Rancho Las Voces: 06/01/2016 - 07/01/2016
Para Cultura, el presupuesto federal más bajo desde su creación / 19

jueves, junio 30, 2016

Fotografía / Francia: Le Bal exhibe una retrospectiva sobre Gerard Petrus

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Sin título,1965-1975. (Foto: Gerard P. Fieret, Gemeentemuseum Den Haag, Courtesy Estate of Gerard Petrus Fieret)

C iudad Juárez, Chihuahua. 30 de junio de 2016. (RanchoNEWS).- Murió en la pobreza, rodeado de pichones. Entre la cochambre, la miseria y el desorden de una casa prácticamente en ruinas aparecieron decenas de cajas y bidones que escondían su obra. Humedecida y mordida por los ratones rebosaba vida. Durante casi cinco décadas el caos y la pasión alimentaron la obra de Gerard Petrus Fieret (La Haya 1924 -2009). Una obra en blanco y negro cuyo componente de transgresión y originalidad la situaron entre las más destacadas de la Europa de los años sesenta y setenta, ensanchando las barreras del medio fotográfico. A pesar de ello el fotógrafo, y también poeta, sigue siendo un desconocido fuera de su país natal. La sala parisina Le Bal muestra su primera exposición en territorio francés. Una nota de Gloria Crespo MacLennan para El País.

Desde el primer momento que Hripser Visser, conservadora de fotografía del Museo Stedelijk, vio la obra del artista a finales de los setenta, quedó atrapada por su singularidad. «Era totalmente acorde con el espíritu de los tiempos, por su rechazo a cualquier cosa respetuosa con las convenciones y por su ansia de abrazar todo aquello que fuera renuente, crudo, espontaneo y auténtico», escribe en el libro publicado por Xavier Barral Editions para acompañar la exposición. El fotógrafo hizo de la acracia su vida y también su obra. Su arte se cimentó en lo accidental, en aquello que no respondía a ningún orden establecido, tanto en la parte visual como en la parte técnica. «Lo que busco en la fotografía es la anarquía: dentro del contexto de una sociedad conservadora, mis fotografías resultan agresivas. La intensidad de la vida, la pasión -una pasión sana por la vida- de eso es de lo que tratan», decía Fieret.


Sin título,1965-1975 /© Gerard P. Fieret, Gemeentemuseum Den Haag, Courtesy Estate of Gerard Petrus Fieret

Aunque cualquier cosa que formara parte de su día a día era susceptible de ser fotografiada por el prolífico autor, el universo de Fieret es fundamentalmente femenino. Invitaba a las chicas que veía por la calle a que se convirtieran en las protagonistas de esos momentos encontrados que quedarían para siempre plasmados en papel. Sus cálidos e imprecisos desnudos no se parecen a ningún otro desnudo, y con frecuencia es de la gran complicidad e interacción, que se intuye entre el artista y su modelo, de donde brota la vivacidad de la obra. «Sus obras hablan de ternura. No hay nada pornográfico en ellas. Para mí es una maravillosa canción de anhelo», dice el fotógrafo Willem Diepram en Photo and Copyright by G. P Fieret, un documental dirigido por Frank van den Engel y filmado los últimos dos años de vida del artista. Fieret reconoció a Frans Van Burkom, autor de una de sus monografías, no haber tenido nunca «una relación rotundamente erótica con una mujer». En el documental el artista confiesa haber «habitado a diez mujeres», pero su carácter inquieto, hizo que el «paquete completo resultara demasiado organizado para mí. Quería ser libre».

La fotografía y el amor por los animales fueron quizás sus únicas pasiones duraderas. Su vida había quedado marcada por el abandono cuando a los dos años su padre se marchó de casa dejando a su madre al cuidado de tres hijos. Un año más tarde su madre, tuberculosa, le internó en una institución de acogida. Según sus propias declaraciones en uno de aquellos internados católicos donde transcurrió su infancia sufrió abuso sexual. Al llegar la guerra fue internado en varios campos de trabajo forzado, debido a su procedencia medio judía. Estudió en la Academia de Bellas Artes de La Haya. Quería ser pintor, y trabajaba con afán en sus retratos al carbón al tiempo que ejercía como marchante de antigüedades asiáticas y africanas. También escribía poemas. Llegó a publicar más de 10 libros.


Sin título,1965-1975 /© Gerard P. Fieret. Gemeentemuseum Den Haag, Courtesy Estate of Gerard Petrus Fieret

«Se podría decir que en mi caso la poesía es un poderoso río del que nacen dos fuertes ramificaciones, el dibujo y la fotografía. Al final los tres medios se unifican... Se funden, la fotografía se vuelve poesía, la poesía se vuelve fotografía, el dibujo se convierte en una forma de escritura, y el dibujo y la poesía se convierten en una forma de ver y la fotografía se convierte en un puente en los corredores de un laberinto», escribía Fieret.

Fue a mediados de los sesenta cuando comenzó a dedicarse de lleno a la fotografía. Su obra rápidamente llamó la atención y comenzó a formar parte de las colecciones de distintos museos holandeses. No había marchante capaz de decirle lo que debía hacer, y así hizo siempre lo que quiso. El azar y la experimentación fundamentaban su obra. No había corsés que constriñeran su imaginación. A veces utilizaba un revelador que ya había perdido su fuerza y teñía de amarillo sus instantáneas. O metía las copias a medio fijar debajo de su cama, creando un efecto de solarización. Cada imagen se volvía única e irrepetible. Huía de la capacidad de la serialización intrínseca de la fotografía. Ocasionalmente produjo varias copias de un negativo, pero cada copia acababa siendo distinta. No le gustaba definirse como fotógrafo, prefería el término 'fotograficus' (un artista foto- gráfico). «Un artista gráfico mantiene el control de los medios técnicos y los explota para alcanzar un fin, mientras un fotógrafo depende de la tecnología para comunicar lo que elige documentar de la manera más clara y veraz posible. Esta diferencia se encuentra en el corazón de la inquietud que le producía el establishment fotográfico» señala van Sinderen. «Yo no soy uno de esos tipos Hasselblad» decía el artista. Optaba por la económica Praktica SLR.



Sin título, 1965-1975 /© Gerard P. Fieret, Gemeentemuseum Den Haag, Courtesy Estate of Gerard Petrus Fieret

Su comportamiento receloso y hostil hacía el gremio de la fotografía le fue aislando cada vez más. Los sellos con su nombre y dirección y su desmedida firma, que frecuentemente ocupaban un lugar destacado en su obra de los años ochenta, si bien eran parte formal de la obra, delataban un brote paranoico que acompañó al artista en buena parte de su vida, convencido de que todo el mundo intentaba adueñarse de su obra. Sus problemas psiquiátricos fueron agravándose. Poco a poco fue convirtiéndose en una figura marginal, famoso en La Haya por alimentar a las palomas, tocar la zampoña en sus calles y dibujar en los tapetes de cerveza, pero al tiempo que caía su productividad, crecía su fama entre los galeristas americanos; sus obras se encuentran en la actualidad en la colección del MoMA. Cinco años antes de morir, el por entonces recién inaugurado FotoMuseum Den Haag le dedicó una retrospectiva.

Convirtió la cámara en una herramienta experimental, con la cual fraguar su propia identidad: «Esto es cartesiano. Cojo la cámara -es decir, mi tercer ojo- observo y en realidad me veo a mí mismo: 'por tanto, existo'», escribía Fieret.


