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Escena del montaje C(h)oeurs, que comenzó temporada en Madrid y se podrá seguir desde algunas partes del mundo por el sistema electrónico de palco digital. (Foto Javier del Real)
C iudad Juárez, Chihuahua, 14 de marzo 2012. (RanchoNEWS).- C(h)oeurs es una mezcla de las piezas para coro más estremecedoras de Richard Wagner y Giuseppe Verdi con una reflexión en voz alta sobre el devenir apocalíptico de nuestra era, con la presencia cruda y desnuda del pueblo oprimido que alza la voz ya sea a través de los «indignados» españoles o los desesperados activistas de la «primavera árabe». Una nota de Armando G. Tejeda para La Jornada:
Se trata –en palabras del director del Teatro Real, el agitador cultural Gerard Mortier– de un «gran teatro musical», acompañado de coreografías creadas ex profeso por uno de los talentos más vanguardistas y sui generis de la danza contemporánea: Marc Piollet.
El madrileño Teatro Real estrenó el lunes una de las obras más heterodoxas, singulares y atrevidas desde que asumió la dirección artística el belga Mortier, en enero de 2010. Es un proyecto que nació hace cinco años, pero que se perfiló de manera paulatina con la intención de celebrar o rememorar varias cosas: la proximidad de los bicentenarios de Verdi y Wagner, un homenaje en toda regla al Coro del Teatro Real y así revertir, al menos por un día, que suele estar en un segundo plano. Pero ocurrieron las revueltas árabes, el mundo se colapsó por la crisis económica y el estallido del modelo neoliberal, y los impulsores del proyecto –Mortier, Piollet y el director musical, Alain Platel– decidieron incorporar a la obra el malestar social, las incipientes movilizaciones sociales contra –como diría Verdi– esa «patria oprimida» y «opresora», que «se ha convertido en un sepulcro para tus hijos».
En la rueda de prensa para presentar C(h)oeurs una de las cuestiones que más se analizaron fue la naturaleza del espectáculo, pues es una obra operística sin serlo de manera cabal; también es una pieza de danza con coreografías de vanguardia, pero en la que la música está siempre en el mismo plano, si no superior. Estamos frente a un «viaje emocional» en el que no hay un argumento al uso, pero en el que siempre están en primer plano los eternos conflictos del ser humano.
Por la dignidad y la esperanza
C(h)oeurs es un juego de palabras entre lo grupal (coro) y lo individual (corazón). Una aparente contradicción que apela por un lado a la tiranía de la economía global que busca homogeneizar todo, incluido al ser humano, siempre visto como un eslabón más del inmenso engranaje del sistema de producción, y, por el otro, señala por su nombre y por los atributos de cada individuo al que se rebela y eleva la voz, al que se reúne en las plazas de las ciudades –El Cairo, Trípoli, Damasco, Madrid o Atenas– para luchar por la «dignidad» y la «esperanza».
Participan los 72 integrantes del Coro del Teatro Real y 10 bailarines, que suelen trabajar con Marc Piollet. A lo largo de la obra se escuchan algunas de las piezas para coro más celebradas de la historia, como Dies Irae, de Verdi, «posiblemente la más violenta que existe» y concluye con el preludio de La Traviata, «el tema más íntimo, la gran melodía de amor de Violeta, que se escucha con ella ya muerta», explicó Piollet. El resto de piezas que se incluyen son Wach auf!, Heil! König Heinrich! Heil!, de Wagner, y Va pensiero, sull’ali dorate, de Verdi.
La idea es reunir «todas las emociones que el ser humano puede sentir, ya que el punto de partida fue conseguir la emoción pura del público. Lo importante aquí es que todos podamos reaccionar de forma distinta», añadió Piollet.
El espectáculo del Teatro Real, de 10 funciones, se podrá seguir desde algunas partes del mundo por el sistema de palco digital, en la página web (palcodigital).
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