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La escritora zacatecana. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 27 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- Como una manera de reconocer las aportaciones de la escritora zacateca al género, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el gobierno de la capital de Zacatecas impulsan el primer Premio Nacional de Cuento Fantástico Amparo Dávila, uno de cuyos objetivos será aprovechar las herramientas digitales para su promoción y para la recepción de los trabajos. Reporta desde la ciudad de México para Milenio Jesús Alejo Santiago.
Coordinado por Aranzazu Núñez, el galardón tiene un monto económico de 100 mil pesos y surge con la intención de usar las herramientas tecnológicas tanto para promover la obra de la autora de títulos como Tiempo destrozado,Música concreta o Árboles petrificados, con la que obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia en 1977, como para lograr la recepción de los escritos, que no deberán ser menores de cinco cuartillas ni más de 15.
De esa manera se reconoce una obra como la de Amparo Dávila, quien nos ha dotado de herramientas para ver que la realidad tiene «muchas otras realidades paralelas, subterráneas, que no resulta tan fácil hablar de un mundo sencillo, porque siempre hay algo que nos acecha», a decir de la investigadora Georgina García Gutiérrez.
«El género fantástico tiene en Amparo a una de las máximas representantes de la literatura fantástica, a la altura de Julio Cortázar, de Carlos Fuentes o de Jorge Luis Borges; es tan original como cada uno de ellos, pero también muy distinta, pues ha hecho suyas las reglas de lo fantástico para dotarlas de su personalidad.»
La convocatoria, considerada única en su tipo, opera a través del sitio www.premioamparodavila.com, donde se podrá la inscripción de los textos participantes y a través de correo electrónico se tendrá confirmación de la misma.
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sábado, febrero 28, 2015
Libros / España: «Suspense. Cómo se escribe una novela de misterio» de Patricia Highsmith
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La escritora, escribiendo en su casa de París en 1977. (Foto: CORBIS)
C iudad Juárez, Chihuahua. 28 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).-La publicación de la obra completa de un escritor fallecido suele darse cuando se cumple un aniversario emblemático de su nacimiento o de su muerte. Patricia Highsmith, autora conocida mundialmente por su personalidad antitética, ha sucumbido a la tradición. En el XX aniversario de su muerte, Anagrama, la editorial que fue fiel a la escritora en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, acaba de inicar la reedicción de la obra completa de una autora imprescindible. La novela negra vive una época dorada y para un devoto del género, renegar de Patricia Highsmith es como ser católico y perjurar de Dios. Escribe Daniel Väzquez Salles para El Mundo.
Desmontar a Highsmith se puede hacer a través de sus novelas y de los personajes que la hicieron célebre, o a partir de un libro que acaba de editar la editorial Círculo de Tiza titulado Suspense. Cómo se escribe una novela de misterio, un ensayo escrito por la autora de Fort Worth que trata de ahondar en el proceso de creación sin pretensiones de adoctrinar. El camino que debe elegir cada escritor es personal e intransferible.
Suspense no es un manual de instrucciones. Nos lo advierte la autora en un prefacio en el que asegura que la profesión de escritor es apasionante, precisamente, por la posibilidad de fracasar. Y con el fracaso como posibilidad y sin la fórmula del éxito en el bolsillo, Highsmith hace una disección sin concesiones de un oficio como escritora cultivado a lo largo de 50 años.
Uno de los secretos para escribir un libro es divertirse con la historia que se tiene entre las manos si luego el propósito es lograr divertir a los lectores. El lector, persona de mentalidad activa a pesar de su actitud pasiva, siempre busca que suceda algo y su función como escritora es la de sorprender. Para demostrar sus postulados, Highsmith recurre a sus maestros. Habla de Dostoievski y de Crimen y castigo, y habla de Edgar Allan Poe y de sus Narraciones extraordinarias.
Asegura la autora de El grito de la lechuza que el germen de sus novelas siempre ha sido una imagen. El sacrificio de una tortuga de agua, lanzada viva a un cazo de agua hirviendo, o de una tortuga de mar, decapitada cuando trata de morder un cebo, le sirvió para escribir La tortuga, un relato con un desenlace poco compasivo. El germen de las novelas puede ser «pequeño o grande, sencillo o complejo, quieto o móvil», escribe Highsmith, que aconseja llevar una libreta en el bolsillo para anotar las experiencias que más tarde puedan servir para originar una gran historia. Y en este punto cardinal, Highsmith resalta la necesidad del escritor de rodearse de gente estimulante. Una vida inspiradora ayuda al optimismo, y para mantener el pulso a lo largo del lapso que se necesita para escribir una novela, el escritor tiene que ser, por lo menos, medianamente optimista.
Dependiendo de si se trataba de escribir un relato breve, una novela corta o una novela larga, Highsmith necesitaba de seis semanas a tres años. Y en este proceso largo o corto, dependiendo, como nos dice, de las lunas que iluminan el camino, tienen que quedar resueltas todas las cuestiones que ayudan o perjudican al relato. Preguntas de índole de si el protagonista debe de ser un vencedor o un vencido, de si el tono debe de ser de comedia o de tragedia, y, algo fundamental, qué tipo de acercamiento emocional tendrá el narrador a la historia. Highsmith se decanta por el criminal simpático, también conocido como «el héroe criminal». Y en cuanto al ritmo narrativo, dependerá de la historia que tenga entre las manos en conexión con la mente. Quienes hayan leído los libros de Patricia Highsmith, le darán la razón cuando la autora asegura que le gustan los giros inesperados que compliquen la vida del protagonista y que, de paso, signifiquen estirar al máximo la credulidad del lector en el sentido de quebrar su sentido de la lógica.
Son muy interesantes las opiniones que versa sobre la importancia del narrador. Una vez tuvo la idea de entregarle las riendas de la narración a un muerto, pero sólo fue una idea. Sea el protagonista, o uno de los personajes o el escritor en el rol de mirón, ella siempre se decanta por dos puntos de vista como conductores de la trama.
Escribir una novela significa perseverancia. Un primer borrador, un segundo borrador... El escritor tiene que estar abierto a pulir todas las esquirlas de la narración antes de que pase a imprenta. Se supone que la calidad literaria es una cualidad intrínseca de su oficio como escritora, una marca reconocible tras muchos años de relación con el público, pero los relatos están muertos si no fluyen por la mente del lector. Como un río que necesita de la lluvia para discurrir, el lector debe identificarse con la historia y sus personajes para que circulen por su mente.
Suspense. Cómo se escribe una novela de misterio es un libro entretenido y muy útil para enfrentarse con la inteligencia de Tom Ripley a las obras reeditadas por Anagrama y englobadas en una colección que permite recuperar a una autora que, como dijo Graham Greene, «ha creado un mundo original, cerrado, irracional, opresivo, donde no penetramos sino con un sentimiento personal de peligro y casi a pesar nuestro, pues tenemos enfrente un placer mezclado con escalofrío».
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La escritora, escribiendo en su casa de París en 1977. (Foto: CORBIS)
C iudad Juárez, Chihuahua. 28 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).-La publicación de la obra completa de un escritor fallecido suele darse cuando se cumple un aniversario emblemático de su nacimiento o de su muerte. Patricia Highsmith, autora conocida mundialmente por su personalidad antitética, ha sucumbido a la tradición. En el XX aniversario de su muerte, Anagrama, la editorial que fue fiel a la escritora en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, acaba de inicar la reedicción de la obra completa de una autora imprescindible. La novela negra vive una época dorada y para un devoto del género, renegar de Patricia Highsmith es como ser católico y perjurar de Dios. Escribe Daniel Väzquez Salles para El Mundo.
Desmontar a Highsmith se puede hacer a través de sus novelas y de los personajes que la hicieron célebre, o a partir de un libro que acaba de editar la editorial Círculo de Tiza titulado Suspense. Cómo se escribe una novela de misterio, un ensayo escrito por la autora de Fort Worth que trata de ahondar en el proceso de creación sin pretensiones de adoctrinar. El camino que debe elegir cada escritor es personal e intransferible.
Suspense no es un manual de instrucciones. Nos lo advierte la autora en un prefacio en el que asegura que la profesión de escritor es apasionante, precisamente, por la posibilidad de fracasar. Y con el fracaso como posibilidad y sin la fórmula del éxito en el bolsillo, Highsmith hace una disección sin concesiones de un oficio como escritora cultivado a lo largo de 50 años.
Uno de los secretos para escribir un libro es divertirse con la historia que se tiene entre las manos si luego el propósito es lograr divertir a los lectores. El lector, persona de mentalidad activa a pesar de su actitud pasiva, siempre busca que suceda algo y su función como escritora es la de sorprender. Para demostrar sus postulados, Highsmith recurre a sus maestros. Habla de Dostoievski y de Crimen y castigo, y habla de Edgar Allan Poe y de sus Narraciones extraordinarias.
Asegura la autora de El grito de la lechuza que el germen de sus novelas siempre ha sido una imagen. El sacrificio de una tortuga de agua, lanzada viva a un cazo de agua hirviendo, o de una tortuga de mar, decapitada cuando trata de morder un cebo, le sirvió para escribir La tortuga, un relato con un desenlace poco compasivo. El germen de las novelas puede ser «pequeño o grande, sencillo o complejo, quieto o móvil», escribe Highsmith, que aconseja llevar una libreta en el bolsillo para anotar las experiencias que más tarde puedan servir para originar una gran historia. Y en este punto cardinal, Highsmith resalta la necesidad del escritor de rodearse de gente estimulante. Una vida inspiradora ayuda al optimismo, y para mantener el pulso a lo largo del lapso que se necesita para escribir una novela, el escritor tiene que ser, por lo menos, medianamente optimista.
Dependiendo de si se trataba de escribir un relato breve, una novela corta o una novela larga, Highsmith necesitaba de seis semanas a tres años. Y en este proceso largo o corto, dependiendo, como nos dice, de las lunas que iluminan el camino, tienen que quedar resueltas todas las cuestiones que ayudan o perjudican al relato. Preguntas de índole de si el protagonista debe de ser un vencedor o un vencido, de si el tono debe de ser de comedia o de tragedia, y, algo fundamental, qué tipo de acercamiento emocional tendrá el narrador a la historia. Highsmith se decanta por el criminal simpático, también conocido como «el héroe criminal». Y en cuanto al ritmo narrativo, dependerá de la historia que tenga entre las manos en conexión con la mente. Quienes hayan leído los libros de Patricia Highsmith, le darán la razón cuando la autora asegura que le gustan los giros inesperados que compliquen la vida del protagonista y que, de paso, signifiquen estirar al máximo la credulidad del lector en el sentido de quebrar su sentido de la lógica.
Son muy interesantes las opiniones que versa sobre la importancia del narrador. Una vez tuvo la idea de entregarle las riendas de la narración a un muerto, pero sólo fue una idea. Sea el protagonista, o uno de los personajes o el escritor en el rol de mirón, ella siempre se decanta por dos puntos de vista como conductores de la trama.
Escribir una novela significa perseverancia. Un primer borrador, un segundo borrador... El escritor tiene que estar abierto a pulir todas las esquirlas de la narración antes de que pase a imprenta. Se supone que la calidad literaria es una cualidad intrínseca de su oficio como escritora, una marca reconocible tras muchos años de relación con el público, pero los relatos están muertos si no fluyen por la mente del lector. Como un río que necesita de la lluvia para discurrir, el lector debe identificarse con la historia y sus personajes para que circulen por su mente.
Suspense. Cómo se escribe una novela de misterio es un libro entretenido y muy útil para enfrentarse con la inteligencia de Tom Ripley a las obras reeditadas por Anagrama y englobadas en una colección que permite recuperar a una autora que, como dijo Graham Greene, «ha creado un mundo original, cerrado, irracional, opresivo, donde no penetramos sino con un sentimiento personal de peligro y casi a pesar nuestro, pues tenemos enfrente un placer mezclado con escalofrío».
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Obituario / Yasar Kemal
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El escritor, en una imagen de 1996. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 28 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- El escritor turco Yasar Kemal, considerado el máximo exponente de la literatura del país, murió hoy tras un período de hospitalización, informa la cadena CNNTürk. Una entrega de EFE.
Kemal, de 92 años, ya había sido ingresado a mediados de enero por problemas respiratorios y arritmia cardíaca. De un destacado estilo irónico, es el creador del personaje Memed, un bandido en la obra El Halcón, que publicó en 1955, y que fue la primera novela de una saga que le hizo famoso y que fue traducida a decenas de lenguas.
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El escritor, en una imagen de 1996. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 28 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- El escritor turco Yasar Kemal, considerado el máximo exponente de la literatura del país, murió hoy tras un período de hospitalización, informa la cadena CNNTürk. Una entrega de EFE.
Kemal, de 92 años, ya había sido ingresado a mediados de enero por problemas respiratorios y arritmia cardíaca. De un destacado estilo irónico, es el creador del personaje Memed, un bandido en la obra El Halcón, que publicó en 1955, y que fue la primera novela de una saga que le hizo famoso y que fue traducida a decenas de lenguas.
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Obituario / Leonard Nimoy
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El actor, que sufría una enfermedad pulmonar, ha fallecido a los 83 años de edad. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 28 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- El actor Leonard Nimoy, popular por su papel del Mr. Spock en la serie Star Trek y las películas de la franquicia, ha muerto a los 83 años de edad, según informan medios estadounidenses. Su mujer, Susan Bay Nimoy, ha confirmado el fallecimiento a The New York Times. Reporta para El País Jordi Costa.
Muchos han sido los actores que han sufrido la pesadilla del encasillamiento. Otros jamás han podido superar el peso del personaje más memorable que marcó sus carreras. Pero el caso de Leonard Nimoy, a quien todo el mundo recordará siempre como el racional Spock de la serie Star Trek, mitad humano, mitad vulcaniano, es ligeramente distinto. Nimoy no fue ni un actor encasillado, ni alguien que no pudo sobreponerse a una única interpretación memorable, sino que fue uno de esos pocos privilegiados que podían presumir de encarnar, de la cabeza a los pies, a un poderoso icono de la cultura popular. «Mi trabajo era lograr que el personaje fuese creíble», declaraba el actor en una entrevista concedida en 2008, un año antes de retomar al personaje en la película de J. J. Abrams que relanzaría la franquicia Star Trek, «Spock es un personaje muy interesante, inusual, muy inteligente. Pienso que a la gente le gusta su inteligencia. También tiene sentido del humor, es extremadamente fiable, útil en toda crisis, alguien capaz de resolver problemas y, sobre todo, un buen amigo de los humanos».
El peculiar equilibrio de fuerzas entre el sanguíneo, chulesco y emocional capitán Kirk que encarnaba William Shatner y el racional, gélido, pero siempre preciso en el uso del sobreentendido Spock definió, en buena medida, el poder de seducción de esa serie de ciencia-ficción, creada por Gene Roddenberry en 1966, que, tras su prematura cancelación en su tercera temporada, alentó uno de los más complejos –y longevos- fenómenos de fans en la historia del medio. Bajo la piel de Spock, Nimoy fue mucho más que un actor de escueta expresividad con puntiagudas orejas de maquillaje: el actor, nacido en Boston el 26 de marzo de 1931, consiguió articular toda una filosofía de la vida, sin renunciar nunca a un palpable sentido del humor. El mítico saludo del personaje fue, de hecho, invención suya: un gesto forjado a imagen y semejanza de esos sacerdotes judíos que formaron parte esencial del entorno familiar del actor, que tuvo en la defensa y divulgación de las raíces culturales del judaísmo ortodoxo otra de las grandes pasiones de su vida.
La larga y próspera vida de Nimoy terminó este pasado viernes 27 de febrero, a consecuencia de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica que le fue diagnosticada cuando llevaba treinta años sin consumir tabaco. Nimoy había anunciado su retiro en abril de 2010, pero fueron diversos los trabajos, todos ellos relacionados con la aureola mítica de Spock, que le reclamaron a partir de ese momento, convirtiendo su supuesta jubilación en deseo perpetuamente postergado: en los últimos años, Nimoy fue el Spock en una línea temporal paralela en las dos películas de Star Trek de Abrams, pero también el memorable e inquietante William Bell de la serie Fringe, la voz de Sentinel Prime en Transformers: el lado oscuro de la luna (2011) de Michael Bay –que, por cierto, era el primo de su esposa Susan Bay Nimoy- y el sueño mitómano de Sheldon Cooper en un episodio de The Big Bang Theory.
Algo escrito en el firmamento, si es que tenemos que creer en estas cosas, parecía predestinar a Leonard Nimoy a un largo compromiso con la ciencia-ficción antes de ser Spock: abundan los títulos del género en el primer tramo de su filmografía, como el serial de la Republic Zombies of the Stratosphere (1952), la memorable monster movie de Gordon Douglas La humanidad en peligro (1954) y la paupérrima pero imaginativa adaptación de un clásico de Robert Heinlein The Brain Eaters (1958) de Bruno VeSota. Pero el actor tenía también otras inquietudes, como su interés por el teatro de Jean Genet: Nimoy no sólo apareció en la adaptación cinematográfica de El balcón que dirigió Joseph Strick en 1963, sino que produjo y protagonizó la adaptación cinematográfica de Severa vigilancia que dirigió Vic Morrow en 1966.