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Música / Entrevista a Gabriela Montero

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Gabriela Montero: «Los artistas tenemos el deber de darle voz a quienes no la tienen». (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 29 de junio de 2016. (RanchoNEWS).- La célebre pianista venezolana Gabriela Montero es conocida por su lucha por los derechos humanos. En entrevista a DW por Jan Walter, cuenta por qué los artistas tienen más obligación de contribuir a la sociedad que los demás.

Gabriela, sobre la relación entre arte, sociedad y política existen innumerables tratados. ¿Cómo la defines tú?

Para mí, el rol del artista no se limita a comunicar belleza. El artista como comunicador tiene que relatar historias que impactan y hieren a los seres humanos y que, de otra forma, permanecerían en silencio. En mi caso esto significa que utilizo mi arte, mi voz, mi acceso a la prensa para llamar la atención internacional sobre la lamentable situación de mi país, que durante mucho tiempo había pasado casi inadvertida en el ámbito internacional.

Venezuela está en una crisis política y económica...

La crisis en Venezuela no es meramente política y económica, es humanitaria: falta comida, faltan bienes de la vida diaria, en los hospitales la gente se muere por falta de medicamentos básicos. Y esto afecta no solamente a las partes más pobres de la sociedad, que son las que más sufren en estas situaciones. Pero hoy en día, todos los venezolanos sufren sin importar su condición económica. Hay gente que pertenecía a la clase media que ahora come la basura de la calle para no morirse de hambre.

Llevas muchos años viviendo fuera de Venezuela. ¿Qué contestas cuando uno te dice que no conoces la realidad venezolana?

El colapso venezolano ya es muy, muy evidente. La última vez que viví en Venezuela fue entre 2003 y 2006 y presencié el principio de este colapso. Además tengo amigos y familiares en el país que me cuentan de lo que están viviendo. Recibo decenas de emails y mensajes a diario de venezolanos contándome sus tragedias. En mis conciertos siempre se acercan para contarme sus historias de cómo les ha afectado la violencia, la muerte, el hambre, la pobreza y la injusticia.

Como pianista has interpretado obras clásicas, modernas y contemporáneas en los auditorios más importantes del mundo. Pero tu gran don son la composición y la improvisación. Una de tus composiciones, quizá la más conocida, se llama ExPatria. ¿Has dejado de sentirte venezolana en algún momento?

Todo lo contrario. Mi venezolanidad, la comparto por donde paso en el mundo. En este caso, ExPatria, se refiere al sentimiento de haber perdido mi patria, a esta situación extrema. La obra, la compuse para ilustrar el caos, la violencia y todos los momentos asfixiantes que se viven en Venezuela. La escribí en el 2011 y era vigente y verdadera entonces. Ahora, cinco años mas tarde, muchísimo más.


Gabriela Montero ganó el Grammy Latino al «Mejor álbum de música clásica» en 2015.

Al contrario del teatro, las artes plásticas e incluso la música popular, la música clásica contemporánea no es exactamente conocida por sus corrientes políticas. ¿En qué tradición te ves?

Realmente, somos muy pocos artistas clásicos que hablamos de nuestras visiones políticas o -como prefiero llamarlo yo- humanas y sociales. Hay que enfatizar que yo no estoy hablando de política. Estoy hablando de una crisis humanitaria. Ni más ni menos. Es lamentable, porque los artistas tenemos el deber de contribuir al debate. Los violonchelistas Pau Casals, español catalán, y el ruso Mstislav Rostropóvich eran excepciones en el siglo XX. Como pianista y compositora me veo en la tradición de Mozart, Beethoven, Liszt y otros de los siglos 18 y 19 que también expresaban en su música sus visiones políticas. Simplemente, somos seres humanos y nos concierne lo que sucede en nuestro entorno. No por ser artistas vivimos en una nube donde nada nos toca o nos afecta. Al contrario, el arte es un arma de empatía y de emoción que debe ser utilizada para despertar conciencias.

Tus composiciones son instrumentales. ¿Cómo funciona la articulación política sin palabras?

La música es un lenguaje que llega directamente al público, independiente del idioma. Las palabras ayudan a explicar y entender, y a veces en mis conciertos hablo sobre la situación en mi país antes de improvisar sobre Venezuela. Pero si luego improviso tratando lo que sentimos los venezolanos, inevitablemente, todos terminamos llorando porque la música encierra esa tristeza y la desesperanza de una forma que todo el mundo capta y comprende.

En Dortmund se estrenó una obra encargada por el organizador «Klavierfestival Ruhr». Esto me suena a trabajo puro y duro, menos emocional, menos emocionante. ¿Me equivoco?

El arte no es mi trabajo, es mi identidad y, por lo tanto, inseparable de mi persona y mis obras. Como persona formo parte de una sociedad a la que quiero contribuir. A los 18 años, dejé el piano por dos años y quise contribuir como trabajadora social. Me hice muchas preguntas. Después volví a mi música, y ahora me sirve de plataforma para expresarme, y yo siento una obligación dolorosa de usarla. Ya quisiera yo relatar de las maravillas de mi país, pero lamentablemente siento que mi música, siendo yo venezolana, hoy en día no significaría nada, si no hablara sobre los sufrimientos de tantas personas que están y que ya no están.

Entonces, ¿de qué trata esta nueva obra para piano y orquesta?

El «Concierto Latino» es muy distinto de ExPatria, no obstante incluye mi personalidad. El concierto tiene tres movimientos: el primero es un mambo, el segundo es un andante moderato que lleva también un tango y que es muy lírico, y el tercer movimiento contiene un pajarillo que es un tema alegre y sumamente venezolano. Lo compuse como homenaje a los venezolanos. Es un concierto de mucha energía y emoción, celebra todas las cosas bellas de América Latina, pero a la vez toma en cuenta la oscuridad y amenaza constante que tenemos en nuestros países. Hay subcorrientes extremas que van atentando en contra de la estabilidad de la obra. Y esto es una metáfora a la realidad latinoamericana.

Gabriela Montero es pianista y compositora. En 2015 ganó el Grammy Latino de «Mejor álbum de música clásica» con el disco que incluye la pieza titular ExPatria. Por su empeño por los derechos humanos fue nombrada primera «Cónsul ad honorem» de Amnesty International.


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Cine / Cineteca Nacional extensión Ciudad Juárez, programación del 1° al 4 de Julio 2016

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C iudad Juárez, Chihuahua. 30 de junio de 2016. (RanchoNEWS).- Cineteca Cd. Juárez rinde tributo a uno más grandes actores del Cine Mundial, Jack Nicholson, su imponente forma de actuar logra que incluso en sus más cortas interpretaciones sean magistrales y se reconozcan por su amplia calidad

John Joseph Nicholson nació el 22 de abril de 1937 en Neptune City (Nueva Jersey), después de una niñez con situaciones familiares muy complicadas a los diecisiete años, tras haber terminado sus estudios primarios, se marchó a Los Ángeles, donde trabajó de chico de los recados en MGM. Más tarde empezó a estudiar arte dramático en el Players Ring Theatre y allí coincidió con James Coburn y con el director y productor Roger Corman.

Comenzó su carrera en el cine a finales de la década de los años 1950. Su debut fue en la película The Cry Baby Killer (1958), dirigida por Jus Addiss y producida por Roger Corman. Después de participar en una serie de películas de bajo presupuesto, en las que ejerció en ocasiones de guionista o productor. En Easy Rider de 1969 obtubo su primera nominación al Óscar. En 1963, Nicholson inició su carrera como director con El terror, aunque no fue acreditado, cargo que volvería a ocupar en Drive, He Said (1972), Camino del sur (1978) y Two Jakes (1990).

