaron las personas, pero yo sabía a quién sí se las iba a regalar, ¿me entiendes?. Por su forma de expresarse ante mi, y muchas veces ni siquiera por su expresión verbal…
«Recuerdo muy bien a una señorita. Tenía yo un cuadro que se llamaba Esperanza. Eran puros verdes. Había un árbol seco donde pendía nada más una lagrimita. Entonces llegó esta muchachita, esta señorita, y empezó a llorar y lo único que pude hacer fue decirle:Tenga es suyo, no necesito más palabras, con eso es suficiente, lléveselo es suyo…
«Hubo personas que hasta me regañaron porque no les gustaban ciertos temas. Tenía un cuadro, que era el más grande, de 60 pulgadas x40, y se llamaba Mi Alma. Entonces por ahí llegaron unas personas, era una maestra -me acuerdo- con una serie de alumnos y no le gusto que mi cuadro se llamara así. Porque decía que mi alma no se podía pintar, que esa no era mi alma. Yo le decía que como no, si es cierto, es mi alma, hasta mi retrato de niño está ahí, mire. En fin, no quedamos de acuerdo. Pero total, dije, ni hablar...No se lo regalé por supuesto (risas)...Regalé muchos cuadros en esa ocasión y fue una experiencia más también, muy buena…
-¿Después has tenido exposiciones individuales
-Sí, aquí en el Museo de Arte e Historia en 1974. Pues realmente para mi fue un fracaso, porque hacer una exposición de ese tipo tienes que preparar tu obra, uno invierte su tiempo, materiales, con la esperanza de que tu obra guste y puedas colocar algo. No, pues desgraciadamente allí ni un sólo cuadro. Una experiencia más. Ya después vienen una serie de exposiciones colectivas e individuales. Y en fin…
«Yo no soy muy dado a remarcar en un curriculum. ¿Me entiendes?. Creo que lo importante es estar vigente y ahorita tengo una serie de cuadros que en realidad no me interesa exponer, prefiero estar conservándolos un rato y cuando venga el momento difícil sacarlos a la venta, otros los regalo, otros los paso a otras manos...»
DEL ARTE Y DEL TRUEQUE DEL ARTE
-Lo que respeto mucho en ti es que has apostado tu vida a tu oficio de artista plástico y en eso te has mantenido… Has de haber sufrido muchas carencias…
-Oh, sí. Bastantes. A veces sales a vender tu obra y no encuentras -tal vez- a las personas idóneas o simple y sencillamente no vendes nada. Pero entonces cuando surge una necesidad, vamos a decir que hubiera un hijo enfermo, que qué voy hacer; bueno pues agarrar los cuadros e ir a la farmacia y decirles de plano; «¿Saben qué? Necesito surtir esta receta, no traigo dinero, pero traigo estos cuadros ¿qué les parece si hacemos un intercambio? Quédense con el cuadro que mejor les guste y súrtame esta receta. Y sí. Se ha hecho. Ir a la tortillería cambiar por tortillas y masa un cuadro. O que ahora necesito un pastelito porque cumple años uno de mis hijos y pues ahí vamos a la pastelería y mira aquí está este cuadro o estos dos, ¿qué le parece? Escoja el que mejor le guste y...yo me llevo el pastel. Hasta eso, nunca me he venido con las manos vacías. ¿me entiendes?...
«Ahora tengo algo más serio que solventar, en este caso mi mujer. De alguna manera tengo que compensarle todos esos años, gran parte de su juventud, estar con tantas limitaciones, con tantas carencias. Yo diciéndole: «Mira, n´hombre, espérate, al rato la hago, el año que entra vas a ver que ya la hice». Y no es cierto. Eso hasta ahorita es lo que más me preocupa realmente. Poderle dejar a ella algo digno de mí».
«Mi obra anda regada por todos lados y ella se siente muy orgullosa de que yo sea artista; sí, pero muerto de hambre. Ni hablar. Pero si me preocupa -en serio- dejarle a ella una vida más tranquila.
-Después de todos estos años, Miguel Ángel, ¿qué concepto tienes del arte?
-Es pura expresión emotiva. Yo he visto obras de compañeros y a veces veo que manifiestan un arte muy ingrato y comprendo, comprendo porque ya he pasado por tantas cosas así. Entonces me duele mucho, me duele. Porque es un arte ingrato. Cada quién tiene su expresión, pero siempre está ahí ese dejo de tristeza, de desesperación. Te hablo en cuanto a los artistas, a los pintores con los que convivo, porque hay una serie de gentes que se dedican a pintar y no sé a lo mejor son más felices. A veces ves cosas que son más triviales. En fin cada quien tiene su forma de pintar.
-En la historia del arte qué artistas admiras más.
