Rancho Las Voces: Libros / México: « ¿Hacia dónde van los animales? 21 poetas dialogan con el arte de Francisco Toledo»
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lunes, julio 12, 2010

Libros / México: « ¿Hacia dónde van los animales? 21 poetas dialogan con el arte de Francisco Toledo»

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Ilustración del libro.(Foto: Archivo)

Ciudad Juárez, Chihuahua. 12 de julio 2010. (RanchoNEWS).- En los próximos meses aparecerá un libro coeditado por el MACO y Almadía donde veintiún poetas escriben sobre Francisco Toledo. Ofrecemos una muestra de esa antología que celebra el mundo alucinado del artista juchiteco. Una nota de Ernesto Lumbreras del suplemento Laberinto de Milenio:

Promovido por el MACO y con la complicidad de Almadía, los amigos de Francisco Toledo celebran con la edición del libro ¿Hacia dónde van los animales? 21 poetas dialogan con el arte de Francisco Toledo al genial pintor juchiteco nacido el 17 de julio de 1940. La relación con la poesía es añeja en la trayectoria y en la biografía de Toledo; desde su aparición como pintor tuvo la impronta de la literatura y de la poesía como diálogo estimulante y nutricion para su trabajo visual. A semejanza de los pintores de la llamada escuela de París, al artista oaxaqueño lo han seducido las faenas al alimón con escritores y poetas pero también, a los artistas de la ficción y del verso, se les ha antojado convocarlo para algunas de sus aventuras editoriales. Los resultados, en sus dos versiones, siempre han arrojado trabajos sorprendentes, basta echar un vistazo a libros como Manual de zoología fantástica de Jorge Luis Borges y Margarita Guerrero, Álbum de zoología de José Emilio Pacheco, Canto a la sombra de los animales de Alberto Blanco, El inicio de Verónica Volkow o carpetas como el Chilam Balam, Agüeros y abluciones de Fray Bernardino de Sahagún, Trece maneras de ver un mirlo de Wallace Stevens, Informe para una Academia de Franz Kafka o Los poemas solares de Homero Aridjis.

Con éste y otro antecedentes, un libro como ¿Hacia dónde van los animales?, que en unos meses estará en circulación, era necesario. Aparecen en sus páginas dos poetas colombianos, un guatemalteco, un cubano nacido en Zacatecas, un costarricense y 16 mexicanos; el decano del libro es Luis Cardoza y Aragón (1904-1992), además de poeta, uno de los mejores críticos de arte mexicano y uno de los primeros en reconocer y comentar con lucidez e inventiva la obra de Toledo; la poeta más joven es la colombiana Lauren Mendinueta (1977) quien pasó una temporada en Oaxaca con el propósito de escribir un libro de poemas sobre el mundo febril y alucinado que habita la gráfica del oaxaqueño. Dos de los tres poemas que aquí se publican, adelanto exclusivo para Laberinto, son inéditos. El de Francisco Hernández está incluido en su libro Población de la máscara, que Almadía ha puesto en circulación en estos días. Los otros autores son Javier España (Chetumal, Quinta Roo, 1960), quien tiene entre sus títulos Sobre la tierra de los muertos (2008) y Lauren Mendinueta (Barranquilla, Colombia, 1977), ganadora en España del VI Premio Internacional de Poesía Martín García Ramos por su libro Vocación suspendida (2008).

La mujer del alacrán
Javier España

A Francisco Toledo

Brinca sobre mi pecho infiel, alacrana.
Despierta mi sangre empantanada por los años
que me han convertido en carne para el cementerio,
en mi osario bendecido por la prudencia y el hastío.
Pica toda mi lujuria por cada uno de los poros,
envenéname de ti en contra del tiempo,
de mí mismo, de la noche sin noche.

Ah, ven, alacrana, es hora de morir
en los ríos suicidas del deseo,
en la axila de dios adormecido,
en la patria de tus ingles infinitas.

La rotación
Lauren Mendinueta

Según el orden del tiempo
la tarea del conejo continúa
sin tregua, circula.
Los mortales, el conejo y la serpiente,
se transformarán en lo que son
cuando pertenezcan al Ser-Nada: Errantes.
Los inmortales, Toledo, se retiran,
esconden la mano y dejan a los mortales ser.
Si miro veré al conejo
brincar hacia el pensamiento.
Toledo se ríe de sus bocas sangrantes.
Sabe que el conejo no culminará su empeño.
Sabe que la tarea es inútil e inacabable.
Se ríe de sus bocas abiertas
y de sus ojillos
que no cerrará la tierra de los cementerios.
Teme, eso sí, por la serpiente:
Ella no sabe que la muerte es juego,
que no está preñada,
que aunque siente y su presencia es cierta
ella no es real.
Toledo recuesta la cabeza en su mano
y tiembla porque conoce ciertas historias bíblicas.
Su brazo dibuja una curva,
su rostro es otra curva,
el tiempo a pesar de su empeño de rectitud
es curvo, el mundo es curvo
y se mueve sobre su eje y dibuja otras curvas
y en su curvo cerebro
un conejo devora una serpiente.
Toledo no sabe exactamente
por qué está en un poema.

Francisco Toledo
Francisco Hernández

Soy de muy pocas palabras.
Mejor un brotar de líneas
con sapos y chapulines.
¿Y si me hiciera de barro
acostándome en el suelo
con el pitote de fuera?
Me sostengo la cabeza,
se triplican los espejos
y así ya puedo imprimir
los ladridos de los perros
y las serpientes en cueros.
Escucho una tonadita
que viene desde la costa:
«Las conchas de las tortugas
también se usan como almohadas.
Las calabazas detienen
a los cochinos en brama.
Mi peine es viejo huarache
con el que se peina el mar.
Mi esqueleto está en su hamaca,
le da miedo naufragar.
Un conejo y un coyote
beben tinas de cerveza
para el calor aguantar.
Sopla un olor a mujer
de Ixtepec a Juchitán…»


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