Dese esa fecha fue nominado frecuentemente al Oscar y en 1975 recibió su primer premio de la Academia por su papel en Atrapado sin salida (One Flew Over the Cuckoo's Nest), en la categoría de Mejor actor. En los siguientes años Nicholson recibiría numerosas nominaciones al Óscar por su trabajo en Rojos (1981), El honor de los Prizzi (1985), Tallo de hierro (1987), Algunos hombres buenos (1992) y About Schmidt (2002). Obtuvo el premio en dos ocasiones más por Mejor actor y Mejor actor secundario en Mejor... imposible (1997) y La fuerza del cariño (1983), respectivamente. Esto lo convirtió en uno de los actores con más estatuillas en la historia del cine, con igual cantidad que Walter Brennan, Ingrid Bergman, Meryl Streep y Daniel Day Lewis y sólo superado por Katharine Hepburn. Ha recibido siete Globos de Oro, entre otras nominaciones.

En 1994, fue distinguido con el premio a la trayectoria artística del Instituto Americano del Cine.

Ciclo Jack Nicholson


Atrapado sin salida
One Flew Over the Cuckoo´s Nest

Se exhibe los días  1°, 2, 3 y 4 de de julio
Unica Función 6:00 de la tarde 

País: Estados Unidos Estados Unidos 1975
Clasificación: B (Adolecentes y Adultos)
Duración:133 minutos
Director: Milos Forman
Guión: Bo Goldman, Lawrence Hauben (Novela: Ken Kesey)
Música: Jack Nitzsche
Fotografía: Haskell Wexler
Reparto: Jack Nicholson, Louise Fletcher, Brad Dourif, William Redfield, Mews Small, Sydney Lassick, Will Sampson, Christopher Lloyd, Danny DeVito, Dean R. Brooks, William Duell, Scatman Crothers, Nathan George, Delos V. Smith, Vincent Schiavelli
Productora: United Artists / Fantasy Film
Género: Drama | Enfermedad. Discapacidad. Comedia dramática. Película de culto.

Sinopsis:
Randle McMurphy (Jack Nicholson), un hombre condenado por asalto, y un espíritu libre que vive contracorriente, es recluido en un hospital psiquiátrico. La inflexible disciplina del centro acentúa su contagiosa tendencia al desorden, que acabará desencadenando una guerra entre los pacientes y el personal de la clínica con la fría y severa enfermera Ratched (Louise Fletcher) a la cabeza. La suerte de cada paciente del pabellón está en juego.

Premios

1975: 5 Oscars: Película, director, actor (Nicholson), actriz (Fletcher), guión adaptado
1975: 5 Globos de Oro: Película, director, actor (Nicholson), actriz (Fletcher), guión
1976: Premios BAFTA: 6 Premios incluyendo mejor película, director y actor. 10 nom.
1975: Círculo de críticos de Nueva York: Mejor actor (Nicholson)
1975: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor Película
1975: Sindicato de Directores (DGA): Mejor director
1975: Premios David di Donatello: Mejor director y actor extranjero (Nicholson)
1976: Premios César: Nominada a Mejor Película Extranjera


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Caricatura / España: Alberto Montt presenta «Achiote», su primera novela gráfica

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El ilustrador ecuatoriano-chileno Alberto Montt. (Foto: AP )

C iudad Juárez, Chihuahua. 29 de junio de 2016. (RanchoNEWS).- El primer amor, los amigos de la infancia, la primera pelea o esa ocasión en que le hicieron un mal corte de pelo, con permanente incluida. Todas ellas son experiencias que podrían parecer simples o carecer de importancia para muchos, pero para el ilustrador ecuatoriano-chileno Alberto Montt (Quito, 1972) son momentos específicos que marcaron su vida. Empezó a sentir el paso del tiempo de una manera más detectable y que la memoria «le estaba pasando la cuenta». A razón de estos sucesos nació Achiote (La Editorial Común, 2016), su primera novela gráfica, que fue presentada en la pasada Feria del Libro de Argentina. En esta obra, el autor dibuja y cuenta 13 de esos recuerdos que necesitaba plasmar en papel, empujado por la necesidad de «torcer la mano al olvido». Andrés Rodríguez reporta para El País.

Montt, que desde hace una década publica sus viñetas en el blog Dosis diarias, dice que la noción del tiempo fue una de las motivaciones que lo llevaron a crear su primera novela gráfica, ya que sus dibujos casi siempre se resuelven en una imagen. «Hace rato tenía ganas de empezar a contar historias con un desarrollo más extendido, pero no tenía claro qué historias contar. Achiote es una respuesta a ese factor y a la necesidad de reencontrarme con aquello que me hizo ser quien soy. Mi historia; mis historias».

El achiote es un arbusto cuyo fruto contiene semillas cubiertas de una sustancia viscosa de colo rojizo intenso, con la que se producen pigmentos y que se usa como especia colorante y saborizante en las cocinas latinoamericana. El autor describe a esta semilla como un puente entre dos mundos: la comida y la ilustración. «Ambos universos son parte fundamental en mi día a día; tanto en lo concreto como en lo metafórico. Es una novela que habla de aquello que me nutre y da sabor y sazón a mi vida».

El autor de Dosis diarias, por el que el conglomerado público alemán de medios Deutsche Welle le otorgó en 2011 el premio The Bobs al mejor blog en español, rescata el día a día para este nuevo trabajo. A través de lo cotidiano conecta con otros, admite. Cree que «muchas veces se da por sentado» lo que se considera habitual y no se le da la importancia que merece como una fuente de inspiración. «Muchas veces incluso las cosas importantes del día a día las archivamos en el disco duro y listo. Creo que siendo mejores observadores del minuto a minuto le podemos sacar más provecho a la vida», subraya. «Todos somos aquel que compra el pan y el que paga las cuentas. Todos somos todos y mi historia también es tuya».



Portada de la novela gráfica Achiote. /La Editorial Común.

Estar pendiente de su entorno se convirtió un ejercicio creativo, «una gimnasia diaria», que le obligó a desarrollar su trabajo como ilustrador en su página web. Ve Achiote y a Dosis diarias como parte de un mismo conjunto. Afirma no sentir orgullo por ningún trabajo en especial durante su carrera y, a la vez, por todos. «Supongo que me produce más orgullo el vencer mi pereza cotidiana y subirme en el carruaje de la constancia», precisa.

Es consciente de que la digitalización de la comunicación y la popularidad de las redes sociales ha otorgado una salud inusual al panorama de la ilustración latinoamericana. Y cree que Internet y las redes sociales está permitiendo a muchos dibujantes saltarse la cadena tradicional de la edición y colocarlos en espacios que antes eran «invisibles o impensables». Pero también advierte sobre el posible peligro y la desilusión que los nuevos contadores de historias pueden encontrarse: «Sin duda es más sencillo, pero también está el aspecto, que quizá asusta más, de la competencia descarnada. Cada minuto aparecen 1.000 webcomics y son muchos los barcos que terminan a la deriva».

Casi todo su trabajo está disponible en la red. Entre sus cuentas de Twitter y Facebook suma más de medio millón de seguidores. Y, a pesar de esto, todavía se compran sus libros. «Pocos, pero sí», dice. «Creo que son dos factores diferentes y que pueden o no estar presentes al mismo tiempo. Uno, es el fetiche de lo impreso, el amor por el objeto. Y dos, el saber que es una forma de agradecer a quien está entregando ese mismo contenido gratuitamente en la red».