Nimoy, que dirigió dos películas de la saga Star Trek y cambió de género para firmar la película más taquillera de 1987 –Tres hombres y un bebé-, alternó la interpretación en películas y series con una carrera como fotógrafo artístico, con predilección por el desnudo femenino. También tuvo sus candorosos extravíos en el territorio de la música folk vertiente bizarre: su disco Mr. Spock’s Music from Outer Space es todo un clásico trash. Que escribiera dos libros de memorias de títulos contrapuestos –I Am Not Spock (1975) y I Am Spock (1995)- da fe de que, si bien alguna vez mantuvo una relación de amor/odio con su personaje, finalmente aceptó que la inmortalidad vulcaniana era su destino.
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El actor, que sufría una enfermedad pulmonar, ha fallecido a los 83 años de edad. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 28 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- El actor Leonard Nimoy, popular por su papel del Mr. Spock en la serie Star Trek y las películas de la franquicia, ha muerto a los 83 años de edad, según informan medios estadounidenses. Su mujer, Susan Bay Nimoy, ha confirmado el fallecimiento a The New York Times. Reporta para El País Jordi Costa.
Muchos han sido los actores que han sufrido la pesadilla del encasillamiento. Otros jamás han podido superar el peso del personaje más memorable que marcó sus carreras. Pero el caso de Leonard Nimoy, a quien todo el mundo recordará siempre como el racional Spock de la serie Star Trek, mitad humano, mitad vulcaniano, es ligeramente distinto. Nimoy no fue ni un actor encasillado, ni alguien que no pudo sobreponerse a una única interpretación memorable, sino que fue uno de esos pocos privilegiados que podían presumir de encarnar, de la cabeza a los pies, a un poderoso icono de la cultura popular. «Mi trabajo era lograr que el personaje fuese creíble», declaraba el actor en una entrevista concedida en 2008, un año antes de retomar al personaje en la película de J. J. Abrams que relanzaría la franquicia Star Trek, «Spock es un personaje muy interesante, inusual, muy inteligente. Pienso que a la gente le gusta su inteligencia. También tiene sentido del humor, es extremadamente fiable, útil en toda crisis, alguien capaz de resolver problemas y, sobre todo, un buen amigo de los humanos».
El peculiar equilibrio de fuerzas entre el sanguíneo, chulesco y emocional capitán Kirk que encarnaba William Shatner y el racional, gélido, pero siempre preciso en el uso del sobreentendido Spock definió, en buena medida, el poder de seducción de esa serie de ciencia-ficción, creada por Gene Roddenberry en 1966, que, tras su prematura cancelación en su tercera temporada, alentó uno de los más complejos –y longevos- fenómenos de fans en la historia del medio. Bajo la piel de Spock, Nimoy fue mucho más que un actor de escueta expresividad con puntiagudas orejas de maquillaje: el actor, nacido en Boston el 26 de marzo de 1931, consiguió articular toda una filosofía de la vida, sin renunciar nunca a un palpable sentido del humor. El mítico saludo del personaje fue, de hecho, invención suya: un gesto forjado a imagen y semejanza de esos sacerdotes judíos que formaron parte esencial del entorno familiar del actor, que tuvo en la defensa y divulgación de las raíces culturales del judaísmo ortodoxo otra de las grandes pasiones de su vida.
La larga y próspera vida de Nimoy terminó este pasado viernes 27 de febrero, a consecuencia de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica que le fue diagnosticada cuando llevaba treinta años sin consumir tabaco. Nimoy había anunciado su retiro en abril de 2010, pero fueron diversos los trabajos, todos ellos relacionados con la aureola mítica de Spock, que le reclamaron a partir de ese momento, convirtiendo su supuesta jubilación en deseo perpetuamente postergado: en los últimos años, Nimoy fue el Spock en una línea temporal paralela en las dos películas de Star Trek de Abrams, pero también el memorable e inquietante William Bell de la serie Fringe, la voz de Sentinel Prime en Transformers: el lado oscuro de la luna (2011) de Michael Bay –que, por cierto, era el primo de su esposa Susan Bay Nimoy- y el sueño mitómano de Sheldon Cooper en un episodio de The Big Bang Theory.
Algo escrito en el firmamento, si es que tenemos que creer en estas cosas, parecía predestinar a Leonard Nimoy a un largo compromiso con la ciencia-ficción antes de ser Spock: abundan los títulos del género en el primer tramo de su filmografía, como el serial de la Republic Zombies of the Stratosphere (1952), la memorable monster movie de Gordon Douglas La humanidad en peligro (1954) y la paupérrima pero imaginativa adaptación de un clásico de Robert Heinlein The Brain Eaters (1958) de Bruno VeSota. Pero el actor tenía también otras inquietudes, como su interés por el teatro de Jean Genet: Nimoy no sólo apareció en la adaptación cinematográfica de El balcón que dirigió Joseph Strick en 1963, sino que produjo y protagonizó la adaptación cinematográfica de Severa vigilancia que dirigió Vic Morrow en 1966.
Nimoy, que dirigió dos películas de la saga Star Trek y cambió de género para firmar la película más taquillera de 1987 –Tres hombres y un bebé-, alternó la interpretación en películas y series con una carrera como fotógrafo artístico, con predilección por el desnudo femenino. También tuvo sus candorosos extravíos en el territorio de la música folk vertiente bizarre: su disco Mr. Spock’s Music from Outer Space es todo un clásico trash. Que escribiera dos libros de memorias de títulos contrapuestos –I Am Not Spock (1975) y I Am Spock (1995)- da fe de que, si bien alguna vez mantuvo una relación de amor/odio con su personaje, finalmente aceptó que la inmortalidad vulcaniana era su destino.
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Fotografía / Estados Unidos: Testino y Graciela Iturbide ganan Infinity Awards
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Graciela Iturbide y Mario Testino. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 27 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).-El peruano Mario Testino y la mexicana Graciela Iturbide están entre los ganadores de este año de los premios Infinity del Centro Internacional de Fotografía de Nueva York. Información de EFE y Cuartoscuro.
La fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, quien recientemente fue entrevistada por Cuartoscuro, fue galardonada con el Premio Infinity Awards junto con el fotógrafo de moda peruano, Mario Testino. El premio está auspiciado por el Centro Internacional de la Fotografía de Nueva York, una de las instituciones de fotografía con más renombre a nivel internacional dedicadas a la conservación fotográfica, quien emitió el comunicado el día de hoy en donde confirmó el galardón.
Graciela Iturbide (Ciudad de México, 1942) ha fotografiado a la vida cotidiana, paisajes y gente de diferentes países como Cuba, México, Panamá, Madagascar y Japón; su trabajo ha sido expuesto en el Centro Pompidou de París, Francia, y en el Paul Getty Museum de Los Ángeles, EEUU. Recibirá el premio Cornell Capa a toda una carrera.
Por su parte, Testino (Lima, 1954), que ha destacado en el campo de la moda, con sus fotos para Chanel, Dolce & Gabbana o Gucci y de personalidades como Madonna, Diana de Gales, Gisela Bündchen o Margaret Tatcher, ha sido galardonado en la categoría de presentaciones especiales.
Otros premiados son la obra colectiva «Question Bridge: Black Males», sobre el papel de la masculinidad en los afroamericanos; en la categoría de nuevo medios, y Thomas van Houtryve en fotoperiodismo, por sus trabajos en Nepal y en la bahía de Guantánamo.
También con temática racial, LaToya Ruby Frazier ha sido reconocida en la categoría de publicaciones por «The Notion of Family», y la rusa Evgenia Arbugaeva ha sido señalada como mejor nueva fotógrafa.
El Centro Internacional de Fotografía de Nueva York, una de la instituciones más importantes dedicadas a la practica y el entendimiento de la fotografía, creó los premios Infinity en 1985.
La lista de fotógrafos que han recibido el premio incluye a Richard Avedon, Henri Cartier-Bresson, Berenice Abbot, Annie Leibovitz y Ai Weiwei. Un extracto de la entrevista que fue realizada por Galo Ramírez de Cuartoscuro en julio de 2014 a Graciela Iturbide: «Mi maestro en muchas cosas de la vida es Álvarez Bravo», dice con una gran sonrisa. La fotógrafa considera que era un maestro que motivaba a sus alumnos a valerse por sí mismos. Recuerda que un día le preguntó cómo revelaba sus rollos y la respuesta que recibió fue: «Mire, Graciela, vaya y compre un rollo, lea las instrucciones, y verá que le sale bien». Para Iturbide, éste es un ejemplo de «un maestro que te hacía trabajar por tu cuenta; tampoco te decía que tu trabajo era malísimo, te dabas cuenta por su manera de ser». Los Infinity Awards serán entregados en una ceremonia el 30 de abril.
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Graciela Iturbide y Mario Testino. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 27 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).-El peruano Mario Testino y la mexicana Graciela Iturbide están entre los ganadores de este año de los premios Infinity del Centro Internacional de Fotografía de Nueva York. Información de EFE y Cuartoscuro.
La fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, quien recientemente fue entrevistada por Cuartoscuro, fue galardonada con el Premio Infinity Awards junto con el fotógrafo de moda peruano, Mario Testino. El premio está auspiciado por el Centro Internacional de la Fotografía de Nueva York, una de las instituciones de fotografía con más renombre a nivel internacional dedicadas a la conservación fotográfica, quien emitió el comunicado el día de hoy en donde confirmó el galardón.
Graciela Iturbide (Ciudad de México, 1942) ha fotografiado a la vida cotidiana, paisajes y gente de diferentes países como Cuba, México, Panamá, Madagascar y Japón; su trabajo ha sido expuesto en el Centro Pompidou de París, Francia, y en el Paul Getty Museum de Los Ángeles, EEUU. Recibirá el premio Cornell Capa a toda una carrera.
Por su parte, Testino (Lima, 1954), que ha destacado en el campo de la moda, con sus fotos para Chanel, Dolce & Gabbana o Gucci y de personalidades como Madonna, Diana de Gales, Gisela Bündchen o Margaret Tatcher, ha sido galardonado en la categoría de presentaciones especiales.
Otros premiados son la obra colectiva «Question Bridge: Black Males», sobre el papel de la masculinidad en los afroamericanos; en la categoría de nuevo medios, y Thomas van Houtryve en fotoperiodismo, por sus trabajos en Nepal y en la bahía de Guantánamo.
También con temática racial, LaToya Ruby Frazier ha sido reconocida en la categoría de publicaciones por «The Notion of Family», y la rusa Evgenia Arbugaeva ha sido señalada como mejor nueva fotógrafa.
El Centro Internacional de Fotografía de Nueva York, una de la instituciones más importantes dedicadas a la practica y el entendimiento de la fotografía, creó los premios Infinity en 1985.
La lista de fotógrafos que han recibido el premio incluye a Richard Avedon, Henri Cartier-Bresson, Berenice Abbot, Annie Leibovitz y Ai Weiwei. Un extracto de la entrevista que fue realizada por Galo Ramírez de Cuartoscuro en julio de 2014 a Graciela Iturbide: «Mi maestro en muchas cosas de la vida es Álvarez Bravo», dice con una gran sonrisa. La fotógrafa considera que era un maestro que motivaba a sus alumnos a valerse por sí mismos. Recuerda que un día le preguntó cómo revelaba sus rollos y la respuesta que recibió fue: «Mire, Graciela, vaya y compre un rollo, lea las instrucciones, y verá que le sale bien». Para Iturbide, éste es un ejemplo de «un maestro que te hacía trabajar por tu cuenta; tampoco te decía que tu trabajo era malísimo, te dabas cuenta por su manera de ser». Los Infinity Awards serán entregados en una ceremonia el 30 de abril.
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Obituario / Roberto Bañuelas
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Roberto Bañuelas, en primer plano, durante la ceremonia de entrega de la medalla de oro Bellas Artes al barítono y compositor en el Palacio de Bellas Artes; lo acompañan su esposa Hortencia Cervantes y su hijo Juan Carlos Banuelas, el 2 de junio de 2008.(Foto: Jesús Villaseca)
C iudad Juárez, Chihuahua. 28 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- El cantante Roberto Bañuelas, figura representativa de la ópera y la cultura mexicanas, falleció ayer en la ciudad de México, a los 84 años, de una enfermedad que lo aquejaba desde hacía tiempo. Reporta desde la ciudad de México para La Jornada Ángel Vargas.
La noticia fue confirmada a La Jornada por el investigador José Octavio Sosa, quien desde hace más de medio año trabajaba al lado del también compositor, escritor y pintor chihuahuense en un libro de semblanza sobre su persona y carrera.
Los restos de Bañuelas, quien estaba casado con la también cantante Hortensia Cervantes, fueron velados en la agencia funeraria Gayosso de Félix Cuevas, en el sur de la capital del país.
Hombre cultísimo
Nacido en ciudad Camargo, Chihuahua, el 20 de enero de 1931, Roberto Bañuelas tuvo una prolífica trayectoria de más de seis décadas, en la cual se distinguió por ser el primer barítono mexicano en hacer carrera internacional, sobre todo en Europa.
Durante 10 años fue integrante de las dos más importantes casas de ópera de Alemania, la de Hamburgo y la de Berlín.
También protagonizó diversos títulos en Estados Unidos, con la Dallas Civic Opera y la New York City Opera, así como en teatros europeos, entre ellos el de Turín, Amberes, Hannover, Praga y Sofía.
Como primer barítono, alternó con figuras de la relevancia de Franco Corelli, Luciano Pavarotti, Plácido Domingo y Montserrat Caballé, entre otros, y participó en producciones de Hebert von Karajan, Franco Zeffirelli y John Dexter.
Fue un hombre cultísimo, con una carrera longeva e impresionante. Destacan su sensibilidad y dedicación como artista y su empeño como persona. Se dedicó a aprender idiomas, componer, escribir y pintar. Fue un inmenso artista, definió José Octavio Sosa, quien confirmó a La Jornada que él se encargará de culminar y publicar el libro con la semblanza del creador.
Roberto Bañuelas se destacó no sólo en el ámbito operístico, en el cual debutó en 1957, tres años después de incursionar en el terreno de los recitales. Hizo mucho repertorio también de oratorio y lied, y como compositor destacan sus obras para voz y de cámara.
Con un repertorio que superó 50 títulos operísticos, fueron numerosos los estrenos en los que participó este cantante, entre ellos en el de la versión en español de las óperas The visitors (Los visitantes), y El prisionero, de Luiggi Della Piccola, así como la Misa de seis, de Carlos Jiménez Mabarak.
En su faceta de escritor, cuenta con tres libros de relatos: Ceremonial de cíclopes, Los inquilinos de la Torre de Babel y Memorias del exilio interior, así como las novelas El valle de los convidados de piedra y El templo iluminado de la soledad, y el libro de poesía Trashumancia del amor, entre otros títulos.
Merecedor en 2007 de la Medalla Mozart y un año después de la medalla de oro de Bellas Artes por su trayectoria, a Roberto Bañuelas se debe la incursión en el canto del también ya fallecido escritor y tenor Carlos Montemayor, de quien fue maestro.
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Roberto Bañuelas, en primer plano, durante la ceremonia de entrega de la medalla de oro Bellas Artes al barítono y compositor en el Palacio de Bellas Artes; lo acompañan su esposa Hortencia Cervantes y su hijo Juan Carlos Banuelas, el 2 de junio de 2008.(Foto: Jesús Villaseca)
C iudad Juárez, Chihuahua. 28 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- El cantante Roberto Bañuelas, figura representativa de la ópera y la cultura mexicanas, falleció ayer en la ciudad de México, a los 84 años, de una enfermedad que lo aquejaba desde hacía tiempo. Reporta desde la ciudad de México para La Jornada Ángel Vargas.
La noticia fue confirmada a La Jornada por el investigador José Octavio Sosa, quien desde hace más de medio año trabajaba al lado del también compositor, escritor y pintor chihuahuense en un libro de semblanza sobre su persona y carrera.
Los restos de Bañuelas, quien estaba casado con la también cantante Hortensia Cervantes, fueron velados en la agencia funeraria Gayosso de Félix Cuevas, en el sur de la capital del país.
Hombre cultísimo
Nacido en ciudad Camargo, Chihuahua, el 20 de enero de 1931, Roberto Bañuelas tuvo una prolífica trayectoria de más de seis décadas, en la cual se distinguió por ser el primer barítono mexicano en hacer carrera internacional, sobre todo en Europa.
Durante 10 años fue integrante de las dos más importantes casas de ópera de Alemania, la de Hamburgo y la de Berlín.
También protagonizó diversos títulos en Estados Unidos, con la Dallas Civic Opera y la New York City Opera, así como en teatros europeos, entre ellos el de Turín, Amberes, Hannover, Praga y Sofía.
Como primer barítono, alternó con figuras de la relevancia de Franco Corelli, Luciano Pavarotti, Plácido Domingo y Montserrat Caballé, entre otros, y participó en producciones de Hebert von Karajan, Franco Zeffirelli y John Dexter.
Fue un hombre cultísimo, con una carrera longeva e impresionante. Destacan su sensibilidad y dedicación como artista y su empeño como persona. Se dedicó a aprender idiomas, componer, escribir y pintar. Fue un inmenso artista, definió José Octavio Sosa, quien confirmó a La Jornada que él se encargará de culminar y publicar el libro con la semblanza del creador.
