Rancho Las Voces: Literatura / España: La decisión de Umberto Eco de aligerar «El nombre de la rosa», una polémica
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viernes, agosto 12, 2011

Literatura / España: La decisión de Umberto Eco de aligerar «El nombre de la rosa», una polémica

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Arriba: El escritor italiano. Abajo: Fotograma de la adaptación cinematográfica, interpretada por Sean Connery y Christian Slater. (Fotos: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua, 12 de agosto 2011. (RanchoNEWS).- Hace unos días la editorial italiana Bompiani sorprendía a la prensa cultural: Umberto Eco estaba preparando una segunda versión –más light, digamos– de El nombre de la rosa que saldrá el próximo cinco de octubre. La decisión del autor piamontés ha abierto un intenso debate en la república de las letras, sobre todo en el ámbito de la novela histórica, donde Eco es una especie de máximo pontífice. Los hay que ven lícito «aligerar» (así lo ha explicado el propio escritor) la obra, pues un autor es soberano sobre sus libros, producto exclusivo de su imaginación y de su trabajo. Pero también hay otro bando, quizá más enconado en sus posiciones, que afirma que Eco se está traicionando a sí mismo, al prestarse a participar en una maniobra comercial que sólo busca generar ingresos económicos. De fondo, late una pregunta: ¿El nivel cultural medio en la sociedad contemporánea es tan bajo que los escritores deben rebajarse para llegar al público? El debate está abierto. Varios autores y editores recogen el guante lanzado por elcultural.es. Una nota de Alberto Ojeda.

José Luis Corral: «Eco está planteando un juego semiótico»

Creo que detrás de esta decisión hay una operación de marketing, para salir a flote del fracaso creativo de las últimas novelas de Eco. El nombre de la rosa es su novela cumbre. Luego su calidad ha ido cayendo en los títulos posteriores. Yo El cementerio de Praga ni la pude terminar. Me pareció un ejercicio literario frustrado. Como semiólogo que es, es posible que Eco también esté planteando un juego semiótico: empezar y acabar su ciclo novelístico con la misma obra. Cada novela es hija de su tiempo. No soy partidario de muchos retoques más allá de las erratas. Retocar textos me recuerda a las intervenciones de arquitectos en edificios antiguos sin respetar el espíritu de la época en que fueron construidos.


Catedrático de Historia Medieval en la Universidad de Zaragoza. Es uno de los pioneros de la novela histórica en España. La prisionera de Roma (Planeta) es su última novela.

Luis Racionero: «El que tiene que aligerarse es él, que está hecho un gordinflón»

El que se tiene que aligerar es él, que últimamente está hecho un gordinflón. Eco está confundiendo lo subjetivo y personal con lo literario. Yo lo veo cada vez más gordo y creo que cada vez escribe peor. La lectura El cementerio de Praga provoca pesadez, con todas esas descripciones de comilonas grasientas e indigestas. Puestos a aligerar, la novela que tendría que haber recortado es El péndulo de Foucault, donde los textos del ordenador de Abulafia parecen los de una novela que tenía guardada en el cajón y quiso así aprovecharla. Lo que tenía que haber hecho, si quería llegar a los jóvenes, es haber escrito una saga como la de Alatriste. Podría haber cogido a Guillermo de Baskerville como protagonista y haber escrito novelas cortas policíacas ambientadas en el medievo, con él como una especie de detective. Pero El nombre de la rosa debería haberla dejado como está. Aunque es un poco pesadita está bastante bien. Sólo lo hace por ganar dinero.

Es uno de los grandes cultivadores de novela histórica en nuestro país. Ha escrito La sonrisa de la Gioconda y El cráneo de Akenatón (Ediciones B).

Mario Muchnik: «Es una barrabasada que desmoraliza a cualquier editor»

Lo que le pasa a Eco es que se está poniendo gagá. A mí eso que hacen los franceses de hacer cómic a partir de Proust me parece una estupidez. Es una trivialización de una obra monumental. Yo vería con buenos ojos que puliera El péndulo de Foucault, pero no El nombre de la rosa. Se lee muy bien, no exige mucho al lector. Eco tendría que llevar ante un juez a cualquiera que quisiera reescribirla. O sea que ahora él mismo tendría que entregarse a la justicia y confesarse un escritor suicida. Algo así desmoraliza a cualquier editor. Cómo te vas a dedicar a esta profesión si hasta los autores están dispuestos a perpetrar semejantes barrabasadas con sus obras.