Una ilustración que forma parte de Achiote. /Alberto Montt


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Literatura / España: Cuando el franquismo censuró el «boom» latinoamericano

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Desde la izquierda, García Hortelano, Carlos Barral, García Márquez, y Vargas Llosa; la derecha, José María Castellet, en 1970 en Barcelona. (Foto: EFE)

C iudad Juárez, Chihuahua. 29 de junio de 2016. (RanchoNEWS).- Después de que en 1967 el franquismo prohibiera la publicación de Cambio de piel, de Carlos Fuentes, Seix Barral recibió la noticia de que tampoco podría editar en España —como era su intención— Rayuela, la novela de Julio Cortázar que había visto la luz en Argentina de la mano de Francisco Porrúa en su sello Sudamericana. Una nota de Felipe Sánchez y Diego Fonseca para El País.

El año anterior, el escritor chileno Luis Harss había presentado a ambos escritores junto a otros ocho más en Los nuestros, un libro de entrevistas que trascendería por anunciar el que iba a ser nuevo canon de la literatura latinoamericana. La obra de Harss, que anticipó una revolución clave en la literatura en castellano, cumple este año medio siglo. La dictadura retrasó, sin embargo, casi 15 años la llegada a España de algunos de los autores del boom, aunque a otros, como a Gabriel García Márquez, no les hicieron cambiar nada en sus textos.

Los censores franquistas, que evaluaban si cada libro atacaba «a la moral, a la Iglesia o al Régimen» «aconsejaron» suprimir ocho páginas de Rayuela en 1967, según consta en los correspondientes documentos que guarda el Archivo General de la Administración. Carlos Barral escribió como protesta al entonces jefe de la censura, Carlos Robles Piquer: «Empleo buena parte de mis posibilidades editoriales en una operación de integración de las distintas narrativas hispánicas, me preocupa gravemente el problema de la balcanización de la literatura en lengua española».

La respuesta sugería que Cortázar aceptaría los cambios —aunque la primera edición española de su novela más conocida no llegó hasta siete años después en Círculo de Lectores— y hacía una irónica declaración de principios: «Deseo vivamente una mayor comunicación mutua entre todas las literaturas de lengua castellana».

Los inmorales Buendía

También se retrasó la publicación en España de Carlos Fuentes. Aunque en 1966 llegaron 17.000 ejemplares de La muerte de Artemio Cruz, los censores ya habían rechazado otras tres obras suyas. Los intentos en 1960 de la editorial Hispano Americana de exportar a España 50 ejemplares de La región más transparente y otros tantos de Las buenas conciencias fueron rechazados. La primera novela fue tachada en el informe de la censura de «atea, [con] alusiones políticas contrarias al régimen, [y] descripciones fuertemente lascivas»; la segunda presentaba a «personas religiosas como hipócritas, […] y con frases inconvenientes y escenas de burdel». Hasta 1973 y 1975, respectivamente, ambas obras no llegaron a España. Una demora similar padeció Pedro Páramo, de Juan Rulfo, rechazada en 1955, cuando se publicó: «Hay descripciones crudas de situaciones inmorales». Hasta 1969 no se pudo leer en España.

La llegada de Manuel Fraga en 1962 al Ministerio de Información propició una mínima apertura con la Ley de Prensa de 1966. «Se suprimió la censura previa y se podía publicar lo que se quisiera, pero el franquismo reservaba el derecho a parar las tiradas si creía que una obra era ofensiva. Los editores siguieron mostrando los libros para no imprimir uno y luego ver cómo se paralizaba. En esos años, se siguieron censurando muchas obras», recuerda Xavier Ayén, autor de Aquellos años del boom.


Vargas Llosa, Carlos Fuentes, García Márquez y José Donoso, en los 70.

Pese al franquismo, la audacia de las editoriales permitió que muchas novelas tachadas entrasen de contrabando. Miguel Visor, distribuidor y librero desde 1959, rememora cómo colocaban los libros prohibidos en la parte baja de las cajas de importación, ocultas por obras sí permitidas: «No había librería que no tuviera una sección pirata. Estas novelas las teníamos escondidas y las vendíamos a gente de confianza».

Los censores no molestaron, en cambio, a García Márquez. Su primer libro en España fue La mala hora, en 1962, pero no sería hasta la publicación en 1967 de Cien años de soledad cuando se editaría en amplias tiradas. En 1969, Círculo de Lectores solicitó publicar 5.000 volúmenes de la novela debido a «la premura con que los clientes» pedían más ejemplares.

El censor señaló en su informe que la historia de los Buendía no suponía problema político ni ideológico alguno, aunque «moralmente, presenta un ambiente en el que predomina la inmoralidad». El censor identificado como Lector 21, que ya había prohibido Las buenas conciencias, de Carlos Fuentes, autorizó su edición y escribió: «Como novela, muy buena». Solo Jorge Luis Borges recibiría una aceptación tan incondicional: El Aleph pasó en 1969, dos décadas después de su publicación original, sin objeciones, y su autor fue considerado por la censura como «uno de los más grandes líricos de la lengua española».

La ciudad y los perros salió en España en 1963 solo tras la mediación de José María Valverde, jurado del premio Biblioteca Breve, que el libro de Vargas Llosa ganó en 1962, la del propio autor y la lectura de Robles Piquer. El autor corrigió los ocho párrafos señalados por la censura sin dejar de defender la libertad creadora. En una carta al funcionario del régimen, escribió: «Esto en nada modifica mi oposición de principio a la censura. [...] La creación literaria debe ser un acto eminentemente libre, sin otras limitaciones que las que le dictan al escritor sus propias convicciones».

La lista de Los nuestros

Los nuestros es un libro de entrevistas que anunciaba el nuevo canon de la literatura latinoamericana:

Carlos Fuentes (Panamá, 1928 — Ciudad de México, 2012)
Julio Cortázar (Bruselas, 1914 — París 1984)
Gabriel García Márquez (Aracataca, Colombia, 1927 — Ciudad de México, 2014)
Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 1936)
Juan Rulfo (Sayula, México, 1917 — Ciudad de México, 1986)
Jorge Luis Borges (Buenos Aires, 1899 — Ginebra, 1986)
Juan Carlos Onetti (Montevideo, 1909 — Madrid, 1994)
Alejo Carpentier (Lausana, Suiza, 1904 — París, 1980)
Miguel Ángel Asturias (Ciudad de Guatemala, 1899 — Madrid, 1974)
João Guimarães Rosa (Cordisburgo, Brasil, 1908 — Río de Janeiro, 1967)

Diez autores con distintas repercusiones

Los nuestros anticipó el nuevo canon de la literatura latinoamericana, pero no todos los autores de los que habló Harss en este libro consiguieron ser referencias posteriores. El escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias y el brasileño João Guimarães Rosa tuvieron una repercusión menor que la de sus compañeros de generación Jorge Luis Borges, Juan Carlos Onetti y Juan Rulfo.

Asturias entró en España en 1949 con 100 ejemplares de la novela El señor presidente, que fue autorizada, según el censor, «por su indiscutible valor literario», aunque en el informe se señalaba que era una novela racista y de tonos fuertes. Guimarães llegó en 1967 con Primeras historias. El informe del lector autorizó la obra sin comentarios.