Roberto Bañuelas se destacó no sólo en el ámbito operístico, en el cual debutó en 1957, tres años después de incursionar en el terreno de los recitales. Hizo mucho repertorio también de oratorio y lied, y como compositor destacan sus obras para voz y de cámara.
Con un repertorio que superó 50 títulos operísticos, fueron numerosos los estrenos en los que participó este cantante, entre ellos en el de la versión en español de las óperas The visitors (Los visitantes), y El prisionero, de Luiggi Della Piccola, así como la Misa de seis, de Carlos Jiménez Mabarak.
En su faceta de escritor, cuenta con tres libros de relatos: Ceremonial de cíclopes, Los inquilinos de la Torre de Babel y Memorias del exilio interior, así como las novelas El valle de los convidados de piedra y El templo iluminado de la soledad, y el libro de poesía Trashumancia del amor, entre otros títulos.
Merecedor en 2007 de la Medalla Mozart y un año después de la medalla de oro de Bellas Artes por su trayectoria, a Roberto Bañuelas se debe la incursión en el canto del también ya fallecido escritor y tenor Carlos Montemayor, de quien fue maestro.
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viernes, febrero 27, 2015
Literatura / Entrevista a Elsa Drucaroff
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«La literatura es un espacio para complejizar cualquier tipo de problema ético y moral.» (Foto: Bernardino Avila)
C iudad Juárez, Chihuahua. 27 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- En La patria de las mujeres, su primera novela, que acaba de ser reeditada, propone una compleja trama política y sentimental atravesada por la pasión, las traiciones, la delación y la resistencia. Silvina Friera entrevista a la autora para Página/12.
«Qué feo cansarse del mundo», pensó la negra Benita –lúcida esclava que entra en acción y va ganando cada vez más protagonismo, hasta ese certero escupitajo que lanza al final sobre la chaqueta de un caballero español–, «pero puede pasar, el mundo cansa». El horizonte inmediato no podía estar más convulsionado en los primeros meses de 1814, cuando un puñado de mujeres de todas las clases sociales, encabezadas por las respetables damas María Loreto Sánchez Peón de Frías y Juana Moro de López, se organizan para efectuar tareas de espionaje y sabotaje contra las fuerzas realistas que ocupaban Salta durante la Guerra de la Independencia. Son las patriotas y rebeldes «bomberas», las míticas espías del general Güemes, una red que se propuso detener el avance de cualquier ejército español que pudiera desembarcar en territorio americano. La imaginación de la escritora y crítica literaria Elsa Drucaroff esculpe una compleja trama política y sentimental en La patria de las mujeres, su primera novela, reeditada por Marea, atravesada por la pasión, las traiciones, la delación y la resistencia. La adolescente Mariana Molina Inhierza se niega a casarse con un acaudalado comerciante de Lima, como su padre lo había concertado, porque se enamora del mestizo Gabriel Mamaní, tallador de santos protegido por el siniestro y conspirador padre Hernando, en plena misión como «bombera».
«La patria no es una cosa fija y eterna –plantea Drucaroff en la entrevista con Página/12–. Me molesta mucho cuando usan la patria como una abstracción que no se puede discutir. Por lo pronto, hay una patria financiera global que va más allá de las fronteras. Esa patria financiera es una pequeñísima elite que goza de ciertos privilegios. A esa patria no le interesa ninguna patria, diga lo que diga, como hemos visto en Argentina.»
Se podría decir que esa patria financiera es «una patria apátrida», ¿no?
Tal cual, exactamente. Yo creo que las patrias son los territorios y las comunidades con las que establecemos un compromiso potente, afectivo y político. Una patria es ese lugar en donde te importa lo que pasa porque a lo mejor están tus muertos descansando, porque naciste ahí. O a lo mejor ni naciste ni están tus muertos, pero fue el lugar que te recibió y te permitió construir una familia. Hay muchos modos de pensar la patria, de lo que estoy segura es que no es una sola cosa. Concretamente en 1814, la patria no quería decir la Argentina. Había existido un virreinato que estaba en un momento de mucha agitación y se estaba viendo qué se iba a formar. En los documentos de la época, todos hablan de la patria. Y cada uno habla de la patria pensando en los intereses que está defendiendo. El problema de la patria es un problema de la novela y no se llama La patria de las mujeres porque las mujeres también fueron patriotas, sino que se habla realmente del espacio, del territorio, la comunidad que albergaría los intereses de las mujeres. Si eso existe o no existe, si la patria que se está defendiendo en ese momento, que están defendiendo los que están por el libre comercio y la independencia de España, es la misma patria que les conviene a las mujeres o no. Esa es una pregunta que está en la novela.
El mestizo Gabriel advierte, hacia el final de la novela, que no se siente interpelado ni incluido en ninguno de los proyectos o de las patrias en pugna. ¿Coincide con la postura del personaje?
Y no los incluye hasta hoy, mirá cómo están los qom en esta patria. Gabriel es un mestizo que está mucho más ligado a su origen aborigen que al otro. Y siente eso y tiene razón. Cuando estaba escribiendo La patria de las mujeres, antes de la crisis de 2001, salían noticias en Salta, en Tartagal, donde había constantes cortes de ruta de gente que estaba muriendo de inanición. Me acuerdo de que cuando escribí la escena en la que el gaucho Esteban acompaña a Loreto, el gaucho está incluido en el proyecto de Güemes, un proyecto que incluye muchas patrias y hace pie en intereses sociales distintos; por eso consigue tener una guerrilla tan efectiva y gente dispuesta realmente a morir por la patria, porque están muriendo por algo que tiene sentido. El gaucho Esteban muere creyendo que está muriendo por una patria y Loreto dice que ojalá que haya una patria que le haga justicia a esa muerte. Y yo escribía eso y pensaba que obviamente no fue así. No hubo una patria que le hiciera justicia. La sangre gaucha es la sangre de los antepasados de la gente que cortaba la ruta en Tartagal.
¿Por qué La patria de las mujeres está atravesada por la traición?
Ese es un tema que está en casi todas mis novelas. En Conspiración contra Güemes, que es la continuación de La patria... y ojalá que se reedite, el problema de la traición es clave. Incluso el subtítulo es: «Una novela de bandidos, patriotas y traidores». En El infierno prometido el hilo de la traición no es tan claro, pero uno puede entender al personaje del loco como alguien que es un traidor que después se redime. En El último caso de Rodolfo Walsh, el personaje de Manuel es un maravilloso traidor. Los traidores de mis textos no son psicópatas perversos a los que no les importa nada; es gente que, atenazada por las circunstancias, se ve obligada a traicionar.
Le interesa el traidor que siente culpa porque es consciente del daño que está haciendo, ¿no?
Sí, pero al mismo tiempo se da cuenta de que tiene que optar entre su propio destino y su causa. Mariana tiene que elegir entre una causa política e ideológica, en la que cree y que apoya con todo su corazón, pero también tiene que pensar en su derecho elemental a ser una mujer que decida mínimamente su vida, algo que no estaba ni contemplado en 1814. En la traición de Mariana se juega el partido que tomó alrededor del orden de clases, de los conflictos que tienen que ver con la producción y distribución de la riqueza, con la independencia o no de un país. Pero después está lo yo llamo «el orden de géneros», los modos en que se subjetivan las personas, en los que alguien se vuelve varón o mujer –en el siglo XX y XXI se vuelve gay o lo que fuere– y cómo se reparte el poder alrededor del género. Mariana se da cuenta de que la causa que ella defiende no es la misma que defienden sus aliados en esa pelea. Se da cuenta de que como mujer no la defiende nadie. El malentendido que muchas veces hoy la izquierda quiere imponer es que estar por los derechos de los humildes supone estar por los derechos de las mujeres. No es verdad. Son dos causas específicas y muchas veces ha habido contradicciones espantosas. Durante la Revolución Francesa, las mujeres que plantearon los derechos de las mujeres fueron guillotinadas por la misma revolución. En la Revolución Rusa la participación de las mujeres fue impresionante, los movimientos feministas existieron, y no les fue demasiado bien. Por no hablar de la relación de los homosexuales con la izquierda durante los años ’70. Me alegra y celebro que hoy la izquierda haga suyas algunas consignas y causas que nunca había defendido.
La traición suele tener una carga muy negativa. Especialmente en los años ’70, cuando el militante político secuestrado «cantaba» durante la tortura y era considerado un traidor, aunque habría que reflexionar si corresponde la palabra traición en una situación tan extrema. En el territorio de la literatura, en cambio, la traición tiene otra valencia. Hay una mirada más compleja y tal vez positiva porque muchas veces la traición es necesaria para poder avanzar y salir de un punto muerto. ¿Qué iba a hacer Mariana si no traicionaba? podría preguntarse más de un lector.
Por lo pronto yo no tenía novela (risas). Pero es normal para los escritores, tampoco tenés un policial si no hay un asesinato, y eso no te vuelve un defensor de los crímenes en la vida real. La literatura es un espacio para complejizar cualquier tipo de problema ético y moral. La literatura es un laboratorio de significaciones; tiene la coartada de ser ficción y ahí adentro uno puede hacer cualquier pregunta. Por eso, como siempre digo, Raskolnikov puede defender su derecho a asesinar. La traición aparece muy fuertemente en la literatura argentina en Roberto Arlt y en Borges; ha sido vista desde una mirada más existencialista que como la veo yo, más como un instante en el cual alguien defiende su subjetividad, su derecho a la elección, incluso haciéndose cargo del mal. Me interesan más las complejidades de las situaciones; no es tanto que se traiciona para experimentar la propia decisión o el derecho nietzscheano a estar más allá del bien y del mal. Eso puede ser muy interesante. Pero la traición se me ha aparecido más como el producto de problemas muy complejos que atenazan a una persona y la obligan a elegir, pero no como un glorioso «yo elijo el mal», como podría ser Silvio Astier, sino como un «necesito ser feliz» o «necesito ser fiel a mí mismo». Que yo defienda la traición en la literatura no quiere decir que en la vida real no pueda tomar posiciones sobre ciertas cosas que considero una traición. Juzgar al prójimo es un derecho que tengo, pero es un derecho que hay que ejercer con mucha prudencia. Explicar lo que tiene que hacer alguien cuando es torturado, cuando uno jamás ha sido torturado, francamente me parece imprudente, para decirlo amablemente. Pero va más allá de la imprudencia. Yo no podría juzgar a personas que en una situación límite traicionan. Y me parece atroz que se haya juzgado así.
Algo queda pendiente en el aire de la traición. Drucaroff aporta una anécdota sobre el impacto negativo que suele tener un tema en el que la tentativa de comprensión naufraga por las aguas de la rigidez moral. «Hace poco recibí un mensaje por Facebook de una lectora que me felicitaba por La patria de las mujeres, pero en un momento escribió que le parecía terrible la traición de Mariana. En un punto, tuve un dejo de tristeza porque sentí que se había quedado afuera de lo que yo había querido contar. Es una situación compleja. Tampoco festejo la traición. Lo que me parece es que la traición no es sin costos, que se paga un precio. Nuestras elecciones tienen consecuencias; aun si no puedo juzgar a la gente que opta por la traición en cierta situación extrema, sí puedo decir que traicionar tiene consecuencias.»
Fray Hernando es un personaje mucho más traidor al vivir conspirando, incluso contra los valores cristianos que profesa.
Sí, por supuesto, es un traidor de muchos modos porque es un tipo capaz de manipular sin ningún escrúpulo y además tiene muchas más ansias de poder que defensa real de su causa. Yo le tomé afecto a ese cura porque como escritora no puedo dejar de querer incluso a mis villanos. Traté de trabajarlo desde una cosa muy oscura, muy triste y patética, pero que puede resonar en cualquier ser humano por el amor. Ese cura está enamorado de Mamaní, aunque no se lo pueda ni decir. Esta novela se dio en un programa de la fábrica Johnson de finalización del ciclo primario y secundario. Se dio entre adultos y me invitaron a charlar con ellos. Un obrero me dijo: «El cura medio se la come, ¿no? Le tiene ganas a Mamaní». Me impresionó que se diera cuenta de eso porque es algo apenas esbozado. Ese cura traiciona porque es manejado por esa pasión hacia Mamaní que él racionaliza afirmando que es un siervo de la causa de Dios y del rey de España. Es un cura que hace cosas muy denigrantes, pero sufre a su manera.
¿Cómo trabajó el cruce entre invención y realidad?
Me gustan esas historias que cuando uno las termina de leer dice: «Esto podría haber pasado». No pasó porque sé que es una novela, que es ficción, pero bien podría haber pasado. Me gusta reconstruir un tinglado literario que finja una especie de realismo histórico fiel. Para eso es importante la obsesión con los detalles históricos. Después, con el tiempo, me di cuenta de que eso me permite construir utopías hacia atrás.
¿Cómo es eso?
Contar una historia donde la injusticia general y el hecho histórico atroz no se borra, al contrario. Pero hay una pequeña batalla que han ganado los sometidos de esta tierra. No sé cómo decirlo: La patria de las mujeres es la historia de una mujer que se niega a circular como mercancía de los intereses de su padre. Lo logra pagando un precio alto, pero lo logra. Me gustaría que hubiera existido una oprimida como Benita. No sé si existió, probablemente no. O a lo mejor sí, pero en todo caso nunca lo vamos a saber. Me parece que hay una pulsión utópica en lo que escribo.
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«La literatura es un espacio para complejizar cualquier tipo de problema ético y moral.» (Foto: Bernardino Avila)
C iudad Juárez, Chihuahua. 27 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- En La patria de las mujeres, su primera novela, que acaba de ser reeditada, propone una compleja trama política y sentimental atravesada por la pasión, las traiciones, la delación y la resistencia. Silvina Friera entrevista a la autora para Página/12.
«Qué feo cansarse del mundo», pensó la negra Benita –lúcida esclava que entra en acción y va ganando cada vez más protagonismo, hasta ese certero escupitajo que lanza al final sobre la chaqueta de un caballero español–, «pero puede pasar, el mundo cansa». El horizonte inmediato no podía estar más convulsionado en los primeros meses de 1814, cuando un puñado de mujeres de todas las clases sociales, encabezadas por las respetables damas María Loreto Sánchez Peón de Frías y Juana Moro de López, se organizan para efectuar tareas de espionaje y sabotaje contra las fuerzas realistas que ocupaban Salta durante la Guerra de la Independencia. Son las patriotas y rebeldes «bomberas», las míticas espías del general Güemes, una red que se propuso detener el avance de cualquier ejército español que pudiera desembarcar en territorio americano. La imaginación de la escritora y crítica literaria Elsa Drucaroff esculpe una compleja trama política y sentimental en La patria de las mujeres, su primera novela, reeditada por Marea, atravesada por la pasión, las traiciones, la delación y la resistencia. La adolescente Mariana Molina Inhierza se niega a casarse con un acaudalado comerciante de Lima, como su padre lo había concertado, porque se enamora del mestizo Gabriel Mamaní, tallador de santos protegido por el siniestro y conspirador padre Hernando, en plena misión como «bombera».
«La patria no es una cosa fija y eterna –plantea Drucaroff en la entrevista con Página/12–. Me molesta mucho cuando usan la patria como una abstracción que no se puede discutir. Por lo pronto, hay una patria financiera global que va más allá de las fronteras. Esa patria financiera es una pequeñísima elite que goza de ciertos privilegios. A esa patria no le interesa ninguna patria, diga lo que diga, como hemos visto en Argentina.»
Se podría decir que esa patria financiera es «una patria apátrida», ¿no?
Tal cual, exactamente. Yo creo que las patrias son los territorios y las comunidades con las que establecemos un compromiso potente, afectivo y político. Una patria es ese lugar en donde te importa lo que pasa porque a lo mejor están tus muertos descansando, porque naciste ahí. O a lo mejor ni naciste ni están tus muertos, pero fue el lugar que te recibió y te permitió construir una familia. Hay muchos modos de pensar la patria, de lo que estoy segura es que no es una sola cosa. Concretamente en 1814, la patria no quería decir la Argentina. Había existido un virreinato que estaba en un momento de mucha agitación y se estaba viendo qué se iba a formar. En los documentos de la época, todos hablan de la patria. Y cada uno habla de la patria pensando en los intereses que está defendiendo. El problema de la patria es un problema de la novela y no se llama La patria de las mujeres porque las mujeres también fueron patriotas, sino que se habla realmente del espacio, del territorio, la comunidad que albergaría los intereses de las mujeres. Si eso existe o no existe, si la patria que se está defendiendo en ese momento, que están defendiendo los que están por el libre comercio y la independencia de España, es la misma patria que les conviene a las mujeres o no. Esa es una pregunta que está en la novela.
El mestizo Gabriel advierte, hacia el final de la novela, que no se siente interpelado ni incluido en ninguno de los proyectos o de las patrias en pugna. ¿Coincide con la postura del personaje?
