Noticias (buenas)
El nuevo corazón de José Vicente Anaya
Hemos recibido el siguiente correo electrónico de parte de José Vicente Anaya que con una gran alegría compartimos con los amigos del Rancho:
Amigas y amigos de mi corazón: Quiero empezar con un enorme agradecimiento por todas sus solidaridades, apoyos, oraciones y comunicados al haber estado atentos a mi largo proceso (alargado por trabas burocráticas) hasta el día en que mi corazón fue renovado en el quirófano. Dicha intervención quirúrgica sucedió con muy buenos resultados el pasado miércoles 11 de agosto. Mi recuperación resultó muy buena y pronta en pocos días, de tal modo que fui dado de alta el martes 17. Todo ha resultado bien y sus apoyos fueron muy importantes para el buen resultado. Me quedo con un grato sentimiento que, además de agradecerles a ustedes, me abre ventanas de luz para mejor apreciar el humanismo natural que ustedes han demostrado y que mucho valoro viendo nuestro mundo con tantas crueldades cotidianas. Estoy seguro de que juntos, comunicados, en los terrenos de cada una de nuestras vocaciones y trabajos (que en mi caso es la poesía) seguiremos las labores que mejor nos conduzcan a las vitalidades. María Luisa, como saben, es quien estuvo muy atenta en comunicarse periódicamente con ustedes, y ella fue importantísima no sólo por haberles escrito sino por todos sus cuidados cotidianos y cariño.Termino diciéndoles que en este momento no sólo está renovado mi corazón sino mi vida. Otra vez: mil gracias y seguimos también compartiendo el camino de la poesía con la revista Alforja.
Cariñosamente
José Vicente Anaya
(El correo de María Luisa Martínez Passarge es el siguiente passarge@prodigy.net.mx)
miércoles, agosto 18, 2004
Novela
Aira, el poder de la imaginación
Referirse al argentino César Aira es invocar la capacidad fabuladora que reinventa la realidad. Con cincuenta libros traducidos a varios idiomas, constituye un punto de referencia en la reciente literatura en castellano. A raíz de la aparición de tres novelas suyas en España, ‘Cultura/s’ se asoma a su literatura y al boom de las actuales letras argentinas
Presumió de ignorar la realidad en sus novelas pero en ‘Las noches de Flores’ se ha sumergido en la crisis del corralito
J. A. MASOLIVER RÓDENAS - 00:00 horas - 18/08/2004 / LA VANGUARDIA
De todos los escritores argentinos contemporáneos celebrados unánimemente por la crítica (Juan José Saer, Ricardo Piglia, César Aira, Rodrigo Fresán o Alan Pauls), Aira es el más accesible, con una naturalidad fabuladora que le permite fundir imaginación y reflexión y superar la barrera entre lo verosímil y lo inverosímil. Sus mismas declaraciones, cada vez más frecuentes y desinhibidas, muestran como tras el gusto por la boutade está la necesidad de encontrar un nuevo discurso en el que verdad y dogma son irreconciliables. En esta burla de la estupidez dominante coincide no poco con otro reinventor de la realidad, Roberto Bolaño. No sorprende, pues, lo que Bolaño escribe en un texto recogido en Entre paréntesis (Anagrama): "Si hay un escritor que escapa a todas las clasificaciones, ése es César Aira" o "Aira es un excéntrico, pero también es uno de los tres o cuatro mejores escritores de hoy en lengua española".
Nacido en 1949 en Coronel Pringles, un pueblo de la provincia de Buenos Aires, en 1967 César Aira se instala en el bonaerense barrio de Flores. Ambos son espacios muy presentes en su escritura, si bien su capacidad para crear nuevos escenarios, nuevas situaciones y nuevos registros no solamente es extraordinaria sino que está en el centro de toda su obra, y es la que le da unidad y al mismo tiempo expresa la percepción fragmentaria de las cosas. Ya en Varamo había hablado de "lo particular floreciendo en lo universal", y este taimado maestro de los símbolos refleja su concepción de la novela en el vuelo de una bandada de pájaros: "Aunque al principio esos recorridos aéreos le habían parecido dibujos al azar, sin centro ni periferia ni forma, empezó a ver que había un punto en el que convergían siempre".