El cubano Alejo Carpentier, sin embargo, fue una referencia tanto para los autores del boom como para escritores posteriores. El 9 de octubre de 1964, Seix Barral pidió permiso por primera vez a los censores para publicar El siglo de las luces, una de las mejores novelas de Carpentier. La editorial tuvo que zafarse de cuatro censores, hasta que el 24 de junio de 1965, ocho meses más tarde, el lector franquista 24 autorizó al fin la publicación del libro con correcciones.

El siglo de las luces, que cuenta la vida del personaje histórico Víctor Hughes, que llevó la Revolución francesa y las ideas liberales al Caribe, llegó a España después de que el editor Carlos Barral mediase con cuantas cartas pudo con el jefe de la censura. Durante la travesía para publicar esta novela, los censores escribieron en sus informes que la obra «aprovecha toda oración para denigrar a la Iglesia con irreverencias, y a España por su catolicismo», que «está penetrada de expresiones e ideas volterianas en absoluta contradicción con la mentalidad española» o que «a la pobre Iglesia se la vapulea bien».


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Música /México: Paquito D'Rivera estrenará en México su obra «El elefante y el payaso»

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Paquito D'Rivera: no imito, robo. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 30 de junio de 2016. (RanchoNEWS).- «La música buena es una bendición y la mala, también… mientras le guste a la gente; es una bendición, porque esa mezcla de sonidos que inventó el ser humano sirve para paliar toda esa violencia y dolor que hay en el mundo», dice a Excélsior el jazzista cubano Paquito D’Rivera (La Habana, 1948), quien ha vuelto a México para estrenar, a escala mundial, su obra El elefante y el payaso, que resonará en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario, el 1 de julio, acompañado por la Orquesta Sinfónica de Minería (OSM). Juan Carlos Talavera reporta para Excélsior.

La obra está inspirada en los payasos Gaby, Miliki y Fofó, integrantes de la compañía Hermanos Aragón, quienes llegaron a Cuba por una semana y se quedaron durante 20 años. Este concierto, que se repetirá el 2 y 3 de julio, en ese mismo espacio, también tocará el estreno en México de Crónicas latinoamericanas, de Daniel Freiberg, entre otras piezas de Bernstein y Gershwin.

Autodefinido como un músico que quiere aprender distintos estilos musicales para incorporarlos a su arsenal creativo y de improvisación, Francisco de Jesús Rivera Figueras, Paquito D’Rivera, dice coincidir con Stravinsky en una idea central: que un buen compositor no imita, sino que roba, y confiesa que por hoy su más grande aspiración es que una orquesta mexicana le comisione una obra dedicada a Mario Moreno Cantinflas, uno de sus actores favoritos.

Música clásica viene del pueblo

El músico cubano dice ser seguidor del Huapango de Moncayo y de Tin Tan, además de que reivindica la música popular. Sobre su producción asegura que nunca compone cuando está triste, pues no es dramático.

Robo y germen

Lector asiduo de Mario Vargas Llosa y afecto a conducir autos antiguos, como el Thunderbird 55 y el Bel Air 1957, Paquito D’Rivera atesora el Huapango de Moncayo, las películas de Germán Valdés Tin Tan y los boleros de Armando Manzanero, José José y Agustín Lara, se declara amante de los gatos y la Catrina de José Guadalupe Posada.

¿Cómo nació El elefante y el payaso?, se le pregunta al intérprete radicado en Nueva York, ganador de varios Grammy. «Nació de Gaby, Fofó y Miliki, tres payasos excéntricos y musicales que trabajaban para el circo de los Hermanos Aragón. Ellos llevaron mucha felicidad a mi país. Cierto día Fofó, el más bromista, le escondió su elefante al domador húngaro, así que éste fue a la estación de policía para hacer la denuncia. ¡Imagina la cara del oficial! Todo eso me inspiró».

¿Qué características tiene? «Mucho de circo y África, con un elefante de orejas y colmillos enormes, es una pieza con elementos sinfónicos y música afrocubana: una visión nostálgica de mi vida, de aquellos años con esos payasos maravillosos».

¿Alguna vez condujo un elefante? «¡Sí! En la portada de mi libro Ser o no ser, ¡esa es la jodienda! estoy con tres elefantes pequeños, en Tailandia. El elefante es un animal afectuoso e inteligente, dicen que es noble y mejor ni te metas con él porque tiene buena memoria, y es rencoroso».

¿Usted es rencoroso? «Con algunas gentes sí, pero por lo regular no porque se me olvidan las cosas. ¡A los elefantes no!».

¿Considera que el gusto por el jazz ha crecido mucho en este siglo? «Siempre ha habido aficionados al jazz. Es música para minorías, pero en un país con millones de personas alcanza para llenar un teatro. México es un sitio sumamente musical».

¿Por qué muchos no ven al jazz como género clásico? «Eso que llaman música clásica tiene su origen en el folclor y la música popular. Ahí están las danzas húngaras de Brahms y Liszt, las danzas rumanas y la música de Béla Bartók. Todo viene del pueblo. Stravinsky se robó un montón de melodías rusas y él no lo negaba y decía que ‘Un buen compositor no imita, roba”, pero cuando él vestía esas melodías con su ropaje sinfónico… valía la pena el robo».

¿Usted toca todo el tiempo? «A veces me dan ganas de no tocar y sintonizar el silencio. El silencio es más importante que la música porque llegó antes. Antes fue el silencio que la música».

¿Lo asocia con memoria y desmemoria? «Esa es otra conversación. Muchos improvisadores no consideran al silencio. Cierto día, creo, el trompetista Buck Clayton dijo que las notas más importantes no son las que tocas, sino las que dejas fuera. A veces es mejor no tocar nada».

¿Dónde está la inspiración de sus piezas? «No tengo un método ni un sistema, tal como no tengo un sistema para escribir. Todo nace con una idea germen que se desarrolla, aunque hay quien tiene la genialidad de desarrollar sinfonías con tres notas, como Beethoven en su Quinta Sinfonía».

¿Cree en la inspiración? «Un compositor americano, cuyo nombre no recuerdo y cuya música no me gusta, me dijo lo siguiente: ‘No porque usted no esté inspirado va usted a escribir una obra mala’. Lo medité y tiene razón porque tengo piezas de cámara que me quedaron bien aunque no estaba inspirado. Es cosa de la técnica y el germen, tal como hacen los escritores con la maldita página en blanco».

¿Ve semejanzas entre escribir para música y literatura? «Sí, aunque según Bernstein la música descriptiva no existe. No estoy completamente de acuerdo, pero no lo he analizado profundamente. La música es un ente abstracto que tiene un efecto distinto en cada persona… habría que platicarlo con más gente».

Somos estúpidos

¿Alguna vez quiso ser guerrillero?, se le inquiere. «¡No!, no me gustan las balas».

¿La música no es un poco eso? «Sí, como una guerrilla. Pero hacer guerrilla es matar gente y destruir cosas. Yo creo más en el valor de la palabra y no en la violencia. Alguna vez quisiera disparar una bazuca, pero sin matar a nadie, sólo como experiencia».

¿Le tocó ver el 11-S en Nueva York? «Ese día estaba en un programa de televisión en Miami, con Sergio Arau. Vi la imagen del segundo avión en el monitor y pensé que era una película. Fue una experiencia terrible porque la violencia no me cabe en la cabeza».

¿Tradujo esas imágenes a música? «No. En esa época no escribí porque sentí mucha tristeza. Ahora me doy cuenta que casi nunca escribo cuando estoy triste. No soy un compositor dramático, me gusta el sentido del humor».

