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El escritor mexicano en la Ciudad de México durante el homenaje por su octogésimo aniversario. (EFE / Ulises Ruiz Basurto)
C iudad Juárez, Chihuahua. 20 de Abril del 2015. (RanchoNEWS).- Señoras y Señores: Queridas Socorro y Paulina, querida Adriana, Alex querido; queridos Arturo y Abraham queridos Alejandro Jnr y Tonatiuh, queridos todos, familiares y amigos, querido Rafael Tovar y de Teresa, queridos Élmer Mendoza, Vicente Quirarte, Eduardo Antonio Parra, Alejandro Toledo, Ricardo Cayuela, querido público:
Yo no he hecho nada para llegar vivo a los ochenta años: he bebido toda la vida, fumé durante sesenta años y, salvo un poco de ejercicio, no puedo presumir de ningún mérito que justifique mi longevidad.
Nunca he sabido tampoco por qué la longevidad es premiada en nuestra sociedad. Pero el caso es que aquí estoy y aquí están ustedes, y el pretexto es mi octogésimo aniversario.
Déjenme decirles que, más que un escritor con éxito soy y he sido un ser humano con suerte. Fue una gran suerte haber nacido en México y hablar y escribir en lengua castellana. Tuve también la suerte de nacer en el seno de una familia aficionada a la lectura y la suerte de encontrarme con buenos, magníficos profesores de literatura en las escuelas secundaria y preparatoria.
Fue también una gran suerte encontrarme con amigos, como el colombiano Antonio Montaña y el español-mexicano José de la Colina. Ellos fueron mis maestros y guías en los mundos mágicos de James Joyce, Marcel Proust, Franz Kafka, Ítalo Calvino, William Faulkner y muchos otros grandes escritores, de los que aprendí a escribir.
Tuve también mucha suerte al casarme con Socorro y tener los hijos que ella me dio. Si volviera a nacer me volvería a casar con ella y haría todo lo posible por tener los mismos hijos.
La suerte me acompañó asimismo al conocer a amigos como Rafael Tovar y de Teresa, Vicente Quirarte, Elizabeth Corral y tantos otros que tanto me han ayudado y alentado desde hace más de treinta años. Gracias Rafael, gracias Vicente, gracias Elizabeth... y desde hace treinta meses mi hija Paulina.
Tengo mucha suerte también porque algunos lectores y lectoras muy jóvenes se han acercado a mí para decirme que mi obra literaria ha sido muy importante en sus vidas. El homenaje más grande han sido aquellas jóvenes madres que me han dicho que han bautizado con el nombre de «Estefanía» a una de sus hijas en honor de la Estefanía de Palinuro. La primera que me hizo este homenaje fue mi propia hija Adriana. Tengo una nieta llamada «Estefanía», a la que adoro.
Cómo no voy a ser suertudo si ya soy bisabuelo: Socorro y yo conocimos este año a nuestra primera bisnieta. Se llama Cora Kate McDougal del Paso y nació y vive en la tierra de Swift, Wilde y Joyce: Irlanda.
Cómo no voy a tener suerte si amo los colores... ¡Y mírenme: no estoy peleado con ellos!
Cómo no voy a tener suerte si este año mi primera novela José Trigo, que cumplió ya 49 años sale editada de nuevo por el Fondo de Cultura Económica. Gracias Pepe.
Cómo no voy a tener suerte, si vivo desde hace veinte años en la hermosa ciudad de Guadalajara y soy miembro de la Universidad de Guadalajara, desde hace también dos décadas.
Y no sé qué más decirles. Si volviera a nacer creo que volvería a escribir José Trigo, Palinuro de México y Noticias del Imperio, sin cambiarles una sola coma. Así que si volviera a nacer nos encontraríamos, ustedes y yo nuevamente cuando cumpliera otra vez ochenta años.
Tuve también mucha suerte al ser un autor predestinado a publicar en el Fondo de Cultura Económica. Hoy, que cumplo tantos años como el Fondo, me felicito por ser su par y felicito a esta editorial por su brillante y valiente trayectoria. Felicidades Fondo de Cultura Económica y mil gracias Consuelo, Joaquín y Pepe.
Dice el Eclesiastés: hay tiempo de llorar y tiempo de reír, tiempo de vivir y tiempo de morir, etc. Hoy ratifico cada una de las palabras que dije hace poco más de un mes en Mérida, pero hoy quiero estar alegre. Hoy quiero quererlos a todos. Quererme a mí mismo. Hoy quiero quererte, México. Gracias.
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