Histórico editor hispanoargentino. En España dio a conocer autores como Primo Levi, Elias Canetti y Bruce Chatwin. Acaba de publicar Oficio editor (El Aleph Editores)

Margarita Torres: «Renuncia a su modelo para emular al impostor de Dan Brown»

El nombre de la rosa es el gran referente de la novela histórica en el siglo XX. Su publicación marcó un antes y un después, no sólo por su calidad literaria sino también por la profundidad con que Eco se sumergió en el siglo XIV. Rebajar esa excelencia es, aunque suene un poco fuerte, traicionarse a sí mismo. No me creo una obra ambientada en el medievo en que los personajes hablen como en el siglo XXI. A la hora de escribir novela histórica hay que ser muy honrado. No se trata sólo de contar una trama; hay que reflejar una época y hay que hacerlo sin distorsionarla. Es como si Umberto Eco renunciase al modelo que él fundó, y que muchos seguimos hoy día, para ponerse a la altura de Dan Brown, un impostor de este género.

Profesora titular de Historia Medieval de la Universidad de León, experta en heráldica y autora de novelas como Enrique de Castilla y La cátedra de la calavera (Temas de hoy), que se reedita en septiembre.

Justo Navarro: «Se lee más, pero ha bajado el nivel medio de los lectores»

Creo que ahora hay más lectores habituales que cuando apareció El nombre de la rosa y quizá haya bajado el nivel medio. No es que la situación sea peor que hace unos años: es distinta y se lee mucho más. Adaptaciones de obras literarias se han hecho siempre, y si lo que va a hacer Umberto Eco aumenta aún más el número de lectores de un autor tan inteligente como Eco, me parece muy bien. Estoy seguro de que Umberto Eco aplicará a la empresa no sólo su talento, sino su sentido del humor. Pasando a otro plano, me acuerdo de la adaptación que hizo Pedro Salinas del Poema de Mio Cid, que acercó el gran poema a nuevos lectores y no escandaliza a nadie. El autor de El nombre de la rosa es además Umberto Eco, así que hará lo que le parezca conveniente con su obra y, en todo caso, la nueva versión no afectará a la novela tal como la conocemos hoy (seguirá publicándose, supongo) y le atraerá a nuevos lectores.

Es filólogo, traductor y novelista. Su última novela publicada, sobre Ezra Pound, es El espía (Anagrama)

María Dueñas: «Mil veces mejor una edición simplificada que rechazar un libro por complejo»

Cualquier iniciativa para hacer la literatura accesible a un mayor número de lectores me parece en principio positiva. La idea no es nueva: todos conocemos, por ejemplo, Quijotes para niños o ediciones de clásicos abreviadas para estudiantes de lenguas extranjeras. ¿Por qué no hacer también versiones asequibles para un sector de población que, por las razones más diversas, puede tener reticencia o dificultades para digerir ciertos textos? Mil veces mejor una edición simplificada que rechazar un libro por complejo o voluminoso y no disfrutar de él jamás de ninguna manera. En cuanto a novelas actuales, lo fundamental para mí es que el autor esté de acuerdo y que, a ser posible, se encargue del trabajo para garantizar una adaptación coherente y rigurosa. ¿Aceptaría yo una edición flaquita de mi novela? Tendría que pensarlo pero, de antemano, no digo no.

Ha arrasado con su novela El tiempo entre costuras (Temas de hoy), donde recrea el Protectorado Español en Marruecos.

Julia Navarro: «Leeré la versión abreviada con mucho interés»

Umberto Eco tiene todo el derecho a reescribir El nombre de la rosa. Es fruto de su imaginación y su trabajo. Tampoco creo que su motivación sea vender más. El libro siempre ha sido un best seller, a pesar de ser complejo. Ha batido todos los records y se sigue vendiendo muchísimo, porque es una de las grandes obras del siglo XX. Yo en principio no tengo ninguna intención de retocar ninguna de mis obras, pero cada autor es cada autor, y respeto a quien quiera hacerlo. Yo leeré la versión abreviada con mucho interés.

Es una de las grande superventas españolas, con títulos como La biblia de barro, La hermandad de la sábana santa y Dime quién soy (Plaza & Janés).

Silvia Grijalba: «Rechazo rebajar la cultura para acercarla al pueblo»

Por supuesto que el autor es soberano sobre su obra. Pero cualquier paso que dé una figura tan relevante como la de Eco repercute en su entorno. La decisión de rebajar el nivel de El nombre de la rosa no me parece algo positivo. Siempre he rechazado la idea de que hay que rebajar la cultura para acercarla al pueblo. Quien tenga interés en ella acabará comprendiéndola y disfrutándola. Pero, eso sí, hay que esforzarse. No es una idea elitista, porque en los tiempos de las bibliotecas públicas e internet no tiene sentido el argumento de que las clases más desfavorecidas lo tienen más complicado para acceder a ella. Si de verdad quería acercarse a nuevos lectores podría haber escrito una nueva novela, con una trama similar a la de El nombre de la rosa pero en la que los protagonistas fueran hackers, se cometiera un asesinato cibernético y estuviera ambientada en una especie de distopía a lo 1984.

Reciente ganadora del Premio Fernando Lara de Novela con Contigo aprendí (Planeta).

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