-Fíjate que a todos. A través de tantas experiencias que he tenido llega a esa madurez de comprensión para todos. En realidad no puedo señalar ni decir que fulano, mangano, zutano. Como en un principio fue Van Gogh, Dalí, Rembrandt. Es a todos. Por eso el arte actual se encuentra en un momento de suma importancia.
«Hoy es cuando el artista plástico tiene que sacar todo lo que trae y no quedarse con nada de expresión, porque ahora sí, como luego dicen, se va a echar a perder, hay que hacerlo, hay que pintar, hay que hacerlo, hay que hacerlo. Eso es definitivo. Hacer, pintar. ¿Qué? Sabrá Dios, pero hacerlo. Eso es una cosa importante. Y, si es posible, tratar de saturar de pintura emotiva. Que se note. Para que la pintura trivial vaya dejando de ser y que vaya la pintura nuestra abriendo ese camino. Y que vaya llegando a toda la gente».
LA SOCIEDAD DIVIDIDA
-¿ Crees que existe un compromiso social del artista, una responsabilidad ante la sociedad?
-Pues sí lo creo, pero siempre que se pinte un muro. Ahí es donde se llega a la cuestión de esa responsabilidad que uno tiene con sus semejantes.Sí debe ser a través de un muro. Porque en ese muro sí se puede plasmar lo que es esta sociedad, ya sea hablando de cuestión religiosa, económica, política, etcétera. Ahí es donde uno sí manifiesta ese sentimiento que atañe a la sociedad. A través de un muro.
-¿Cuando pintas un cuadro piensas en la persona que lo va a poseer?
-No me interesa a donde va a parar. Para mi lo importante es hacerlo, hacer mi obra. Después de hecha viene la venta, si me compran, o si no los quemo o los tiro, lo que sea. Lo importante en ese momento fue hacerlo. Esa obra te sugiere seguir adelante.
-¿ Qué es lo que más te preocupa en la sociedad actual?
-Lo que más me preocupa es que cada quién se rasque con sus propias uñas. Eso es lo que más me preocupa. Este es un sistema que no permite la convivencia como semejantes en un solo planeta. Se está haciendo un divisionismo social muy grande. No sé si sea lógico, o sea por la propia naturaleza o sea reacción de tanta cuestión política que hay en el mundo, de tantos problemas que son creados por cuestiones económicas.
-¿ Tu eres un hombre religioso, Miguel Ángel?
-Sí, sí soy. En mi obra se ve esa luz. Sí, ahí está. Creo que para mí es una influencia muy importante. Porque si voy buscando Luz tengo que encontrarla a través de algo religioso, en una creencia en una fe. Entonces la fe la tengo en el arte y esa fe creo que todos los que nos dedicamos a las artes plásticas debemos tenerla. Esa fe pintemos lo que pintemos. Creo que esa es mi razón porque soy religioso.
«Otra de las cosas que me preocupan también es que no hay definición real de la cuestión religiosa. Digo, también ahí hay mucho divisionismo. Pero esa división creada en conflicto no veo por qué tiene que ser. Si yo creo en la piedra, bueno pues yo creo en la piedra. No tengo por qué decirle a un semejante: Oye tu cree en esa piedra. Yo creo en esa piedra y punto.»
EL PROCESO CREATIVO
-¿ Hay alguna nueva etapa en tu trabajo?
-Es el tema luz, aunque también te diré que cuando estoy empezando un cuadro con el tema luz siempre vuelve a surgir la lagrimita o la pincelada haciéndome la vida de cuadritos al referirme a ésto ya sabes que pinto a base de puro cuadrito, como si fuera un mosaico. Poco a poco voy logrando limpiarme de eso, porque no puedo seguir así, ya que me causa mucho dolor.
«Se me vienen a la memoria tantas cosas pasadas, creo que a través del tema luz me voy a purificar.
«El lograr los primeros trabajos del tema luz va a ser muy bueno para mi. Hasta por mi propia edad ¿me entiendes? Estoy joven, pero soy un joven cansado. Espero que con el tema luz logre una purificación, en todos los aspectos, hasta poder quitarme ciertas ataduras, ciertos broches que me amarran la lengua, la conciencia. Tener el valor suficiente para manifestar cosas más pesadas, que son necesarias. Si yo tengo con qué hacerlo no voy a desperdiciarlo. Como dijo aquel héroe: Va mi pincel en prenda.
-¿Podrías platicarnos sobre el proceso de creación de un cuadro?
-Es a través de la imaginación. Cuando posees imaginación ves las cosas; y al verlas lo único que haces es trasladarlas al papel. Muchas personas me preguntan si pinto mis sueños y hasta los sueños de los demás.
«Hay una capacidad imaginativa que se ha logrado a través de la experiencia. Entonces el cuadro ya está visualizado y ya sólo es cuestión de hacerlo.