Y no los incluye hasta hoy, mirá cómo están los qom en esta patria. Gabriel es un mestizo que está mucho más ligado a su origen aborigen que al otro. Y siente eso y tiene razón. Cuando estaba escribiendo La patria de las mujeres, antes de la crisis de 2001, salían noticias en Salta, en Tartagal, donde había constantes cortes de ruta de gente que estaba muriendo de inanición. Me acuerdo de que cuando escribí la escena en la que el gaucho Esteban acompaña a Loreto, el gaucho está incluido en el proyecto de Güemes, un proyecto que incluye muchas patrias y hace pie en intereses sociales distintos; por eso consigue tener una guerrilla tan efectiva y gente dispuesta realmente a morir por la patria, porque están muriendo por algo que tiene sentido. El gaucho Esteban muere creyendo que está muriendo por una patria y Loreto dice que ojalá que haya una patria que le haga justicia a esa muerte. Y yo escribía eso y pensaba que obviamente no fue así. No hubo una patria que le hiciera justicia. La sangre gaucha es la sangre de los antepasados de la gente que cortaba la ruta en Tartagal.
¿Por qué La patria de las mujeres está atravesada por la traición?
Ese es un tema que está en casi todas mis novelas. En Conspiración contra Güemes, que es la continuación de La patria... y ojalá que se reedite, el problema de la traición es clave. Incluso el subtítulo es: «Una novela de bandidos, patriotas y traidores». En El infierno prometido el hilo de la traición no es tan claro, pero uno puede entender al personaje del loco como alguien que es un traidor que después se redime. En El último caso de Rodolfo Walsh, el personaje de Manuel es un maravilloso traidor. Los traidores de mis textos no son psicópatas perversos a los que no les importa nada; es gente que, atenazada por las circunstancias, se ve obligada a traicionar.
Le interesa el traidor que siente culpa porque es consciente del daño que está haciendo, ¿no?
Sí, pero al mismo tiempo se da cuenta de que tiene que optar entre su propio destino y su causa. Mariana tiene que elegir entre una causa política e ideológica, en la que cree y que apoya con todo su corazón, pero también tiene que pensar en su derecho elemental a ser una mujer que decida mínimamente su vida, algo que no estaba ni contemplado en 1814. En la traición de Mariana se juega el partido que tomó alrededor del orden de clases, de los conflictos que tienen que ver con la producción y distribución de la riqueza, con la independencia o no de un país. Pero después está lo yo llamo «el orden de géneros», los modos en que se subjetivan las personas, en los que alguien se vuelve varón o mujer –en el siglo XX y XXI se vuelve gay o lo que fuere– y cómo se reparte el poder alrededor del género. Mariana se da cuenta de que la causa que ella defiende no es la misma que defienden sus aliados en esa pelea. Se da cuenta de que como mujer no la defiende nadie. El malentendido que muchas veces hoy la izquierda quiere imponer es que estar por los derechos de los humildes supone estar por los derechos de las mujeres. No es verdad. Son dos causas específicas y muchas veces ha habido contradicciones espantosas. Durante la Revolución Francesa, las mujeres que plantearon los derechos de las mujeres fueron guillotinadas por la misma revolución. En la Revolución Rusa la participación de las mujeres fue impresionante, los movimientos feministas existieron, y no les fue demasiado bien. Por no hablar de la relación de los homosexuales con la izquierda durante los años ’70. Me alegra y celebro que hoy la izquierda haga suyas algunas consignas y causas que nunca había defendido.
La traición suele tener una carga muy negativa. Especialmente en los años ’70, cuando el militante político secuestrado «cantaba» durante la tortura y era considerado un traidor, aunque habría que reflexionar si corresponde la palabra traición en una situación tan extrema. En el territorio de la literatura, en cambio, la traición tiene otra valencia. Hay una mirada más compleja y tal vez positiva porque muchas veces la traición es necesaria para poder avanzar y salir de un punto muerto. ¿Qué iba a hacer Mariana si no traicionaba? podría preguntarse más de un lector.
Por lo pronto yo no tenía novela (risas). Pero es normal para los escritores, tampoco tenés un policial si no hay un asesinato, y eso no te vuelve un defensor de los crímenes en la vida real. La literatura es un espacio para complejizar cualquier tipo de problema ético y moral. La literatura es un laboratorio de significaciones; tiene la coartada de ser ficción y ahí adentro uno puede hacer cualquier pregunta. Por eso, como siempre digo, Raskolnikov puede defender su derecho a asesinar. La traición aparece muy fuertemente en la literatura argentina en Roberto Arlt y en Borges; ha sido vista desde una mirada más existencialista que como la veo yo, más como un instante en el cual alguien defiende su subjetividad, su derecho a la elección, incluso haciéndose cargo del mal. Me interesan más las complejidades de las situaciones; no es tanto que se traiciona para experimentar la propia decisión o el derecho nietzscheano a estar más allá del bien y del mal. Eso puede ser muy interesante. Pero la traición se me ha aparecido más como el producto de problemas muy complejos que atenazan a una persona y la obligan a elegir, pero no como un glorioso «yo elijo el mal», como podría ser Silvio Astier, sino como un «necesito ser feliz» o «necesito ser fiel a mí mismo». Que yo defienda la traición en la literatura no quiere decir que en la vida real no pueda tomar posiciones sobre ciertas cosas que considero una traición. Juzgar al prójimo es un derecho que tengo, pero es un derecho que hay que ejercer con mucha prudencia. Explicar lo que tiene que hacer alguien cuando es torturado, cuando uno jamás ha sido torturado, francamente me parece imprudente, para decirlo amablemente. Pero va más allá de la imprudencia. Yo no podría juzgar a personas que en una situación límite traicionan. Y me parece atroz que se haya juzgado así.
Algo queda pendiente en el aire de la traición. Drucaroff aporta una anécdota sobre el impacto negativo que suele tener un tema en el que la tentativa de comprensión naufraga por las aguas de la rigidez moral. «Hace poco recibí un mensaje por Facebook de una lectora que me felicitaba por La patria de las mujeres, pero en un momento escribió que le parecía terrible la traición de Mariana. En un punto, tuve un dejo de tristeza porque sentí que se había quedado afuera de lo que yo había querido contar. Es una situación compleja. Tampoco festejo la traición. Lo que me parece es que la traición no es sin costos, que se paga un precio. Nuestras elecciones tienen consecuencias; aun si no puedo juzgar a la gente que opta por la traición en cierta situación extrema, sí puedo decir que traicionar tiene consecuencias.»
Fray Hernando es un personaje mucho más traidor al vivir conspirando, incluso contra los valores cristianos que profesa.
Sí, por supuesto, es un traidor de muchos modos porque es un tipo capaz de manipular sin ningún escrúpulo y además tiene muchas más ansias de poder que defensa real de su causa. Yo le tomé afecto a ese cura porque como escritora no puedo dejar de querer incluso a mis villanos. Traté de trabajarlo desde una cosa muy oscura, muy triste y patética, pero que puede resonar en cualquier ser humano por el amor. Ese cura está enamorado de Mamaní, aunque no se lo pueda ni decir. Esta novela se dio en un programa de la fábrica Johnson de finalización del ciclo primario y secundario. Se dio entre adultos y me invitaron a charlar con ellos. Un obrero me dijo: «El cura medio se la come, ¿no? Le tiene ganas a Mamaní». Me impresionó que se diera cuenta de eso porque es algo apenas esbozado. Ese cura traiciona porque es manejado por esa pasión hacia Mamaní que él racionaliza afirmando que es un siervo de la causa de Dios y del rey de España. Es un cura que hace cosas muy denigrantes, pero sufre a su manera.
¿Cómo trabajó el cruce entre invención y realidad?
Me gustan esas historias que cuando uno las termina de leer dice: «Esto podría haber pasado». No pasó porque sé que es una novela, que es ficción, pero bien podría haber pasado. Me gusta reconstruir un tinglado literario que finja una especie de realismo histórico fiel. Para eso es importante la obsesión con los detalles históricos. Después, con el tiempo, me di cuenta de que eso me permite construir utopías hacia atrás.
¿Cómo es eso?
Contar una historia donde la injusticia general y el hecho histórico atroz no se borra, al contrario. Pero hay una pequeña batalla que han ganado los sometidos de esta tierra. No sé cómo decirlo: La patria de las mujeres es la historia de una mujer que se niega a circular como mercancía de los intereses de su padre. Lo logra pagando un precio alto, pero lo logra. Me gustaría que hubiera existido una oprimida como Benita. No sé si existió, probablemente no. O a lo mejor sí, pero en todo caso nunca lo vamos a saber. Me parece que hay una pulsión utópica en lo que escribo.
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Artes Plásticas / México: El centenario de Raúl Anguiano
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La obra La Espina del pintor mexicano. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 26 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- Raúl Anguiano es recordado a 100 años de su nacimiento por colegas, amigos, académicos y especialistas como uno de los más grandes artistas plásticos de este país, capaz de retratar personajes y momentos significativos de su pueblo, informa la agencia Notimex desde la Ciudad de México.
En el centenario del natalicio del arista, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), que en colaboración con el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) le rendirá homenaje con una exposición que abrirá el 25 de abril en el Museo Nacional de San Carlos, evoca al destacado muralista.
La artista Rina Lazo, para quien Anguiano era «un mexicano de corazón», destacó que al artista plástico fue capaz de recrear los momentos que forjaron la historia de México:
«Era un artista que apasionadamente pintaba lo que veía y sentía de México. Lo que conozco de su trabajo realmente está relacionado con el país, su obra fue para México y de México», consideró Lazo.
Su colega, el pintor Manuel Felguérez mencionó que Raúl Anguiano (1915-2006) fue un artista con su propia personalidad, fiel a sus principios y que siempre mantuvo una postura a través de medio siglo de producción.
Mientras que para la académica de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Mercedes Sierra, Anguiano conjuntó en su obra lo que fue el mundo rural indígena, las fiestas, las tradiciones y la religión de una sociedad como la de México.
«Su legado va en dos sentidos: el proceso que tuvo de composición bajo un pensamiento y disciplina muy rigurosa, y una influencia muy fuerte de pintores como Paul Cézanne», destacó Sierra.
«No debemos olvidar este conocimiento de la composición de estos artistas con los cuales tenía coincidencias el maestro, lo que lo hizo tener un estilo claro y sencillo. Él fue un artista totalmente académico», expuso la académica de la UNAM.
Por su parte, la historiadora de arte del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, Leticia López Orozco, recordó en entrevista con Conaculta que en 1982, el destacado artista fue nombrado miembro de número de la Academia de Artes.
Asimismo, mencionó que la obra de Anguiano destacó por los rasgos que incluyó el artista, mismos que son resultado de su interés por acercarse a las comunidades en los viajes, pues era un hombre que tenía contacto con la gente.
«Uno ve su obra de trazos amplios, se identifica por el color, el dibujo, sobre todo por esta influencia que ejerce con artistas que lo precedieron pero también logró hacer su estilo muy singular», destacó sobre el trabajo creativo del artista.
Para la investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap), Guillermina Guadarrama, se debe recordar a Raúl Anguiano, además de cómo pintor, muralista y grabador, como ilustrador de notables escritores y poetas, tales como León Felipe y Alfredo Cardona Peña.
Tras la expedición a la selva generó una serie iconográfica en sus cuadros de caballete, como La espina obra por la que se le reconoce. Retomó el interés por los pueblos del sur, los mayas.
«También se le debe recordar como parte de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), y por ser uno de los fundadores del Taller de Gráfica Popular», explicó la especialista. «Raúl Anguiano fue un personaje muy completo».
Agregó que el Creador Emérito del Sistema Nacional de Creadores del Fondo Nacional de Creadores (Fonca), fue fundador de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado «La Esmeralda», colaborador de programas realizados en los 20,30 y 40 dedicados a la formación de escuelas de arte de México fungiendo como maestro de dibujo e inspector de artes plásticas en esas escuelas.
El artista plástico Arturo García Bustos rememoró que tuvo la fortuna de contar con la amistad de Anguiano y de compartir momentos «gloriosos» en los grupos de trabajo en el Taller de Gráfica Popular.
Hace medio siglo que estábamos juntos ahí. En los años 44 o 45, en días de la Segunda Guerra Mundial hicimos carteles contra el fascismo, volantes que llegaron con sus mensajes a manos del pueblo mexicano.
«Posteriormente también participamos en el Frente Nacional de Artes Plásticas y compartimos en la Academia Mexicana de Artes», evocó.
Aseguró que el artista, condecorado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el 2000, fue un hombre trabajador y entusiasta de la pintura de la Escuela Mexicana.
«En sus obras mostraba las preocupaciones de México, siempre representó la presencia de nuestra tierra, el que se sintiera el gusto por las tradiciones, todo es parte de la conciencia y la obra del maestro», concluyó Arturo García Bustos.
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La obra La Espina del pintor mexicano. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 26 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- Raúl Anguiano es recordado a 100 años de su nacimiento por colegas, amigos, académicos y especialistas como uno de los más grandes artistas plásticos de este país, capaz de retratar personajes y momentos significativos de su pueblo, informa la agencia Notimex desde la Ciudad de México.
En el centenario del natalicio del arista, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), que en colaboración con el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) le rendirá homenaje con una exposición que abrirá el 25 de abril en el Museo Nacional de San Carlos, evoca al destacado muralista.
La artista Rina Lazo, para quien Anguiano era «un mexicano de corazón», destacó que al artista plástico fue capaz de recrear los momentos que forjaron la historia de México:
«Era un artista que apasionadamente pintaba lo que veía y sentía de México. Lo que conozco de su trabajo realmente está relacionado con el país, su obra fue para México y de México», consideró Lazo.
Su colega, el pintor Manuel Felguérez mencionó que Raúl Anguiano (1915-2006) fue un artista con su propia personalidad, fiel a sus principios y que siempre mantuvo una postura a través de medio siglo de producción.
Mientras que para la académica de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Mercedes Sierra, Anguiano conjuntó en su obra lo que fue el mundo rural indígena, las fiestas, las tradiciones y la religión de una sociedad como la de México.
«Su legado va en dos sentidos: el proceso que tuvo de composición bajo un pensamiento y disciplina muy rigurosa, y una influencia muy fuerte de pintores como Paul Cézanne», destacó Sierra.
«No debemos olvidar este conocimiento de la composición de estos artistas con los cuales tenía coincidencias el maestro, lo que lo hizo tener un estilo claro y sencillo. Él fue un artista totalmente académico», expuso la académica de la UNAM.
Por su parte, la historiadora de arte del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, Leticia López Orozco, recordó en entrevista con Conaculta que en 1982, el destacado artista fue nombrado miembro de número de la Academia de Artes.
Asimismo, mencionó que la obra de Anguiano destacó por los rasgos que incluyó el artista, mismos que son resultado de su interés por acercarse a las comunidades en los viajes, pues era un hombre que tenía contacto con la gente.
«Uno ve su obra de trazos amplios, se identifica por el color, el dibujo, sobre todo por esta influencia que ejerce con artistas que lo precedieron pero también logró hacer su estilo muy singular», destacó sobre el trabajo creativo del artista.
Para la investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap), Guillermina Guadarrama, se debe recordar a Raúl Anguiano, además de cómo pintor, muralista y grabador, como ilustrador de notables escritores y poetas, tales como León Felipe y Alfredo Cardona Peña.
Tras la expedición a la selva generó una serie iconográfica en sus cuadros de caballete, como La espina obra por la que se le reconoce. Retomó el interés por los pueblos del sur, los mayas.
«También se le debe recordar como parte de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), y por ser uno de los fundadores del Taller de Gráfica Popular», explicó la especialista. «Raúl Anguiano fue un personaje muy completo».
Agregó que el Creador Emérito del Sistema Nacional de Creadores del Fondo Nacional de Creadores (Fonca), fue fundador de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado «La Esmeralda», colaborador de programas realizados en los 20,30 y 40 dedicados a la formación de escuelas de arte de México fungiendo como maestro de dibujo e inspector de artes plásticas en esas escuelas.
El artista plástico Arturo García Bustos rememoró que tuvo la fortuna de contar con la amistad de Anguiano y de compartir momentos «gloriosos» en los grupos de trabajo en el Taller de Gráfica Popular.
Hace medio siglo que estábamos juntos ahí. En los años 44 o 45, en días de la Segunda Guerra Mundial hicimos carteles contra el fascismo, volantes que llegaron con sus mensajes a manos del pueblo mexicano.
«Posteriormente también participamos en el Frente Nacional de Artes Plásticas y compartimos en la Academia Mexicana de Artes», evocó.
Aseguró que el artista, condecorado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el 2000, fue un hombre trabajador y entusiasta de la pintura de la Escuela Mexicana.
«En sus obras mostraba las preocupaciones de México, siempre representó la presencia de nuestra tierra, el que se sintiera el gusto por las tradiciones, todo es parte de la conciencia y la obra del maestro», concluyó Arturo García Bustos.
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Arte Público / España: Banksy hace grafitis en Gaza
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El grafiti Daños de bomba del artista inglés. (Foto: BBC)
C iudad Juárez, Chihuahua. 27 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- Banksy ha vuelto. Lejos de hacerlo en las grandes capitales de Europa y Estados Unidos el artista se ha infiltrado en «la cárcel más grande del mundo», Gaza, donde ya estuvo en 2005 y pintó hasta nueve grafitis en un muro levantado por Israel, informa Sara de Diego para El Confidencial de España.
Conocido por su carácter reivindicativo y su activismo político, Banksy ha publicado este jueves un vídeo sobre Gaza en su página web coincidiendo con el día en el que se cumple seis meses desde el fin de la operación israelí Margen Protector. De apenas dos minutos de duración y bajo el título Make this year YOU a new destination –Haz que éste sea el año en el que descubras un nuevo destino–, este breve documental se asemeja mucho a un anuncio de cualquier agencia de viajes.
