Rancho Las Voces: Crónica / Ciudad Juárez: El FICF o las fronteras unen… pero también dividen
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viernes, mayo 02, 2008

Crónica / Ciudad Juárez: El FICF o las fronteras unen… pero también dividen

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Directores del Festival Internacional de Cine de la Frontera: Agustín Pérez Santiago y Mikel García Bilbao. (Foto: © José Luis Cuevas / Imagen Latente)

C iudad Juárez, Chihuahua. 24 de abril de 2008. (Rubén Moreno Valenzuela / RanchoNEWS).- El cine ya no es arte, es industria. El director es un empleado y son los actores los que hacen el negocio. Entonces no se puede hacer arte cinematográfico con egos de star, ¿cómo puedes actualmente liberarte de las star?

Esas palabras de Alejandro Jodorowsky (que publicamos en la edición 62 en un artículo relativo a su retorno al teatro en México), esa acertada crítica al Star System me vino a la mente cuando llegué alrededor de las 20 horas a la entrada de Centro Cultural Paso del Norte.

Inauguración del Festival Internacional de Cine de la Frontera (FICF). Una solitaria y larga alfombra roja (fácilmente más de 30 metros) hasta la calle, custodiada por una inútil valla metálica, inútil puesto que las únicas personas congregadas para ver desfilar a las Estrellas era un grupo de menos de 20 personas. Los demás eran fotógrafos y camarógrafos a quienes obligaron a que hicieran su trabajo detrás de la valla, por supuesto.

La seguridad era tan laxa que incluso el escritor Willivaldo Delgadillo y el músico Luis Maguregui, ambos juarenses, optaron por hacer su arribo por la alfombra roja, cuando ni siquiera habían sido invitados y mientras un amigo le gritaba al autor de la novela La virgen del barrio árabe que le obsequiara su autógrafo.

Las Estrellas iban llegando muy lentamente, así que decidí escabullirme al vestíbulo contemplando la posibilidad de ser expulsado por carecer de acreditación de prensa, porque los organizadores no nos consideraron como medio, no obstante ser la única revista electrónica de arte y cultura de Chihuahua y una de las pocas de este género en el país.

Adentro inmediatamente a la izquierda, había sido dispuesto un escenario para dos personas donde una guapa Adriana Gutiérrez hacia las veces de entrevistadora en un estilo que oscilaba entre Paty Chapoy y Señorita Ciudad Juárez, y que –sin pausas– pasaba de formular preguntas a externar comentarios tan profundos y esclarecedores como: «las fronteras unen… pero también dividen».

Columba Domínguez, la noche de la inauguración. (Foto: © José Luis Cuevas / Imagen Latente)

En el vestíbulo los meseros –como soldados resguardando marihuana– protegían las generosas viandas y bebidas que habrían de ser servidas al concluir la premiere de la cinta Purgatorio de Roberto Rochín.

El recinto de pronto se llenó por completo de personalidades del cine (y también de la TV, me enteraría después); fue entonces que comprendí que había cometido un error, debí haber enviado a cubrir el evento a un reportero especializado en la farándula mexicana. A nadie reconocía, excepto a Columba Domínguez y a Héctor Bonilla; y a mis amigos actores la deliciense Gabriela Roel y mi paisano Joaquín Cosío.

El abrazo de Gabriela –que claro que era la más bella de la noche- me dio repentina fama y casi hasta me hacen una entrevista completa (¿Es usted amigo de Gabriela?, Sí. ¿Por qué viene ella tan seguido a Ciudad Juárez? Porque su hermana Adriana vive en El Paso. ¿Es ella de Chihuahua? No, es nativa de Delicias. Gracias. De nada.)

Mientras que a Joaquín lo saludé con especial agrado porque los dos éramos los únicos que usábamos pantalón de mezclilla en tan solemne ocasión. Y la reacción con la prensa fue la misma: ese señor del sombrero es amigo de Cosío… Ohhhh…

El mayor espectáculo era presenciar la simbiosis entre la prensa de farándula y las Estrellas. No recuerdo haber asistido a un evento donde se hubiera tomado tantas fotografías.

Después prosiguió la exhibición de la cinta Purgatorio, previas palabras de los organizadores (los festivales son para la gente) y del presidente municipal José Reyes Ferriz (cuyo discurso reproducimos en la sección de Cine), a quien le gritaron en tres ocasiones «¡Lomas de Poleo!», pero el público calló a esa voz.

Héctor Bonilla en Ciudad Juárez. (Foto: © José Luis Cuevas / Imagen Latente)

Un periodista de La Jornada publicaría después que el grito obedecía a que es «el nombre de la zona marginal de la ciudad donde se han encontrado muchas de las jóvenes asesinadas», cuando en realidad se trata esta vez de una pugna por la propiedad de unos predios entre unos antiguos paracaidistas y el poderoso empresario Pedro Zaragoza (cuyo grupo es copatrocinador del Festival, por cierto).

La cinta Purgatorio me pareció una película que detestaría Luis Buñuel, porque el preciosismo fotográfico frena –a mi juicio– la narración cinematográfica, pero le solicité al cineasta chihuahuense Carlos Carrillo una reseña para aportar otro punto de vista.

Después vino el vino.

Comenzaba así el festival con un nutrido programa y con un rotundo fracaso de asistencia, que hizo declarar a Juan José Olivares, enviado de La Jornada, «poco, pero sustancioso, ha sido el público asistente a las salas donde se proyectan los filmes del encuentro».

De cualquier manera se agradece el esfuerzo y la buena voluntad, que sintetizaría Héctor Bonilla con estas palabras, que profundamente agradecemos: Juárez no sólo es el entrampamiento del tráfico y los crímenes contra las mujeres, también es un recinto de patriotas.

Crítica al Festival

¿Por qué fue un fracaso de concurrencia el FICF, cuando uno de sus directores dijo que se hizo «para la gente de Juárez, más que para los cineastas, prensa e invitados. Los festivales deben ser para la gente de la sede del encuentro»?

Creo que el error más evidente fue en el área de comunicación. No hubo programas impresos, no existía una versión amigable del programa del Festival en Internet (Excell no es precisamente una herramienta que cause alegría en cualquier redacción, ya sea de medios impresos o electrónicos), se careció de información previa de las cintas a exhibirse, faltó rotación de las cintas del festival en otras salas de la ciudad, por mencionar sólo algunos aspectos.

Trabajar con los medios de comunicación en Juárez nada tiene de sencillo; porque abundan y hay que conocer sus nichos. Es un asunto complicado. Pero su colaboración es indispensable si se quiere llenar salas en una plaza que por sí sola es muy cinéfila.

Pero el problema de raíz está en la mentalidad centralista que aún prevalece en este país. Los organizadores no obstante su buena voluntad por brindarle a Juárez un festival de primera categoría, lo hicieron pensando a Juárez desde escritorios de la Ciudad de México.

La realidad social juarense es muy compleja como para pretender entenderla en un par de visitas.

El pensamiento centralista se niega a morir. Con todo, este grupo de cineastas se ocupó de Juárez antes que el mismo presidente de la república, que todavía no se digna poner un pie en este bastión de México.

Liga del Festival: FICF

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