Es lo que ocurre en estas tres novelas escritas en distintas fechas y que tienen en común precisamente lo que parecen no tener en común. Una novela china, publicada por primera vez en 1987, es ni más ni menos lo que sugiere el título, una novela escrita desde la más pura tradición china. Y si no lo es, Aira ha conseguido que lo parezca. Es, entre otras cosas, una originalísima novela de amistad, de afectos, de conversaciones y, sobre todo, de amor con final feliz. Y no gira en torno a una pareja, sino a cómo esta relación es vista por su protagonista. Lu Hsin podría haber sido un mandarín, salvo que nació de padre desconocido y su madre vendía semillas de sandía secas. "La clave de su vida fue la inteligencia, la fantástica inteligencia que él mismo reconocía dentro de su modestia proverbial." Como Aira, es un lector voraz, sobre todo de Kant y de Stendhal, y como Aira "estaba mimetizado con el ambiente que recorría". Necesita cambiar de profesión, siempre un experto, pero es fiel a su pueblo, el pintoresco Hosa-Chen, y a su relación con Hin, que se inicia en el momento en que ve a la niña y decide adoptarla para casarse con ella cuando sea mujer: "Supo que había tenido una iluminación, amplia y perfecta, y toda su vida se había aparecido bajo un resplandor inigualable". De este modo Hin, el amor no idealizado, da un significado pleno a su existencia.
Una novela china debe no poco a la pintura y es un magnífico ejemplo de delicadeza, pese a que ocurre en la época de la revolución maoísta. Todo está insinuado y susurrado. Pero "la vida humana no es lo que nos muestran los paisajes pintados. Su supuesta inmovilidad es el sueño, precisamente, de un torbellino que no cesa". Este es el torbellino que se desborda en El bautismo, publicada inicialmente en 1991, donde un sacerdote tiene que ir a bautizar en una noche de tormenta a un niño monstruoso con pocas posibilidades de vivir. En la segunda parte de la novela, veinte años más tarde, este niño será un hermoso joven al que el padre Máximo reencontrará una noche de invierno en que "se había descargado sobre la tierra una lluvia descomunal". Es una pampa estremecida que sólo conocemos en la oscuridad de la noche y en la densidad apocalíptica del diluvio. Lo que domina aquí es la irrealidad y el horror. Pero en una de esas vueltas de tuerca tan frecuentes en Aira, el sacerdote y el joven se enzarzan en una discusión absurda (pues aquí lo absurdo es lo real) sobre el peronismo.
¿Absurda? De la realidad política, la crisis del corralito, surge Las noches de Flores. Aira, quien siempre presumió de ignorar la realidad, confiesa que la crisis económica "me angustió, me enfermó", y así aparece expresado en esta novela, en la que la realidad más brutal se sumerge en los sabatianos túneles de una ciudad apocalíptica o monstruosa, donde sólo en la delincuencia encontramos una justificada e inquietante belleza. De este modo, la apacibilidad de Una novela china, la naturaleza estremecida y atormentada de El bautismo y la brutal realidad de la violencia social de Las noches de Flores nos dan tres dimensiones de la extraña belleza de la condición humana.