Como si de un viaje promocional se tratara, Banksy se aleja de las grandes urbes y de las vacaciones soñadas en playas de arena blanca y aguas cristalinas para adentrarse ilegalmente en la Franja de Gaza a través de la red de túneles construidos por Hamás que los palestinos utilizan para refugiarse, moverse de una zona a otra y buscar suministros para paliar la carencia de productos de primera necesidad.
En el vídeo, el artista denuncia las condiciones de vida de los más de 1,8 millones de palestinos que viven en la Franja, donde el pasado verano murieron más de 2.200 personas. Entre las ruinas de casas bombardeadas por los israelíes y niños jugando entre los escombros, Banksy ha dibujado varios grafitis para hacer llegar al resto de países cuál es la verdadera situación con la que conviven a diario los palestinos.
«La gente solo presta atención a fotos de gatitos»
Una de las obras, con el título Daños de bomba, aparece dibujada en una puerta de una casa derruida la diosa griega Niobe, una mujer que se convirtió en piedra después de que los dioses asesinaran a 14 de sus 16 hijos por enorgullecerse de su capacidad procreadora.
Sin embargo, la obra que más comentarios ha generado en las redes sociales ha sido una en la que aparece un gato que juega con una especie de ovillo de lana dibujado en un muro. «¿Qué significa esto?», le pregunta un palestino sin obtener respuesta.
Según ha explicado el artista en su página web, con esta serie de dibujos quería «destacar la destrucción en Gaza mediante la publicación de mis fotos en internet, pero en internet la gente solo presta atención a fotos de gatitos».
Los muros que aíslan a Gaza del exterior son protagonista del otro de los grafitis de Banksy. En él, el artista ha dibujado a varios niños jugando en un tiovivo cuyo eje central es una torre de vigilancia israelí.
El vídeo concluye con el plano de una pintada en letras rojas en el que se lee: «Si nos lavamos las manos en el conflicto entre los poderosos y los que no tienen poder, nos ponemos del lado de los poderosos: no nos mantenemos neutrales».
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El grafiti Daños de bomba del artista inglés. (Foto: BBC)
C iudad Juárez, Chihuahua. 27 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- Banksy ha vuelto. Lejos de hacerlo en las grandes capitales de Europa y Estados Unidos el artista se ha infiltrado en «la cárcel más grande del mundo», Gaza, donde ya estuvo en 2005 y pintó hasta nueve grafitis en un muro levantado por Israel, informa Sara de Diego para El Confidencial de España.
Conocido por su carácter reivindicativo y su activismo político, Banksy ha publicado este jueves un vídeo sobre Gaza en su página web coincidiendo con el día en el que se cumple seis meses desde el fin de la operación israelí Margen Protector. De apenas dos minutos de duración y bajo el título Make this year YOU a new destination –Haz que éste sea el año en el que descubras un nuevo destino–, este breve documental se asemeja mucho a un anuncio de cualquier agencia de viajes.
Como si de un viaje promocional se tratara, Banksy se aleja de las grandes urbes y de las vacaciones soñadas en playas de arena blanca y aguas cristalinas para adentrarse ilegalmente en la Franja de Gaza a través de la red de túneles construidos por Hamás que los palestinos utilizan para refugiarse, moverse de una zona a otra y buscar suministros para paliar la carencia de productos de primera necesidad.
En el vídeo, el artista denuncia las condiciones de vida de los más de 1,8 millones de palestinos que viven en la Franja, donde el pasado verano murieron más de 2.200 personas. Entre las ruinas de casas bombardeadas por los israelíes y niños jugando entre los escombros, Banksy ha dibujado varios grafitis para hacer llegar al resto de países cuál es la verdadera situación con la que conviven a diario los palestinos.
«La gente solo presta atención a fotos de gatitos»
Una de las obras, con el título Daños de bomba, aparece dibujada en una puerta de una casa derruida la diosa griega Niobe, una mujer que se convirtió en piedra después de que los dioses asesinaran a 14 de sus 16 hijos por enorgullecerse de su capacidad procreadora.
Sin embargo, la obra que más comentarios ha generado en las redes sociales ha sido una en la que aparece un gato que juega con una especie de ovillo de lana dibujado en un muro. «¿Qué significa esto?», le pregunta un palestino sin obtener respuesta.
Según ha explicado el artista en su página web, con esta serie de dibujos quería «destacar la destrucción en Gaza mediante la publicación de mis fotos en internet, pero en internet la gente solo presta atención a fotos de gatitos».
Los muros que aíslan a Gaza del exterior son protagonista del otro de los grafitis de Banksy. En él, el artista ha dibujado a varios niños jugando en un tiovivo cuyo eje central es una torre de vigilancia israelí.
El vídeo concluye con el plano de una pintada en letras rojas en el que se lee: «Si nos lavamos las manos en el conflicto entre los poderosos y los que no tienen poder, nos ponemos del lado de los poderosos: no nos mantenemos neutrales».
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Noticias / Estados Unidos: Universidad de Texas pagó 2.2 mdd por archivo de Gabo
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El escritor colombiano. (Foto: Rodrigo Moya)
C iudad Juárez, Chihuahua. 25 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- La Universidad de Texas (UT) en Austin (EU) pagó 2.2 millones de dólares a la familia de Gabriel García Márquez por la adquisición del archivo personal del fallecido nobel de Literatura, según reveló hoy esta institución educativa, informa la agencia EFE desde la capital tejana.
La compra del archivo, que contiene varios manuscritos, unas 2 mil cartas, 40 álbumes de fotos e innumerables notas y apuntes, además de otros objetos, fue anunciada a finales de noviembre de 2014, aunque entonces no se hizo público el coste.
La transacción se realizó meses antes a través de Glenn Horowitz, un intermediario con oficina en Nueva York.
Entre los objetos más valiosos del archivo están el documento definitivo de Cien años de soledad, que el nobel entregó a la imprenta en 1967, y uno de los pocos manuscritos que existen de En agosto nos vemos, su novela inédita.
La Universidad de Texas se negó, en un principio, a hacer público el contrato de la compra y solicitó a las autoridades texanas un permiso especial para mantenerlo en secreto, contrariamente a lo que exige la ley estatal, pero la petición fue rechazada hace unos días.
Por eso, la institución reveló hoy el montante de la operación, según confirmó a Efe Jen Tisdale, una portavoz de la UT.
El Centro Harry Ransom, la institución de la UT que posee el archivo, tiene una de las colecciones literarias más importantes del país, con objetos de James Joyce, Ernest Hemingway, Jorge Luis Borges o William Faulkner entre muchos otros.
Su director, Steve Enniss, explicó a EFE en noviembre pasado que la decisión de que fuese el Centro Harry Ransom el que acogiera el legado del nobel colombiano fue tomada en exclusiva por su viuda, Mercedes Barcha, y sus hijos, Rodrigo y Gonzalo García.
De hecho, Rodrigo García Barcha dijo entonces que «la intención de la familia siempre fue encontrar el mejor lugar para el archivo, independientemente de dónde fuese».
«Nosotros queríamos que estuviera bien acompañado», añadió García Barcha, al argumentar que en la UT hay «colecciones similares».
La noticia despertó cierto recelo en Colombia, el país natal de García Márquez, más cuando el hijo de García Márquez afirmó que «el Gobierno colombiano nunca se hizo presente ni hizo ninguna oferta».
García Márquez falleció el pasado 17 de abril en Ciudad de México, donde residía desde hacía décadas.
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El escritor colombiano. (Foto: Rodrigo Moya)
C iudad Juárez, Chihuahua. 25 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- La Universidad de Texas (UT) en Austin (EU) pagó 2.2 millones de dólares a la familia de Gabriel García Márquez por la adquisición del archivo personal del fallecido nobel de Literatura, según reveló hoy esta institución educativa, informa la agencia EFE desde la capital tejana.
La compra del archivo, que contiene varios manuscritos, unas 2 mil cartas, 40 álbumes de fotos e innumerables notas y apuntes, además de otros objetos, fue anunciada a finales de noviembre de 2014, aunque entonces no se hizo público el coste.
La transacción se realizó meses antes a través de Glenn Horowitz, un intermediario con oficina en Nueva York.
Entre los objetos más valiosos del archivo están el documento definitivo de Cien años de soledad, que el nobel entregó a la imprenta en 1967, y uno de los pocos manuscritos que existen de En agosto nos vemos, su novela inédita.
La Universidad de Texas se negó, en un principio, a hacer público el contrato de la compra y solicitó a las autoridades texanas un permiso especial para mantenerlo en secreto, contrariamente a lo que exige la ley estatal, pero la petición fue rechazada hace unos días.
Por eso, la institución reveló hoy el montante de la operación, según confirmó a Efe Jen Tisdale, una portavoz de la UT.
El Centro Harry Ransom, la institución de la UT que posee el archivo, tiene una de las colecciones literarias más importantes del país, con objetos de James Joyce, Ernest Hemingway, Jorge Luis Borges o William Faulkner entre muchos otros.
Su director, Steve Enniss, explicó a EFE en noviembre pasado que la decisión de que fuese el Centro Harry Ransom el que acogiera el legado del nobel colombiano fue tomada en exclusiva por su viuda, Mercedes Barcha, y sus hijos, Rodrigo y Gonzalo García.
De hecho, Rodrigo García Barcha dijo entonces que «la intención de la familia siempre fue encontrar el mejor lugar para el archivo, independientemente de dónde fuese».
«Nosotros queríamos que estuviera bien acompañado», añadió García Barcha, al argumentar que en la UT hay «colecciones similares».
La noticia despertó cierto recelo en Colombia, el país natal de García Márquez, más cuando el hijo de García Márquez afirmó que «el Gobierno colombiano nunca se hizo presente ni hizo ninguna oferta».
García Márquez falleció el pasado 17 de abril en Ciudad de México, donde residía desde hacía décadas.
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Cine / España: Javier Zurro - «A los premios Oscar ya no les gustan los directores yanquis»
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El cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu con sus Oscar por Birdman. (Foto: EFE)
C iudad Juárez, Chihuahua. 24 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- Alejandro González Iñárritu se hizo el domingo con el Oscar al Mejor director por Birdman. Era el segundo mexicano en conseguirlo, además de forma consecutiva, tras la victoria el año pasado de su amigo Alfonso Cuarón por Gravity. Que un extranjero ganara el Premio de la Academia de Hollywood ha sido algo raro en la historia de los galardones, pero esa norma ha cambiado, en los últimos cinco años todos los que han conseguido el premio al Mejor director no tienen nacionalidad americana. Y sólo uno de ellos es de un país anglosajón, escribe Javier Zurro para El Confidencial de España.
Tom Hooper (Inglés), Michel Hazanavicius (Francés), Ang Lee (Taiwán) y Cuarón e Iñárritu han roto todas las estadísticas y han aportado en estos años más nombres foráneos a la lista de premiados que en décadas de historia de los Oscar. Desde 2010 el Oscar al Mejor director es cosa de cineastas internacionales, que han visto como la Academia les reconocía por encima de pesos pesados americanos. Hooper ganó con El discurso del rey a cuatro realizadores estadounidenses, y nada de cuatro mindundis. David Fincher, Darren Aronofsky, los hermanos Coen y David O.Russell mordieron el polvo ante el británico, que ya trabaja para Hollywood y se encargó después de la adaptación del musical de Los Miserables.
En 2011 Hazanavicius ganó por The artist, un homenaje al Hollywood clásico que dejó atrás a nombres míticos del cine reciente como Woody Allen, Alexander Payne, Terrence Malick y Martin Scorsese. Un año después fue Ang Lee, ya ganador del Oscar por Brokeback Mountain el que recibía su segunda estatuilla por La vida de Pi, una superproducción en 3D que dio la sorpresa al ganar al mismísimo Steven Spielberg y su hiperyanqui Lincoln. Un taiwanés venciendo al rey Midas de Hollywood contando la historia del padre de la democracia estadounidense. Historia del cine reciente.
Los dos años que faltan han traído el triunfo de los directores mexicanos. Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu, que con Gravity y Birdman han conseguido ser los primeros realizadores de su país en llevarse el premio.
Este lustro es la prueba de que Hollywood necesita gente de fuera para seguir nutriéndose y creando historias originales y de que el talento es internacional. Además la taquilla de fuera de EEUU es cada vez más importante para la explotación económica de una película, y el incluir elementos de otras industrias es hacer un guiño a otras audiencias para que pasen por la taquilla.
Lo que es cierto es todos estos directores extranjeros han realizado filmes dentro de los cánones americanos. Sin renunciar a su estilo y a su impronta, pero con una visión más amplia. La vida de Pi y Gravity eran dos superproducciones hollywoodienses, Birdman tiene un reparto con medio star system, El discurso del rey era una feel good movie en toda regla y The artist era el regreso a la época dorada del cine clásico. De hecho el mexicano Arturo Ripstein siempre ha manifestado que no considera el cine de Cuarón e Iñárritu como mexicano, sino como estadounidense y les califica como «gringos».
Otros directores foráneos con propuestas en otros idiomas y más arriesgadas como Michael Haneke, Pedro Almodóvar o Fernando Meirelles llegaron a ser candidatos, pero acabaron cediendo ante propuestas más comerciales.
Una industria de emigrantes
En 1928 se dan los primeros Oscar, y durante años sólo los ganan directores norteamericanos, de hecho hasta 1957 no consigue el premio un realizador que no sea estadounidense. Se trata del británico David Lean con El puente sobre el río Kwai. Es el pistoletazo de salida a la entrada de toda la industria del Reino Unido.
Los ingleses dominan los Oscar en los sesenta. Tony Richardson lo consiguen en el 63 con Tom Jones; Carol Reed en el 68 por Oliver y John Schlesinger un año más tarde por Cowboy de medianoche. Hollywood abría sus puertas y los Oscar empezaron a volverse más plurales. Eso sí con directores anglosajones y que, en su mayoría, se movilizaban a Hollywood.
Antes del triunfo de Lean hay otros muchos directores que siempre se les ha considerado estadounidenses, pero que nacieron en otras partes del mundo. William Wyler, Elia Kazan, Fred Zinneman o el mismísimo Billy Wilder (nacido en la actual Polonia) consiguen el Oscar ya como norteamericanos e instalados en plena industria, lejos de sus orígenes.
El primer director en ganar un Oscar sin ser yanqui ni británico es Milos Forman, por Alguien voló sobre el nido del cuco, en 1975. Repetiría triunfo en 1984 por Amadeus. Forman, de nacionalidad checa, acabó pidiendo también la ciudadanía americana.
77 años para que un director cuyo idioma de origen no fuera el inglés se hiciera con el Premio de la Academia. El siguiente sería Bernardo Bertolucci en 1987 por El último emperador. Versos sueltos, excepciones en una industria muy americana, que sin embargo ha dado un giro en los últimos cinco años que ha hecho que lo raro sea que un americano gane el Oscar al Mejor director.
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El cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu con sus Oscar por Birdman. (Foto: EFE)
C iudad Juárez, Chihuahua. 24 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- Alejandro González Iñárritu se hizo el domingo con el Oscar al Mejor director por Birdman. Era el segundo mexicano en conseguirlo, además de forma consecutiva, tras la victoria el año pasado de su amigo Alfonso Cuarón por Gravity. Que un extranjero ganara el Premio de la Academia de Hollywood ha sido algo raro en la historia de los galardones, pero esa norma ha cambiado, en los últimos cinco años todos los que han conseguido el premio al Mejor director no tienen nacionalidad americana. Y sólo uno de ellos es de un país anglosajón, escribe Javier Zurro para El Confidencial de España.
Tom Hooper (Inglés), Michel Hazanavicius (Francés), Ang Lee (Taiwán) y Cuarón e Iñárritu han roto todas las estadísticas y han aportado en estos años más nombres foráneos a la lista de premiados que en décadas de historia de los Oscar. Desde 2010 el Oscar al Mejor director es cosa de cineastas internacionales, que han visto como la Academia les reconocía por encima de pesos pesados americanos. Hooper ganó con El discurso del rey a cuatro realizadores estadounidenses, y nada de cuatro mindundis. David Fincher, Darren Aronofsky, los hermanos Coen y David O.Russell mordieron el polvo ante el británico, que ya trabaja para Hollywood y se encargó después de la adaptación del musical de Los Miserables.
En 2011 Hazanavicius ganó por The artist, un homenaje al Hollywood clásico que dejó atrás a nombres míticos del cine reciente como Woody Allen, Alexander Payne, Terrence Malick y Martin Scorsese. Un año después fue Ang Lee, ya ganador del Oscar por Brokeback Mountain el que recibía su segunda estatuilla por La vida de Pi, una superproducción en 3D que dio la sorpresa al ganar al mismísimo Steven Spielberg y su hiperyanqui Lincoln. Un taiwanés venciendo al rey Midas de Hollywood contando la historia del padre de la democracia estadounidense. Historia del cine reciente.
Los dos años que faltan han traído el triunfo de los directores mexicanos. Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu, que con Gravity y Birdman han conseguido ser los primeros realizadores de su país en llevarse el premio.