¿Qué dolor sobrelleva con su música? «La violencia que hoy vemos. Admiro mucho al ser humano porque me maravillan las cosas que inventa. Cómo es posible que ese ser humano sea capaz de crear tanta cosa bella y útil, pero no pueda ponerse de acuerdo y vivir en paz. Eso no lo acabo de entender. ¿Por qué somos tan inteligentes y estúpidos?»

¿Qué opina del narcocorrido? «Eso es divertido. Casi todos los géneros musicales tienen su encanto y eso del narcocorrido es interesante, una aventura que necesita talento. Cada género tiene su encanto».

Paquito D’Rivera se presentará los días 1, 2 y 3 de julio en la Sala Nezahualcóyotl, bajo la batuta de Carlos Miguel Prieto, donde también interpretará Rhapsody in blue de Gershwin, Danzas sinfónicas de West Side Story de Leonard Bernstein, el estreno en México de Crónicas Latinoamericanas y Fantasía Brasileña, de Daniel Freiberg.


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Artes Plásticas / Miró se estrena en Seúl con una exposición histórica

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Miró en Mallorca. Un espíritu salvaje es el título de esta exposición, con pinturas, esculturas, dibujos y libros ilustrados. (Foto: EFE)

C iudad Juárez, Chihuahua. 27 de junio de 2016. (RanchoNEWS).- Más de doscientas obras de Joan Miró, desde pinturas hasta esculturas, dibujos y libros ilustrados, se exponen desde hoy en Seúl, en la primera muestra del genio universal en Corea del Sur y la más importante de un artista español en los últimos años. Una entrega de EFE.

Miró en Mallorca. Un espíritu salvaje es el título de esta exposición que lleva por primera vez a Corea del Sur 252 obras de Miró, distribuidas en una superficie de más de 1.322 metros cuadrados del Centro de Arte Sejong en pleno corazón de la metrópoli.

Se trata de la primera exposición individual de este mito del arte en Corea del Sur, un país con el que enlazó fuertes vínculos por su amistad con el célebre músico Ahn Eak-tai, compositor del himno nacional de su país.

En la exposición, que permanecerá abierta hasta el 24 de septiembre, «los surcoreanos van a ver la influencia del mundo oriental en la obra de Joan Miró», indicó a Efe durante el acto de inauguración Joan Punyet Miró, historiador y nieto del artista.

Divididas en cinco bloques temáticos, las obras expuestas en Seúl pertenecen a «su etapa de madurez más vital y artística, la menos conocida y la más innovadora de su trayectoria», según la Fundación Pilar i Joan Miró, que ha cedido parte de su colección a la galería surcoreana.

«Hemos elegido obras de la última época, que tienen una influencia muy fuerte del trazo del pintor budista en un templo; esto supone una introspección máxima que aporta un sentido místico y espiritual a cada golpe de pincel», describió Punyet.

En la sala se pueden observar muchos blancos y negros con el inconfundible trazo de Miró, entre ellas el enorme cuadro de 3,5 por 2 metros que cerró la gran retrospectiva del artista en Washington en 1993.

«Es una obra única no solo por sus dimensiones, sino por su extraordinaria libertad gestual e influencias americanas, japonesas y del surrealismo», explicó el nieto del artista.

Al margen de los clásicos lienzos del pintor, destaca otra obra de fuerte influencia dadaísta en la que tableros rotos de madera se intercalan entre un papel de lija amarillo con trazos negros.

«Es curioso porque Miró compuso esta obra con 83 años», manifestó Punyet, tras hacer hincapié en la «fuerte carga dramática que implica tratar de reciclar objetos lejanos de las artes plásticas tradicionales».

La Embajada de España en Seúl, que ha colaborado en la organización de la muestra, espera que ésta contribuya a elevar el interés de los surcoreanos por el turismo cultural y aumente el número de visitantes a las galerías españolas, según indicó a Efe su consejero de cultura, Juan Sebastián Mateos.


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Libros / México: «Narcohistoria» de Carmen Boullosa y Mike Wallace

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Mike Wallace y Carmen Boullosa en Coyoacán. (Foto: Saúl Ruiz)

C iudad Juárez, Chihuahua. 29 de junio de 2016. (RanchoNEWS).- Las estanterías de las librerías mexicanas se han narcotizado. En ellas se encuentran biografías sobre los capos más importantes o compendios de crónicas periodísticas que ayudan a entender la guerra contra el narcotráfico que estalló en México a finales de 2006 y que ha cobrado más de 100.000 vidas. Un nuevo ejemplar se ha sumado a esta larga lista. Se trata de Narcohistoria (Taurus, 2016), un relato de cómo Estados Unidos y México crearon juntos la ofensiva contra los estupefacientes que ha marcado al planeta. La obra es diferente al centenar de textos que ha producido la realidad periodística. Está escrita por unos improbables expertos en narcotráfico: una autora mexicana superventas que escribe poesía y un historiador estadounidense ganador del Premio Pulitzer. Luis Pablo Beauregard reporta para El País.

«La prohibición comenzó, de alguna forma, con la Colonia», relata Carmen Boullosa en su casa en el folclórico barrio de Coyoacán, en la capital mexicana. La marihuana llegó al nuevo mundo en el siglo XVI con los españoles, que utilizaban el cáñamo para hacer cuerdas. «Ellos sabían qué pasaban cuando la fumabas, no era algo que descubrieron los locales. Y la prohibieron junto a otros psicotrópicos como el peyote y la adormidera». Para el Porfiriato, la dictadura de Porfirio Díaz que se extendió de 1876 a 1910, la marihuana ya era la droga predilecta de la clase baja y los opiáceos de la alta.

Narcohistoria se centra en un siglo de conflicto, de 1910 a 2012. Poco más de 100 años donde la visión sobre las drogas se modificó con moda y moral de ambos países. Wallace explica que uno de los primeros programas contra el opio fue implementado en 1909 en Estados Unidos y tuvo como objetivo golpear a la minoría que lo utilizaba. «Fue diseñado específicamente contra la inmigración china, la amenaza amarilla». Tiempo después, las autoridades estadounidenses relacionaron también la cocaína con los negros y la marihuana con los mexicanos.

Lo ocurrido en el norte tuvo un impacto en el México revolucionario. José María Rodríguez, el doctor personal del presidente Venustiano Carranza (1917-1920), luchó porque la Constitución de 1917 prohibiera la venta de sustancias «que envenenan al individuo». «En esta visión se decidió que no íbamos a ser un país de marihuanos decadentes», señala Boullosa, autora de Duerme. De esa forma, el México moderno comenzaba su guerra contra las drogas décadas antes de la famosa ofensiva proclamada por Nixon.

Uno de los momentos más interesantes descritos por Boullosa y Wallace, ganador del Pulitzer por su multipremiado Gotham: A History of New York City to 1898 junto a Edwin Burrows, sucede en los años 30. En esa década, una vez revertida la prohibición del alcohol en 1933, aparece en escena Harry Anslinger, el comisionado de la Oficina Federal de Narcóticos, cuyo conservadurismo moldeó la política de drogas el resto del siglo. Anslinger sumó la marihuana a la lista de psicoactivos prohibidos y la relacionó con los inmigrantes, lo que favoreció una deportación masiva de «entre medio millón y dos millones de mexicanos», según Boullosa.