Aira, el poder de la imaginación
Referirse al argentino César Aira es invocar la capacidad fabuladora que reinventa la realidad. Con cincuenta libros traducidos a varios idiomas, constituye un punto de referencia en la reciente literatura en castellano. A raíz de la aparición de tres novelas suyas en España, ‘Cultura/s’ se asoma a su literatura y al boom de las actuales letras argentinas
Presumió de ignorar la realidad en sus novelas pero en ‘Las noches de Flores’ se ha sumergido en la crisis del corralito
J. A. MASOLIVER RÓDENAS - 00:00 horas - 18/08/2004 / LA VANGUARDIA
De todos los escritores argentinos contemporáneos celebrados unánimemente por la crítica (Juan José Saer, Ricardo Piglia, César Aira, Rodrigo Fresán o Alan Pauls), Aira es el más accesible, con una naturalidad fabuladora que le permite fundir imaginación y reflexión y superar la barrera entre lo verosímil y lo inverosímil. Sus mismas declaraciones, cada vez más frecuentes y desinhibidas, muestran como tras el gusto por la boutade está la necesidad de encontrar un nuevo discurso en el que verdad y dogma son irreconciliables. En esta burla de la estupidez dominante coincide no poco con otro reinventor de la realidad, Roberto Bolaño. No sorprende, pues, lo que Bolaño escribe en un texto recogido en Entre paréntesis (Anagrama): "Si hay un escritor que escapa a todas las clasificaciones, ése es César Aira" o "Aira es un excéntrico, pero también es uno de los tres o cuatro mejores escritores de hoy en lengua española".
Nacido en 1949 en Coronel Pringles, un pueblo de la provincia de Buenos Aires, en 1967 César Aira se instala en el bonaerense barrio de Flores. Ambos son espacios muy presentes en su escritura, si bien su capacidad para crear nuevos escenarios, nuevas situaciones y nuevos registros no solamente es extraordinaria sino que está en el centro de toda su obra, y es la que le da unidad y al mismo tiempo expresa la percepción fragmentaria de las cosas. Ya en Varamo había hablado de "lo particular floreciendo en lo universal", y este taimado maestro de los símbolos refleja su concepción de la novela en el vuelo de una bandada de pájaros: "Aunque al principio esos recorridos aéreos le habían parecido dibujos al azar, sin centro ni periferia ni forma, empezó a ver que había un punto en el que convergían siempre".
Es lo que ocurre en estas tres novelas escritas en distintas fechas y que tienen en común precisamente lo que parecen no tener en común. Una novela china, publicada por primera vez en 1987, es ni más ni menos lo que sugiere el título, una novela escrita desde la más pura tradición china. Y si no lo es, Aira ha conseguido que lo parezca. Es, entre otras cosas, una originalísima novela de amistad, de afectos, de conversaciones y, sobre todo, de amor con final feliz. Y no gira en torno a una pareja, sino a cómo esta relación es vista por su protagonista. Lu Hsin podría haber sido un mandarín, salvo que nació de padre desconocido y su madre vendía semillas de sandía secas. "La clave de su vida fue la inteligencia, la fantástica inteligencia que él mismo reconocía dentro de su modestia proverbial." Como Aira, es un lector voraz, sobre todo de Kant y de Stendhal, y como Aira "estaba mimetizado con el ambiente que recorría". Necesita cambiar de profesión, siempre un experto, pero es fiel a su pueblo, el pintoresco Hosa-Chen, y a su relación con Hin, que se inicia en el momento en que ve a la niña y decide adoptarla para casarse con ella cuando sea mujer: "Supo que había tenido una iluminación, amplia y perfecta, y toda su vida se había aparecido bajo un resplandor inigualable". De este modo Hin, el amor no idealizado, da un significado pleno a su existencia.
Una novela china debe no poco a la pintura y es un magnífico ejemplo de delicadeza, pese a que ocurre en la época de la revolución maoísta. Todo está insinuado y susurrado. Pero "la vida humana no es lo que nos muestran los paisajes pintados. Su supuesta inmovilidad es el sueño, precisamente, de un torbellino que no cesa". Este es el torbellino que se desborda en El bautismo, publicada inicialmente en 1991, donde un sacerdote tiene que ir a bautizar en una noche de tormenta a un niño monstruoso con pocas posibilidades de vivir. En la segunda parte de la novela, veinte años más tarde, este niño será un hermoso joven al que el padre Máximo reencontrará una noche de invierno en que "se había descargado sobre la tierra una lluvia descomunal". Es una pampa estremecida que sólo conocemos en la oscuridad de la noche y en la densidad apocalíptica del diluvio. Lo que domina aquí es la irrealidad y el horror. Pero en una de esas vueltas de tuerca tan frecuentes en Aira, el sacerdote y el joven se enzarzan en una discusión absurda (pues aquí lo absurdo es lo real) sobre el peronismo.