Este lustro es la prueba de que Hollywood necesita gente de fuera para seguir nutriéndose y creando historias originales y de que el talento es internacional. Además la taquilla de fuera de EEUU es cada vez más importante para la explotación económica de una película, y el incluir elementos de otras industrias es hacer un guiño a otras audiencias para que pasen por la taquilla.
Lo que es cierto es todos estos directores extranjeros han realizado filmes dentro de los cánones americanos. Sin renunciar a su estilo y a su impronta, pero con una visión más amplia. La vida de Pi y Gravity eran dos superproducciones hollywoodienses, Birdman tiene un reparto con medio star system, El discurso del rey era una feel good movie en toda regla y The artist era el regreso a la época dorada del cine clásico. De hecho el mexicano Arturo Ripstein siempre ha manifestado que no considera el cine de Cuarón e Iñárritu como mexicano, sino como estadounidense y les califica como «gringos».
Otros directores foráneos con propuestas en otros idiomas y más arriesgadas como Michael Haneke, Pedro Almodóvar o Fernando Meirelles llegaron a ser candidatos, pero acabaron cediendo ante propuestas más comerciales.
Una industria de emigrantes
En 1928 se dan los primeros Oscar, y durante años sólo los ganan directores norteamericanos, de hecho hasta 1957 no consigue el premio un realizador que no sea estadounidense. Se trata del británico David Lean con El puente sobre el río Kwai. Es el pistoletazo de salida a la entrada de toda la industria del Reino Unido.
Los ingleses dominan los Oscar en los sesenta. Tony Richardson lo consiguen en el 63 con Tom Jones; Carol Reed en el 68 por Oliver y John Schlesinger un año más tarde por Cowboy de medianoche. Hollywood abría sus puertas y los Oscar empezaron a volverse más plurales. Eso sí con directores anglosajones y que, en su mayoría, se movilizaban a Hollywood.
Antes del triunfo de Lean hay otros muchos directores que siempre se les ha considerado estadounidenses, pero que nacieron en otras partes del mundo. William Wyler, Elia Kazan, Fred Zinneman o el mismísimo Billy Wilder (nacido en la actual Polonia) consiguen el Oscar ya como norteamericanos e instalados en plena industria, lejos de sus orígenes.
El primer director en ganar un Oscar sin ser yanqui ni británico es Milos Forman, por Alguien voló sobre el nido del cuco, en 1975. Repetiría triunfo en 1984 por Amadeus. Forman, de nacionalidad checa, acabó pidiendo también la ciudadanía americana.
77 años para que un director cuyo idioma de origen no fuera el inglés se hiciera con el Premio de la Academia. El siguiente sería Bernardo Bertolucci en 1987 por El último emperador. Versos sueltos, excepciones en una industria muy americana, que sin embargo ha dado un giro en los últimos cinco años que ha hecho que lo raro sea que un americano gane el Oscar al Mejor director.
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Fotografía / México: PhotoEspaña, el ojo latino
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La edición 2015 del festival fotográfico, que se llevará a cabo en Madrid del 3 de junio al 30 de agosto, será dedicado de forma monográfica a las imágenes producidas por artistas de la lente de América Latina. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 27 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- Si por años Europa ignoró lo que la imagen latinoamericana representó para la historia de la fotografía mundial, hoy resulta indispensable voltear a ella. La relación se ha vuelto cada vez más estrecha. Este año, PhotoEspaña, uno de los más importantes encuentros dedicados a la imagen, volcará completamente su mirada a Latinoamérica con la intención de conocer desde la perspectiva regional, qué alimenta su condición. Reporta desde la ciudad de México para Excélsior Luis Carlos Sánchez.
«Queremos contar la fotografía latinoamericana no sólo a través de autores latinoamericanos, sino también a través de miradas a Latinoamérica desde Latinoamérica», afirma María García Yelo, directora del festival que se llevará a cabo en Madrid, España, del 3 de junio al 30 de agosto. Los preparativos han comenzado con varios meses de anticipación; la idea es ofrecer un panorama que incluya a toda la región.
El propósito parece ciclónico y plantea un reto mayor, evitar que la balanza se incline hacia México y Brasil, las dos grandes fuerzas de la fotografía en la región. «No queremos contar las cosas exclusivamente desde España, por ello gran parte de los artistas y de los comisarios con los que trabajamos son procedentes del continente Latinoamericano; por ejemplo, para las exposiciones en torno a la fotografía mexicana que vamos a tener, salvo un caso, todos los comisarios son mexicanos o vinculados con México».
El viraje de la mirada hacia Latinoamérica se planteó desde 2013 cuando concluyó el ciclo curatorial de Gerardo Mosquera; hasta ese momento PhotoEspaña invitaba a curadores externos que imprimían su sello durante tres ediciones consecutivas. A partir de la edición XVII se decidió hacer un paréntesis y la feria se planteó ahora con una vocación geográfica, cuyo programa ya no sería definido por una sola persona sino que desde dentro se plantearían algunos proyectos y otros serían encargados a diferentes comisarios externos.
En 2014 el encuentro fue dedicado a España, este año corresponde a Latinoamérica y en 2016 se buscará abarcar toda Europa. El repaso hacia la región latinoamericana casi fue lógico, de acuerdo con García Yelo, en los últimos años la reciprocidad con esta parte del mundo se ha vuelto cada vez más estrecha: «decidimos dedicarlo a la fotografía latinoamericana porque la relación, la mirada, está más volcada hacia el continente latinoamericano que hacia Europa, con los años se ha ido estableciendo una serie de relaciones muy estrechas».
Si bien entre las exposiciones que se han planteado se encuentran nombres consagrados como los de Tina Modotti, Lola y Manuel Álvarez Bravo, Manuel Carrillo o Alberto Korda, el encuentro promete mostrar una perspectiva más amplia de la imagen en la región, contada desde aquí. «Queremos que desde allí nos cuenten cómo se ve la fotografía latinoamericana en estos momentos; es muy importante que en ningún caso el tratamiento sea enciclopédico, es imposible llegar a poner una chincheta en todos los países con toda intensidad, no es lo mismo el desarrollo del medio en México que es totalmente avasallador respecto a otros lugares, al desarrollo de la fotografía en Honduras, en Panamá o en Uruguay», dice.
Los atisbos hacia Latinoamérica generalmente, señala, se habían centrado casi siempre «en primeras espadas en un momento dado o en autores emergentes sin prestar atención a lo que sucede de manera local».
La idea es alcanzar una visión más minuciosa a través de colectivas como la titulada Latin Fire, que incluirá una selección a partir de la colección de Ana Gamazo con más de 60 fotógrafos, incluyendo a los mexicanos Yolanda Andrade, Antonio Caballero, Armando Cristeto, Héctor García, Maya Goded, Lourdes Grobet, Graciela Iturbide, Agustín Martínez Castro, Enrique Metinides, Pedro Meyer, Rodrigo Moya, Pablo Ortiz Monasterio, Adolfo Patiño, Carlos Somonte, José Luis Venegas, Yvonne Venegas, o Manuel Zavala Alonso.
Otros proyectos como Locus. Espacios y sus demonios, una propuesta de Gerardo Mosquera con fotografías de la colección Daros, incluye a autores como Marta María Pérez Bravo o Teresa Serrano; Develar y detonar. Trazo de un eje en la fotografía actual de México, es organizada conjuntamente por Hydra y el Centro de la Imagen bajo la curaduría de Ana Casas Broda, Gabriela González Reyes y Gerardo Montiel Klint.
El programa incluye también lecturas particulares a través de exposiciones como Kinderwunsch de Ana Casas, un proyecto desarrollado a lo largo de siete años en los que la autora aborda la maternidad o la muestra de Mariela Sancari, quien resultó ganadora del premio Descubrimientos del 2014.
«Estamos intentando que haya presencia de todos los países a través tanto de exposiciones individuales como colectivas; lo que intentamos es que el barrido sea lo más equilibrado posible, en ese sentido nos ha costado mucho trabajo que el festival no se convierta en un festival mexicano brasileño, que son los países con más irradiación, pero no sólo en la actualidad sino históricamente», explica la directora.
La solución se ha tratado de encontrar planteando un perfil cronológico, en el que se resalten presencias locales determinadas, «queremos mostrar la fotografía temprana y lo que sucede ahora, estamos trabajando por ejemplo en un proyecto con el Instituto de Patrimonio de Ecuador sobre el descubrimiento de la Amazonia, vista a través de la fotografía de finales del XIX y del mismo modo, llegamos hasta el día de hoy con proyectos como Develar y detonar que hace un repaso de la fotografía reciente mexicana».
La presencia mexicana incluye además muestras como la dedicada a Tina Modotti, que saldrá de la Fundación Loewe y que ha sido curada por María Millán; las dedicadas a Lola Álvarez Bravo y a Manuel Carrillo y contemporáneos, organizada a partir de la colección de Bank of America Merryll Lynch y cuyas imágenes del fotógrafo conocido como The Master Mexicano, serán exhibidas junto a las de coetáneos como Paul Strand o Eduard Weston.
Exposiciones
Dentro del programa destacan:
Locus: Espacios y sus demonios, curada por Gerardo Mosquera
Latin Fire. Fotografía Latinoamericana de los 60, 70 y 80, curada por Maria Wills y Alexis Fabry.
Develar y detonar: Trazo de un eje en la fotografía actual de México, curada por Ana Casas Broda, Gabriela González Reyes y Gerardo Montiel Klint.
Tina Modotti, proveniente de la Fundación Loewe y comisariada por María Millán.
Manuel Carrillo y contemporáneos, de la Colección Bank of America Merryll Lynch que se expondrán junto a imágenes de Paul Strand o Eduard Weston.
Kinderwunsch, de Ana Casas, proyecto que aborda la maternidad como una experiencia llena de contradicciones.
Mariela Sancari, ganadora del premio Descubrimientos de 2014.
Latin Fire, de la colección de Ana Gamazo, incluye el trabajo de más de 60 fotógrafos.
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La edición 2015 del festival fotográfico, que se llevará a cabo en Madrid del 3 de junio al 30 de agosto, será dedicado de forma monográfica a las imágenes producidas por artistas de la lente de América Latina. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 27 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- Si por años Europa ignoró lo que la imagen latinoamericana representó para la historia de la fotografía mundial, hoy resulta indispensable voltear a ella. La relación se ha vuelto cada vez más estrecha. Este año, PhotoEspaña, uno de los más importantes encuentros dedicados a la imagen, volcará completamente su mirada a Latinoamérica con la intención de conocer desde la perspectiva regional, qué alimenta su condición. Reporta desde la ciudad de México para Excélsior Luis Carlos Sánchez.
«Queremos contar la fotografía latinoamericana no sólo a través de autores latinoamericanos, sino también a través de miradas a Latinoamérica desde Latinoamérica», afirma María García Yelo, directora del festival que se llevará a cabo en Madrid, España, del 3 de junio al 30 de agosto. Los preparativos han comenzado con varios meses de anticipación; la idea es ofrecer un panorama que incluya a toda la región.
El propósito parece ciclónico y plantea un reto mayor, evitar que la balanza se incline hacia México y Brasil, las dos grandes fuerzas de la fotografía en la región. «No queremos contar las cosas exclusivamente desde España, por ello gran parte de los artistas y de los comisarios con los que trabajamos son procedentes del continente Latinoamericano; por ejemplo, para las exposiciones en torno a la fotografía mexicana que vamos a tener, salvo un caso, todos los comisarios son mexicanos o vinculados con México».
El viraje de la mirada hacia Latinoamérica se planteó desde 2013 cuando concluyó el ciclo curatorial de Gerardo Mosquera; hasta ese momento PhotoEspaña invitaba a curadores externos que imprimían su sello durante tres ediciones consecutivas. A partir de la edición XVII se decidió hacer un paréntesis y la feria se planteó ahora con una vocación geográfica, cuyo programa ya no sería definido por una sola persona sino que desde dentro se plantearían algunos proyectos y otros serían encargados a diferentes comisarios externos.
En 2014 el encuentro fue dedicado a España, este año corresponde a Latinoamérica y en 2016 se buscará abarcar toda Europa. El repaso hacia la región latinoamericana casi fue lógico, de acuerdo con García Yelo, en los últimos años la reciprocidad con esta parte del mundo se ha vuelto cada vez más estrecha: «decidimos dedicarlo a la fotografía latinoamericana porque la relación, la mirada, está más volcada hacia el continente latinoamericano que hacia Europa, con los años se ha ido estableciendo una serie de relaciones muy estrechas».
Si bien entre las exposiciones que se han planteado se encuentran nombres consagrados como los de Tina Modotti, Lola y Manuel Álvarez Bravo, Manuel Carrillo o Alberto Korda, el encuentro promete mostrar una perspectiva más amplia de la imagen en la región, contada desde aquí. «Queremos que desde allí nos cuenten cómo se ve la fotografía latinoamericana en estos momentos; es muy importante que en ningún caso el tratamiento sea enciclopédico, es imposible llegar a poner una chincheta en todos los países con toda intensidad, no es lo mismo el desarrollo del medio en México que es totalmente avasallador respecto a otros lugares, al desarrollo de la fotografía en Honduras, en Panamá o en Uruguay», dice.
Los atisbos hacia Latinoamérica generalmente, señala, se habían centrado casi siempre «en primeras espadas en un momento dado o en autores emergentes sin prestar atención a lo que sucede de manera local».
La idea es alcanzar una visión más minuciosa a través de colectivas como la titulada Latin Fire, que incluirá una selección a partir de la colección de Ana Gamazo con más de 60 fotógrafos, incluyendo a los mexicanos Yolanda Andrade, Antonio Caballero, Armando Cristeto, Héctor García, Maya Goded, Lourdes Grobet, Graciela Iturbide, Agustín Martínez Castro, Enrique Metinides, Pedro Meyer, Rodrigo Moya, Pablo Ortiz Monasterio, Adolfo Patiño, Carlos Somonte, José Luis Venegas, Yvonne Venegas, o Manuel Zavala Alonso.
Otros proyectos como Locus. Espacios y sus demonios, una propuesta de Gerardo Mosquera con fotografías de la colección Daros, incluye a autores como Marta María Pérez Bravo o Teresa Serrano; Develar y detonar. Trazo de un eje en la fotografía actual de México, es organizada conjuntamente por Hydra y el Centro de la Imagen bajo la curaduría de Ana Casas Broda, Gabriela González Reyes y Gerardo Montiel Klint.
El programa incluye también lecturas particulares a través de exposiciones como Kinderwunsch de Ana Casas, un proyecto desarrollado a lo largo de siete años en los que la autora aborda la maternidad o la muestra de Mariela Sancari, quien resultó ganadora del premio Descubrimientos del 2014.
«Estamos intentando que haya presencia de todos los países a través tanto de exposiciones individuales como colectivas; lo que intentamos es que el barrido sea lo más equilibrado posible, en ese sentido nos ha costado mucho trabajo que el festival no se convierta en un festival mexicano brasileño, que son los países con más irradiación, pero no sólo en la actualidad sino históricamente», explica la directora.
La solución se ha tratado de encontrar planteando un perfil cronológico, en el que se resalten presencias locales determinadas, «queremos mostrar la fotografía temprana y lo que sucede ahora, estamos trabajando por ejemplo en un proyecto con el Instituto de Patrimonio de Ecuador sobre el descubrimiento de la Amazonia, vista a través de la fotografía de finales del XIX y del mismo modo, llegamos hasta el día de hoy con proyectos como Develar y detonar que hace un repaso de la fotografía reciente mexicana».
La presencia mexicana incluye además muestras como la dedicada a Tina Modotti, que saldrá de la Fundación Loewe y que ha sido curada por María Millán; las dedicadas a Lola Álvarez Bravo y a Manuel Carrillo y contemporáneos, organizada a partir de la colección de Bank of America Merryll Lynch y cuyas imágenes del fotógrafo conocido como The Master Mexicano, serán exhibidas junto a las de coetáneos como Paul Strand o Eduard Weston.
Exposiciones
Dentro del programa destacan:
Locus: Espacios y sus demonios, curada por Gerardo Mosquera
Latin Fire. Fotografía Latinoamericana de los 60, 70 y 80, curada por Maria Wills y Alexis Fabry.
Develar y detonar: Trazo de un eje en la fotografía actual de México, curada por Ana Casas Broda, Gabriela González Reyes y Gerardo Montiel Klint.
Tina Modotti, proveniente de la Fundación Loewe y comisariada por María Millán.
Manuel Carrillo y contemporáneos, de la Colección Bank of America Merryll Lynch que se expondrán junto a imágenes de Paul Strand o Eduard Weston.
Kinderwunsch, de Ana Casas, proyecto que aborda la maternidad como una experiencia llena de contradicciones.
Mariela Sancari, ganadora del premio Descubrimientos de 2014.
Latin Fire, de la colección de Ana Gamazo, incluye el trabajo de más de 60 fotógrafos.
