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miércoles, diciembre 06, 2006

Literatura / México: Los poetas infrarrealistas están de regreso


Mario Santiago Papasquiaro, fundador del Movimiento Infrarrealista (1953-1998) (Foto: Archivo)

M éxico. 6 de Diciembre 2006 (Yanet Aguilar Sosa/El Universal).- Armados de la palabra poética, rebeldes con causa creativa y seducidos por la utopía de "volarle la tapa de los sesos a la cultura oficial", en agosto de 1976 un grupo de escritores latinoamericanos, comandados por el chileno Roberto Bolaño y el mexicano Mario Santiago, fundaron el movimiento infrarrealista. Eran creadores en búsqueda de otra manera de asumir el poema, la escritura y la vida cotidiana.

A tres décadas de distancia, algunos de los poetas sobrevivientes a ese movimiento, que creó su propio manifiesto donde aseguraban que preferían la ruptura y la aventura estética como proceso vital de creación, rememoran el tiempo pasado y echan una mirada al momento actual: a los poetas jóvenes no los ven con el mismo arrojo ni la misma intensidad que ellos tuvieron.

Que su colectivo está vivo es lo que quieren confirmar con dos recitales poéticos en la Casa del Lago Juan José Arreola bajo el título "Prófugos de la Nada", que ofrecerán a partir de hoy.

Para el poeta infra José Peguero, en la poesía mexicana actual hay una dispersión y atomización: "Siento que los movimientos que aglutinaban el pensamiento rebelde se han atomizado, hay una brújula que ha enloquecido, parece que nadie puede cobijar a estos jóvenes creadores que se ven solitarios con su libro de poesía bajo el brazo, sin unión".

Los infrarrealistas, dicen, no son miembros visibles, no están al frente de nada, pero no lo anhelan porque así se formaron. "Somos una pequeña utopía que hemos tratado de realizar con una lucidez de conformarnos como una vanguardia cuya intención es incorporar a esos vagos y malvi vientes que les gusta la poesía".

El creador que resguarda la historia de este movimiento a través de ejemplares únicos de publicaciones infras como Pájaro de calor, La zorra vuelve al gallinero y Correspondencia infra, vislumbra un futuro mejor para la poesía, donde los infras también participarán porque mantienen la rebeldía que los ha consolidado como movimiento.

Algunos de ellos destacaron más como fue el caso de Roberto Bolaño, quien escribió varias novelas, entre ellas Los detectives salvajes, donde cuenta la historia del infrarrealismo, otros "siguen en la oscuridad", como lo recuerda otro de los infras, Ramón Méndez.

Hoy, en los jóvenes poetas ven rebeldía pero en solitario. Los infras opinan que la rebeldía "se esfuma cuando no hay brújula".

Sin embargo, son optimistas con el futuro, lo asumen como una metáfora: "El futuro de la poesía es como una monja atravesando calles bombardeadas".

Peguero recuerda que desde el arranque del movimiento fueron considerados vagos y malvivientes. "Es difícil tirar esa idea, nos han querido acabar pero nosotros nos mantenemos como cronistas de guerra de la sociedad y de buena parte del mundo, la prueba está en que la obra sigue funcionando, creciendo y está bastante viva".

Méndez dice que el infrarrealismo no ha muerto, por el contrario cada día se incorporan nuevos elementos que se rebelan contra lo establecido tal como ellos lo hicieron cuando le firmaron al poeta chiapaneco Juan Bañuelos su carta de renuncia, por la que fueron expulsados de la UNAM.

Ramón Méndez recuerda: "Éramos vagos, nos corrieron de la UNAM por pelearnos con Bañuelos, cuando nos conoció Roberto Bolaño le entusiasmó nuestra poesía. Él le puso el nombre de infrarrealismo al grupo de 40 personas que lo fundamos. Hoy es un movimiento vivo, me han dicho que están surgiendo infrarrealistas en varios países".

Peguero visualiza el movimiento infrarrealista como una piedra que cae en un río cristalino, se expande, y se convierte en un pan que está en la mesa de un batallón del Ejército Zapatista o en la de los contingentes de la APPO, de todos aquellos que luchan por lo más puro del país.

Cuando se da un peso preponderante a la narrativa y no a la poesía porque no es un producto comercial, los infras solo ven dos opciones: ser escritores detectives o suicidas.

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