¿Absurda? De la realidad política, la crisis del corralito, surge Las noches de Flores. Aira, quien siempre presumió de ignorar la realidad, confiesa que la crisis económica "me angustió, me enfermó", y así aparece expresado en esta novela, en la que la realidad más brutal se sumerge en los sabatianos túneles de una ciudad apocalíptica o monstruosa, donde sólo en la delincuencia encontramos una justificada e inquietante belleza. De este modo, la apacibilidad de Una novela china, la naturaleza estremecida y atormentada de El bautismo y la brutal realidad de la violencia social de Las noches de Flores nos dan tres dimensiones de la extraña belleza de la condición humana.
martes, agosto 10, 2004
NOTICIAS
Ediciones Serres tendrá mayor presencia en América Latina
MADRID, España (Librusa) – Después de más de una década publicando libros dirigidos a un público infantil y juvenil en lengua castellana, el sello español Ediciones Serres se propone iniciar una nueva etapa en su historia empresarial con la apertura de una filial en México. "Serres en México no sólo abre la posibilidad de tener una mayor presencia en América Latina. También representa una reconciliación con mi historia personal", dijo la editora Poppy Grijalbo en una carta enviada a Librusa.
"Toda mi vida ha estado ligada a América Latina. Nací en Uruguay, pasé muchos días de mi infancia en México donde mi padre, Juan Grijalbo Serres, fundó Editorial Grijalbo", agregó la editora. También aseguró que esta nueva etapa de su sello es "como un camino en dos direcciones: fortalecer y ampliar las líneas editoriales creadas por Serres".
La filial de México cuenta con el editor Daniel Goldin, quien "creó y dirigió las colecciones de libros para niños y jóvenes del Fondo de Cultura Económica (FCE)" y cuya trayectoria "es reconocida en el mundo del libro para niños y jóvenes de nuestro idioma".
Ediciones Serres tendrá mayor presencia en América Latina
MADRID, España (Librusa) – Después de más de una década publicando libros dirigidos a un público infantil y juvenil en lengua castellana, el sello español Ediciones Serres se propone iniciar una nueva etapa en su historia empresarial con la apertura de una filial en México. "Serres en México no sólo abre la posibilidad de tener una mayor presencia en América Latina. También representa una reconciliación con mi historia personal", dijo la editora Poppy Grijalbo en una carta enviada a Librusa.
"Toda mi vida ha estado ligada a América Latina. Nací en Uruguay, pasé muchos días de mi infancia en México donde mi padre, Juan Grijalbo Serres, fundó Editorial Grijalbo", agregó la editora. También aseguró que esta nueva etapa de su sello es "como un camino en dos direcciones: fortalecer y ampliar las líneas editoriales creadas por Serres".
La filial de México cuenta con el editor Daniel Goldin, quien "creó y dirigió las colecciones de libros para niños y jóvenes del Fondo de Cultura Económica (FCE)" y cuya trayectoria "es reconocida en el mundo del libro para niños y jóvenes de nuestro idioma".
Columna
Latidos
Pruebas sin corregir
SERGIO VILA-SANJUÁN - 00:00 horas - 04/08/2004 / La Vanguardia
Son la alegría del verano. A lo largo del mes de julio van llegando estos volúmenes encuadernados más o menos toscamente, con alguna etiqueta que reza "aparecerá el 5 (o el 10, o el 15, o el 25) de septiembre". Son esos libros de la ‘rentrée’ que las editoriales quieren ir promocionando por adelantado y que envían con presentación informal, pero mucho más manejable que las siempre incómodas galeradas, para que uno se los lleve durante las vacaciones. Estas ‘pruebas sin corregir’ tienen la triple ventaja de que alimentan el morbo que provoca leer algo que aún no está en librerías, transparentan con claridad las apuestas de otoño de las editoriales, ya que editar estos volúmenes requiere una inversión extra, y por último constituyen en sí mismas una edición "rara", no por barata menos limitada.