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Fotografía / España: Roger Ballen presenta su último trabajo, «Asylum of Birds»
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El fotógrafo neoyorquino. (Foto: Marguerite Rossouw)
C iudad Juárez, Chihuahua. 25 de febrero de 2014. (RanchoNEWS).-No diferencia la noche del día, la oscuridad de la claridad, porque todo forma parte de la vida. Sin claridad no hay tierra, pero sin oscuridad tampoco. Es un compendio que completa el todo y el universo, y, aunque la noche a veces dé miedo y abra paso a los temores de los seres que habitan el mundo, no hay una cosa sin la otra. Eso es lo que opina Roger Ballen (Nueva York, 1950), el fotógrafo tenebroso que hace presionar el botón de su cámara para mostrar la psicología del ser humano. «La oscuridad no es el mal, no es depresiva, no es mejor ni peor que el día, es, simplemente, otra parte de la vida y de la existencia», apunta Ballen, que presenta su último trabajo, Asylum of Birds, en La Fábrica hasta el próximo 29 de marzo. Escribe Saioa Camarzana para El Cultural.
La muestra reúne 16 de sus nuevas fotografías tomadas en una casa en los suburbios de Johannesburgo. Esta vez el fotógrafo ha querido mantener la localización en secreto para prevenir que una oleada de seguidores se acerque hasta el lugar. «Con el proyecto anterior, Boarding House, saqué algunas fotos y no imaginé que la gente fuera a ir hasta allí, a mí me robaron la cámara y fue un gran problema porque paso mucho tiempo con la gente, les respeto y me respetan. Se trata de un sitio muy violento e inestable, no es un lugar donde la gente corriente debiera ir. Lo último que quiero es que la gente vaya a los sitios en los que he trabajado... », confiesa con cierto atisbo de temor.
Claro que no puede dejar de desarrollar su estilo propio por ello así que guardar el secreto se vuelve una manera de mantener seguros a sus seguidores así como de darle un nuevo carácter misterioso a sus fotografías. Asylum of Birds «es un proyecto que empezó hace 7 u 8 años con fotografías de pájaros interactuando con gente, con otros animales, con esculturas...», explica Ballen. Pero, sobre todo, profundiza en «la mente de Roger Ballen, si alguien quisiera hacerlo sería otro lugar, otra fotografía», apunta. Y es que, añade, las cosas se transforman y la imagen se convierte en el lugar.
Pero no se trata de un reflejo de la sociedad, cultura o política de Suráfrica sino de un lugar de su propia mente que se puede entender como «comentarios psicológicos sobre la condición humana». Se puede ignorar lo que ocurre en Johannesburgo y «entender las imágenes», afirma. Porque es eso, comenta, lo que hace que una imagen sea buena. «Hoy en día falta algo en las fotografías, se hace lo mismo una y otra vez y es muy difícil cruzar ese río, hacer algo que la gente no haya visto e impresionarles. Una buena fotografía tiene que afectar en la mente a un nivel más profundo», sentencia sosegado.
De hecho se puede observar la transformación que ha vivido su manera de ver el mundo mediante sus instantáneas. En los últimos años se pueden comparar con pinturas, esculturas y se ha unido a las instalaciones así como a la reproducción de vídeos. «Es necesario entender la fotografía y sus reglas, trabajo en otros campos pero siguen siendo fotografías, hay que llegar hasta el fondo de la disciplina». Por eso su estilo es tan característico y fácilmente reconocible. Combina lo vivo con lo muerto, lo real con lo imaginario, animales con seres humanos y la limpieza con la suciedad creando una atmósfera psicológica e irreal a ratos perturbadora que deja al espectador intrigado con lo que está ocurriendo.
Además, el uso del blanco y negro ayuda y complementa el mensaje que se transmite. De hecho, nunca ha utilizado el color en sus fotografías porque su manera de trabajar es más «minimalista, concentrada, reducida, específica», anota. «No trato de definir la realidad y siento que el color es llano, que reproduce la realidad tal y como lo ve el ojo». No obstante, sabe que la oscuridad produce inquietud. «Las cosas no se pueden controlar, me pueden matar, puede ocurrir algo... y siempre pensamos ojalá fuera más feliz, ojalá pudiera cambiar las cosas, ojalá esto o aquello... La gente se refiere a ello como esa parte a la que temen pero eso no es la oscuridad sino parte de la vida». Así pues, sus fotografías se configuran como la parte depresiva de nosotros mismos.
«Con la fotografía me defino a mí mismo»
En los últimos diez años la presencia de los animales en su trabajo ha aumentado y se ha convertido en seña de Ballen. «En los años 80 y 90 la presencia humana dominaba mi trabajo pero desde el 2002-2003 los animales han ido ganando terreno», asegura. No ha sido «premeditado», recalca, sino un evolución que ha llegado de manera natural y así, poco a poco, se ha transformado en una manera de expresarse a sí mismo. «Me defino y he aprendido cosas sobre lo que estaba haciendo a medida que me conocía a mí mismo».
Y claro que Ballen no se para, no se detiene y sigue avanzando al ritmo que lo hace la sociedad porque «es como debería de ser», aplaude. «Nos movemos en todas las direcciones, estoy cambiando, el mundo está cambiando y sigo definiendo mi identidad, no tiene sentido hacer lo mismo siempre, hay que perfeccionar», explica el fotógrafo que se ha dedicado a esta disciplina durante 50 años a modo de hobby. «Soy geólogo profesional, he fotografiado a modo de hobby. Para el año 2001-2002 empezaron a ser conocidas mis imágenes y hacia 2008-2009 empecé a dedicar casi todo mi tiempo haciendo esto pero nunca decidí dedicarme a ello de manera profesional. De hecho no hago fotos comerciales ni nadie me contrata para sacar fotografías».
«La fotografía es un reflejo de la sociedad»
Todos los días se sacan millones de fotografías en el mundo pero «el problema es diferencia las buenas de las malas porque hay demasiadas y transmitir algo nuevo resulta muy difícil».
¿Qué futuro augura a la fotografía entonces?
No creo que haya manera de predecir el futuro, la gente continúa sacando fotos, se producen ahora más que nunca y las usan para crear su propia personalidad. No sé, es como intentar definir que una gota de lluvia es mejor que otra. Es muy complicado. La fotografía es un reflejo de la sociedad, cuando era joven se solía viajar a la guerra, se iba a manifestaciones, la gente se implicaba en los asuntos políticos y sociales. Eso es muy diferente a lo que pasa ahora, gente fotografiando su taza de té y subiéndola a Facebook. Es una realidad diferente, se trata de cómo vemos y transformamos el mundo.
El mundo no para y vivimos muy deprisa
La humanidad ha cambiado radicalmente en los últimos años, está claro, y eso es algo muy importante. Supongo que soy afortunado y, quizá, la próxima generación piense lo mismo. Para entonces habré podido vivir las dos partes y podré tener experiencia para hablar de ello.
¿Qué recomendaría a los jóvenes que se quieren hacer un hueco de manera profesional en esta disciplina?
Dos cosas. Primero que se busquen otra profesión [ríe], que huyan de ello. Y segundo, que hay que ser muy apasionado, tener mucha paciencia porque lo que es importante para ti requiere mucho tiempo.
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El fotógrafo neoyorquino. (Foto: Marguerite Rossouw)
C iudad Juárez, Chihuahua. 25 de febrero de 2014. (RanchoNEWS).-No diferencia la noche del día, la oscuridad de la claridad, porque todo forma parte de la vida. Sin claridad no hay tierra, pero sin oscuridad tampoco. Es un compendio que completa el todo y el universo, y, aunque la noche a veces dé miedo y abra paso a los temores de los seres que habitan el mundo, no hay una cosa sin la otra. Eso es lo que opina Roger Ballen (Nueva York, 1950), el fotógrafo tenebroso que hace presionar el botón de su cámara para mostrar la psicología del ser humano. «La oscuridad no es el mal, no es depresiva, no es mejor ni peor que el día, es, simplemente, otra parte de la vida y de la existencia», apunta Ballen, que presenta su último trabajo, Asylum of Birds, en La Fábrica hasta el próximo 29 de marzo. Escribe Saioa Camarzana para El Cultural.
La muestra reúne 16 de sus nuevas fotografías tomadas en una casa en los suburbios de Johannesburgo. Esta vez el fotógrafo ha querido mantener la localización en secreto para prevenir que una oleada de seguidores se acerque hasta el lugar. «Con el proyecto anterior, Boarding House, saqué algunas fotos y no imaginé que la gente fuera a ir hasta allí, a mí me robaron la cámara y fue un gran problema porque paso mucho tiempo con la gente, les respeto y me respetan. Se trata de un sitio muy violento e inestable, no es un lugar donde la gente corriente debiera ir. Lo último que quiero es que la gente vaya a los sitios en los que he trabajado... », confiesa con cierto atisbo de temor.
Claro que no puede dejar de desarrollar su estilo propio por ello así que guardar el secreto se vuelve una manera de mantener seguros a sus seguidores así como de darle un nuevo carácter misterioso a sus fotografías. Asylum of Birds «es un proyecto que empezó hace 7 u 8 años con fotografías de pájaros interactuando con gente, con otros animales, con esculturas...», explica Ballen. Pero, sobre todo, profundiza en «la mente de Roger Ballen, si alguien quisiera hacerlo sería otro lugar, otra fotografía», apunta. Y es que, añade, las cosas se transforman y la imagen se convierte en el lugar.
Pero no se trata de un reflejo de la sociedad, cultura o política de Suráfrica sino de un lugar de su propia mente que se puede entender como «comentarios psicológicos sobre la condición humana». Se puede ignorar lo que ocurre en Johannesburgo y «entender las imágenes», afirma. Porque es eso, comenta, lo que hace que una imagen sea buena. «Hoy en día falta algo en las fotografías, se hace lo mismo una y otra vez y es muy difícil cruzar ese río, hacer algo que la gente no haya visto e impresionarles. Una buena fotografía tiene que afectar en la mente a un nivel más profundo», sentencia sosegado.
De hecho se puede observar la transformación que ha vivido su manera de ver el mundo mediante sus instantáneas. En los últimos años se pueden comparar con pinturas, esculturas y se ha unido a las instalaciones así como a la reproducción de vídeos. «Es necesario entender la fotografía y sus reglas, trabajo en otros campos pero siguen siendo fotografías, hay que llegar hasta el fondo de la disciplina». Por eso su estilo es tan característico y fácilmente reconocible. Combina lo vivo con lo muerto, lo real con lo imaginario, animales con seres humanos y la limpieza con la suciedad creando una atmósfera psicológica e irreal a ratos perturbadora que deja al espectador intrigado con lo que está ocurriendo.
Además, el uso del blanco y negro ayuda y complementa el mensaje que se transmite. De hecho, nunca ha utilizado el color en sus fotografías porque su manera de trabajar es más «minimalista, concentrada, reducida, específica», anota. «No trato de definir la realidad y siento que el color es llano, que reproduce la realidad tal y como lo ve el ojo». No obstante, sabe que la oscuridad produce inquietud. «Las cosas no se pueden controlar, me pueden matar, puede ocurrir algo... y siempre pensamos ojalá fuera más feliz, ojalá pudiera cambiar las cosas, ojalá esto o aquello... La gente se refiere a ello como esa parte a la que temen pero eso no es la oscuridad sino parte de la vida». Así pues, sus fotografías se configuran como la parte depresiva de nosotros mismos.
«Con la fotografía me defino a mí mismo»
En los últimos diez años la presencia de los animales en su trabajo ha aumentado y se ha convertido en seña de Ballen. «En los años 80 y 90 la presencia humana dominaba mi trabajo pero desde el 2002-2003 los animales han ido ganando terreno», asegura. No ha sido «premeditado», recalca, sino un evolución que ha llegado de manera natural y así, poco a poco, se ha transformado en una manera de expresarse a sí mismo. «Me defino y he aprendido cosas sobre lo que estaba haciendo a medida que me conocía a mí mismo».
Y claro que Ballen no se para, no se detiene y sigue avanzando al ritmo que lo hace la sociedad porque «es como debería de ser», aplaude. «Nos movemos en todas las direcciones, estoy cambiando, el mundo está cambiando y sigo definiendo mi identidad, no tiene sentido hacer lo mismo siempre, hay que perfeccionar», explica el fotógrafo que se ha dedicado a esta disciplina durante 50 años a modo de hobby. «Soy geólogo profesional, he fotografiado a modo de hobby. Para el año 2001-2002 empezaron a ser conocidas mis imágenes y hacia 2008-2009 empecé a dedicar casi todo mi tiempo haciendo esto pero nunca decidí dedicarme a ello de manera profesional. De hecho no hago fotos comerciales ni nadie me contrata para sacar fotografías».
«La fotografía es un reflejo de la sociedad»
Todos los días se sacan millones de fotografías en el mundo pero «el problema es diferencia las buenas de las malas porque hay demasiadas y transmitir algo nuevo resulta muy difícil».
¿Qué futuro augura a la fotografía entonces?
No creo que haya manera de predecir el futuro, la gente continúa sacando fotos, se producen ahora más que nunca y las usan para crear su propia personalidad. No sé, es como intentar definir que una gota de lluvia es mejor que otra. Es muy complicado. La fotografía es un reflejo de la sociedad, cuando era joven se solía viajar a la guerra, se iba a manifestaciones, la gente se implicaba en los asuntos políticos y sociales. Eso es muy diferente a lo que pasa ahora, gente fotografiando su taza de té y subiéndola a Facebook. Es una realidad diferente, se trata de cómo vemos y transformamos el mundo.
El mundo no para y vivimos muy deprisa
La humanidad ha cambiado radicalmente en los últimos años, está claro, y eso es algo muy importante. Supongo que soy afortunado y, quizá, la próxima generación piense lo mismo. Para entonces habré podido vivir las dos partes y podré tener experiencia para hablar de ello.
¿Qué recomendaría a los jóvenes que se quieren hacer un hueco de manera profesional en esta disciplina?
Dos cosas. Primero que se busquen otra profesión [ríe], que huyan de ello. Y segundo, que hay que ser muy apasionado, tener mucha paciencia porque lo que es importante para ti requiere mucho tiempo.
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jueves, febrero 26, 2015
Arqueología / Egipto: Combatientes del Estado Islámico destruyen antigüedades de la cultura asiria en Irak
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Captura de pantalla de un hombre derribando una estatua en un museo de Mosul. (Foto: EFE)
C iudad Juárez, Chihuahua. 26 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- Milicianos de Estado Islámico en el norte de Irak destruyeron una invaluable colección de estatuas y esculturas de miles de años de antigüedad pertenecientes a la cultura asiria, según un video divulgado por internet en nombre del grupo radical, informan Isabel Coles y Saif Eldin Hamdan para Reuters desde Arbil/Bagdad.
El video muestra las estatuas, algunas identificadas como antigüedades del siglo VII a.C. de la época asiria, derribadas y destruidas a golpe de martillo. Un hombre que aparece en las imágenes dice que fueron destruidas porque fomentan la idolatría.
«El Profeta nos ordenó deshacernos de las estatuas y las reliquias y sus compañeros hicieron lo mismo cuando conquistaron países en su nombre», dijo el hombre, que no es identificado.
Los artículos destrozados parecían pertenecer a un museo de antigüedades de la norteña ciudad de Mosul, capturada por el Estado Islámico en junio, dijo a Reuters un ex empleado de la institución.
Los militantes empujaban las estatuas de sus bases, que se quebraban al impacto con el suelo, mientras que uno de los hombres usaba un taladro eléctrico para destruir una enorme figura de un toro alado.
El video mostró una vasta habitación llena de estatuas desmembradas, mientras de fondo se escuchaban melodías islamistas.
Lamia al-Gailani, un arqueóloga iraquí y miembro adjunto del Instituto de Arqueología de Londres, dijo que los extremistas habían infligido un daño incalculable.
«No solamente es patrimonio de Irak sino de todo el mundo. Es patrimonio de la humanidad», declaró a Reuters.
«Son (piezas) invaluables, únicas. Es increíble. Ya no quiero ser más una iraquí», afirmó, al comparar el daño con la destrucción con dinamita de los Budas Bamiyan perpetrada por los talibanes afganos en el 2001.
Además de las estatuas asirias de toros alados de Niniveh y Nimrud, Galiani dijo que combatientes de línea dura del Estado Islámico aparentemente destruyeron figuras de Hatra, una ciudad situada en el norte de Irak con un patrimonio cultural de unos 2.000 años de antigüedad.
El Estado Islámico adoctrina sobre una versión fundamentalista del islamismo suní, y considera que otros musulmanes son herejes. Los rebeldes han destruido sitios religiosos sufíes y chiíes y atacaron iglesias en algunas partes de Siria e Irak que están bajo su control.
«Musulmanes, estas reliquias que ven atrás de mí son ídolos con los que se adoró a otro que no era Alá en siglos pasados», dijo el hombre no identificado del Estado Islámico en el video.
«Los que se conocían como asirios, acadios u otros solían adorar a dioses de la lluvia, la tierra y la guerra en vez de a Alá y les entregaban toda clase de tributos», agregó.
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Captura de pantalla de un hombre derribando una estatua en un museo de Mosul. (Foto: EFE)
C iudad Juárez, Chihuahua. 26 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- Milicianos de Estado Islámico en el norte de Irak destruyeron una invaluable colección de estatuas y esculturas de miles de años de antigüedad pertenecientes a la cultura asiria, según un video divulgado por internet en nombre del grupo radical, informan Isabel Coles y Saif Eldin Hamdan para Reuters desde Arbil/Bagdad.
El video muestra las estatuas, algunas identificadas como antigüedades del siglo VII a.C. de la época asiria, derribadas y destruidas a golpe de martillo. Un hombre que aparece en las imágenes dice que fueron destruidas porque fomentan la idolatría.