Anslinger se topó al sur con un tipo llamado Leopoldo Salazar Viniegra, jefe del Servicio de Narcóticos durante la presidencia de Lázaro Cárdenas. El médico publicó en 1938 El mito de la marihuana, un estudio que coincide con mucha de la literatura moderna que asegura que la droga es menos dañina de lo que se asegura y que no produce psicosis. Cuando Anslinger escuchó que México iba en otra dirección amenazó con dejar de exportar medicamentos al país. Cárdenas se plantea la encrucijada. ¿Deja a su gente morir o atiende a las recomendaciones de los gringos? «El episodio es el molde de la fuerza militar, cultural y económica de cómo Estados Unidos obliga a México a implementar políticas, una especie de extorsión», dice Wallace. Boullosa asegura que ese mismo esquema se replicó durante varios Gobiernos, como el de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), Luis Echeverría (1970-1976), Vicente Fox (2000-2006) y Felipe Calderón (2006-2012).

La explosión de la violencia de 2006, aseguran los autores, tuvo su génesis seis años atrás, cuando Fox, el primer presidente surgido de la oposición, declaró la guerra al cártel de Tijuana. Su ofensiva, apoyada por Washington, marcó hasta nuestros días una realidad que no aún no llega a los libros de historia. Puede leerse todos los días en la prensa mexicana.


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Cine / Chihuahua: IMCINE presenta Semana de Cine Mexicano

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Cartel publicitario. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 30 de junio de 2016. (RanchoNEWS).- El Instituto Mexicano de Cinematografía trae a Chihuahua la Semana del Cine Mexicano en tu ciudad del 4 al 10 de julio en la Cineteca ubicada en el Museo Semilla, con la proyección de filmes cinematográficos, talleres, presentaciones de libros y exposición de carteles alusivos al séptimo arte. Informa la oficina de prensa de Ichicult. 

Este ciclo se ofrece con el firme objetivo de fortalecer las audiencias y crear nuevos públicos para las películas nacionales, a través de una programación de largometrajes y cortometrajes de ficción, animación y documentales que dan un panorama amplio sobre la diversidad temática y estilística en la que se desarrolla el cine mexicano actual.

Además, se ofrecen actividades paralelas en torno al cine mexicano acompañadas de talento y creadores que incluyen galas de preestreno cinematográfico, cine debates, exposiciones, así como actividades académicas: clases magistrales y talleres de formación con la intención de ampliar la visión de los jóvenes interesados en la industria del cine.

Para esta edición, la Semana de Cine Mexicano en tu Ciudad se diversifica con la incursión de nuevas actividades cinematográficas al programar retrospectivas, homenajes, funciones al aire libre y presentaciones de libros.

La Semana de Cine Mexicano tiene el objetivo de promover y difundir las producciones mexicanas más recientes por todo el país, con funciones diarias en la Cineteca Chihuahua, dando inicio el 4 de julio con la inauguración de la exposición de Carteles de Revisión del Cine Mexicano a las 19:00 horas, en el vestíbulo del Museo Semilla para continuar con la proyección de la función de gala inaugural La Carga (2015) del director Alan Jonsson a las 20:00 horas.

Del martes 5 al jueves 7 de julio se proyectará una película diaria a las 19:00 horas que forman parte del ciclo de Retrospectiva del director Roberto Galvadón con las producciones El Hombre de los Hongos (1975), Doña Macabra (1943), Macario (1960). El mismo martes a las 20:00 horas se proyectarán las películas “Dodo” (2014) de Luis Ayhllón; el miércoles 6 de julio a la misma hora presenta Paraíso Perdido (2016) de Humberto Hinojosa; y el jueves 7 de julio Seguir Viviendo (2014) de Alejandra Sánchez. El jueves 7 de julio da inicio el taller de formación «De Música y Sonido» a cargo de Daniel Hidalgo Vandés, compositor y productor musical, creador de bandas sonoras para cine entre las que destacan Amores Perros y El Alcalde, que se impartirá en las oficinas del Instituto Chihuahuense de la Cultura hasta el sábado 9 de julio.

El viernes 8 de julio, el productor y escritor de cine Arturo Tay Balderas ofrecerá la primer Clase Magistral titulada «Producción Cinematográfica» a las 14:30 en el ICHICULT, y a las 16:00 horas continuarán las actividades con la presentación del libro Cine Mexicano del 70: La Década Prodigiosa a cargo de Fabián de la Cruz Polanco.

Mientras que el sábado 9 de julio tendrá lugar la segunda Clase Magistral, «Cine Documental» a cargo del director, guionista y productor cinematográfico Juan Carlos Núñez quien ha realizado videos documentales experimental, en el ICHICULT a las 14:30 horas. Continuando con las proyecciones, el viernes 8 de julio se presenta a las 18:00 horas la película El Silencio de la Princesa (2014) de Manuel Cañibe quien presenta la historia d Diana Mariscal quien alcanzó un instante de fama en la década de los 70’s cuando participó en una película de Alejandro Jodorowsky, y a las 20:00 horas se proyecta Las Elegidas (2014) la historia de una niña enamorada que cae en una red de prostitución, producción de David Pablos.

El relato de dos corredores rarámuris que participaron en competencias internacionales se presenta en Pies Ligeros (2016) de Juan Carlos Núñez el sábado a las 18:00 horas, y a las 20:00 horas se proyecta la historia de un grupo de ambicioso de cineastas con Desde el más Allá (2014) de Juan Carlos Blanco.

Para cerrar la Semana de Cine Mexicano en tu Ciudad a las 12:00 del mediodía presentan la función infantil con la compilación de «Cortometrajes de Animación» producidos por IMCINE, y a las 18:00 horas concluyen con El Crimen del Cácaro Gumaro (2014) de Emilio Portes.

La Secretaría de Cultura, a través del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) y la Dirección General de Vinculación Cultural (DGVC), llevan, por segundo año, la Semana de Cine Mexicano en tu Ciudad a los 32 estados del país. Este programa es impulsado gracias al apoyo de las Instancias estatales de Cultura.


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miércoles, junio 22, 2016

Noticias / Ciudad Juárez: Inauguración del Centro Cultural de las Fronteras de la UACJ

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Carlos García Martínez representante de la Secretaria de Cultura Federal, el rector de la UACJ Ricardo Duarte, el Gobernado del Estado Cesar Duarte Jáquez, el Presidente Municipal Javier González Mocken en el momento del corte de listón. (Foto: JMV)

C iudad Juárez, Chihuahua. 22 de junio de 2016. (RanchoNEWS).- Al inaugurar el gobernador César Duarte Jáquez el Centro Cultural de las Fronteras de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, dijo que al rescatarse este espacio para la cultura en la zona del Pronaf se le da otro a la ciudad comparado al que tenía hace seis años, cuando prácticamente era un sitio de guerra, en donde los negocios habían cerrado por la ola de la violencia. Informa comunicación Social de Gobierno del Estado. 

En su mensaje dirigido a integrantes de la comunidad universitaria, funcionarios de los tres niveles de gobierno e invitados especiales, el mandatario estatal recordó que a poco más de un año de iniciada su administración se apoyó en la gestión para que el Gobierno Federal otorgara en comodato el edificio que hoy ocupa el Centro Cultural de las Fronteras, para que poco a poco se restaurara y pasara a formar parte del patrimonio de la UACJ.

Primera etapa del Centro Cultural de las Fronteras

Con una inversión de 16 millones 349 mil pesos, la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) puso a disposición de la comunidad juarense la primera etapa del Centro Cultural de las Fronteras con la culminación de ocho espacios internos de uso múltiples.

Esta obra se consolidó con el programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados (PAICE) de la Secretaria de Cultura del gobierno federal, quien en el año 2014 otorgó el financiamiento de 14 millones 500 mil pesos.