De Wakling a Sentís
Otras propuestas: de Tusquets me llegan las pruebas del legal–thriller del británico Cristopher Wakling ‘Todos cometemos errores’. De Salamandra, las de ‘El curioso incidente del perro a medianoche’ de Mark Haddon, ya comentado aquí. No el libro entero, pero si un primer capítulo de la versión catalana de ‘El fill de l´ acordionista’, de Bernardo Atxaga envía Edicions 62. Planeta apuesta por ‘Hasta siempre, mujercitas’, de Marcela Serrano, y desde Montena llega ‘El amuleto de Samarkanda’ de Jonathan Stroud, en clave juvenil. Por último, y éste ya corregido y listo, La Campana envía ‘L’ instant abans del 36’: artículos de Carles Sentís recopilados por Julià Guillamon con los que la editorial abre una serie dedicada al veterano periodista
Brown y los otros
El envío más llamativo es el de las pruebas de ‘Angeles y demonios’, de Dan Brown, en medio de una campaña en la que editorial Umbriel asegura estar preparando un lanzamiento de 500.000 ejemplares (bastante más de lo normal con, por ejemplo, un nuevo título de García Marquez, que suele ser ‘lo más’ en el mercado español). En mentideros del sector se dice que como la editorial no consiguió contratar la novela que seguirá a ‘El código Da Vinci (y que se ha llevado Planeta) está dispuesta a poner toda la carne en el asador para rentabilizar las que escribió antes, como ésta en la que aparece por primera vez el experto en simbología Robert Langdon, después protagonista del ‘Da Vinci’.
Latidos
Pruebas sin corregir
SERGIO VILA-SANJUÁN - 00:00 horas - 04/08/2004 / La Vanguardia
Son la alegría del verano. A lo largo del mes de julio van llegando estos volúmenes encuadernados más o menos toscamente, con alguna etiqueta que reza "aparecerá el 5 (o el 10, o el 15, o el 25) de septiembre". Son esos libros de la ‘rentrée’ que las editoriales quieren ir promocionando por adelantado y que envían con presentación informal, pero mucho más manejable que las siempre incómodas galeradas, para que uno se los lleve durante las vacaciones. Estas ‘pruebas sin corregir’ tienen la triple ventaja de que alimentan el morbo que provoca leer algo que aún no está en librerías, transparentan con claridad las apuestas de otoño de las editoriales, ya que editar estos volúmenes requiere una inversión extra, y por último constituyen en sí mismas una edición "rara", no por barata menos limitada.
De Wakling a Sentís
Otras propuestas: de Tusquets me llegan las pruebas del legal–thriller del británico Cristopher Wakling ‘Todos cometemos errores’. De Salamandra, las de ‘El curioso incidente del perro a medianoche’ de Mark Haddon, ya comentado aquí. No el libro entero, pero si un primer capítulo de la versión catalana de ‘El fill de l´ acordionista’, de Bernardo Atxaga envía Edicions 62. Planeta apuesta por ‘Hasta siempre, mujercitas’, de Marcela Serrano, y desde Montena llega ‘El amuleto de Samarkanda’ de Jonathan Stroud, en clave juvenil. Por último, y éste ya corregido y listo, La Campana envía ‘L’ instant abans del 36’: artículos de Carles Sentís recopilados por Julià Guillamon con los que la editorial abre una serie dedicada al veterano periodista
Brown y los otros
El envío más llamativo es el de las pruebas de ‘Angeles y demonios’, de Dan Brown, en medio de una campaña en la que editorial Umbriel asegura estar preparando un lanzamiento de 500.000 ejemplares (bastante más de lo normal con, por ejemplo, un nuevo título de García Marquez, que suele ser ‘lo más’ en el mercado español). En mentideros del sector se dice que como la editorial no consiguió contratar la novela que seguirá a ‘El código Da Vinci (y que se ha llevado Planeta) está dispuesta a poner toda la carne en el asador para rentabilizar las que escribió antes, como ésta en la que aparece por primera vez el experto en simbología Robert Langdon, después protagonista del ‘Da Vinci’.
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