«El Profeta nos ordenó deshacernos de las estatuas y las reliquias y sus compañeros hicieron lo mismo cuando conquistaron países en su nombre», dijo el hombre, que no es identificado.
Los artículos destrozados parecían pertenecer a un museo de antigüedades de la norteña ciudad de Mosul, capturada por el Estado Islámico en junio, dijo a Reuters un ex empleado de la institución.
Los militantes empujaban las estatuas de sus bases, que se quebraban al impacto con el suelo, mientras que uno de los hombres usaba un taladro eléctrico para destruir una enorme figura de un toro alado.
El video mostró una vasta habitación llena de estatuas desmembradas, mientras de fondo se escuchaban melodías islamistas.
Lamia al-Gailani, un arqueóloga iraquí y miembro adjunto del Instituto de Arqueología de Londres, dijo que los extremistas habían infligido un daño incalculable.
«No solamente es patrimonio de Irak sino de todo el mundo. Es patrimonio de la humanidad», declaró a Reuters.
«Son (piezas) invaluables, únicas. Es increíble. Ya no quiero ser más una iraquí», afirmó, al comparar el daño con la destrucción con dinamita de los Budas Bamiyan perpetrada por los talibanes afganos en el 2001.
Además de las estatuas asirias de toros alados de Niniveh y Nimrud, Galiani dijo que combatientes de línea dura del Estado Islámico aparentemente destruyeron figuras de Hatra, una ciudad situada en el norte de Irak con un patrimonio cultural de unos 2.000 años de antigüedad.
El Estado Islámico adoctrina sobre una versión fundamentalista del islamismo suní, y considera que otros musulmanes son herejes. Los rebeldes han destruido sitios religiosos sufíes y chiíes y atacaron iglesias en algunas partes de Siria e Irak que están bajo su control.
«Musulmanes, estas reliquias que ven atrás de mí son ídolos con los que se adoró a otro que no era Alá en siglos pasados», dijo el hombre no identificado del Estado Islámico en el video.
«Los que se conocían como asirios, acadios u otros solían adorar a dioses de la lluvia, la tierra y la guerra en vez de a Alá y les entregaban toda clase de tributos», agregó.
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miércoles, febrero 25, 2015
Textos / «Pasolini, desesperada vitalidad» por Luis Antonio de Villena
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El escritor, poeta y director de cine italiano. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 25 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).-Con motivo del cuarenta aniversario de la muerte de Pier Paolo Pasolini, el próximo 2 de noviembre. Reproducimos el texto de Luis Antonio de Villena publicado en El Mundo:
El recuerdo de Pier Paolo Pasolini (1922-1975) está ligado más que seguro a su cine último (la terrible Saló o Las Mil y una Noches) y desdichadamente a su brutal asesinato en la playa de Ostia, víctima de un chapero habitual de 17 años, Pino Pelosi, que fue el cebo puesto por manos poderosas, como varios libros y juicios dilucidaron años después. Pasolini, hombre de tremenda energía y una muy aguda y crítica inteligencia, se opuso a las injusticias (de derechas o izquierdas) y lamentó que el «pueblo» verdadero, sano y pobre -de ancha permisividad sexual- fuera sustituido por la baja burguesía, no menos pobre, pero sin los valores ancestrales de aquel y con todos los alicortos tabúes de ésta.
Además de cineasta y agudo ensayista lúcido, fogueado en el periodismo del día a día (donde descubrió, con 20 años de antelación, las sentinas pútridas de la Democracia Cristiana de Andreotti) fue también un gran novelista y un notable poeta, su labor primera y acaso más radical, en el sentido de esencial. La religión de mi tiempo (1961) fue uno de los libros básicos en la poesía de aquel hombre lleno de vitalidad y rabia porque las cosas no fueran a mejor. Pasolini escribió a menudo en tercetos renovados, una poesía intelectual y directa a la vez, que pretendía la reflexión y el himno exaltado o triste. Su primer libro notable, Las cenizas de Gramsci (1957) no sólo fue notorio por el homenaje crítico al pensador marxista, sino porque era una novedad formal y lingüística que permitía a la poesía italiana -y permite aún- salir de la cárcel de oro del hermetismo y su posterior y epigonal descendencia nutrida. Nórdica publica ahora, bilingüe, en traducción de Martín López-Vega, una antología de la labor poética de Pasolini que nunca desapareció aunque se fue adelgazando, a favor de sus otras múltiples actividades, con ese título, La religión de mi tiempo, lástima que no se avise en portada que no es el original sino un florilegio. Para Pier Paolo (hasta los poemas de los primeros 70) la «religión de su tiempo» es la lucha por la justicia de la gente herida y por salvar a la democracia de la corrupción que la desvirtúa, algo que nos suena cercano porque el pensador y sensitivo Pasolini siempre supo entrever o adivinar, más lejos.
«El profundo/e ingenuo esfuerzo de rehacer la vida...». No, no le parecía mal, sino con la pasión que arrebata, lo que da sentido a nuestro paso por el mundo. Al leer (o releer) la poesía de Pasolini uno nota siempre el discurso del intelectual que piensa y busca, pero asimismo la emotividad del hombre sensible que mira y se emociona o desespera. Aquello de «la desesperada vitalidad» lo definió certero. No es todavía un clásico moderno (aunque también) sino una escritura y un talento enormemente próximos, con muchas cercanías al presente, aunque haga casi cuarenta años de su muerte violenta. «La vida no es más que un escalofrío», pero es el que lleva a los Escritos corsarios o a Chicos de la calle (Ragazzi di vita) o a estos poemas de pensamiento, vitalismo y aguzada inteligencia.
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El escritor, poeta y director de cine italiano. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 25 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).-Con motivo del cuarenta aniversario de la muerte de Pier Paolo Pasolini, el próximo 2 de noviembre. Reproducimos el texto de Luis Antonio de Villena publicado en El Mundo:
El recuerdo de Pier Paolo Pasolini (1922-1975) está ligado más que seguro a su cine último (la terrible Saló o Las Mil y una Noches) y desdichadamente a su brutal asesinato en la playa de Ostia, víctima de un chapero habitual de 17 años, Pino Pelosi, que fue el cebo puesto por manos poderosas, como varios libros y juicios dilucidaron años después. Pasolini, hombre de tremenda energía y una muy aguda y crítica inteligencia, se opuso a las injusticias (de derechas o izquierdas) y lamentó que el «pueblo» verdadero, sano y pobre -de ancha permisividad sexual- fuera sustituido por la baja burguesía, no menos pobre, pero sin los valores ancestrales de aquel y con todos los alicortos tabúes de ésta.
Además de cineasta y agudo ensayista lúcido, fogueado en el periodismo del día a día (donde descubrió, con 20 años de antelación, las sentinas pútridas de la Democracia Cristiana de Andreotti) fue también un gran novelista y un notable poeta, su labor primera y acaso más radical, en el sentido de esencial. La religión de mi tiempo (1961) fue uno de los libros básicos en la poesía de aquel hombre lleno de vitalidad y rabia porque las cosas no fueran a mejor. Pasolini escribió a menudo en tercetos renovados, una poesía intelectual y directa a la vez, que pretendía la reflexión y el himno exaltado o triste. Su primer libro notable, Las cenizas de Gramsci (1957) no sólo fue notorio por el homenaje crítico al pensador marxista, sino porque era una novedad formal y lingüística que permitía a la poesía italiana -y permite aún- salir de la cárcel de oro del hermetismo y su posterior y epigonal descendencia nutrida. Nórdica publica ahora, bilingüe, en traducción de Martín López-Vega, una antología de la labor poética de Pasolini que nunca desapareció aunque se fue adelgazando, a favor de sus otras múltiples actividades, con ese título, La religión de mi tiempo, lástima que no se avise en portada que no es el original sino un florilegio. Para Pier Paolo (hasta los poemas de los primeros 70) la «religión de su tiempo» es la lucha por la justicia de la gente herida y por salvar a la democracia de la corrupción que la desvirtúa, algo que nos suena cercano porque el pensador y sensitivo Pasolini siempre supo entrever o adivinar, más lejos.
«El profundo/e ingenuo esfuerzo de rehacer la vida...». No, no le parecía mal, sino con la pasión que arrebata, lo que da sentido a nuestro paso por el mundo. Al leer (o releer) la poesía de Pasolini uno nota siempre el discurso del intelectual que piensa y busca, pero asimismo la emotividad del hombre sensible que mira y se emociona o desespera. Aquello de «la desesperada vitalidad» lo definió certero. No es todavía un clásico moderno (aunque también) sino una escritura y un talento enormemente próximos, con muchas cercanías al presente, aunque haga casi cuarenta años de su muerte violenta. «La vida no es más que un escalofrío», pero es el que lleva a los Escritos corsarios o a Chicos de la calle (Ragazzi di vita) o a estos poemas de pensamiento, vitalismo y aguzada inteligencia.
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Obituario / Philip Levine
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La guerra civil y el movimiento anarquista españoles marcaron de forma decisiva la obra del poeta de Detroit. (Foto: Christopher Felver)
C iudad Juárez, Chihuahua. 24 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- Philip Levine, uno de los poetas urbanos esenciales de su país, a quien su compatriota Edward Hirsch caracterizó como el Whitman irónico del corazón industrial de América, falleció en la localidad de Fresno, California, el pasado 14 de febrero a los 87 años, apenas un mes después de serle diagnosticado un cáncer de páncreas. Su lugar de trabajo, ubicado en el centro de un viejo caserón rodeado de alisos, naranjos y eucaliptos, estaba presidido por una fotografía de Robert Cappa en la que un grupo de anarquistas posan sonrientes delante de un puchero, durante la guerra civil española. En la entrada que le dedica el Diccionario biográfico de autores contemporáneos, tras señalar sus circunstancias familiares y profesionales, se apostilla escuetamente: Ocupación: «Poeta»; credo político: «Anarquista»; religión: «Anarquista». El anarquismo era, efectivamente, el elemento que vertebraba y del que se nutrían sus dos obsesiones mayores: dar voz a los trabajadores de la industria automovilística de Detroit, junto a los cuales se forjó en la adolescencia, y la tragedia de la Guerra Civil, en la que varios conocidos de su familia tomaron parte activa. Escribe para El País Eduardo Lago:
En una conversación con la novelista Mona Simpson, Levine señaló que En torno al asesinato del teniente José del Castillo a manos del falangista Bravo Martínez, 12 de julio de 1936, una de sus composiciones más emblemáticas, la muerte del oficial republicano condensa la esencia de la tragedia a punto de desencadenarse. «Lo escribí décadas después de la guerra, tras escuchar el alegato de un predicador negro mientras conducía por un Detroit devastado por los disturbios raciales. La voz del predicador me hizo sentir la universalidad del dolor anónimo de todos los conflictos», manifestó Levine sobre su composición. A propósito de otro de sus poemas más conocidos, Coming Home Detroit 1968, en el que refiere de manera desgarrada la decrepitud física y moral de su ciudad, Levine señaló: «En Detroit, la ciudad más devastada de América, no hay el menor atisbo de grandeza heroica. Lo único que queda son hombres, animales, plantas y flores que insisten en afirmar su derecho a la existencia».
Philip Levine nació en el Hospital Henry Ford de Detroit, en 1928. Sus padres, emigrantes judíos de origen ruso, vivieron la catástrofe de la Gran Depresión cuando el niño tenía un año. A los cinco perdió a su padre. Cuando tenía ocho, estalló la guerra civil española, cuyas vicisitudes siguieron angustiosamente los amigos de la familia, algunos de los cuales se alistaron en las Brigadas Internacionales. En sus memorias, el poeta cuenta que cuando iba a pie al colegio se imaginaba que llevaba un rifle y que la emprendía a tiros con los cadillacs, chevrolets y lincolns de lujo que había aparcados frente a las mansiones de los ricos. A los 14 empezó a trabajar en las plantas donde se fabricaban aquellos vehículos. Fue el primer miembro de su familia en acceder a la universidad, donde tuvo la fortuna de conocer a John Berryman, quien le ayudó a encontrar la voz que daría forma a sus experiencias en el cinturón industrial de Detroit. En No preguntes, libro de entrevistas publicado en 1981, afirmó: «A ningún poeta le importa lo que pasa en ese mundo, de modo que me impuse el reto de hacerlo yo. Cuando volví a ver a mis antiguos compañeros de trabajo y les expliqué que me dedicaba a escribir poesía, ninguno se rió de mí». La pasión de Levine por España le llevó a pasar unos años en nuestro país en la década de los sesenta. Tradujo a Jaime Sabines y Gloria Fuertes. Visor publicó el año pasado La búsqueda de la sombra de Lorca, una antología a cargo de Andrés Catalán de sus poemas relacionados con España. Autor de más de 25 colecciones de versos, fue uno de los poetas más galardonados de su tiempo. Además de obtener el Pulitzer y el Premio Nacional del Libro (en dos ocasiones), entre 2011 y 2012 fue Poeta Laureado de su país. Al igual que Whitman, su maestro, Levine tenía el don de saber llegar a un amplio número de lectores con su poesía.
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La guerra civil y el movimiento anarquista españoles marcaron de forma decisiva la obra del poeta de Detroit. (Foto: Christopher Felver)
C iudad Juárez, Chihuahua. 24 de febrero de 2015. (RanchoNEWS).- Philip Levine, uno de los poetas urbanos esenciales de su país, a quien su compatriota Edward Hirsch caracterizó como el Whitman irónico del corazón industrial de América, falleció en la localidad de Fresno, California, el pasado 14 de febrero a los 87 años, apenas un mes después de serle diagnosticado un cáncer de páncreas. Su lugar de trabajo, ubicado en el centro de un viejo caserón rodeado de alisos, naranjos y eucaliptos, estaba presidido por una fotografía de Robert Cappa en la que un grupo de anarquistas posan sonrientes delante de un puchero, durante la guerra civil española. En la entrada que le dedica el Diccionario biográfico de autores contemporáneos, tras señalar sus circunstancias familiares y profesionales, se apostilla escuetamente: Ocupación: «Poeta»; credo político: «Anarquista»; religión: «Anarquista». El anarquismo era, efectivamente, el elemento que vertebraba y del que se nutrían sus dos obsesiones mayores: dar voz a los trabajadores de la industria automovilística de Detroit, junto a los cuales se forjó en la adolescencia, y la tragedia de la Guerra Civil, en la que varios conocidos de su familia tomaron parte activa. Escribe para El País Eduardo Lago:
En una conversación con la novelista Mona Simpson, Levine señaló que En torno al asesinato del teniente José del Castillo a manos del falangista Bravo Martínez, 12 de julio de 1936, una de sus composiciones más emblemáticas, la muerte del oficial republicano condensa la esencia de la tragedia a punto de desencadenarse. «Lo escribí décadas después de la guerra, tras escuchar el alegato de un predicador negro mientras conducía por un Detroit devastado por los disturbios raciales. La voz del predicador me hizo sentir la universalidad del dolor anónimo de todos los conflictos», manifestó Levine sobre su composición. A propósito de otro de sus poemas más conocidos, Coming Home Detroit 1968, en el que refiere de manera desgarrada la decrepitud física y moral de su ciudad, Levine señaló: «En Detroit, la ciudad más devastada de América, no hay el menor atisbo de grandeza heroica. Lo único que queda son hombres, animales, plantas y flores que insisten en afirmar su derecho a la existencia».
Philip Levine nació en el Hospital Henry Ford de Detroit, en 1928. Sus padres, emigrantes judíos de origen ruso, vivieron la catástrofe de la Gran Depresión cuando el niño tenía un año. A los cinco perdió a su padre. Cuando tenía ocho, estalló la guerra civil española, cuyas vicisitudes siguieron angustiosamente los amigos de la familia, algunos de los cuales se alistaron en las Brigadas Internacionales. En sus memorias, el poeta cuenta que cuando iba a pie al colegio se imaginaba que llevaba un rifle y que la emprendía a tiros con los cadillacs, chevrolets y lincolns de lujo que había aparcados frente a las mansiones de los ricos. A los 14 empezó a trabajar en las plantas donde se fabricaban aquellos vehículos. Fue el primer miembro de su familia en acceder a la universidad, donde tuvo la fortuna de conocer a John Berryman, quien le ayudó a encontrar la voz que daría forma a sus experiencias en el cinturón industrial de Detroit. En No preguntes, libro de entrevistas publicado en 1981, afirmó: «A ningún poeta le importa lo que pasa en ese mundo, de modo que me impuse el reto de hacerlo yo. Cuando volví a ver a mis antiguos compañeros de trabajo y les expliqué que me dedicaba a escribir poesía, ninguno se rió de mí». La pasión de Levine por España le llevó a pasar unos años en nuestro país en la década de los sesenta. Tradujo a Jaime Sabines y Gloria Fuertes. Visor publicó el año pasado La búsqueda de la sombra de Lorca, una antología a cargo de Andrés Catalán de sus poemas relacionados con España. Autor de más de 25 colecciones de versos, fue uno de los poetas más galardonados de su tiempo. Además de obtener el Pulitzer y el Premio Nacional del Libro (en dos ocasiones), entre 2011 y 2012 fue Poeta Laureado de su país. Al igual que Whitman, su maestro, Levine tenía el don de saber llegar a un amplio número de lectores con su poesía.
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