El recurso se obtuvo con base en una convocatoria donde la UACJ participó proponiendo el rescate del edificio FONART, un inmueble de una superficie de más de 6 mil metros cuadrados, entregado a la Universidad en comodato por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en septiembre de 2012.

Aunado a este fondo, concedido por el gobierno federal, la UACJ sumó la cantidad de un millón 534 mil pesos para la realización de la primera etapa en un espacio de mil 400 metros cuadrados de construcción.

En planta baja se rehabilitó un recibidor principal, un patio interno, una sala de exhibición que va a la torre y una cafetería.

En tanto en la planta alta se reacondicionó una segunda sala de exhibición, un mezzanine y una terraza en techo para eventos al aire libre.

La Librería Universitaria se constituye como uno de los espacios alusivos en la inauguración de esta primera etapa del Centro Cultural de las Fronteras, misma que viene funcionando en el lugar desde abril de este año.


Momento en que se devela la placa


Presídium 


El rector de la UACJ haciendo uso de la palabra


El Presidente Municipal Javier González Mocken 


Carlos García Martínez, representante del Secretario de Cultura Federal 


El gobernador del Estado César Duarte Jáquez 



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Noticias / México: Nuccio Ordine en el ciclo «Seminarios de Reflexión Universitaria»

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La gran corrupción de nuestros tiempos es hacer creer a las nuevas generaciones que la dignidad del hombre es la cuenta que se pueda tener en un banco. Eso no es cierto. Lo que forma a un hombre son los grandes valores que podamos abrazar, considera Nuccio Ordine. (Foto: Jesús Villaseca)

C iudad Juárez, Chihuahua. 22 de junio de 2016. (RanchoNEWS).- Escuelas y universidades deberían enseñar a los estudiantes a ser hombres y mujeres libres, capaces de razonar por sí mismos y resistir al fuerte consumismo que nos rodea, pero hoy no se cumplen esas funciones porque las instituciones de enseñanza están al servicio de un mercado. Reporta para La Jornada Mónica Mateos-Vega.

Así lo considera el filósofo italiano Nuccio Ordine (Calabria, 1958), autor del agudo manifiesto La utilidad de lo inútil, que en 2013 lanzó en Europa una severa crítica al sistema educativo occidental, al que califica de «corrupto».

En entrevista con La Jornada, Ordine explica que sus argumentos han sido bien recibidos en muchos países «porque estamos pasando, en todo el mundo, por momentos muy difíciles para la vida de la educación en general, la cual es víctima del mercado; pero soy optimista, porque creo que la cultura es una forma de resistencia contra el utilitarismo».

El autor dice que en México, Brasil o cualquier nación de Europa «exigimos a los adolescentes que digan cuál es la profesión que elegirán cuando sean grandes, en lugar de pedirles que comiencen a leer para formarse una cultura, para ser mejores personas. Les decimos que hay que estudiar para tener una profesión para ganar dinero, ¡esa es una gran forma de corromper a alguien!

«Las dos palabras que aprenden los jóvenes en la universidad son crédito y débito. El lenguaje nunca es neutral, si elijo decir a los alumnos que al hacer un examen o estudiar a un autor van a ganar créditos es muy peligroso, pues significa subordinar los estudios a obtener un beneficio, en contra del papel que las escuelas deberían tener, que es exactamente lo contrario: hacer comprender a los alumnos que la única finalidad de estudiar es la formación de ellos mismos, como personas libres.

«Pero las universidades cada día se transforman más en empresas que venden diplomas, y los estudiantes son considerados clientes que los compran».

Comportarnos como el colibrí

Un solución a esa tendencia, ni el oráculo de Delfos la podría pronosticar, añade Ordine, pero considera que una posible respuesta sería factible si todos entendieran la metáfora que planteó el novelista Andrea Camilleri durante una conferencia que ofreció en Roma hace algunos meses: «Un día se declaró un terrible incendio en la selva, todos los animales salieron de allí corriendo, incluso el rey, el león, quien de pronto vio a un pequeño colibrí volar en dirección a las llamas. El león le gritó ‘¿qué haces, estás loco?’, y el colibrí le respondió: ‘llevo una gota de rocío, voy a intentar sofocar el fuego’. Cada uno de nosotros se debería comportar como el colibrí, porque nuestra gota es muy importante».

Es por ello que Ordine defiende el papel de los maestros en el proceso de transformación de una sociedad. «Al igual que un buen libro, un profesor puede cambiar la vida de un estudiante. Todo el tiempo digo a mis colegas que ser maestro no es un trabajo, pues enseñar es una vocación.

«No obstante, en la actualidad los sistemas burocráticos de la educación no permiten a los profesores preparar buenas clases porque se les exige participar en reuniones estúpidas e inútiles para alimentar el círculo de la burocracia, para llenar papeles a diestra y siniestra, hacen juntas en las que nadie está interesado, utilizando un tiempo que los maestros podrían ocupar en preparar bien sus lecciones, para entusiasmar a sus estudiantes.

«Goethe decía que un profesor que no tiene pasión no puede transmitirla a sus alumnos. Por eso, un maestro que no enseña con pasión comete un crimen, mata la posibilidad de que los jóvenes se entusiasmen por el conocimiento en general».

De visita en México invitado por la Universidad Iberoamericana para participar en el ciclo Seminarios de Reflexión Universitaria para profesores 2016, con el tema El papel del humanismo en la formación universitaria: la utilidad de lo inútil, Ordine, quien es también uno de los máximos estudiosos del Renacimiento, afirma que en el transcurso de la historia «la ignorancia siempre ha reportado gran beneficio para quien tiene el poder. Maquiavelo decía que el mundo está dividido entre las personas que saben y las que no saben; las primeras son las que tienen el poder, las segundas son sus esclavos.

«Es por eso que quienes están en el poder no desean que las personas razonen de manera autónoma, pues una sociedad de gente cultivada aumenta la posibilidad de criticar al poder, de exigir un cambio. La gran corrupción de nuestros tiempos es hacer creer a las nuevas generaciones que la dignidad del hombre es la cuenta que se pueda tener en un banco. Eso no es cierto. Lo que forma a un hombre son los grandes valores que podamos abrazar.

«Hay una frase de Albert Einstein que siempre ha orientado mi vida; un día la recorté de un periódico y la pegué en un muro de mi habitación de estudiante universitario, dice: ‘sólo una vida vivida por los demás merece la pena ser vivida’. Eso es lo más importante que podemos aprender, que estamos ligados a la humanidad. Los pequeños intereses personales no son nada. No somos hombres si pensamos de manera individual. Sólo soy un hombre si mi vida puede ser útil a otros.

«Lo mismo dice el poema del inglés John Donne (1572-1631), que inspiró el título del libro de Ernest Hemingway (1899-1961): ‘Ningún hombre es una isla entera por sí mismo./ Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo./ Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida,/ como si fuera un promontorio,/ o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia./ Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta,/ porque me encuentro unido a toda la humanidad;/ por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.’

«Esto es lo que nos deben enseñar la escuela, la cultura, el arte, que la solidaridad humana, es decir, el sentirse una pequeña parte de un todo, es lo más bello que se puede comprender», concluye el filósofo.

El manifiesto La utilidad de lo inútil, de Nuccio Ordine, traducido al español por Jordi Bayod, editado por Acantilado, acompañado por un ensayo de Abraham Flexner, se encuentra ya disponible en librerías del país.


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