«Cuando uno está realizando una obra, en el momento de estar aplicando el color formas o líneas, ahí aparecen las sugerencias empieza uno a hacer un agregado, pero sin que se pierda su sentido real de lo que hubieras querido al principio. A veces hasta en el mismo hacer, un detalle te sirve para hacer un cuadro más grande; porque ya está ahí, es cuestión de trasladarlo de esa pequeña área a un cuadro independiente…»
-¿Qué sucede después que terminas un cuadro?
-Me canso…(risas)...Sucede un detalle, fíjate que cuando estoy a punto de terminar me entra una desesperación y a veces hasta dejó mal acabado el trabajo. Incluso mi esposa me ha criticado mucho ese detalle, y me dice «Ibas re bien y mira nomas te falta acabar y ya, ya hasta lo firmas». Y me da coraje. Pero en realidad me doy cuenta de que llegó a ese estado me desespero.
-¿Nunca has tratado de escribir?
-Si según yo, novela, cuentos, pensamientos, canciones. Yo creo que todos los que nos dedicamos al arte así somos.
«Lo que si me hubiera gustado mucho es haber hecho cine, si me hubiera gustado ser cineasta de corazón.»
PALABRAS DE UN JOVEN A LA BUROCRACIA DE LA CULTURA
-Para un joven que ahorita empiece a pintar, que tenga la pretensión de ser un artista plástico. ¿Qué le recomendarías?
-Pues la recomendación más inmediata: que se defina. que lleve su oficio hasta las últimas consecuencias. Es duro. No puedo decir que sea la panacea. No, es difícil. Será por lo que yo he batallado, no me gustaría que artistas venideros tengan que andar en la misma situación, sufriendo, batallando. Quizá es por eso que no me gusta enseñar.
«No es que sea egoísta en la cuestión de la enseñanza, sino que a la mejor los voy a meter en esa situación, que van a batallar mucho. Y me dicen muchas personas: deberías dar clases. Yo todavía no aprendo. No puedo dar clases.»
-¿ Crees que las instancias gubernamentales deberían de apoyar al artista?
-De hecho. Claro que sí. Siempre se ha hablado de eso. Pero también, mira, hay otra cosa: yo como artista plástico no me he acercado, es la verdad. Siempre he preferido que ellos se acerquen a mi. No se hasta cuando, no sé. Sobre todo si ellos saben que soy pintor, y que, como la gente dice, soy bueno. Yo también digo que soy bueno y puedo hacer muchas cosas todavía, cosas importantes de trascendencia en cuanto a técnicas y en cuanto a manifestación. Ahí los voy a esperar.
-Algunas palabras finales que desees agregar…
-Sí, a mis compañeros, a ver si en alguna ocasión nos ceden por ahí un gran muro y nos ponemos a pintar entre todos.
EL ARTISTA
A lo largo de la presente entrevista. Miguel tendía a incidir en su problemática personal como artista. He aquí estos comentarios a manera de apéndice:
«Digo que realmente se nace con eso ( ser artista ). Es una bendición, pero a veces los medios lo convierten en una frustración, en algo muy pesado, que hacen que uno se sienta como si fuera Van Gogh. Pero no el Van Gogh de ahora sino el de su tiempo, sí, el que se la tuvo que partir de esa manera. Pues ni hablar.
«El artista creo que debe de tener la suficiente capacidad para poder aceptar todas las cosas, pues al fin de cuentas lo que hace el artista plástico -en mi caso- es tratar de ayudar a sus semejantes. A la vez mis semejantes ayudan. ¿ Cómo ? Pues cuando le compran su obra, es una aportación, es una forma de ayudarlo a uno para que siga adelante…
«He estado a punto de sentirme muy frustrado, de renegar, y, en fin esas cosas hay que aguantarlas. Como luego dicen hay que ser muy buena madera, tener muy buen temple para que de ahí surja un buen pincel, un buen color…
«Algunas personas me han dicho: Oye, ¿ tú cambiarías tu profesión, tu trabajo, tu arte? Yo les digo: Sí cómo no. Lo cambiaría por la gloria. Nada más. No lo puedo cambiar por otra cosa que no sea eso».
EPÍLOGO
La presente entrevista -después de haber sido postergada por diferentes motivos durante meses- se llevó a cabo el 20 de abril de 1993 en la librería de Rancho Las Voces.
Para concluir no podemos dejar de transcribir las palabras de Miguel Ángel después de confesarnos su nacionalidad y lugar de nacimiento:
«Pero digo ser universal porque todos lo somos. No creo que haya marcianos. Ah por cierto, ahora que se celebra San Marciano, felicidades a todos ellos en su día».
Miguel Ángel al momento de recibir su premio a la trayectoria artística el 10 de diciembre del 2021